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Una obra literaria e histórica sobre la evolución de la teología cristiana y su influencia durante el período helenista cubriendo el siglo I a. C., hasta el período del Imperio romano del siglo IV d. C. Gracias a un arduo trabajo histórico, Las fuentes griegas que dieron origen a la Biblia y a la teología cristiana contiene las implicaciones en la historia de teología cristiana que incluye el período posapostólico y la influencia de la filosofía helénica en Agustín, no olvidando el pensamiento de Clemente, Orígenes, Atanasio y demás figuras importantes del cristianismo alejandrino. El Dr. Zaldívar se basa en su experiencia como profesor de Historia y Teología Sistemática para abordar temas sobre: La imposición de la cultura griega La Biblia griega El toque griego a la literatura sapiencial Los judeocristianos helenistas La hermenéutica cristiana helenista La obra de los teólogos griegos de Alejandría Las fuentes griegas de la teología cristiana El gnosticismo: una hermenéutica errada de la filosofía. Este recurso ofrece una introducción magistral de lo que significa, con todas sus complejidades y dificultades, el impacto del período helenista en la creación y desarrollo de la Biblia, cuyo origen se encuentra en Alejandría, donde se gesta la Biblia griega o Septuaginta, considerado por muchos como un momento tan importante para el cristianismo de los primeros siglos.
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Seitenzahl: 526
Veröffentlichungsjahr: 2024
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LAS
FUENTES
GRIEGAS
QUE DIERON ORIGEN A LABIBLIA Y A LA TEOLOGÍACRISTIANA
RAÚL ZALDÍVAR
Editorial CLIE
C/ Ferrocarril, 8
08232 Viladecavalls
(Barcelona) ESPAÑA
E-mail: [email protected]
http://www.clie.es
© 2024 por Raúl Zaldívar.
«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447)».
© 2024 por Editorial CLIE. Todos los derechos reservados.
LAS FUENTES GRIEGAS QUE DIERON ORIGEN A LA BIBLIAY A LA TEOLOGÍA CRISTIANA
ISBN: 978-84-19055-83-5
eISBN: 978-84-19055-84-2
Estudio bíblico - Hermenéutica y exégesis
Datos biográficos
RAÚL ZALDÍVAR es presidente de Alef University, una universidad cristiana en línea con razón social en la ciudad de Chicago. Es actualmente catedrático de teología. Ha sido profesor de derecho en la Universidad de Honduras y profesor visitante en la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala. Es miembro del Colegio de Abogados de Honduras. Es autor de una colección numerosa de libros que abarca temas de derecho, liderazgo, Biblia y teología. Ha sido conferenciante en universidades y foros religiosos en más de 45 países sobre temas relacionados con su producción literaria. También sirve como presidente del consejo directivo de la revista Biblia y Teología Hoy producida en España. Para conocer mejor al profesor Zaldívar visite www.raulzaldivar.com
A mis mentores de la academia, 30 años después.
A Joan Lluís Piñol i Rull
Catedràtic de Dret Internacional PúblicUniversitat Autònoma de Barcelona
Quien no quiso ser mi mentor, que cuando estaba listo para defender mi tesis después de tres años de investigación no me dejó hacerlo, el hombre que me estereotipó sudamericano con toda la connotación sociológica que esa etiqueta tiene para un profesor catalán.
Gracias por enseñarme la diferencia entre la mediocridad y la excelencia, gracias por haberme levantado la vara así de alto, gracias por no haber negociado el cum laude, gracias por invitar a mi tribunal de tesis a celebridades del Derecho Internacional incluyendo al secretario de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, gracias por haber puesto los recursos de la Universidad a mi disposición, gracias por invitarme a considerar la posibilidad de quedarme viviendo en Barcelona y sobre todas las cosas, gracias porque a día de hoy puedo desenvolverme en la academia con solvencia y éxito.
Gràcies, Joan Lluís, sempre estaré en deute amb tu.
A Oriol Casanovas i la Rosa
Catedràtic emèrit de Dret Internacional Públic
Universitat Pompeu Fabra
Quien me enseñó la pasión de enseñar, no puedo olvidar después de treinta años su emoción al hablar de Les répertoires de droit international public. Un poliglota con una mente privilegiada, en escasos minutos había esbozado de la nada la heurística de un capítulo de mi tesis. Gracias Oriol por enseñarme el respeto a la academia, gracias por no negociar nada menos que la excelencia, gracias por haberme afirmado como un académico, nunca lo olvidaré. Gracias por haber sido el presidente de mi tribunal de tesis, ¡qué honor!
Gràcies, Oriol, el record del teu magisteri em seguirà sempre.
A Luis Ignacio Sánchez Rodríguez
Catedrático de Derecho Internacional Público
Universidad Complutense de Madrid
Luis Ignacio, ya no estás con nosotros, cruzaste el umbral del más allá, sin embargo, tu recuerdo perdura en mí. Gracias por haberme recibido en tu despacho de Madrid tantas veces, gracias porque cuando actuabas como abogado en la Corte Internacional de la Haya me recibiste en tu habitación de hotel para hablar conmigo. Nunca tendré palabras para agradecerte aquella frase que me hizo recapacitar, habías leído mi tesis mediocre y me dijiste, puedes defenderla y serás doctor, ¿y qué? La expresión… ¿y qué? me hizo volver en sí. Seguí dos años más trabajando hasta desvanecer el ¿y qué? para siempre. Gracias por ser parte de mi tribunal de tesis.
Gracias Luis Ignacio, tu obra académica me inspiró a ser lo que hoy soy.
Índice
Prólogo
Abreviaturas
Presentación del libro
Introducción
1.La imposición de la cultura griega
1.1La helenización
1.2La cultura griega como medio de propagación de la fe cristiana
1.3El valor de la filosofía griega
1.4La tensión entre la cultura griega y la judía
2La Biblia griega
2.1Origen de la Septuaginta
2.2¿Versión del texto sagrado o canon del A. T.?
2.3El corpus litterarum de la Septuaginta
2.4El papel de la Septuaginta en la formación del N.T. y la teología cristiana
2.5Controversia entre la Biblia hebrea y la Biblia griega
3El toque griego a la literatura sapiencial
3.1El contexto histórico de los libros sapienciales
3.2Los libros sapienciales canónicos
3.3Los libros sapienciales deuterocanónicos
3.4La importancia de los libros sapienciales en la redacción del N. T.
4Los judeocristianos helenistas
4.1Los judíos en Alejandría y la llegada del cristianismo
4.2Los judeocristianos helenistas en la iglesia primitiva
4.3Pablo, el judío helenista por antonomasia
4.4Controversia entre los judeocristianos pro-ley y judeocristianos helenistas
5La hermenéutica cristiana helenista
5.1La interpretación en las escuelas rabínicas del primer siglo
5.2La escuela alegórica de Alejandría
5.3La escuela de Antioquía
5.4El método histórico-crítico de interpretación de la escuela alemana
5.5El método alegórico y la lectura de la realidad socioeconómica de América Latina
6La obra de los teólogos cristianos de Alejandría
6.1Filón de Alejandría (25 a. C.–50 d. C.)
6.2Clemente de Alejandría (150–215 d. C.)
6.3Orígenes de Alejandría (184–253 d. C.)
6.4Atanasio de Alejandría (296–373 d. C.)
