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La Vedânta Advaita es una ancestral filosofía mística de la India, la cual nos enseña que el universo y todos los seres que lo habitan son —en su más íntima Esencia—, divinos y eternos, y que la meta real del ser humano en este mundo es realizar la absoluta y maravillosa identidad entre el Alma y Dios. El fundamento de esta doctrina atemporal se halla en los sagrados Upanishads, los cuales constituyen la parte más elevada y metafísica de las Escrituras Hindúes: los Vedas. A fin de que tales enseñanzas sean más asequibles y comprensibles, los Maestros han escrito muchos tratados preliminares, conocidos como Prakarana Granthas. En este libro, la profesora y Maestra de Almas, Ada Albrecht, nos entrega cuatro de dichos tratados junto con exhaustivas notas pedagógicas, las cuales, a su vez, le fueran transmitidas por monjes vedântinos durante sus prolongadas estancias en la India. El propósito de este libro es despertar nuestros corazones para las cosas divinas, elevar nuestra conciencia hacia el reino del Espíritu, y acercarnos a Dios.
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OM SRI GANESHAIA NAMAHA
Reverencia a Sri Ganesha
Deva de la Sabiduría Espiritual en la Religión de la India y Guía de los devotos de Dios
Ada Albrecht el Templo del Bhagavad Gîtâ, India.
Ada Albrecht
ÂTMABODHA - LAGHU VÂKYA VRITTI
VEDÂNTASÂRA - DRIG DRISHYA VIVEKA
2020
EDITORIAL HASTINAPURA
BUENOS AIRES, ARGENTINA
Los Prakarana Granthas
Ada Albrecht
Primera edición: 2020
Imagen de la portada: Sri Sankaracharya
Todos aquellos que deseen profundizar sus estudios sobre los temas tratados en este libro pueden llamar o acercarse a cualquiera de las direcciones dadas al final del volumen.
El tipeo, diseño y corrección del presente libro ha sido realizado íntegramente por Miembros de la Fundación Hastinapura.
Albrecht, Ada
Los Prakarana Granthas con notas pedagógicas : Âtmabodha, Laghu Vâkya Vritti, Vedântasâra, Drig Drishya Viveka. Los fundamentos y la práctica de la Vedânta Advaita / Ada Albrecht. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Hastinapura, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-4038-61-6
1. Filosofía Hindú. I. Título.
CDD 181.4
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
© by Editorial Hastinapura
Riobamba 1018 (C1116ABF)
Buenos Aires, República Argentina
Tel/Fax (0054-11) 4811-9342
E-mail: [email protected]
Internet: www.hastinapuralibros.com
Versión: 1.0
Digitalización: Proyecto451
Portada
Comienzo de lectura
Prólogo
Palabras preliminares
Mantra Advaita
ÂTMABODHA
Sobre el Âtmabodha
Âtmabodha
El Conocimiento Espiritual nos lleva a Dios
La necesidad de la práctica constante
Tres términos esenciales
Disciplina Vedânta para los estudiantes
Los factores que establecen la verdad de la Vedânta
El mundo es como un sueño
Los tres estados de conciencia
Dios es la base del mundo
Los cinco aspectos del Universo
Las envolturas que cubren al Espíritu
El cuerpo denso
Los tres cuerpos
Las tres Gunas de Mâyâ
Los cinco elementos
Primer estado (Elementos sutiles)
Segundo estado (Elementos densos)
Proceso de Pañchikaranam. Primera parte
Proceso de Pañchikaranam. Segunda parte
Los Samskaras y los Skandhas
Los tres aspectos del Karma
El cuerpo sutil
Los 5 Prânas
Los 5 Karma Indriyas
Los 5 Jñâna Indriyas
Manas
Buddhi
El cuerpo causal
Avidyâ es el cuerpo causal
Mâyâ y Avidyâ
Los Pradibandhâs u obstáculos mentales
Las cinco envolturas
Los tres cuerpos y las cinco envolturas
Sobre las enseñanzas de la Vedânta
Conciencia Pura y conciencia reflejada
Lo que debe hacer el discípulo
Toda conciencia proviene de Dios
La Naturaleza del Espíritu
Develando al Divino Espíritu
Las Cuatro Mahâvâkyas
El proceso del Conocimiento Espiritual
Los dos tipos de conocimiento
Las cuatro condiciones del discípulo
Los dos caminos para comprender el Tat Tvam Asi
El camino directo
El camino del razonamiento
Los cuerpos son como burbujas
Las dos cosas que hay en el mundo
Los tres grados del deseo
Meditaciones sobre el Espíritu
Meditaciones sobre Tvam (Âtman)
Meditaciones sobre Tat (Brahman)
Las Upâsanas
Los dos poderes de Avidyâ
Cómo meditar
El ejemplo de los dos leños
Dios se muestra por Sí Mismo
Los dos obstáculos: “yo soy” y “yo tengo”
El Jîvanmukta
El ejemplo de la avispa y el insecto
El Yogi y el Bhogi
La Inefable Naturaleza de Dios
Shruti, Yukti y Anubhava
Shruti y Smritti
La Luz de Dios
Todo es Dios
La Iluminación Espiritual
Conclusión
LAGHU VÂKYA VRITTI
Sobre el Laghu Vâkya Vritti
Laghu Vâkya Vritti
La rama y la luna
Los tres cuerpos y los tres estados de conciencia
El sueño profundo y el Samâdhi
El Jîva o ser individual
El Samsâra
¿Es difícil obtener el Samâdhi?
Kûtashtha Chaitanya y Chidâbhâsa
¿Cuándo funciona Chidâbhâsa y cuándo no?
