Poesía Completa de José Martí I - José Martí - E-Book

Poesía Completa de José Martí I E-Book

José Martí

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Beschreibung

En cuanto a la poesía, fue tan original como su prosa. Es considerado un precursor importante del modernismo, sobre todo por sus concepciones estéticas. Sus imágenes poéticas se fundaron en una visión dualista de la humanidad que refleja lo contradictoria de su existencia: realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e inconsciencia, luz y oscuridad. El sufrimiento y el miedo al paso del tiempo, también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han considerado superior al de otros de sus contemporáneos. Ismaelillo (1882), libro dedicado a su hijo, Versos Sencillos (1891), y Versos Libres (publicado póstumamente), fueron sus principales poemarios. Es en este último donde el poeta culminó su búsqueda, tanto formal como en los contenidos, lo que se hace evidente en "Poética", "Mi poesía" o "Cuentan que antaño", composiciones en las que usa un lenguaje vigoroso y hermético, por momentos pasional. No obstante esa madurez conceptual y formal alcanzada en sus últimas producciones de los Versos Libres, al decir de Gabriela Mistral, "dejada aparte la prosa, los Versos Sencillos son la isla genuina de la originalidad poética de Martí, son la médula martiana…"; y la sencillez del Maestro "parece ser aquella en la que se disuelve, por una operación del alma que carece de receta, una experiencia grande del mundo, un buceo de la vida en cuatro dimensiones…"; esa sencillez de Martí "viene ya hecha de las honduras del ser, él no la logra desde afuera, no la confecciona, como hacen los que deciden ser sencillos…"; esta sencillez "hace un bloque con su espontaneidad maravillosa y con su naturalidad clásica." Pero este sencillo "nada tiene de simple", de ser así, "pobre, no alimentaría, como lo hace, sin hambrearlo nunca, el apetito de belleza de la raza, que continúa leyéndolo".

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Poesía Completa

Tomo I

Todos los derechos reservados

© Sobre la presente edición:

Editorial Letras Cubanas, 2014

Poesía completa

ISBN 978-959-10-2033-8

Tomo I

ISBN 978-959-10-2035-2

E-Book - Sandra Rossi Brito (Edición-corrección) / Javier Toledo Prendes (Diagramación)

Libro Impreso - Edición y corrección: Eliana Dávila / Dirección artística y diseño: Alfredo Montoto Sánchez / Ilustración de cubierta: Kamyl Bullaudya

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público.

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Autor

JOSÉ MARTÍ Y PÉREZ (28 de enero de 1853 - 19 de mayo de 1895). Poeta, periodista y ensayista cubano considerado una de las figuras cumbres de la América Latina y el Caribe, por su radical y revolucionario pensamiento político, y por su vastísima y original obra de creación literaria.

En medio de su intensa actividad política y como parte integrante de la misma, Martí fue creando una gigantesca obra escrita, no menos extraordinaria que la organizativa. Durante años colaboró con artículos diversos y sobre diversos asuntos en publicaciones periódicas de diferentes países, pronunció discursos de carácter político con el propósito de aunar las fuerzas para la lucha definitiva, escribió cartas íntimas y de carácter político, dejó importantísimos documentos que recogen sus puntos de vista sobre múltiples aspectos de la realidad que le tocó vivir y cultivó la poesía, la novela, el teatro, la crítica. Sus textos, traducidos a diversas lenguas, han sido publicados en múltiples ediciones extranjeras. La significación de su obra ha promovido la creación de instituciones, en diversos países, dedicadas a su estudio y a la difusión de sus ideas. El conjunto armónico que forman su constante actividad por la libertad de Cuba y de América —actividad que se sustenta en una sólida ideología revolucionaria—, y su ingente obra escrita, hacen del Apóstol una de las figuras más trascendentes y significativas de las letras americanas.

Martí era consciente, como acaso solo lo fueron los modernistas que lo sucedieron, de todas las posibilidades del lenguaje y consideraba que sus recursos estaban íntimamente ligados a las cualidades humanas del pueblo, que en última instancia era quien las inventaba. De ahí la sinceridad que después volcó en su poesía. Sus opiniones sobre el hombre, la poesía o la sociedad son aspectos que aparecen en sus obras al servicio de un concepto de la naturaleza que tenía al ser humano como centro. Su objetivo a largo plazo era el mejoramiento humano, y de inmediato la liberación de su patria, a la que entregó todos sus esfuerzos y su vida. Por ello, su producción en prosa fue funcional, y constituyeron lo mejor de ella aquellos ensayos en los que exalta las cualidades de personajes que admiraba y fueron determinantes en su obra política y literaria: Bolívar, San Martín, Gómez, Whitman, Emerson…; o aquellos que como Nuestra América, alzan la voz de alerta al continente americano sobre el peligro que se cernía sobre él.