7Las fuentes griegas de la teología cristiana
7.1El platonismo y su relación con la teología cristiana del cuerpo-alma
7.2El neoplatonismo
7.3Conceptos filosóficos griegos en el libro de Juan
7.4La influencia del concepto griego de infierno en la Biblia
7.5La filosofía epicúrea y su relación con el cristianismo
7.6La influencia de la filosofía griega en san Agustín
7.7La influencia aristotélica en Tomás de Aquino
8El gnosticismo: una hermenéutica errada de la filosofía griega
8.1La filosofía griega en el gnosticismo
8.2El dualismo gnóstico
8.3El gnosticismo cristiano
8.4La biblioteca gnóstica de Nag Hammadi
Conclusiones
Anexo
Bibliografía
Prólogo
Escribir es siempre, además de un esfuerzo más o menos fatigoso, un proceso dinámico de aprendizaje y madurez, que nos lleva a nuevos campos, nuevas cimas —cuando no nos hunde en un abismo sin fondo— desde las que se amplía nuestra perspectiva de la realidad y de los objetos de nuestro interés. Y por encima de todo, cuando uno no está encastillado en su propia infalibilidad y ya creer saber todas las cosas sin necesidad de que nadie le enseñe nada, es una experiencia de rejuvenecimiento en la que hacen acto de aparición factores como la novedad, la sorpresa, la emoción del explorador; la conciencia de estar asistiendo a nuestro propio crecimiento en el descubrimiento de nuevos territorios que expanden nuestra experiencia vital e intelectual, de modo que si bien el cuerpo nos da avisos del paso de los años, en el acto de aprender la mente, el espíritu da saltos de alegría por lo que cada día va descubriendo con el encanto y la fascinación de nuestro niño interior que despierta una y otra vez como en el primer día que se asomó al maravilloso mundo del conocer.
Raúl Zaldívar ha escrito este libro con ese espíritu de juventud ilusionado por la amplitud del mundo que se ofrece a su visión y que no se detiene ahí, sino que le transporta al pasado, literalmente, para comprender mejor el presente.
Los evangélicos siempre hemos tenido una predilección muy acusada por las fuentes hebreas de la fe cristiana, hasta el punto de llegar a extremos que rozan el desvarío, no voy a decir herejía, pues muchos no son conscientes ni agentes voluntarios de la misma. Para un gran número de creyentes parece como si lo hebreo —idioma y mentalidad— fuese superior al resto. ¿Nos hemos parado a pensar en qué idioma se reveló Dios a Noé, o a Abraham? Todo lo que no sea hebreo parece padecer el defecto de lo impuro, de lo imperfecto, incluso de lo corruptor. Así que todo aquel que quiere refrendar una doctrina nueva, como un resorte monótono siempre echa la culpa a la filosofía griega de haber tergiversado la enseñanza de la Escritura hebrea. Lo griego mancilla, mancha, contamina. Olvidan que Dios también habló en griego: primeramente al judío, pero también al griego (Rm 1:16).
Griega fue la Biblia de los judíos de la diáspora; griega fue la Biblia mayormente usada y citada por los autores del Nuevo Testamento. Un conocimiento deficiente de la historia judía lleva a muchos a imaginarse al judaísmo como una cultura monolítica en torno a lo hebreo, arameo en los días de Cristo, desde el tiempo de Esdras y Nehemías, cerrada a las influencias de su mundo entorno. Se ignora la significativa influencia griega en Israel y los israelitas, con las naturales reacciones de aceptación y oposición; asimilación y rechazo. Junto a los hasidím («fieles» o «piadosos») del siglo II a. C., que se resistieron a las influencias griegas y paganas en la religión de Israel, en defensa estricta a la ley judía, y que son probablemente los antecesores de los fariseos, se encontraban los misyavnim, los «helenizados», que, sin dejar de ser judíos, dialogaban con la cultura helena y llegaron a producir la traducción de la Torá al griego, lo que ese gran estudioso del tema, Natalio Fernández, dice que es la perla del judaísmo helenístico. «Suplantó a la Biblia hebrea en el judaísmo helenístico y es posible que se usara más tarde en la liturgia de la sinagoga y en la escuela cuando el hebreo ya no era comprendido en las comunidades de la diáspora egipcia» (“El judaísmo helenístico y la Biblioteca de Alejandría”, Razón y Fe, diciembre 2010).
En algunos círculos evangélicos de orientación mesiánica, no contentos con la naturaleza griega de los escritos fundamentales del cristianismo, el Nuevo Testamento, quisieran, y a diario lo intentan, retro-traducir el griego al hebreo, como si lo hebreo hiciera más sagrado, más verdadero, más auténtico lo que se nos narra en los Evangelios o en las Cartas de Pablo, Pedro, Juan..., sobre el Señor Jesús y su mensaje. No se dan cuenta que Dios habló en otros tiempos a los padres por los profetas «muchas veces y de muchas maneras» (Hb 1:1), en hebreo, arameo, después griego, finalmente en todas las lenguas de la tierra, «cada uno les oía hablar en su propia lengua» (Hch 2:6), dando lugar así a la Iglesia cristiana, primicias de la nueva creación, pues Dios no es un Dios tribal, sino universal, en quien la humanidad recupera su unidad esencial como nos enseña la profecía de Juan (Ap 5:9; 7:9).
En esta obra tan original y necesaria en nuestros medios, su autor, el Dr. Raúl Zaldívar, tan inquieto y tan preocupado por la excelencia académica en la enseñanza evangélica, nos ofrece una introducción magistral de lo que significa, con todas sus complejidades y dificultades, el elemento helenista en la Biblia, comenzando por el principio, cuyo origen se encuentra en Alejandría, donde se gesta la Biblia griega o Septuaginta, tan importante para el cristianismo de los primeros siglos.
El autor no se arredra los temas que pueden resultar polémicos a la mentalidad conservadora evangélica, como el delicado tema de los deuterocanónicos, mal llamados apócrifos, y su inclusión o exclusión en el canon bíblico, abriendo así un campo de discusión que puede resultar enriquecedor si se encara con objetividad.
Esta es una obra para leer y estudiar con detenimiento, que tiene muchas implicaciones en la teología cristiana, como muestra en el capítulo dedicado al período posapostólico y la influencia de la filosofía helénica en Agustín y, posteriormente, en Tomás de Aquino, después de haber analizado el pensamiento de Clemente, Orígenes y Atanasio, todos ellos cristianos alejandrinos.
Esperemos que esta introducción y compendio de las fuentes griegas sirva para iniciar a las nuevas generaciones de estudiantes evangélicos a una nueva manera de acercarnos a los estudios bíblicos, que corrija y renueve determinados planteamientos que nos desvían de la gran cadena del pensamiento cristiano, esa gran tradición que siempre ha mantenido y mantendrá que Jesucristo es el Salvador del mundo, que su gracia no destruye nada bueno de las culturas a las que llega, sino al contrario, las eleva a una síntesis superior, más perfecta y completa, habiéndolas “purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Ef 5:26).
Alfonso Ropero Berzosa
Director editorialCLIE
Abreviaturas
1.Revistas
ADHC
Anales de la Historia Contemporánea
ADHI
Anuario de Historia de la Iglesia
ADT
Anales de Teología
ASM
Anales del Seminario de Metafísica
AB
Aportes Bíblicos
AJOT
American Journal of Theology
AJR
Ancient Jew Review.