La Divina Conciencia siempre está presente
La clave para aquietar la mente
Toda capacidad de conocer proviene de Dios
Cómo meditar
Una enseñanza sobre la recitación de Mantras
La gran enseñanza de la Vedânta
Brahma Abhyâsa: La disciplina divina
VEDÂNTASÂRA
Sobre el Vedântasâra
Vedântasâra
CAPÍTULO I: TEMAS PRELIMINARES
Las cuatro Anubandhas
Primera Anubandha: Descripción del discípulo
Las acciones que no realiza el aspirante espiritual
Las acciones que sí realiza el aspirante espiritual
Los frutos de los diversos tipos de acciones
Las cuatro cualidades del Adhikâri
Viveka
Vairâgya
Satsampati
Mumukshutva
Otras características del Adhikâri
Segunda Anubandha: El tema a tratar
Tercera Anubandha: La conexión entre el texto y el tema
Cuarta Anubandha: El fruto del estudio
El Guru
CAPÍTULO II: SOBREIMPOSICIÓN
Realidad e irrealidad
Vastu y Avastu: Realidad e Irrealidad
Ajñâna
Los dos aspectos de Ajñâna
El aspecto colectivo de Ajñâna
Îshvara: El Divino Señor
El cuerpo causal y Ânanda Maya Kosha
El aspecto individual de Ajñâna
Identidad entre lo individual y lo cósmico
El cuarto estado: Turîya
La única conciencia es la Conciencia de Dios
Los dos poderes de Mâyâ
Âvarana Shakti y Vikshepa Shakti
Causa eficiente y causa material del Universo
Los elementos sutiles
Los cuerpos sutiles
Los cinco órganos de percepción
El órgano interno o Antahkarana
Vijñâna Maya Kosha
Mano Maya Kosha
Los cinco órganos de acción
Los cinco Prânas
Prâno Maya Kosha
Los tres constituyentes del cuerpo sutil
El cuerpo sutil cósmico
El cuerpo sutil individual
Identidad entre el cuerpo sutil individual y el cósmico
Los elementos densos
El proceso de quintuplicación
Las cualidades de los elementos
Los cuerpos densos
Las cuatro clases de cuerpos densos
El cuerpo denso colectivo
Anna Maya Kosha
El cuerpo denso individual
Las Deidades presidentes
Identidad entre el cuerpo denso individual y el cósmico
La totalidad de la Creación
Los reflejos de la Conciencia Pura
Conclusión
CAPÍTULO III: DIVERSOS PUNTOS DE VISTA ACERCA DEL SER
El punto de vista de los materialistas
El punto de vista de los Vijñânavâdines
El punto de vista de los Mimâmsakas
El punto de vista de los Shunyavâdines
La Verdadera Naturaleza de nuestro Ser
La experiencia de los Santos Iluminados
CAPÍTULO IV: DES-SOBREIMPOSICIÓN
Vivarta y Parinâma
La Des-Sobreimposición o el Regreso a Dios
Significados de “Tú” y “Aquello”
El significado de “Tú eres Aquello”
Las tres Sambandhas o proposiciones lógicas
Las tres Lakshanâs o implicaciones
La Mahâvâkya Aham Brahmasmi
El Conocimiento de Dios
CAPÍTULO V: LOS PASOS HACIA LA UNIÓN CON DIOS
Shravana: Escuchar
Manana: Reflexionar
Nididhyâsana: Meditar
Samâdhi: La absorción en Dios
Savikalpa Samâdhi
Nirvikalpa Samâdhi
Los ocho pasos del Yoga
Obstáculos para la meditación
Cómo remover los obstáculos
CAPÍTULO VI: EL JÎVANMUKTA
Características del Jîvanmukta
Los tres Karmas
Libre de dudas y conocimiento erróneos
El nudo del corazón
El Jîvanmukta ve al mundo como un sueño
La Liberación Final
DRIG DRISHYA VIVEKA
Sobre el Drig Drishya Viveka
Drig Drishya Viveka
CAPÍTULO I: EL VIDENTE Y LO VISTO
La principal enseñanza de la Vedânta
El significado de “Drig Drishya Viveka”
La alegoría de los dos pájaros
El Vidente y lo visto
Primero: El ojo percibe la forma
Segundo: La mente percibe al ojo
Tercero: El Testigo (Sâkshîn) percibe a la mente
Las modificaciones de la mente
Resumen de los primeros cuatro versos
Las características de Kûtashtha Chaitanya
CAPÍTULO II: LA CONCIENCIA REFLEJADA
Buddhi y la Conciencia
El propósito de la conciencia reflejada
Las tres identificaciones del ego
Los modos en que desaparecen las identificaciones
Lesha Avidyâ y el Jîvanmukta
El ego y los tres estados de conciencia
Los tres niveles de la realidad
Sobre los estados de sueño y de vigilia
El cuerpo sutil
CAPÍTULO III: LOS DOS PODERES DE MÂYÂ
Conocimiento mental y Conocimiento Real
Hay que ser devoto de Dios
El Jîva empírico
Algo más sobre el cuerpo sutil
¿Para quién es este conocimiento?
Algo muy importante para el aspirante espiritual
Las cinco características de los seres
CAPÍTULO IV: CÓMO PRACTICAR SAMÂDHI
Sobre la concentración de la mente
Una aclaración sobre el Samâdhi
¿Dónde se realiza el Samâdhi?
Los tres Samâdhis internos
Sobre Saguna Upâsana y Nirguna Upâsana
Los tres Samâdhis externos
CAPÍTULO V: EL JÎVA O SER INDIVIDUAL
Las tres concepciones acerca del Jîva
Una aclaración
El Ser Real
El ser empírico
El ser imaginario
Ilusión y Realidad
Conclusión
Glosario de términos sánscritos
NOS DICE LA ANTIGUA TRADICIÓN de la India que el conocimiento espiritual solamente puede brindar sus frutos cuando es transmitido “de un alma viviente a otra alma viviente”, es decir, cuando un discípulo lo recibe directamente de un Guru o Maestro Espiritual.
Esto se asemeja al hecho de que una lámpara de aceite puede ser encendida solamente si a ella se le acerca un fuego ya encendido.
Sólo un alma con una diáfana visión espiritual y con un profundo Amor a Dios en el corazón es la que puede hacer que los seres humanos eleven sus almas hacia el Cielo, dejando a un lado el anhelo por las cosas propias del mundo pasajero.
Bajo su guía las cosas complejas nos parecen más simples, lo que parece inalcanzable se nos presenta como algo posible de lograr, y nuestras tendencias terrenas se trasmutan en anhelo de cercanía con las cosas celestes. Tal es el maravilloso poder de un alma plena del recuerdo constante de Dios.
Nuestra Maestra Espiritual, Ada Albrecht, es ese fuego encendido del cual hablamos, y es esa alma plena de Amor a Dios capaz de guiar y orientar a sus discípulos.
* * *
El día 26 de Octubre de 1972 nuestra Maestra llegó por primera vez a la India. Sería ese el comienzo de sus dos prolongados viajes a tan sagradas tierras: entre los años 1972 y 1973 el primero, y en 1977 el segundo.
En estos viajes recibirá la sagrada y ancestral enseñanza de la Vedânta Advaita directamente de labios de monjes peregrinos, siguiendo los métodos y las formas de la enseñanza tradicional hindú.
