Lecciones de la vida de Nehemías - Elena G. de White - E-Book

Lecciones de la vida de Nehemías E-Book

Elena G. De White

0,0

Beschreibung

Todo cristiano debe ser un líder, una influencia positiva, un canal de bendición donde sea que se encuentre. Esta guía práctica lo ayudará a pensar en la sagrada responsabilidad que Dios ha colocado sobre sus líderes, y a ampliar la visión de lo que Dios requiere de cada miembro de su iglesia en la actualidad. "Lecciones de la vida de Nehemías" reúne 19 breves artículos escritos por Elena de White en 1904, y publicados por la revista "Southern Watchman" [El vigía del Sur], junto con una guía de estudio que lo ayudará a descubrir los secretos del éxito de esta gran líder del pasado y a aplicar estas pautas en el contexto moderno. Ideal para ser utilizado en Grupos pequeños o para una lectura y estudio individuales, es un libro sencillo y práctico, que transmite la autoridad de la orientación divina a través de Elena G. de White. Con seguridad, esta obra ayudará a líderes y miembros a abordar con sabiduría los desafíos que la iglesia afronta hoy.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 111

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lecciones de la vida de Nehemías

Sabiduría divina para líderes modernos

Elena G. de White

Incluye guía para Grupos pequeños o el estudio personal

Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.

Índice de contenido
Tapa
Introducción
1 - El santo propósito de restaurar Jerusalén
2 - Una oración que prevaleció
3 - Prudencia y previsión
4 - Una noche de preparación
5 - Garantizándose la cooperación del pueblo
6 - “Celoso de buenas obras”
7 - Burlas y desánimo
8 - Descontento entre los creyentes
9 - Valiente perseverancia
10 - Reprensión a los chantajistas
11 - Integridad en los negocios
12 - Conspiraciones paganas – Primera parte
13 - Conspiraciones paganas – Segunda parte
14 - Se instruye al pueblo en la ley de Dios
15 - Un ayuno solemne
16 - La reforma del sábado
17 - La santidad de la Ley de Dios
18 - Separación entre Israel y los idólatras
19 - La necesidad de verdaderos reformadores

Lecciones de la vida de Nehemías

Elena G. de White

Título del original: Lessons From the Life of Nehemiah, Ellen G. White Estate, Silver Spring, MD, 1999.

Dirección: Pablo M. Claverie

Traducción: Claudia Blath

Diseño de tapa: Nelson Espinoza

Diseño del interior: Marcelo Benítez

Ilustraciones: Shutterstock

Libro de edición argentina – Impreso en la Argentina

Printed in Argentina

Primera edición, e - Book

MMXX

Es propiedad. © 1999 Ellen G. White Estate.

© 2012, 2020 Asociación Casa Editora Sudamericana, edición en castellano

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-798-194-0

White, Elena G. de

Lecciones de la vida de Nehemías / Elena G. de White / Dirigido por Pablo M. Claverie. - 1ª ed. - Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2020.

Libro digital, EPUB

Archivo digital: Online

Traducción de: Claudia Blath

ISBN 978-987-798-194-0

1. Cristianismo. 2. Liderazgo. I. Claverie, Pablo M., dir. II. Blath, Claudia, trad. III. Título.

CDD 222.8

Publicado el 10 de junio de 2020 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Tel. (54-11) 5544-4848 (Opción 1) / Fax (54) 0800-122-ACES (2237)

E-mail: [email protected]

Web site: editorialaces.com

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

Introducción

En 1904, la revista Southern Watchman [El vigía del Sur] publicó una serie de 19 artículos de Elena de White titulados “Lecciones de la vida de Nehemías”. Si bien gran parte de este material se puede encontrar disperso entre otras publicaciones, esta colección ayuda a que el lector centre su atención, y se convierte en una declaración poderosa acerca de la responsabilidad del liderazgo de la iglesia en el contexto de un reavivamiento y una reforma entre el pueblo de Dios.

Estos artículos son reproducidos aquí con una guía de estudio, que esperamos sea de ayuda al lector para (1) pensar en la sagrada responsabilidad que Dios ha colocado sobre los líderes de su pueblo y (2) captar la visión de lo que Dios pide de su iglesia hoy.

Para ayudar al lector a encontrar las respuestas a las preguntas de la guía de estudio, se utiliza un código. Se colocaron entre paréntesis el número de página y el número de párrafo donde se puede encontrar la respuesta. Así (10:3) indica que la respuesta se puede encontrar en la página 10, en el tercer párrafo.