ANTESTERIA
Antigüedad Antesteria
AGORA
Papeles de filosofía
ARETE
Revista de Filosofía
BYTH
Revista Biblia y Teología Hoy
CAMENULAE
La revue en ligne Camenulae
CBQ
The Catholic Biblical Quarterly
CIRCE
Circe de Clásicos y Modernos
CONCILIUM
Revista Internacional de Teología
CANE
Cuadernos Americanos. Nueva Época
CSF
Cuadernos Salmantinos de Filosofía
CD
Cuadernos Doctorales
CDT
Cuadernos de Teología
DL
Davar Logos
ETF
Espacio, Tiempo y Forma
EE
Estudios Eclesiásticos
HPQ
History of Philosophy Quarterly
HELMATICA
Revista de filología clásica y hebrea
HTR
Harvard Theological Review
’ILU
Revista de Ciencias de las Religiones
JPS
Journal of Philosophical Studies
JBL
Journal of Biblical Literature.
JTS
Journal of Theological Studies
JHI
Journal of the History of Ideas
TJR
Journal of Religion
JORS
Journal of Roman Studies
JLT
Journal of Literature & Theology
JSNT
Journal for the study of the New Testament
JOP
Journal of Philosophy
JQR
The Jewish Quarterly Review
JLA
Jewish Law Annual
NTS
New Testament Studies
RBYR
Revista Biblia y Razón
RB
Revista Bíblica
RIBET
Revista Iberoamericana de Teología
RIBLA
Revista de Interpretación Latinoamericana
RLAT
Revista Latinoamericana de Teología – UCA
RCatT
Revista Catalana de Teología
RTX
Revista Teológica Xaveriana
RCEM
Revista Chilena de Estudios Medievales
RDSR
Revue des sciences religieuses
RB
Revue Biblique
RER
Revista de Estudos de Religião
RTL
Revue Théologique de Louvain
TYMA
Teología y Mundo Actual
RHCS
Revista de Historia y Ciencias Sociales
RSPT
Revue des sciences philosophiques et théologiques
REA
Revue des Études Anciennes
RTEDP
Revue de Théologie et de Philosophie
RIPR
Revue internationale et pluridisciplinaire de religion
RDQ
Revue de Qumrân
SCIENTIARUM
Acta Scientiarum.
TEOLOGÍA
Revista Teología
TYC
Teología y Cultura
VYP
Vida y Pensamiento
2.Comunes
GDEB
Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia
TM
Texto Masorético
v.g.
Por ejemplo
LXX
La Septuaginta
MSS
Manuscrito
NVI
Nueva Versión Internacional
RV1960
Versión Reina Valera de 1960
PI
Período Intertestamentario
ProvLXX
Libro de Proverbios en la Septuaginta
Presentación del libro
Este libro se origina a raíz de una sugerencia del profesor Alfonso Ropero después de leer y prologar mi libro Análisis de fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento. Aunque él me sugería que incluyera el tema griego en dicho libro, consideré que algo tan apasionante merecía un tratamiento exclusivo, exhaustivo y delicado y no es para menos, esta es una investigación que rompe con paradigmas mentales obsoletos y desmitifica creencias que irracionalmente se han enseñado en la Iglesia.
El libro anterior hablaba de las fuentes pseudoepígrafes y deuterocanónicas que usaron los redactores del Nuevo Testamento. Aunque dichas fuentes han sido históricamente cuestionadas, ambas vienen del mundo judío, pero ahora el asunto cambia, aquí lo que se dice es que la filosofía griega sirve de base para redactar la Biblia, que se constituye en fuente primigenia de la teología cristiana. Dichas declaraciones constituyen un atrevimiento que sin duda me pasará una factura. Aunque soy un hombre de iglesia, amante de la Biblia y furibundo creyente de la obra redentora de Cristo en mi vida, siempre hay mentes irracionales que hablan por hablar. Dan opiniones y a veces argumentan sin ningún tipo de ciencia cosas que ellos mismos no saben. He decidido que la insolencia de las mentes obtusas no va a detener el ejercicio iconoclasta de mi pluma, así que me arriesgo, eso sí, con temor y temblor.
Todo este trabajo gira alrededor de lo que ocurrió y se escribió en la ciudad de Alejandría, razón por la cual desde el día uno de esta investigación supe que era una condición sine qua non venir a esta ciudad. Si voy a hablar de lo que aquí pasó, necesito pisar esta tierra, necesito tocar, degustar su cocina, conocer sus olores, su riqueza, su miseria, su grandeza, su historia, interactuar con su cultura, visitar sus museos, caminar por sus calles, ir a la Iglesia de San Marcos, al Serapeum, al faro, caminar por sus mercados y soñar bajo el cielo alejandrino sobre cómo era la ciudad en el tiempo del obispo Clemente o de su discípulo Orígenes. Preguntarme, ¿…y dónde estuvo la escuela de Panteno, o la casa donde vivió Plotino?
La experiencia vivida en Alejandría no tiene nada que ver con el cristianismo. La oración puntual de los musulmanes por los alto parlantes me recuerda que estoy en territorio islámico. El viernes me dice claramente que el día sagrado y de descanso no es el domingo. Estoy en la época próxima a un evento crucial en mi fe, la celebración de la Navidad, el advenimiento de mi Salvador, aquí en Alejandría tal cosa no existe. La que otrora fuera la cuna del cristianismo hoy todo lo que queda es una iglesia completamente intranscendente, llámese copta ortodoxa, católica romana o protestante. Durante mi estadía no hubo noche que no me hiciera la pregunta: ¿qué hubiera pasado si esta ciudad no hubiera sido conquistada por los musulmanes? ¿Viviría mejor que como vive ahora? Porque a decir verdad, Alejandría es una ciudad altamente contaminada, sucia hasta el extremo. Un edificio se construye y nunca más se le da mantenimiento, tal parece que es una ciudad que está en constante guerra. Sí, la gente trabaja, pero la pobreza y miseria campea. Al caminar por lugares inverosímiles de la ciudad me dio la oportunidad de palpar como vive la inmensa mayoría. Me pregunto y me vuelvo a preguntar, ¿sería lo mismo? O ¿el evangelio hubiera hecho mella en la cultura y esta ciudad fuera totalmente diferente?
Por otro lado, me ha impactado estar estudiando cosas que ocurrieron y se escribieron en una ciudad donde a la gente que aquí vive no le importa y simplemente las ignora. ¿Tiene sentido estudiar un libro que se escribió en un lugar donde tal cosa no tiene ningún valor? ¿Por qué creer, enseñar y predicar cosas que se dijeron 2300 años atrás y que ahora no tienen ningún sentido en esta sociedad? ¡Qué extraña sensación! Ante el asalto de semejantes preguntas no tengo otra opción que echar mano de la Biblia y repetir: …porque el dios de este siglo les cegó el entendimiento a todos los incrédulos para que no les resplandezca la lumbre del evangelio… No puedo esconder mi profundo dolor al ver a la gente caminar por las calles de la ciudad, sin fe, sin Dios y sin esperanza, aunque ellos tienen su fe, su dios y su esperanza. ¡Qué paradoja tan brutal!
Así que, mientras por un lado mi espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría, [islam]… por el otro se regocijaba al estar en la monumental y nueva biblioteca de Alejandría, una obra faraónica de arquitectura propicia para la investigación. Mi espíritu rememoró mi época de muchacho cuando escribía mi tesis doctoral y me tocó visitar una veintena de bibliotecas en España, Francia, Países Bajos y los Estados Unidos, así que el volver a respirar el polvo de viejos libros que a nadie le interesan ha sido una experiencia maravillosa. La firma de arquitectos noruegos que diseñó la biblioteca pensó en cada detalle que ha hecho mi trabajo, no solamente más fácil sino algo deleitoso. No tuve ningún problema para encontrar las fuentes de conocimiento que necesitaba, pues no se usó el sistema bibliotecario del legendario Calímaco sino el de John Dewey, el cual conozco desde mi juventud. Ya sabemos que dentro de los parámetros del 100 encontramos todo lo relacionado a filosofía o psicología y que en el 200 encontramos religión.