En el primero de los viajes recibió explicaciones de cuatro importantes Prakarana Granthas, es decir, tratados preliminares de la Vedânta Advaita, a saber: el Âtmabodha y el Laghu Vâkya Vritti de Sri Sankaracharya, el Vedântasâra de Sadânanda Yogindra, y el Drig Drishya Viveka a menudo atribuido también a Sri Sankaracharya.
En el segundo viaje recibió los comentarios al sagrado Bhagavad Gîtâ. Éstos se hallan editados en un extenso volumen bajo el título Bhagavad Gîtâ con notas pedagógicas (1). Y también instrucciones acerca de los Upanishads, y nuevamente el Drig Drishya Viveka.
A la par de ello recibió prolongadas clases de lengua sánscrita, lo que le permitió transmitir de un modo preciso la enseñanza recibida.
En esta ocasión y bajo el sencillo título de Los Prakarana Granthas, nacido de su uso escolástico por parte de los Profesores de la Fundación Hastinapura, presentamos las explicaciones de los tratados recién mencionados.
* * *
La Vedânta Advaita (2) o escuela del no dualismo de la India nos enseña que la Única Realidad es Dios, que el mundo de nombres y formas tal como lo conocemos habitualmente se asemeja a una pasajera ilusión, y que el ser humano, en esencia, es absolutamente idéntico a Dios.
Las enseñanzas brindadas en este volumen abarcan los principales temas de la Vedânta Advaita dados en forma sencilla pero rigurosa a la vez, y con la única finalidad de guiar a los discípulos en la práctica espiritual.
Si el estudio de este libro es realizado con fe, bajo la guía de un maestro espiritualmente calificado, reflexionando sobre su significado con una mente serena, y meditando en sus enseñanzas, sin duda alguna, nos acercará Dios.
Cada uno de los cuatro tratados es presentado con sus respectivos versos en castellano expresados de un modo simple y fácilmente comprensible. Ellos son acompañados por su correspondiente fonética sánscrita, lo cual puede ser de utilidad para comprender más correctamente el significado del texto, y además brinda la bella posibilidad de recitar o cantar los versos de algunos de los tratados aquí presentados.
También han sido incluidos numerosos cuadros sinópticos de acuerdo a los textos originales, los cuales ayudan a ordenar en nuestra mente las enseñanzas dadas, y de este modo poder recordarlas, comprenderlas y enseñarlas mejor.
Además, en la presente edición se ha agregado una muy breve introducción antes de cada Prakarana Grantha.
Una mención aparte debe hacerse a las Palabras Preliminares de Ada Albrecht, tomadas de dos de sus escritos acerca del no-dualismo. En ellas, de un modo maravillosamente simple y directo, nos da un vislumbre no sólo de la esencia de la Vedânta Advaita, sino también del Sendero Divino y del modo en el cual deberíamos abocarnos al estudio del presente libro.
Quiera Dios que estas enseñanzas espirituales nos otorguen claridad a la mente y luminosidad al corazón, que nos ayuden a servir mejor a nuestros semejantes y que contribuyan a avanzar con alegría y entusiasmo en el Sendero hacia Dios.
Claudio Dossetti Bs. As., 5 de Julio de 2020 Guru Purnima
1. Editorial Hastinapura.
2. La palabra Vedânta se halla conformada por los términos Veda y Anta. Veda es la Sabiduría Divina, el Conocimiento Eterno que se halla expresado en los Vedas, los Libros Revelados. Mientras que Anta significa “el final”, “conclusión” o “parte final”. De este modo, Vedânta es “la sabiduría final”, “el fin de los Vedas”, y también indica a los Upanishads, ya que estos conforman la parte final de los Vedas. Por otra parte, la palabra Advaita significa no dualidad. Así, la Vedânta Advaita se refiere a la Sabiduría no dual expresada por los Upanishads.
Hermanos míos:
La criatura humana, por provenir del Divino Hacedor, participa de Su Esencia Divina. Es decir, Dios y el ser humano, en esencia, son idénticos. Pero como no tenemos realización espiritual, no nos damos cuenta de ello.
¿Qué podemos saber nosotros sobre Dios? A menos de realizarlo, nada. Tendremos una gran sarta de opiniones... pero todo esto es nada, es como un ánfora seca que no calma la sed del alma. El camino hacia Dios requiere de un profundo sentimiento devocional, de una llama de Amor místico que fulgure en nuestro interior.
Hoy en día se habla mucho de meditación, concentración, Mantras, posiciones de Yoga, etc. Sin embargo, por regla general, todas esas “técnicas” y “métodos” que se enseñan, adolecen de una falta capital: es como si dieran un constante rodeo, temerosas de señalar lo fundamental, y esto es que sin Amor a Dios no hay técnica que valga para el camino espiritual.
Nadie puede desarrollarse internamente si el Amor a Dios se halla ausente del corazón. Podemos leer todos los Libros Sagrados de todas las Religiones del mundo, escuchar las palabras de todos los maestros que se nos crucen en el camino, pero... nada ocurrirá dentro nuestro si el propio laboratorio de alquimia humano cierra sus puertas al Infinito.
El ser humano tiene vergüenza de sus sentimientos místicos, los esconde, o los disimula, y de ese modo no les permite crecer y fortificarse. En un mundo profundamente enamorado de sus “logros” científicos, totalmente extrovertido, echarse a llorar abrazados a la imagen de un Cristo, una Santa Teresita, un San Francisco, o un Vishnu oriental, atraerían sobre nosotros la crítica, si no la burla, de quienes conviven cerca.
Debido a que es tan imposible abortar al ser humano para lo Celeste como querer apagar al Sol soplando hacia él desde la tierra, se ha tratado de hallarlo por el sendero de las disquisiciones racionales, más ajustadas al movimiento del mundo que la inocente expresión del más anciano de los sentimientos: el del Amor...
Decimos “yo no quiero amar a Dios... yo quiero conocer a Dios”, sin darnos cuenta de que amar implica conocer en una dimensión ni siquiera imaginada por nuestra mente. De igual manera, cuando alguien como Sri Sankaracharya, el Gran Maestro de la Vedânta Advaita, nos habla del conocimiento (Jñâna), por cierto no se refiere al de la mezquina razón, sino al del corazón clarividente, el que sabe, precisamente porque no piensa, sino porque siente.