En cuanto a la poesía, fue tan original como su prosa. Es considerado un precursor importante del modernismo, sobre todo por sus concepciones estéticas.

Sus imágenes poéticas se fundaron en una visión dualista de la humanidad que refleja lo contradictoria de su existencia: realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e inconsciencia, luz y oscuridad. El sufrimiento y el miedo al paso del tiempo, también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han considerado superior al de otros de sus contemporáneos. Ismaelillo (1882), libro dedicado a su hijo, Versos Sencillos (1891), y Versos Libres (publicado póstumamente), fueron sus principales poemarios. Es en este último donde el poeta culminó su búsqueda, tanto formal como en los contenidos, lo que se hace evidente en “Poética”, “Mi poesía” o “Cuentan que antaño”, composiciones en las que usa un lenguaje vigoroso y hermético, por momentos pasional. No obstante esa madurez conceptual y formal alcanzada en sus últimas producciones de los Versos Libres, al decir de Gabriela Mistral, “dejada aparte la prosa, los Versos Sencillos son la isla genuina de la originalidad poética de Martí, son la médula martiana…”; y la sencillez del Maestro “parece ser aquella en la que se disuelve, por una operación del alma que carece de receta, una experiencia grande del mundo, un buceo de la vida en cuatro dimensiones…”; esa sencillez de Martí “viene ya hecha de las honduras del ser, él no la logra desde afuera, no la confecciona, como hacen los que deciden ser sencillos…”; esta sencillez “hace un bloque con su espontaneidad maravillosa y con su naturalidad clásica.” Pero este sencillo “nada tiene de simple”, de ser así, “pobre, no alimentaría, como lo hace, sin hambrearlo nunca, el apetito de belleza de la raza, que continúa leyéndolo”.

Nota Editorial

En la «Nota editorial» del primer tomo de la edición crítica de lasObras completasde José Martí, se advierte que la poesía y los cuadernos de apuntes, por carecer en muchos casos de fechas seguras, constituirán tomos unitarios, no intercalados en la serie cronológica de dicha edición y, por lo tanto, necesariamente reservados para sus últimos volúmenes. Ante la perspectiva de una tarea que ha de durar años, y dado el caso de que, simultáneamente con el tercer tomo de la edición cronológica, hemos realizado la edición crítica de todos los versos de Martí, nos ha parecido conveniente anticipar el fruto de este último trabajo, que, desde luego, por su unidad e importancia, merece que se hagallegar al público en forma autónoma, sin que ello obste para que, en su momento, ocupe el lugar que le corresponda dentro de lasObras completas.

En la presente edición, los versos de Martí se organizan en dos volúmenes, del siguiente modo:

I. Ismaelillo, Versos libres, Versos sencillos.

II. «Primeras poesías», «Poemas escritos en España», «Poemas escritos en México y en Guatemala», «Versos varios», «Polvo de alas de mariposa», «Versos en La Edad de Oro», «Versos de circunstancias», «Cartas rimadas», «Fragmentos y poemas en elaboración», «Traducciones en elaboración».

Esta organización es consecuencia de haber llegado previamente a las siguientes conclusiones:

1. Según el testimonio del propio Martí en su carta testamento-literario a Gonzalo de Quesada y Aróstegui, fechada en Montecristi el 1o. de abril de 1895, las tres unidades fundamentales de su obra poética son Ismaelillo, Versos sencillos y Versos libres, citadas en este orden por el hecho de que las dos primeras estaban publicadas y la tercera quedaba sin depuración ni ordenación entre su «papelería». Por ello le encarga a Quesada y Aróstegui que publique «lo más cuidado o significativo de unos Versos libres, que tiene Carmita», y que no se «los mezcle a otras formas borrosas, y menos características». Teniendo en cuenta, sin embargo, que al margen del poema «Media noche» (que figura en un índice manuscrito de Versos libres) afirma haberlo escrito a sus veinticinco años (1878), y que evidentemente siguió escribiendo «versos libres», por lo menos, durante toda la década del ochenta, parece aconsejable situarlos entre Ismaelillo y Versos sencillos. En cuanto a su deseo de que sean seleccionados, al igual que los editores anteriores de sus Obras completas, obviamente nos vemos impedidos de hacerlo, como tampoco podemos cumplir su voluntad, expresada en la misma carta, de que no se publicara ningún verso suyo anterior a Ismaelillo. Sí podemos, en cambio, evitar la mezcla de los «versos libres» a «otras formas borrosas, y menos características», que es precisamente lo que sucedió con la aparición, en 1933, de las llamadas Flores del destierro.