Mientras hacía mi investigación y me detenía para admirar la arquitectura del majestuoso edificio, escuchaba el eco de las enseñanzas de Panteno, escuché a Orígenes refutar a Celso, a Alejandro defender con vehemencia la doctrina de la Trinidad. Vi a Atanasio refutar a Arrio y en mi imaginario intelectual vi a Clemente escribir El Pedagogo. El solo saber que estaba muy cerca de donde se redactó la Biblia, el libro a través del cual Dios me ha hablado tantas veces, me emocionó. Han pasado más de 25 generaciones, pero el eco de las voces de aquellos hombres se sigue oyendo potente y no en Alejandría sino en el mundo entero, una voz que me sedujo y que me trajo a esta histórica ciudad. Cuánta razón hay en la Palabra: …y sus obras con ellos siguen…
¿Valió la pena venir a Alejandría? Sí, valió la pena, soy otra persona, mi cosmovisión es otra, mis horizontes mentales se extienden, mi fe se afirma, Jesucristo es para mí el Dios encarnado, en el cual residen dos naturalezas, que es el mismo con el Espíritu que habita por la fe en nuestros corazones. Que le plació salvarnos y llamarnos para servirle en el ministerio. Nos ha hecho embajadores de esta fe, ministros competentes de un nuevo pacto y sobre todas las cosas, hombres con una esperanza gloriosa, la de la resurrección del cuerpo.
En virtud de todo lo anteriormente expresado, celebro la redacción del cuerpo literario sagrado en esta ciudad que tanto ha bendecido mi vida por los últimos 43 años de ser cristiano, endoso sin reserva los escritos de los Padres de la Iglesia que han nutrido mi fe y mi intelecto y le doy gracias a Dios …porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los pequeños…
Raúl Zaldívar
Biblioteca de Alejandría, 30 de noviembre del año 2022
Ciudad de Alejandría
INTRODUCCIÓN
La Biblia no es un libro mágico que surge ex nihilo en el cual sus escritores escriben con su mente tabula rasa lo que el Espíritu les ordena que escriban. En tal sentido han surgido una serie de teorías sobre cómo se escribió el texto sagrado1. En nuestro libro anterior demostramos como los escritores del Nuevo Testamento usaron fuentes religiosas del período intertestamentario2, en este libro vamos más lejos, ubicamos el hagiógrafo en la cultura alejandrina y demostramos como esa cultura arropa todo lo que escribe, al grado de utilizar el pensamiento que surge de las entrañas de hombres paganos como fuente primigenia de sus escritos. Es importante señalar también que ese pensamiento pagano pasa por el filtro del Espíritu de Dios quien opera en la persona, o personas, que redactan el texto final que es sancionado con el carácter de sagrado posteriormente por la Iglesia3.
A. Objeto de estudio
El objeto de estudio de esta investigación es probar como la filosofía griega en especial y la cultura helénica tropicalizada en Alejandría4 en general se convierte en la fuente principal para la redacción Nuevo Testamento y de la teología cristiana, así como del género literario sapiencial del Antiguo Testamento.
Se convierte en fuente principal del Nuevo Testamento en el momento en el que sus redactores usan la Biblia griega5 o Septuaginta como el fundamento de sus escritos y en segundo lugar cuando envuelven toda la producción literaria en la cultura griega.
Cabe aclarar que el hecho que gran parte de la Biblia, así como la teología cristiana estén influenciadas por la filosofía y cultura griega alejandrina, no significa en ningún momento que esto sea un acto arbitrario del hombre sin que Dios haya intervenido. Todo lo contrario, el Dios soberano ya sea por decreto ejecutivo o circunstancial, permite que se den todas las circunstancias que crean el escenario perfecto no solamente para que se redacte su Palabra sino para que se propague. La cultura griega se convirtió en el vehículo perfecto para universalizar el mensaje de Dios a los hombres, primero su lengua, segundo su filosofía, luego sus métodos, en fin, la intervención de Dios en todo es evidente.
B. Propósito de la investigación
Entrar en el mundo griego6 para efectuar esta investigación es un trabajo complicado y arriesgado7 que no se puede hacer sin visitar Alejandría; el teatro de las acciones y sin una motivación poderosa y propósitos bien claros, los cuales se exponen a continuación.
Demostrar que la Septuaginta no es una versión griega del texto hebreo, sino la Biblia griega que sirve de base para la redacción del Nuevo Testamento y la teología cristiana.
Probar que la imposición del helenismo no obedecía al capricho de un hombre o de un pueblo, sino que era parte de un plan trazado por Dios para universalizar el mensaje de salvación dado por Jesucristo.
Identificar la filosofía griega en conceptos teológicos del Nuevo Testamento que hoy sirven de base para la teología cristiana
8
.
Identificar al apóstol Pablo como el personaje que universalizó la Palabra de Dios a través de la cultura griega.
Mostrar la relación que existe entre la filosofía griega y la teología de los Padres de la Iglesia tanto alejandrinos como latinos.
Reivindicar el método alegórico de interpretación bajo el fundamento que es el método usado por muchos de los redactores del Antiguo Testamento y el apóstol Pablo en el Nuevo.
Desmitificar el concepto errado de que la filosofía humana es espuria. Demostrar que la filosofía
per se
no es buena o mala, lo malo es el corazón del hombre que hace las interpretaciones.
La tarea que nos hemos impuesto con esta investigación queda clara con los propósitos a los que nos hemos referido anteriormente y marca la ruta que seguiremos en el transcurso de este trabajo académico.
C. Limitaciones de la investigación
El tema de la influencia de la cultura griega en el cristianismo es sumamente amplio y rebasa el propósito de nuestra investigación. Así que nuestro cometido es uno solamente, identificar cualquier elemento del pensamiento y cultura griega9 en los libros sapienciales del Antiguo Testamento, en los libros del Nuevo Testamento y en la teología cristiana que nos permita alcanzar los propósitos establecidos para esta investigación.
D. Justificación del trabajo
De la misma manera que un hijo que creció sin padres quiere saber quiénes fueron estos, de que entrañas se originó su vida, nosotros queremos saber de dónde viene la Biblia que predicamos y enseñamos como norma de fe y de conducta, así como cuál es el origen de la teología que enseñamos. Sí, se nos dijo que el Espíritu Santo inspiró a los hagiógrafos y que las cosas debemos creerlas porque sí, sin ningún tipo de razonamiento10. El problema es cuando estamos hablando de temas que no entendemos o estamos enseñando historias bíblicas ficticias como si estas fueran reales simplemente por desconocer la metodología literaria y filosofía de los antiguos. Esto no es justo.
A lo anterior hay sumarle la cultura en la que fuimos formados; una cultura consumista del saber donde los recipientes del conocimiento tienen que creer porque sí. Así que cuando nos dijeron que Vasco Núñez de Balboa había descubierto el océano Pacífico, nosotros llegamos a creer realmente que así había sido. Nunca nos detuvimos a analizar el exabrupto, habíamos sido educados para creer y punto. Eso mismo pasó y sigue pasando en la Iglesia, nos enseñan doctrinas irracionales y hacen interpretaciones bíblicas alegóricas condenando el método alegórico de interpretación.
Esta investigación nos clarifica como Dios mueve los hilos de la historia, primero con Alejandro que impone una cultura y después con Ptolomeo Soter11 que funda una dinastía, pero no una dinastía cualquiera, funda una dinastía que iba a promover la cultura, el conocimiento, las artes, el pensamiento humano y que se iba a convertir en la infraestructura intelectual y académica para universalizar el mensaje de salvación de Jesucristo al mundo.