Comencemos entonces por abrir las puertas de nuestro corazón al Amor a Dios. Nada lograremos con las grandes posturas metafísicas, a no ser agregar una que otra pluma más al querido pavo real de nuestra vanidad. Cuando la mente nuestra calla, habla el Testigo Silencioso, el Sâkshîn, nuestro Ser Interior. Y entre otras cosas, es “Silencioso”, no por lo lejano, sino porque no lo dejamos hablar, nuestras cotorras psíquicas no le permiten manifestarse, y como no puede hacerlo lo remontamos a lo mistérico, y así decimos cejijuntos: “¡Ay, es tan difícil oír la Voz del Espíritu...!”
Confesemos que tenemos temor de lo simple. Lo simple para nosotros es algo “chato”. En nuestra mente subconsciente ambos términos son sinónimos. Para valer algo en este mundo se debe ser complicado, enseñar complicadamente y, si es posible, complicadamente escribir.
Hagamos todo el esfuerzo posible para “Amar a Dios sobre todas las cosas”; no explicar a Dios sobre todas las cosas: amarlo.
No dualismo (Advaita) es Unidad. A menos que yo me torne Uno con mi Padre, no podré comprender la sagrada enseñanza de los Maestros resplandecientes que me instaron a “Ser Perfectos como Nuestro Padre que está en los Cielos...”. Esta vía de perfección se abre con la apertura amorosa de mi corazón. Encontramos a Dios a través del Amor. Amor y Dios son Uno.
II DIOS, FE Y AMOR SE HALLAN UNIDOS COMO EL SOL A SU LUZ
Si amo a Dios, amo a Sus criaturas, y por lo tanto, colaboro en todos los planos posibles con su bienestar, desde el plano material, a los más sutiles del espíritu. Cada quien en el nivel que sienta su corazón.
Así pues, la enseñanza de la Vedânta no debe ser jamás la exposición meramente intelectual de una teoría metafísica acabada y brillante, sino mucho más que eso: debe ser la exposición de nuestro propio corazón enamorado de la Unidad.
Hablo de esa unidad del ser humano y Dios, porque comienzo por ser un ser enamorado: quien ama profundamente, no se aviene, no puede, no quiere considerarse diferente del ser amado. “Yo y mi Padre somos Uno” porque yo amo a mi Padre, y mi Padre en Su Amor me otorgó su misma Esencia. Decimos que quien ama profundamente no quiere considerarse diferente a su ser amado; y nadie ama más profundamente que Dios: por ello, Su Esencia es la nuestra.
Entonces, la Vedânta —y el no dualismo en todas sus revelaciones en las diferentes culturas—, debe tener sus raíces no sólo en el recto conocimiento, sino en el recto sentimiento, que es, en resumidas cuentas, el fin de su largo viaje. La mente señala el Sendero pero es el sentimiento quien lo recorre. El sentimiento comprendido como amorosa intimidad con Dios, es la riqueza del Ser, así como el conocimiento, comprendido como meras palabras del intelecto, es riqueza del “parecer”.
Cuando el sentimiento de Amor hacia lo Divino —o Amor a Dios—, nace en el corazón del ser humano, éste llega a lo que San Pablo nos señala: “hágase ignorante para ser sabio”; esto es, llega al desconocimiento del entorno por total reabsorción en la Esencia. Es un no ver hacia afuera, por contemplación infusa de la Sabiduría-Dios en Mi-Todo.
III SIMPLE ES LA BÚSQUEDA DE DIOS... PARA EL BIENAVENTURADO CORAZÓN QUE AMA
Eres el artífice de tu propia santidad, o tu propia caída en los habitáculos sombríos de los sentidos. Eres luz, pero no te ves, porque es poco lo que te esfuerzas por Verte. Amas a Dios y lo buscas a medias. Todavía no te has entregado a la vida del Ser. La presientes, pero no te encadenas a Ella. Algo en ti clama por la cercanía con lo Inefable, mas tus pies son débiles para transitar el Sendero, te tropiezas y caes continuamente. Te desatencionas a menudo, y olvidas hacia dónde se dirigía tu corazón espiritual para seguir a tu otro corazón, sensible, que sólo se entiende con los bienes de esta tierra.
Yo te digo: Enamórate de Dios. Ese es el primer paso que debes dar en el universo espiritual.
IV ¿DÓNDE BUSCAR A DIOS?
Sigue lo más simple. Observa contemplativamente a Su primera Hija: la Naturaleza. Asómate al árbol, al ave, al lirio, asómate a las estrellas, a todo lo que ha sido hecho por Sus manos. Un botánico frente a la flor ve pecíolos, estambres y pétalos; ve corteza, savia; habla de todo ello con lenguaje científico. Tú no puedes seguir esa dirección. Un zoólogo describe con su conocimiento la vida de las criaturas del reino animal. Tú no puedes seguir esa dirección. Asómate a todo lo creado con el corazón, acaricia la flor, su niña pequeñita, tu hermana vegetal.
Observa mucho la Naturaleza, pero con los ojos de un afecto sin límites. Él ha conformado cada cuerpo, Él ha dado perfume a las corolas, Él es quien se desgrana sobre los lechos de los ríos, Él quien conoce el misterio de la semilla.
Tú sólo debes agigantar tu Fe en Él. Ese es tu trabajo. Por eso te digo: no pases indiferentemente ante la visión de Su primera Hija.
¿Cómo llevas a la boca el fruto puesto sobre tu plato? No ha crecido en una huerta ni lo has comprado en el mercado. ¡Míralo mejor! Es un pequeño hijo de Su ciencia, es Su inteligencia la que visita tu mesa. Observa los colores de su cáscara, siente su sutil aroma, míralo con profunda reverencia y descubre en él a Su Creador, y a Su Creador venéralo a través suyo. ¿Escuchas el canto de los pájaros? Que no se embelese sólo tu oído. Abre las puertas de tu alma y comprende que el genio de sus trinos es producto Suyo. Él ha diseñado sus siringes, el color de sus plumas, la gracia de sus alas, Él les ha dado el Cielo como Hogar, Él eligió meticulosamente para cada cual, el trino adecuado.
Nada es porque sí. No cometas el error de explicarlo todo con la mente, porque la pobre nada sabe sobre las Esencias. Así pues, sea tu primer trabajo este: buscar a Dios, y amar a Dios sobre todas las cosas.