Es la oración de los editores del Patrimonio White que el estudio de estos artículos ayude a preparar a líderes y al pueblo para el derramamiento de la lluvia tardía.

Capítulo 1

El santo propósito de restaurar Jerusalén

Entre los hijos de Israel dispersos en tierras paganas como resultado de los setenta años de cautiverio, había patriotas cristianos: hombres que eran fieles a los principios, hombres que apreciaban el servicio a Dios por sobre toda ventaja terrenal, hombres que honrarían a Dios aun bajo el riesgo de perderlo todo. Estos hombres tuvieron que sufrir con los culpables; pero, en la providencia de Dios, su cautiverio fue el medio para que se convirtieran en el centro de atención. Su ejemplo de integridad intachable relució con el brillo del Cielo.

Relativamente pocos de los judíos cautivos aprovecharon el generoso decreto de Ciro, que les concedía la posibilidad de regresar a su propia tierra. Pero, los que regresaron comenzaron la obra de reconstrucción del Templo y las murallas de Jerusalén. Esta gran empresa fue llevada a cabo muy lentamente. Pasaron los años, y la obra todavía no había sido terminada. Entonces, Dios levantó el hombre oportuno a través del cual obró para la restauración de la ciudad de su pueblo escogido.

Nehemías, uno de los desterrados hebreos, ocupaba un cargo de influencia y honor en la corte de Persia. Como copero del rey, tenía libre acceso a la presencia real y, en virtud de esta intimidad, y gracias a sus dotes personales y su fidelidad, llegó a ser el consejero del monarca. Sin embargo, en esa tierra pagana, rodeado por la pompa y el esplendor de la corte, Nehemías no olvidó al Dios de sus padres ni a su pueblo, a quien fueran confiados los sagrados oráculos. Con profundo interés, su corazón se volvía hacia Jerusalén, y sus esperanzas y sus alegrías estaban ligadas a su prosperidad. Días de extrañas pruebas y aflicciones se habían cernido sobre la ciudad escogida. Los mensajeros de Judá describieron a Nehemías su condición. Se había reconstruido el segundo Templo y algunas secciones de la ciudad; pero, la obra de restauración corría peligro, los servicios del Templo eran perturbados y el pueblo estaba en constante alarma por el hecho de que las murallas de la ciudad permanecían mayormente en ruinas; y sus pórticos, incendiados. La capital de Judá se transformaba rápidamente en un lugar desolado y los pocos habitantes que permanecían allí estaban profundamente amargados por las burlas de los agresores idólatras, que les decían: “¿Dónde está su Dios?”

El corazón del patriota hebreo estaba abrumado por las malas noticias. Tan grande era su pesar que no comió ni bebió. “Me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. Pero, cuando ese primer estallido de angustia concluyó, se volvió en su aflicción hacia el gran Ayudador. El registro dice: “Oré delante del Dios de los cielos”. Vació su corazón delante del Señor. Sabía que la aflicción que había venido sobre Israel era el resultado de su transgresión y, con profunda humillación, se presentó delante de Dios para pedir perdón y suplicar la renovación del favor divino. Elevó sus peticiones al Dios del cielo, “el grande y temible”, porque así se había mostrado el mismo Señor en los terribles juicios que había traído sobre Israel. Pero, con un rayo de esperanza, Nehemías continuó: “que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos”. Por medio del arrepentimiento y la fe, Israel todavía podía alcanzar misericordia.

Fielmente, el hombre de Dios confesó sus pecados y los de su pueblo: “Esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo”. Aferrándose a las promesas divinas, Nehemías puso en el estrado de la misericordia celestial su pedido de que el Señor sostuviera la causa de su pueblo penitente, restaurara sus fuerzas y reconstruyera sus lugares asolados. Dios había sido fiel a sus advertencias cuando su pueblo se separó de él: los dispersó entre las naciones, de acuerdo con su palabra. Y Nehemías encontró en este mismo hecho la seguridad de que sería igualmente fiel en cumplir sus promesas. Su pueblo se había vuelto con arrepentimiento y fe para guardar sus mandamientos, y Dios mismo había dicho que, si ellos obraban así, aun cuando habían sido desterrados a los confines de la Tierra, él los haría volver de allí, y haría que la luz de su rostro volviera a brillar sobre ellos. Se les había dado esta promesa más de cien años antes, pero había permanecido invariable a lo largo de las eras. La Palabra de Dios no falla.

La fe y el valor de Nehemías se fortalecieron al asirse de la promesa. Su boca se llenó de santos argumentos. Señaló la deshonra que caería sobre Dios si su pueblo, ahora que había regresado a él, era abandonado en su momento de debilidad y opresión.