Esta investigación penetra hasta lo más profundo del mundo alejandrino e identifica, luego analiza todo aquello que da origen a nuestro libro sagrado y correspondiente teología. La cultura alejandrina son las entrañas de dónde venimos, allí se fraguó nuestra Biblia, allí vivieron y escribieron los Padres de la Iglesia. La biblioteca de Alejandría y todo lo que esta representaba fue el epicentro del conocimiento que sirvió para que el conocimiento liberador del evangelio fuese propagado.
Todo lo anterior justifica con creces la investigación que se efectúa, porque nos provee un conocimiento valioso que quita el telón de la ignorancia, que desmitifica a las historias ficticias que encontramos en la Biblia, que fueron escritas intencionalmente de forma alegórica para que cada generación descubriese las verdades espirituales eternas que subyacen atrás de ellas12. Se justifica porque demuestra que el cristianismo es la culminación de un proceso de siglos donde Dios ha movido los hilos desde el día uno.
E. Metodología de investigación
La temática que se desarrolla es la que determina siempre el método que el investigador deberá emplear para efectuar su trabajo. En el caso que nos ocupa, el método que predomina a lo largo de toda la investigación es el método inductivo; porque extrae conclusiones lógicas y válidas a partir de un conjunto de premisas o proposiciones13. Un ejemplo concreto lo encontramos en el capítulo dos cuando abordamos el tema de la Biblia griega en el cual llegamos a la conclusión que esta no es una versión sino un canon de las Escrituras. Se llega a esta conclusión después de una operación lógica en la cual se analizan una serie de premisas que nos conducen a tal conclusión.
También se utiliza el método analógico14 porque en varias partes de la investigación se establece una conexión entre un pensamiento griego y un tema de la teología, por ejemplo, o una conexión entre el elemento griego y texto de la Biblia. Este método se ve reflejado en el capítulo tres cuando se trata de establecer la conexión entre el pensamiento griego y los libros sapienciales.
Finalmente se usa el método alegórico15, específicamente en la interpretación del libro de Ester que aparece en el anexo uno de esta investigación. Este es el método que usaban los Padres alejandrinos de la Iglesia para explicar el sentido profundo y espiritual detrás del texto.
F. Las fuentes de conocimiento
Para efectuar un trabajo de esta naturaleza, una de las fuentes más importantes es la historia, de la que hemos echado mano para crear la base de nuestra investigación. La segunda fuente de conocimiento utilizada es la filosofía griega. El pensamiento griego es fuente primigenia tanto para la construcción de la Biblia griega como para la teología cristiana. La tercera fuente de conocimiento es la rica producción literaria de los padres alejandrinos, quienes sentaron las bases doctrinales de nuestra fe. Cuarto, la producción literaria gnóstica. Al ser esta una interpretación producto de una simbiosis de la filosofía griega y la teología cristiana, su estudio se vuelve indispensable y, por último, que muy bien puede ser nuestra primera fuente de conocimiento, la Biblia griega o Septuaginta, que sirvió de base a los redactores del Nuevo Testamento para la construcción teológica que allí encontramos.
Como puede comprobarse, un trabajo de esta envergadura requiere el uso y estudio de fuentes multidisciplinares que permitan alcanzar el propósito impuesto por el investigador. A diferencia del pasado, el mayor número de fuentes que se utilizan en las investigaciones hoy día las podemos encontrar de forma gratuita o compradas en las bibliotecas virtuales, o buscadores de Internet, así como en plataformas de ventas de libros. Ahora, para el caso que nos ocupa había que incluir un elemento que le iba dar un carácter sui generis a este trabajo; y es el haber hecho parte de la investigación en la Biblioteca de Alejandría16, en Alejandría misma, es decir, en el teatro de las acciones. Todo esto para experimentar el eco de las voces de los Padres de la Iglesia, contemplar el mar que contempló Filón o conocer el lugar donde se gestó la Biblia griega, por mencionar solo algunas cosas.
G. Plan de estudio
Cuando se tiene un tema en mente, el gran desafío que tiene el investigador es su estructura heurística porque la misma debe reunir una serie de requisitos que asegure la solidez y el mensaje que se quiere transmitir. En la investigación que nos ocupa el planteamiento heurístico se efectúa en ocho capítulos.
El primer capítulo tiene que ver con la imposición de la cultura griega, la filosofía griega y la tensión que se creó con el mundo hebreo que no aceptó de buena gana la influencia de esta, aunque después no tuvo más remedio que sucumbir ante ella, al menos un sector del judaísmo y posteriormente el cristianismo.
El segundo capítulo está dedicado a la Biblia griega y todo lo que esta representa para el Nuevo Testamento y la teología cristiana. Aquí se asevera que la misma es el resultado de una política de Estado y que fue la fuente primigenia para la redacción del Nuevo Testamento y la teología cristiana.
El tercer capítulo está dedicado a la literatura sapiencial y como esta es el resultado de la evolución del pensamiento filosófico griego que crea un género literario hasta entonces desconocido, el sapiencial.
El cuarto capítulo es el estudio de los judíos que adoptan la cultura griega, siendo el apóstol Pablo la primera persona asimilada por esta cultura que se vuelve en el vehículo creado por Dios para la universalización de su Palabra. Aquí se expone todo lo relacionado a las tensiones que esto causó en el mundo judío de Israel y como este al final tuvo que desaparecer de la escena.
El quinto, profundiza en el tema de la hermenéutica cultural, porque al final todo es un asunto de interpretación. En este capítulo se efectúa un estudio del método de interpretación alegórico de la escuela de Alejandría en contraste con la escuela literalista de Antioquía. Se deja claro que el método de interpretación alegórico no es un método espurio sino aquel que el apóstol Pablo utilizó en reiteradas ocasiones para efectuar midrash del Antiguo Testamento.
El capítulo seis aborda el trabajo literario de los Padres alejandrinos y como la filosofía griega se vuelve en una de las fuentes importantes para la construcción de su teología. Este capítulo nos permite ver como los Padres de la Iglesia alejandrina y latina efectúan una relectura del pensamiento griego y haciendo un midrash de este construyen una teología que sirve de fundamento para la Iglesia de todos los tiempos.
El capítulo siete, identifica pensamientos concretos de la filosofía griega que sirve para construir temas específicos de la teología cristiana. Este capítulo nos deja ver con claridad meridiana como lo profano se vuelve en sagrado cuando pasa por el corazón de una persona regenerada por el Espíritu Santo. Así que conceptos extraños como logos sufra una dignificación y se le adjudique a la deidad.
Y finalmente tenemos el capítulo ocho que nos muestra la interpretación gnóstica como producto de una simbiosis que hace entre cristianismo y filosofía griega. Este capítulo nos deja saber que no siempre resulta algo positivo de la mezcla de lo profano con lo sagrado. Que siempre existen personas con mentes torcidas que tergiversan la verdad de Dios haciendo interpretaciones que dan origen teologías espurias e inaceptables como el gnosticismo.
Lo anterior nos da como resultado un libro sui generis que pone en contexto al estudiante que quiere saber el origen del libro sagrado que predicamos y enseñamos y al que llamamos la Palabra de Dios.