V EL SAMÂDHI
En las almas brillantes, en los seres humanos elevados, que alcanzan a menudo estados apenas presentidos por las personas comunes, se da como una urgencia de lo Absoluto por manifestarse allí, en lo particular.
Cada forma que nos atrae en el mundo lo hace porque sobre ella se proyecta, como una maravillosa luz invisible, ese Divino Absoluto.
Si nos quedamos “en la forma”, apartando de ella la inefable Esencia que la envuelve, decaeremos y pereceremos con esa forma. Si, por el contrario, nos esforzamos por descubrir en todas las cosas la presencia de Dios y Su grandeza, si nada para nosotros es totalmente feo, radicalmente imperfecto, si nos esmeramos por hallar en todas las entidades manifiestas el sagrado esplendor del Ser, ganaremos en conciencia, y poco a poco nos transformaremos en criaturas de perfección, puesto que decidimos unirnos a lo Perfecto.
Eso es el Samâdhi, encuentro con el recóndito Ser de uno mismo, y ese es el Fin, la Meta de la Vida.
Como nos dice el Bhagavad Gîtâ:
“Quien allí llega, se funde en el seno de la Divinidad...”
Ada Albrecht Sobre el No dualismo y el Camino Espiritual Bs. As., 1981 y 1985
INVOCACIÓN A SER RECITADA ANTES DEL ESTUDIO DE LOS PRAKARANA GRANTHAS
Om. Dios es Perfecto. Este ser es Perfecto.
De Aquel Perfecto, este Perfecto vino.
De Aquel Perfecto,
cuando toda imperfección se diluya,
sólo lo Perfecto permanecerá.
Om, Paz, Paz, Paz.
Om. Purnamadam. Purnamedam.
Purnat, Purnamudachyate.
Purnasya,
Purnamadaya,
Purnameva Avaseshyate.
Om, Shante, Shante, Shante.
—CONOCIMIENTO DEL SER—
¡Oh mi Gîtâ sagrado, oh mis Libros de Oriente!
“Dios te quiere” —me dicen— “y es tuyo para siempre”.
Ante ellos me siento tan humilde y pequeña,
como tímida chispa que se enfrenta a una estrella.
¿Qué sería sin ellos? ¡Nada, nada sería
sin su luz infinita, sin su arcana poesía!
Ellos son como faros para el hombre sin rumbo
que se pierde en los mares tenebrosos del mundo.
Ellos cantan, bendicen, oran, ríen y enseñan
que no existe el pecado, que no hay almas pequeñas,
todos somos Tus Hijos, Padre mío, y Tu Cielo,
la esencia que se esconde detrás de tanto anhelo.
No son libros, son ángeles, sacerdotes que rezan,
son esencia de Vida, todo fuego y nobleza.
¡Oh mis Libros de Oriente, los Hijos del Amor
y de Dios Nuestro Padre, Suprema bendición!
Ada Albrecht
Om Gam
¡Om Sri Ganeshaia Namaha!
Sri Sankaracharya —el autor del Âtmabodha—, que vivió entre los años 788 y 820 dC, es uno de los principales Maestros de la tradición de la Vedânta Advaita.
Nació en Kerala, al sur de la India, en el seno de una devota familia de Brahmines. Desde muy pequeño mostró una fuerte tendencia hacia la espiritualidad, entregándose a la vida mística a una temprana edad, y adoptando para ello el camino del discipulado. Su Guru fue el sabio Govindapada, quien a su vez era discípulo de Sri Gaudapâda, el célebre autor del Mândukya Kârikâ.
Sankaracharya realizó una enorme obra a fin de difundir la sabiduría tradicional de la India en su aspecto No dualista o Advaita. Fue un gran filósofo, un perfecto Yogi, un sublime poeta místico, y un excelso pedagogo; además, llevó una vida extraordinariamente activa fundando diversos monasterios a lo largo y ancho de la India a fin de perpetuar la enseñanza mediante una sucesión de maestros y discípulos, llamada Guru Parampara, que ha llegado hasta nuestros días de modo ininterrumpido.
Entre sus muchas obras se halla el Âtmabodha, el cual es un tratado preliminar o Prakarana Grantha.
La palabra Âtmabodha significa “Conocimiento (Bodha)del Ser (Âtman)” o “Iluminación del Espíritu”.
Se halla compuesto por 68 Slokas o pares de versos de 16 sílabas cada uno, que a su vez se pueden dividir en dos versos octosilábicos. Esta misma métrica es la utilizada en el Bhagavad Gîtâ. Es decir, el Âtmabodha, además de ser un profundo tratado espiritual, es un bello poema que puede ser cantado o recitado, siguiendo su perfecta y dulce métrica. Por ello es llamado un Padya Grantha, es decir, un tratado poético, y no un Gadya Grantha o tratado en prosa. Esto es propio de muchas de las obras de Sankaracharya.
El texto original aparece en forma corrida sin subtítulos.En la presente versión han sido agregados teniendo en vista un fin únicamente pedagógico.
Una característica especial del Âtmabodha es que posee muchos ejemplos vívidos y lúcidos, los cuales ayudan grandemente a la comprensión de la enseñanza.
En cuanto a la instrucción brindada, no es otra que la exposición de la no dualidad, es decir, la afirmación de que Dios (Brahman) es la Única Realidad. Ello es acompañado por la declaración de la absoluta identidad entre el alma humana y Dios, la cual a su vez es seguida por una exposición de los medios necesarios para que el discípulo pueda alcanzar la develación de esta Sublime Verdad.
Om Gam
¡Om Sri Ganeshaia Namaha!
1. Yo compongo el Âtmabodha para servir a las necesidades de aquellos que, habiéndose purificado a través de la práctica de austeridades, y habiendo adquirido paz en el corazón, carecen de deseos y anhelan la Sagrada Liberación.
Tapobhih kshînapâpânâm shântânâm vîtarâginâm
Mumukshûnâm apekshyah ayam âtmabodhah vidhîyate
NOTAS:
El santo Sri Sankaracharya da comienzo al Âtmabodha diciéndonos cuál es el propósito del libro, y al mismo tiempo nos aclara hacia quiénes está dirigido.
El propósito es únicamente servir a los aspirantes espirituales que, llenos de fe, anhelen el acercamiento a Dios.