Nehemías con frecuencia había derramado así su alma ante Dios a favor de su pueblo. Y, a medida que oraba, se iba forjando en su mente el propósito santo de que, si llegaba a obtener el consentimiento de su rey, y la ayuda necesaria en la búsqueda de herramientas y materiales, él mismo emprendería la ardua tarea de reconstruir las murallas de Jerusalén y buscaría restaurar la fuerza nacional. Y ahora, al cerrar su oración, le rogó al Señor que le otorgara el favor ante los ojos del rey, de tal manera que pudiera llevar a cabo su acariciado plan.–Southern Watchman, 1º de marzo de 1904.

Guía de estudio

Texto bíblico: Nehemías 1:1-11

1. ¿En qué términos declara Elena de White el tema bíblico de que Dios trata con su pueblo como un grupo unido?

2. Examina los siguientes pasajes y nota las declaraciones que muestran identidad en común. Antiguo Testamento: Josué 7:1, 10-12; Nehemías 1:6, 7; 9:33, 34, Daniel 2:13, 14. Nuevo Testamento: Mateo 23:34-36; 1 Corintios 12:14-26; Hebreos 7:9, 10.

3. Tres aspectos compartidas por un pueblo:

a. Identidad compartida: Daniel 2:13, 14

b. Culpa compartida:

1. Mateo 23:34-36

2. “Por medio de la predicación de los apóstoles y de sus compañeros, Dios iba a hacer brillar la luz sobre ellos [los judíos] para que pudiesen ver cómo se habían cumplido las profecías, no únicamente las que se referían al nacimiento y la vida del Salvador sino también las que anunciaban su muerte y su gloriosa resurrección. Los hijos no fueron condenados por los pecados de sus padres; pero cuando, conociendo ya plenamente la luz que fuera dada a sus padres, rechazaron la luz adicional que a ellos mismos les fuera concedida, entonces se hicieron cómplices de las culpas de los padres y colmaron la medida de su iniquidad” (El conflicto de los siglos, p. 27).

c. Castigo compartido:

1. Josué 7:2-5, 12; Nehemías 9:33, 34.

2. “Estos hombres [los patriotas cristianos] tuvieron que sufrir con los culpables…”

Nota: El cumplimiento adecuado de la responsabilidad que Dios les ha dado a los líderes espirituales dentro del grupo (el cuerpo de Cristo) es vital para el éxito del plan de Dios sobre la Tierra. La importancia de este papel es enfatizado por Elena de White varias veces en los siguientes artículos. Preste atención a estas declaraciones.

4. ¿Tenemos evidencias de que Dios todavía trata a su pueblo como un cuerpo en relación con la identidad, la culpa y el castigo compartidos? Justifica tu respuesta.

5. ¿Qué pruebas existen para una identidad compartida entre Dios y su pueblo?

6. Examina la oración de Nehemías (ver Nehemías 1:5-11). Una parte de esta oración es intercesora por naturaleza. Identifique los diversos elementos que caracterizan esta clase de oración.

Pregunta para reflexionar: ¿Qué incluiría en una oración intercesora ofrecida a favor del pueblo de Dios en la actualidad, cuyo objetivo fuese pedir por un reavivamiento en la Iglesia Adventista (el cuerpo de Cristo)?

Capítulo 2

Una oración que prevaleció

Durante cuatro meses Nehemías se vio forzado a esperar una oportunidad favorable para presentar su petición al rey. Mientras tanto, aunque su corazón estaba apesadumbrado, se esforzó por mostrarse alegre en la presencia real.

Pero, en la intimidad, oculto de los ojos humanos, Dios y los ángeles eran testigos de las muchas oraciones, confesiones y lágrimas. En las cortes orientales, estaba prohibida toda manifestación de tristeza. Todos debían aparentar alegría y felicidad. La angustia no debía echar su sombra sobre el rostro de ningún acompañante de la realeza.

Al fin, el pesar que abrumaba el corazón del patriota ya no pudo esconderse. Las noches de insomnio dedicadas a la oración ferviente y los días llenos de congoja, entenebrecidos por la sombre de la esperanza diferida, dejaron sus rastros en el semblante de Nehemías. El rey, velando por su propia seguridad, estaba acostumbrado a observar los rostros y a penetrar los disfraces. Al darse cuenta de que alguna aflicción secreta acosaba a su copero, le preguntó: “¿Por qué está triste tu rostro, pues no estás enfermo? No es esto sino quebranto de corazón”.