1. En las teologías sistemáticas, en la parte que corresponde a la bibliología y específicamente a las teorías de la inspiración, cada teólogo se esfuerza por explicar el origen del texto; hecho que los ha llevado a construir toda una gama de teorías de las que después escogen una para presentarla como la verdadera. Usualmente niegan la teoría que la influencia del Espíritu Santo va más allá de la dirección del pensamiento y que llega a la selección misma de las palabras. Erickson le llama la teoría verbal, en cambio Chafer le llama teoría del dictado. Para un estudio completo sobre el tema de la inspiración bíblica se recomienda Erickson, M. Teología sistemática. Edit. Clie. Viladecavalls, España. 2008., pp. 231-245. También Chafer, L.S. Teología sistemática. Publicaciones españolas. USA. 1986., pp. 71–91.
2. Véase Zaldívar, R. Fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento. Edit. Clie. Viladecavalls. España. 2020. Lo cierto es que cualquier autor que falle en considerar el tema de las fuentes tanto escriturales del período intertestamentario o la filosofía y cultura griega, tendrá un razonamiento incompleto. Es un requisito sine qua non incluir todos estos elementos en la ecuación. En conclusión, hay que reformular el concepto de inspiración bíblica tomando en cuenta el tema de las fuentes y la intervención de los concilios porque, al final de cuentas, son ellos quienes toman la decisión del carácter sagrado del texto.
3. Los redactores de los escritos sancionados como sagrados, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, no sabían que estaban redactando un cuerpo literario que iba a ser canonizado y que iba a ser considerado como inspirado por el Espíritu de Dios. Es importante señalar también que los escritos canonizados pasaron por un largo proceso de aceptación primaria, discusión y acuerdo final por los diferentes sectores del cristianismo. Finalmente, es oportuno apuntar que en lo relacionado al Antiguo Testamento no existe un acuerdo en relación con cuales son los libros sagrados hasta el día de hoy, evidenciando de esta manera la complejidad del tema.
4. La cultura helénica es mucho más que el idioma, que la filosofía o sus obras monumentales de arquitectura como el Partenón, por ejemplo. La cultura griega es literatura, la Ilíada de Homero era la biblia que Alejandro llevaba en sus campañas militares; es drama, las obras de Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes son clásicos. Véase Hadas, M. Greek Drama. Bantam Classic. USA. 2006. La cultura griega está fundamentada en ocho pilares, según Stephen Bertman, es a saber, el humanismo, buscar la excelencia, la práctica de la moderación, el autoconocimiento, el racionalismo, la curiosidad, el amor por la libertad y el individualismo. Él dice que como las ocho columnas que sostienen la entrada del Partenón, existen ocho pilares ideológicos que sostienen el edificio de la civilización griega, ocho principios que explican su poder creativo y resistente. Véase Stephen, B. The eight pillars of the greek wisdom. Fall River Press. USA. 2007, p. 7.
5. La academia hace un reconocimiento expreso a la Septuaginta como la Biblia griega, no la llama versión, donde griego no significa etnicidad sino el origen cultural del escrito sagrado. Para una mejor comprensión del término Biblia griega se recomienda ver la magnífica introducción que hacen los eruditos profesores Natalio Fernández Marcos, María Victoria Spottorno Díaz–Caro y José Manuel Cañas Reíllo en La Biblia griega. I El Pentateuco. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2008, pp. 11 y ss.
6. Para entrar al mundo griego y relacionarlo con la Biblia nada mejor que estudiar la obra de Antonio Piñero, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. El profesor Piñero dirige una obra monumental que consta de 18 artículos escritos por eruditos profesores que tratan toda esta temática, v.g. el encuentro de Israel con el helenismo, el judaísmo helenístico, los últimos escritos del Antiguo Testamento y la influencia helenista, Pablo y las corrientes gnósticas de su tiempo, inter alia. Véase Piñero, A. Biblia y Helenismo: el pensamiento griego y la formación del cristianismo. Ediciones El Almendro. España. 2006.
7. Es complicado y arriesgado porque expone y contradice paradigmas mentales que la Iglesia protestante ha enseñado como verdades de quinta esencia, no así la Iglesia católica que ha profundizado en el tema de la influencia de la cultura griega en la redacción de la Biblia y la teología.
8. Los griegos, que fueron religiosos por antonomasia, nunca tuvieron un libro sagrado, sin embargo, su filosofía ha sido influencia para el cuerpo de libros sagrados tanto de la religión de los judíos como de los cristianos. En el ars vivendi de los griegos el objeto de la filosofía era vivir bien y con eso en mente pensar correctamente de Dios, del mundo y de uno mismo, que equivalía a decir, metafísica, moral y religión. Ver Inge, W.R. «Religion» in The Legacy of Greece. Edited by R.W. Livingston. Oxford Clarendon Press. Londres. Ed. 1937, pp. 43 y 45.
9. Al referirnos a pensamiento y cultura griega estamos hablando de aquella que ha sido filtrada en Alejandría pues es esta la que tiene que ver directamente con nuestro objeto de estudio.
10. Sobre esta postura dogmática en algunos círculos de la Iglesia protestante es ilustrativa la siguiente cita: La versión protestante del cristianismo llega a América Latina vía los Estados Unidos, mayormente quienes nos imponen una teología en cuyo paquete viene incluido tanto prejuicios como mitos. La teología impuesta tenía dos características: la primera era la ortodoxia teológica europea pasada por el tamiz de los teólogos de los Estados Unidos y la segunda característica era el sesgo denominacional. Vivir bajo la pesada losa de tal imposición se volvió en una carga insoportable porque castró una de las facultades más preciadas del ser humano: pensar. El que no creía en el dogma sectario o no practicaba la liturgia impuesta… era excomulgado y tratado peor que un hereje. Zaldívar, R. «Teología hoy: Tres momentos que marcan un antes y un después». BYTH. Vol. 1, Núm. 1. 2021, p. 9.
11. Ptolomeo Sóter I (323-284 a. C.) Era hijo de Lagos y vino a Egipto como gobernador en el 323 a. C. Después de la muerte de Alejandro. En el año 305 se declaró a sí mismo rey, tomó un nombre real y se convirtió en una divinidad. La principal política tanto interna como externa era ser cauto. A nivel interno decidió emplear a ciertos oficiales egipcios, empero reservó los puestos más importantes para los griegos. Él trató de unir a la población tanto política como religiosamente. Introdujo la divina tríada de Alejandría, Isis, Serapis y Carpócrates. En este culto, Alejandro era el primero que había que adorar. Información Tomada del Museo Nacional de Alejandría. 30 de noviembre del 2022.
12. Esto puede relacionarse, mutatis mutandis, con el círculo hermenéutico que propone Juan Luis Segundo que nos habla de tomar en cuenta los cambios continuos en la interpretación de la Biblia en función de los cambios de la realidad presente, tanto individual como social.
13. El método inductivo es aquel que trata de explicar la relación entre las premisas y la conclusión de un argumento válido y proporcionar técnicas para determinar argumentos deductivos, esto es para discriminar entre deducciones válidas o no. Copi, I y Cohen, C. Introducción a la lógica. Noriega Editores. México. 2007, p. 209.
14. Cuando se usa este método, el investigador transfiere conocimientos desde una situación más conocida (análogo base) hacia otra más novedosa (análogo meta). Para el estudio del modus operandi de este método en la investigación se recomienda Olguín, M. V., Taverini, L. M., Gómez, A. E. «Métodos en el estudio del pensamiento analógico: tradiciones y nuevas perspectivas». Perspectivas metodológicas. Vol. 15. Nº 16. 2015, p. 58.