Y nos dice que se halla dirigido a quienes poseen ciertas cualidades espirituales. Ellas son:
Vîtarâginâm: Es quien carece de deseos (Râga), y se encuentra más allá de los pares de opuestos tales como amor-odio, gusto-disgusto, etc.Mumukshûnâm: El que en su corazón habita un profundo anhelo de Liberación (Moksha), es decir, de Identidad con Dios.Tapobhih Kshîna Pâpânâm: El que ha removido todas las máculas (Pâpas) de su corazón gracias a la práctica de austeridades (Tapas). Las austeridades incluyen a las prácticas de meditación, ayunos, control de los deseos, frugalidad, buenas obras, etc.Shântânâm: El que tiene una mente tranquila y un corazón pacífico. Es sereno y su mente siempre está bien.La palabra Âtmabodha significa “Conocimiento (Bodha) del Divino Ser (Âtman)”, o “Conocimiento de nuestro Ser Interior”, o “Conocimiento de Dios”.
2. Así como el fuego es causa directa de la cocción, así también, el Conocimiento Espiritual, y ninguna otra forma de disciplina, es la causa directa de la Liberación. Porque la Liberación no puede ser obtenida sin Conocimiento Espiritual.
Bodhah anyasâdhanebhyah hisâkshât moksha eka sâdhanam
Pâkasya vanhivat jnânam vinâ mokshah na sidhyati
NOTAS:
En esta Sloka nos dice que el Conocimiento Espiritual o Iluminación (Bodha) del corazón, es la única disciplina para alcanzar la Unión con Dios o Liberación (Moksha).
Para ilustrarlo nos da el ejemplo del fuego y la cocción. La causa directa de la cocción de un alimento es el fuego (Vanhi), sin la presencia del cual la mencionada cocción no sería posible. De modo similar, sin el Conocimiento Espiritual (Jñâna) no es posible descubrir a Dios en nuestro interior.
3. La acción no puede destruir la ignorancia porque la primera no está en conflicto con la segunda. Tan sólo el Conocimiento Espiritual es capaz de destruir la ignorancia, del mismo modo en que sólo la luz es capaz de disipar la más densa oscuridad.
Avirodhitayâ karma na avidyâm vinivartayet
Vidyâ vidyâm nihanti eva tejah timirasanghavat
NOTAS:
Aquí se enfatiza la necesidad del Conocimiento Directo de Dios. Para ello se nos dice que las acciones (Karmas) no pueden remover la ignorancia (Avidyâ), por la sencilla razón de que el Karma y Avidyâ no se oponen entre sí. El Karma “vive” dentro de Avidyâ; así, por más acciones (buenas o malas) que realice una persona, nunca podrá remover la ignorancia. Sólo el bienaventurado Conocimiento de Dios disipa la ignorancia (como una lámpara que disipa la oscuridad).
4. Es sólo a causa de la ignorancia que el Ser —la Divina Realidad— aparece como finito. Cuando la ignorancia es destruida, el Espíritu Divino, que no admite ninguna multiplicidad, revela verdaderamente su Ser por Sí Mismo, como el Sol cuando las nubes se apartan.
Avachinnah iva ajñânât tat nâshe sati kevalah
Svayam prakâshate hi âtmâ meghâpâye amshumân iva
NOTAS:
De acuerdo a la Vedânta, en el mundo existen tres clases de diferencias (Bhedas), ellas son:
Vijâtîya Bheda: Diferencias entre cosas que pertenecen a especies diferentes (por ejemplo, las diferencias que hay entre una piedra y un árbol).Sajâtîya Bheda: Diferencias aun dentro de una misma especie (por ejemplo, las diferencias entre dos árboles).Svagata Bheda: Diferencias dentro de una misma persona u objeto (por ejemplo, la nariz, que es diferente del cabello, etc.).Estas son las tres clases de diferencias que podemos hallar en el mundo, pero Dios (Brahman) no tiene diferencias, porque no hay multiplicidad en Él. Las diferencias se hallan dentro del reino de la ilusión (Mâyâ o Avidyâ), pero no en la Realidad.
Si el mundo y nuestra existencia fueran reales no podríamos escapar de ellos, pues no se puede “salir” de lo real. Pero sí podemos salir de la irrealidad, del mismo modo en que una persona sale de un sueño cuando se despierta.
El Samâdhi —el estado de comunión con Dios—, se da cuando se pasa de la ilusión a la Realidad.
La Realidad, es decir, Dios, es aquello que existe siempre, es decir, en los tres períodos de tiempo.
5. A través de las prácticas repetidas (3), el Conocimiento Espiritual purifica al alma encarnada —la cual se halla maculada por la ignorancia—, acabando él mismo por desaparecer como el polvo “Kataka” desaparece después que ha limpiado el agua lodosa (4).
Ajñâna kalusham jîvam jñâna abhyâsât vinirmalam
Kritvâ jñânam svayam nashyit jalam kataka renu vat
NOTAS:
¡Este verso es uno de los más importantes del Âtmabodha! En él se encuentra la esencia del Sendero de regreso a Dios.
TRES TÉRMINOS ESENCIALES
Hay tres términos que debemos conocer desde el comienzo mismo de nuestra vida espiritual:
Sangadosha: Es el mal efecto que acarrea la mala compañía. Sanga es “asociación” o “compañía”, mientras que Dosha es “error” o “mácula”. El aspirante espiritual debe evitar todo lo que sea Sangadosha.Bhâvana: Es el sentimiento extático; es la absorción en Dios. Cuando me someto a ese sentimiento extático me veo como Brahman, es decir, descubro la identidad entre mi Ser Interno y Dios. Aclaremos que hay muchos tipos de Bhâvana o Sentimiento Divino. Aquí significa el sentimiento de que “yo soy Brahman” o “soy Uno con Dios”. No es posible realizar ningún culto devocional a Ganesha-Ji, o a la Diosa Lakshmi, etc., sin la presencia del sagrado Bhâvana. Jñâna Abhyâsa: Es la práctica continua de Bhâvana o sentimiento extático. Abhyâsa significa “práctica”. Es mantener constantemente la idea meditada de que “Yo soy idéntico a Dios (Brahman)”. Jñâna-Abhyâsa es parecido a Nididhyâsana (meditación). La diferencia reside en que Jñâna Abhyâsaes algo general, mientras que Nididhyâsana es más particular y específico.DISCIPLINA VEDÂNTA PARA LOS ESTUDIANTES
La disciplina esencial de la Vedânta para los estudiantes consta de tres pasos:
Shravana: Escuchar con devoción, de la boca de un Maestro, la Verdad de las Escrituras.Manana: Reflexión mental sobre la Verdad escuchada (pero escuchada sólo de la boca de un Maestro).Nididhyâsana: Absorción-meditación en la Esencia de las Escrituras. Tratar de mantener una continua corriente del sentimiento de que Yo soy Brahman.Estas tres características deberían estar siempre juntas en los aspirantes a la Liberación. La mayoría de la gente sólo escucha; pocos reflexionan; y casi ninguno llega a la meditación.
LOS FACTORES QUE ESTABLECEN LA VERDAD DE LA VEDÂNTA
La Verdad de la sabiduría de la Vedânta se halla establecida por tres factores:
Shruti: Las Escrituras Sagradas. La evidencia de las Escrituras.Yukti: La lógica. Exposición razonada sobre las Escrituras, como por ejemplo los Brahma Sûtras.Anubhava: Experiencia en el Ser de Brahman, o mejor dicho, de Brahman sin “yo”.Nota: Las Escrituras Sagradas se clasifican en Shruti y Smritti. Los Shrutis son los Vedas, los Libros Revelados por Dios a los seres humanos; en particular se refiere a los Upanishads. Por su parte, los Smrittis poseen autor humano. También son Escrituras Sagradas, pero no son tan filosóficas. Están más al alcance de todos. El Bhagavad Gîtâ, por ejemplo, es considerado un Smritti.
6. El mundo lleno de apegos y aversiones y todo lo demás, es como un sueño. Aparece como real tanto tiempo como nos mantengamos dormidos, es decir, ignorantes, pero deviene irrealidad cuando despertamos.
Samsârah svapna tulyah hi raga dvesha âdi sankulah
Svakâle satyavat bhâti prabodhe sati asat bhavet
NOTAS:
LOS TRES ESTADOS DE CONCIENCIA
Hay tres clases de “mundos” o estados de conciencia por los que transita el ser humano. Ellos son los siguientes:
Jâgrat Avasthâ: Estado de conciencia vigílica; el mundo normal de la vida cotidiana.Svapna Avasthâ: Sueño con imágenes o conciencia onírica. Es el mundo de los sueños.Sushupti Avasthâ: Sueño profundo; sin imágenes.El Samâdhi disipa —o mejor dicho, supera—, esos tres estados, pues es lo único Real. Este estado Supremo se llama Turîya Avasthâ (es decir: “el Cuarto estado”).
Nosotros “perdemos” —por así decir—, esos tres estados mencionados, porque son irreales, y es por ello que pasamos del uno al otro. El único estado verdadero es el Samâdhi.
7. El mundo parece real tanto tiempo como Dios —Brahman no dual—, el cual es la base de todo, permanezca desconocido. Esto es como la ilusión de ver el metal plata en el nácar de una madreperla (5).
Tâvat satyam jagat bhâti shuktikâ rajatam yathâ
Yâvat na jñâyate brahma sarva adhishthânam advayam
NOTAS:
Jagat significa “aquel que se mueve” o “aquel que cambia continuamente”, es decir, el universo, el Mundo.
La ultérrima verdad acerca de Jagat (el universo), es que es irreal, es decir, ¡el mundo es una pasajera ilusión!
Shûnya es absoluta nadidad. Es algo que está vacío, como nuestro “yo” cuando meditamos “muy alto”, cuando la mente se halla muy pura y elevada. Este concepto vedântino de Shûnya se refiere al vacío de la mente, en el cual se manifiesta la Luminosa Presencia de Dios.
8. La totalidad de las múltiples formas existen en la imaginación del que percibe, siendo su base y sostén el eterno y omniabarcante Señor (6), cuya naturaleza es Existencia y Conciencia. Los nombres y las formas son como las ajorcas y los brazaletes, y Vishnu como el oro.
Sat chit âtmani anusyûte nitye vishnau prakalpiâh
Vyaktayah vividhâh sarvâ hâtake kataka âdivat
NOTAS: LOS CINCO ASPECTOS DEL UNIVERSO
El universo —al igual que todas las criaturas—, posee tres aspectos o características que provienen de Dios y que se reflejan en el mundo. Ellos son:
Asti: Es existencia, la cual es reflejo de la Existencia Absoluta de Dios (Sat). Sat es trasladada, o transmitida —por así decir—, a través de Mâyâ, a la existencia de los objetos. De este modo Asti significa “existencia objetal”. Por ello decimos que toda criatura “existe”. Bhâti: Es inteligencia, que es reflejo de la Conciencia Divina (Chit). También significa que los seres pueden ser conocidos porque “brillan” (Bhâti).Priya: Es felicidad, la cual es reflejo de la Bienaventuranza de Dios (Ânanda). En todos los seres hay felicidad, a veces se halla manifiesta y otras veces no. Priya también es ese sentido de atracción que tienen entre sí los seres. Cuando sentimos rechazo por algo o alguien estamos alejándonos de Ânanda.Además de Asti, Bhâti y Priya, en el universo existen el nombre y la forma, es decir, Nama y Rûpa. Estos dos últimos, a diferencia de los tres primeros, son propios de Mâyâ, el divino Poder de la Ilusión.
Así, tenemos cinco aspectos que son los que constituyen la naturaleza del universo:
Asti (existencia), Bhâti (conocimiento), Priya (felicidad), Nama (nombre), y Rûpa (forma).
9. Como el omniabarcante Espacio parece tomar formas diversas, a causa de su asociación con los agregados limitantes (Upâdhis), que son distintos unos de otros, y, sin embargo, deviene uno al tiempo de la destrucción de esos Upâdhis, de la misma manera el Señor omnipresente parece diverso, a causa de su asociación con los distintos Upâdhis, y deviene uno al tiempo de la desaparición de los mismos (7).
Yathâ âkâshah hrishîkeshah nânâ upâdhi gatah vibhuh
Tat bhedât bhinnavat bhâti tat nâshe kevalah bhavet
10. Debido a su asociación con los diversos Upâdhis, ideas tales como casta, color, estadio de vida y otras, son sobreimpuestas al Espíritu (Âtman), del mismo modo en que el sabor, el color, etc., son sobreimpuestos al agua.
Nânâ upâdhivashât eva jâtinâm âshram âdayah
Âtmani âropitâh toye rasa varna âdi bheda vat
NOTAS:
El agua en sí misma es completamente pura, sin color, aroma ni sabor, pero cuando se le agrega azúcar se torna dulce, o salada si es sal lo que se le agrega. Lo mismo sucede con el Espíritu. Él es absolutamente puro y sin forma alguna, pero adquiere diversas apariencias cuando se asocia a diferentes condiciones, por ejemplo, la apariencia de un estudiante o de un monje, o parece ser un Rey o bien un mendigo, etc. En esencia el Espíritu siempre es puro y bienaventurado, pero a causa de esta asociación con la ilusión pareciera ser limitado, separado y efímero. ¡Cuando percibimos a Dios en todo, todas las diferencias desaparecen, y sólo queda la Unidad!