15. La alegoría es una forma literaria que está vinculada con dos procedimientos: primero, la forma como se compone el escrito y la forma como se interpreta. En el caso del libro de Ester, por ejemplo, el redactor le da un sentido aparente refiriéndose a otro. Segundo, se explica el libro descubriendo el otro sentido, aquel que va más allá de lo aparente. La alegoría tiene su origen en la cultura griega y era usado como método exegético para interpretar tradiciones antiguas que no podían ser entendidas en sentido literal. En conclusión, la interpretación alegórica en las Escrituras pretende encontrar el sentido profundo y espiritual detrás del texto al que no se le puede llegar con el sentido literal. Sobre este tema se recomienda, inter alia a Whitman, J. «Allegory», The New Princeton Encyclopedia of Poetry and Poetics. Princeton University Press. 1993, pp. 31-35. Se recomienda: Bostock, G. «Allegory and the interpretation of the Bible in Origen» JLT. Vol. 1, March 1987, pp. 39-53. Así como el clásico de Shotwell, J. «Christianity and History. Allegory and contribution of Origen». JOP. Vol. 17. N. 5. 1920, pp. 113-120.
16. En el año de 1987 el gobierno egipcio en colaboración con la UNESCO decidió construir la nueva Biblioteca de Alejandría para rememorar aquella que maravilló al mundo antiguo y donde se redactó la Biblia griega o donde Euclides inventó la geometría. La nueva biblioteca fue inaugurada el 16 de octubre del año 2002. Tiene en su estantería 2.5 millones de volúmenes y está dotada de las más modernas tecnologías de la información, entre otras cosas tiene un departamento de digitalización de manuscritos, programas académicos para desarrollar especialidades en conjunción con la Universidad de Egipto y aquellas de más prestigio en el mundo. Su diseño arquitectónico es único, creado por una firma noruega liderada por cinco jóvenes arquitectos menores de 30 años antes de presentar su proyecto al concurso anunciado por el gobierno egipcio. El edificio representa un disco solar que emerge de la tierra mirando hacia el mar en una alegoría a la apertura y a la inmensidad del saber. Además de la biblioteca y su espectacular sala de lectura para 2000 personas, hay un centro de conferencias con un aforo para 3500 asistentes, un planetario, cinco institutos de investigación, un centro de Internet, tres museos y cuatro galerías de arte. El costo final de esta obra arquitectónica se estima fue de 220 millones de dólares. La superficie de este mega edificio es de casi 37 000 metros cuadrados que comprende 11 niveles, cuatro de ellos bajo tierra. Aunque tiene la sala de lectura más grande del mundo hay otras bibliotecas que tienen más libros. Lo que sí se puede decir es que el complejo de edificios que la constituye es el más espectacular en su género en todo el planeta y está en el mismo nivel de la Casa de la Ópera de Sídney, en Australia, o el museo Guggenheim en Nueva York, por mencionar algunas obras arquitectónicas emblemáticas de la civilización humana actual.
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La imposición de la cultura griega
Sumario:
1.1 La helenización. 1.2 La cultura griega como medio de propagación de la fe cristiana. 1.3 El valor de la filosofía griega. 1.4 La tensión entre la cultura griega y la judía.
El nombre que se había pensado para este capítulo era el establecimiento de la cultura griega, sin embargo, después de analizar el tema se llegó a la conclusión que una cultura no se establece, sino que se impone antes de establecerse y si se impone, es siempre a través de la violencia17, como muy bien lo dijera Mao Tse Tung, mutatis mutandis, el poder surge del cañón de una pistola18.
Alejandro, conocido por la historia como el grande creyó que la cultura en la que él había sido criado era algo valioso y llegó a la conclusión que el mundo debía conocerla y disfrutarla. Alejandro había pasado años siendo educado por uno de los hombres más preclaros que ha parido la humanidad: Aristóteles19. Este no solo le enseñó filosofía, sino que fincó en su mente la grandeza de la cultura griega e inflamó el espíritu de aquel mancebo que decidió emprender una de las empresas más titánicas de la historia de la humanidad: imponer una cultura.
Como muy bien se ha señalado, una cultura se impone y se impone por la fuerza, de manera que el primer obstáculo a vencer era el poder de los persas, quienes representaban el poder político y militar hegemónico de la época. Con la caída de Darío, el joven Alejandro tuvo el camino allanado para conquistar otros pueblos e iniciar lo que la historia conoce como la helenización20.
La carrera de Alejandro fue efímera, murió según reza la historia, a los treinta y tres años, así que en realidad lo que Alejandro hizo fue sentar las bases para que sus generales sucesores, entre los que destaca Ptolomeo, mejor conocido como Sóter21I, iniciará el proceso cultural conocido como la helenización.
En este capítulo serán objeto de estudio cuatro puntos principales, a saber, (1) la helenización como fenómeno cultural, (2) la cultura griega como medio de propagación de la fe cristiana, (3) el valor de la filosofía griega y (4) la tensión entre la cultura griega y la judía.
1.1La helenización
La helenización22 es un proceso intencional cuya segunda etapa comienza en la ciudad de Alejandría; y comienza en el momento en el que Ptolomeo I, fundador de la dinastía griega de los Ptolomeos, decide crear la célebre Biblioteca de Alejandría. El hombre se impone una tarea cultural única en la historia de aquella época. Para lograr su objetivo se hace de los servicios de Demetrio de Falero23 quien es el artífice de aquel megaproyecto. Sobre este personaje Irene Vallejo señala:
Demetrio trasplantó a Egipto el modelo de pensamiento aristotélico, que en aquella época estaba en la vanguardia de la ciencia occidental… su paso por Egipto dejó huellas duraderas. Gracias a él, un fantasma protector se instaló en la biblioteca, el de Aristóteles, el apasionado de los libros24.
En palabras sencillas, podemos decir que la Biblioteca de Alejandría y el hecho que esta ciudad se haya convertido en el centro cultural y académico del mundo es parte del legado de Aristóteles. Fue así como en pocos años Alejandría desplazó a Atenas y sentó las bases para que se originara la Biblia griega, la teología cristiana y una serie de filosofías y teologías que fueron tildadas más tarde como heréticas.
La fuerza es siempre necesaria para imponer una cultura, pero no basta, es necesario la ciencia, los libros, en otras palabras, la letra es un requisito sine qua non para el éxito de la helenización. Los ptolomeos entendieron bien esto y fundaron el museo y la biblioteca.
Primero, el museo25 fue una de las instituciones más ambiciosas del helenismo, como señala Irene Vallejo …una primitiva versión de nuestros centros de investigación, universidades y laboratorios de ideas26. Este centro de investigaciones fue sufragado completamente por el Estado, permitiendo el desarrollo del conocimiento. Allí convergían matemáticos, físicos, filósofos, abogados, teólogos, inter alia, con el único propósito de crear ciencia27. El modelo de escuelas que hubo en la Atenas del siglo V a. C. fue tomado por los alejandrinos, de ahí que se convirtiera en un centro cultural neurálgico y el lugar donde todo mundo quería ir para educarse.
Segundo, la biblioteca que fue un esfuerzo consciente y deliberado del Estado por proveer en un único lugar a los científicos del museo, a las mentes más brillantes de la época y al público en general28 el acceso directo al conocimiento de diversas culturas que iba a servir de base para el desarrollo de la ciencia. Sin ningún tipo de discusión, la humanidad está en deuda con este megaproyecto de la dinastía ptolomea.