Los Âshramas son los cuatro estadios de la vida por los que pasa el ser humano de acuerdo a la tradición hindú. Ellos son:
Brahmâcharya Ashrama: El período de estudiante célibe en el cual se estudia y se sirve al Guru.Grihastha Ashrama: Período hogareño en el que se trabaja para cuidar a esposa e hijos.Vanaprashtha Ashrama: Es el período en el cual quien tenía a su cargo una familia se retira al bosque con su esposa y se prepara para convertirse en Sannyâsin o monje renunciante.Sannyâsa Ashrama: El período que comienza cuando se convierte en Sannyâsin.11. El cuerpo denso, o sea el medio a través del cual el Alma experimenta placer y dolor, se halla conformado por las acciones pasadas y formado por los cinco grandes elementos sutiles, que devienen densos cuando la mitad de uno de los elementos sutiles se une con la octava parte de cada uno de los otros cuatro.
Pañchikrita mahâbhûta sambhavam karma sanchitam
Sharîram sukha duhkhânâm bhogâyatanam uchyate
NOTAS: LOS TRES CUERPOS
El ser humano está conformado por tres cuerpos que cubren al Espíritu o Âtman:
Sthûla Sharîra: El cuerpo denso. Con él experimentamos el universo. Es el primer Upâdhi o limitación de Âtman.Sûkshma Sharîra: El cuerpo sutil. Con él tenemos, por ejemplo, experiencias en los sueños, que es una de sus funciones o estados. Es el segundo Upâdhi.Kârana Sharîra: Cuerpo causal. Es llamado así porque es la causa de los otros dos. Aquí se percibe Ânanda o Bienaventuranza de Âtman en un estado de sueño profundo, en el cual los movimientos de la mente se hallan ausentes. Este el tercer Upâdhi.En este verso se nos habla acerca del cuerpo denso (Sthûla Sharîra), del ser humano y de cómo se halla constituido. Y también se describe el proceso de creación de los elementos densos que lo conforman.
LAS TRES GUNAS DE MÂYÂ
Cuando la Vedânta habla de Avidyâ se refiere a la ignorancia a nivel individual, es decir, en el ser humano. Por otra parte, para referirse a la Avidyâ Cósmica —es decir, en el plano universal—, por regla general se utiliza el término Mâyâ. Pero lo importante es saber que en esencia, Avidyâ y Mâyâ son iguales.
Mâyâ —también llamada Prakriti— está constituida por tres componentes o cualidades conocidas como Gunas. Sus nombres son: Sattva, Rajas y Tamas. Ellas son tres fuerzas o entidades que, si bien no pueden ser percibidas en sí mismas, son conocidas por sus efectos.
Sattva es armonía, equilibrio, luminosidad, serenidad, sabiduría, paz; Rajas es actividad, pasión, movimiento; y Tamas es pesadez, inercia, oscuridad, indiferencia, ignorancia, pereza.
Con un afán pedagógico se enseña que las tres Gunas son como tres “hilos” que componen la fuerte “soga” de Mâyâ, y por la cual el ser humano se encuentra atado al mundo relativo y sus consecuentes pesares.
LOS CINCO ELEMENTOS
A partir de las tres Gunas y su combinación se genera y conforma la totalidad del universo. Para que ello sea posible, en primer término se generan los cinco elementos sutiles o elementos en estado puro, los cuales son conocidos como Tanmâtrâs. Estos elementos primigenios son generados del modo siguiente:
A partir de la Guna Tamas nace el espacio (Âkâsha), del espacio el aire (Vâyu), del aire el fuego (Agni), del fuego el agua (Apas), y del agua la tierra (Prithivi).
Debido a que todos ellos tienen su origen en la GunaTamas (materia e inercia), el universo también es material e inerte, ya que, según sea la causa, así es el efecto.
La palabra Âkâsha significa “aquel que tiene la capacidad de contener, acomodar o albergar”, o sea, el espacio. Es por ello que es el primer elemento en ser generado.
Estos Tanmâtrâs o elementos en estado puro constituyen el primer estado de los elementos. Cuando estos elementos comienzan a mezclarse entre sí ingresan en el segundo estado.
El proceso mediante el cual los elementos se combinan entre sí es llamado Pañchikaranam.
PRIMER ESTADO (ELEMENTOS SUTILES)
Los elementos Apañchikritas se hallan en estado primordial, puros y no-compuestos, es decir, son sutiles. Ello se muestra en la siguiente tabla:
SEGUNDO ESTADO (ELEMENTOS DENSOS)
Aquí los elementos adquieren densidad. Ellos se “materializan”, o mejor dicho, se “densifican” a través del mencionado proceso de Pañchikaranam o “combinación de los cinco elementos”, o bien, “proceso de quintuplicación”.
PROCESO DE PAÑCHIKARANAM PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
Una mitad se divide en cuatro (es decir, 1/8 del elemento). Y luego la mitad restante de cada elemento se une a la octava parte de cada uno de los otros cuatro elementos:
La evidencia védica para este proceso se halla en el Chândogya Upanishad III, ii-iii, y es llamada Trivirtkaranam, tres elementos en vez de cinco, pues se da por sobreentendido que sin Âkâsha y sin Vâyu, los otros tres no pueden manifestarse. Sin espacio y sin aire, el fuego (Agni) no puede existir, ni tampoco el agua (Apas), ni la tierra (Prithivi).
LOS SAMSKARAS Y LOS SKANDHAS
Los Samskaras son impresiones de la mente que pueden ser buenas o malas. Por ejemplo, decir “tiene Samskaras espirituales”, significa que en vidas anteriores estuvo en contacto con lo espiritual. Si decimos “malos Samskaras”, es lo contrario.
Por otra parte, se llama Skandhas a los obstáculos mentales, tales como la duda, el temor, la avaricia, el egoísmo, el sentido de posesividad, los malos sentimientos como el rencor, etc., todos los cuales son impedimentos en el sendero hacia el despertar espiritual.
LOS TRES ASPECTOS DEL KARMA
Se llama Karma