Poder cultural sin poder económico es una ecuación que no funciona, de ahí que Ptolomeo se impusiera también el cometido de convertir Alejandría en una potencia económica. Tenía todo a su favor, estaba ubicada en un punto geográfico estratégico que le permitió convertirse en el puerto más importante del Mediterráneo en unos pocos años, y desde la perspectiva geopolítica en una polis hegemónica, equivalente el día hoy a una potencia mundial del primer mundo29. Tanto en el pasado como el presente, una ciudad no trasciende si no tiene obras de infraestructura majestuosas que despierten el interés de las personas en visitarlas. De ahí que los ptolomeos comenzaron a crear una ciudad que cuando lo gente la viera dijera …y he aquí, no se me había contado ni la mitad. Tú superas en sabiduría y prosperidad la fama que había oído…30, la edificación más emblemática fue el célebre faro de Alejandría de 400 pies de altura, construido en la isla del mismo nombre y que fue considerado una las siete maravillas del mundo antiguo. El distrito del palacio con regias construcciones como el museo y la biblioteca, los canales, el puerto mismo volvieron a Alejandría un centro turístico codiciado por el mundo antiguo.
Otro de los aspectos que favoreció el proceso de helenización fue la migración étnica que experimentó la polis. Las grandes obras de infraestructura atrajeron la mano de obra de los países vecinos, la biblioteca atrajo la intelectualidad de Europa y el bienestar económico atrajo a familias enteras que buscaban mejores derroteros para sus generaciones futuras. Entre los muchos pueblos que migraron a Alejandría estaban los judíos, quienes pronto iban a establecer una de las colonias más grandes de la diáspora que iba a permanecer allí, a pesar de los avatares de la vida, hasta el día de hoy. Era lógico que aquellos pueblos fueron reciclados culturalmente y si vamos a utilizar el término sociológico, fueran asimilados. No solamente adoptaron el idioma griego, sino que muchas de las costumbres y estilo de vida. Al haberse expuesto a la cultura y riqueza de Alejandría estos judíos no iban a ser igual al resto de los judíos, surgiendo de esta manera una pugna con aquellos que vivían en Israel; pugna que se ve reflejada en el Nuevo Testamento31.
Los judíos, a pesar de ser un pueblo dedicado a la cría de animales y otros menesteres eran un pueblo de letras y encontraron en Alejandría el lugar perfecto para desarrollar todo ese potencial que tenían. De ahí que no tardaron mucho en involucrarse en el mundo intelectual y crear escuelas de pensamiento, producir una basta literatura filosófica–religiosa que marcó la base para articular la teología cristiana. En otras palabras, la helenización fue la plataforma de lanzamiento de la intelectualidad judía que iba a permear la mente del gran apóstol Pablo y de los Padres de la Iglesia alejandrinos que establecieron los principios teológicos por los que hoy regimos nuestra vida.
Para concluir, podemos afirmar que sin Alejandría no hubiera habido helenización, sin helenización no se hubieran sentado las bases de la teología cristiana ni de la propagación de la revelación de Dios, de ahí que solo cabe teologizar y afirmar que, en la economía de Dios, Él había levantado a Alejandro para iniciar el proceso de imponer una cultura que con los años iba a ser el instrumento para propagar su Palabra a todos los pueblos de la tierra hasta el día de hoy.
1.2La cultura griega como medio de propagación de la fe cristiana
El arte, la religión o una filosofía, inter alia, necesitan de una cultura para propagarse. Es completamente imposible hacerlo en un vacío cultural y la razón es bien sencilla, todo ser humano quiera o no está adscrito a una cultura.
En el caso del cristianismo es extraño y hasta paradójico que se utilizara la cultura griega para universalizarse; y es extraño porque la cultura hebrea es la cultura del pueblo que Dios escogió para revelarse a la humanidad. Lo lógico hubiese sido que el cristianismo hubiese sido transmitido a través de la cultura hebrea. Las preguntas que originan esta realidad son obvias: ¿por qué Dios escogió una cultura pagana para transmitir la verdad de su evangelio? ¿Es la cultura griega superior a la cultura hebrea? ¿No es contradictorio escoger una cultura pagana para transmitir la verdad de Dios? Todas ellas son preguntas legítimas que esperamos sean contestadas a lo largo de este trabajo de investigación, sin embargo, ahora podemos filosofar sobre esta “contradicción”.
A nadie le es desconocido la vocación xenófoba de los judíos; vocación que es inculcada a los niños a través del estudio de la Torah y del Misná y el Talmud actualmente. La expresión pueblo escogido de Dios habla por sí misma. La xenofobia es una práctica atestiguada en todo el tanaj, v.g. el libro de Esdras, cuando este pronuncia aquel furibundo discurso en contra de la exogamia y a favor de la endogamia32, haciendo que los judíos abandonaran a sus mujeres paganas porque estas iban a desviar su corazón de YHWH, está reforzando la xenofobia. Al ser formados con una mentalidad exclusivista donde todos son incircuncisos33, que equivale a decir malos, y ellos son los únicos buenos, no encaja con el espíritu del cristianismo. Esto lo vemos en la declaración del apóstol Pablo en Filipenses: …circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo, en cuando al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable34. Como es obvio, una persona con ese paradigma mental no puede ser un ministro del evangelio de Cristo. Su mente obtusa le impedía ver más allá de sus narices y había que perseguir a todos aquellos que pensaran diferente. Afortunadamente para Pablo, logró hacer el cambio de paradigma mental, él mismo lo dice: …sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor…35. Cuando vemos el asunto con detenimiento nos damos cuenta de que el ministerio de Jesús, la predicación del evangelio y el mandato de universalizarlo es un cambio de paradigma radical que provocó las exacerbaciones más virulentas de los judíos amantes de las tradicionales y celosos de su herencia que no tuvieron más remedio que urdir una patraña y quitarle la vida a Jesús y lo hicieron porque Él representaba una contracultura y el colapso de todo un andamiaje que era ya obsoleto. Después de la destrucción del templo los judíos fueron dispersados, estableciendo la élite religiosa en Jammia donde sentaron las bases del judaísmo como lo conocemos hoy en día. A esta élite se les conoce en la historia como los sabios que en realidad representan el lado oscuro del mover de Dios en la historia. Uno de los actos tristemente célebres de estos sabios fue la promulgación del Birkat ha-minim, una oración de maldición contra los judeocristianos usada hacia finales del siglo I; también utilizada contra todos cuantos se oponían al grupo de los sabios o judíos de Jammia. El objetivo de esta oración era excluir a los judeocristianos de las sinagogas. Recordemos que, en el plano histórico, por esta época (años 80-90), el conflicto entre judíos y judeocristianos tuvo lugar en el seno del judaísmo; cristianismo y judaísmo todavía no se habían separado36. Con esta maldición quedó oficializada la brecha entre el judaísmo y el cristianismo hasta el día de hoy.
Después de lo anteriormente expuesto queda suficientemente claro que la cultura hebrea no podía ser el vehículo para universalizar el evangelio, además que las condiciones sociopolíticas lo impedían y por lo tanto no existía la infraestructura académica para articular la teología de la nueva religión y menos las condiciones para orquestar la propagación y defensa de la fe; dos acciones indivisibles y sumamente necesarias para el desarrollo del cristianismo. El helenismo por otro lado ofrecía todas las condiciones para universalizar la fe cristiana, comenzando con el idioma que era la lingua franca y después con el paradigma mental que incluía la búsqueda mayor de racionalidad, una visión más ontológica o esencialista de la vida humana con una tendencia al dualismo, es decir la separación del espíritu de la materia y lo más importante, la infraestructura intelectual forjada durante siglos en las escuelas de Platón, Aristóteles y últimamente en la de los estoicos y epicúreos que fueron tan importantes para personajes como Filón y posteriormente para Pablo y los Padres de la Iglesia, que bebieron hondamente de todas estas reflexiones que les permitieron construir un pensamiento teológico que le dio consistencia al cristianismo. Mientras los judíos se encerraban en el ghetto,