2. Martí no compuso ningún libro titulado Flores del destierro. Las pruebas de esto son las siguientes:

a) Ni en el prólogo a Versos sencillos ni en la carta testamento-literario a Gonzalo de Quesada y Aróstegui (únicos textos en que nombró sus libros de poesía publicados o proyectados) se refirió a Flores del destierro.

b) Esta expresión no figura como título en ningún original de Martí, ni siquiera es seguro que forme parte del prólogo que se antepuso a la colección así titulada. En el manuscrito de dicho prólogo no aparece tal expresión, y en el mecanuscrito del mismo se lee «Flor del destierro» o «Flores del destierro» como apunte a mano, seguido de otros, sin que pueda afirmarse, de modo indubitable, que Martí añadió esas palabras para terminar con ellas el último párrafo.

c) El propio Gonzalo de Quesada y Miranda, al presentar la primera edición de Flores del destierro (versos inéditos) —La Habana, Imprenta Molina y Cía., 1933— como volumen XVI de las Obras de Martí iniciadas por su padre, transparenta lo dudoso de esta compilación al escribir en la «Introducción»:

No es del todo caprichoso tampoco el título puesto a esta recopilación de versos inéditos de Martí; corresponde a la bella exclamación final de lo que debía ser, sin duda, exordio a un libro suyo de poesías1.

Y añade, revelando con suficiente claridad la génesis de un libro inexistente como tal, surgido del hallazgo de un prólogo sin libro y del fervoroso deseo de que tal libro existiese:

Hallándolo [el prólogo], entre la «papelería» del Maestro, me pareció tan admirable y apropiado, tan revelador de la manera en que nacían sus más íntimos versos, que no he vacilado en darles con ello su mejor presentación, aunque no puede afirmarse, desde luego, que todas estas composiciones inéditas habían de pertenecer a aquel «ramo de rosas»2.

En el «Apéndice» de dicha edición (p. 121), se pone de manifiesto que «Fuera del mundo», «¡Dios las maldiga!», «Oh nave», «A bordo», «Hurgue un huésped» (cuya verdadera transcripción es «Tengo un huésped»), «¡Vivir en sí qué espanto!», «Patria en las flores», «A la palabra», «Señor: en vano intento», «Señor, aún no ha caído», «A Eloy Escobar», «A un joven muerto», «Tienes el don», «Siempre que hundo la mente en libros graves», «Obra y amor», «Pues a vivir venimos», «La madre está sentada», «Como fiera enjaulada» y «Monte abajo», fueron copiados, por el editor, de diversos cuadernos (en prosa y verso) con el propósito de formar, junto con otros poemas en hojas sueltas, un libro que por sí mismos no formaban.

En el «Apéndice» al tomo 43 de las Obras completas de Martí, publicadas por la Editorial Trópico (Versos, 3, 1942, p. 205), Quesada y Miranda confirma lo expuesto, al escribir:

La mayoría de los versos agrupados y publicados, por mí3, en 1933, bajo el título Flores del destierro, se encuentran en cuatro cuadernos de apuntes de Martí y en hojas dispersas, habiendo sido sumamente difícil establecer su orden exacto [?], por lo que se intentó realizarlo lo mejor posible, transcribiéndolos en el orden en que se encontraban en los ya citados cuadernos, y dejando para lo último los que se encontraban en hojas sueltas, y parecían corresponder a esa recopilación4.

Finalmente, la nota que aparece en las Obras completas de Martí publicadas por la Editorial Nacional de Cuba (t. 16, p. 233), desprovista ya de las confesiones y aclaraciones anteriores, reducida a una mera información bibliográfica, da sin proponérselo la impresión de la existencia real y objetiva de un libro compuesto por Martí, al decir escuetamente al pie del título «Flores del destierro»:

La mayor parte de estas composiciones se encuentran en cuatro cuadernos de apuntes de Martí, y en hojas dispersas. Se agruparon, transcribiendo primero, por su orden, las que se encontraban en los citados cuadernos, dejando para lo último las escritas en hojas sueltas, y que evidentemente pertenecían a este grupo.

Ahora bien, la mayoría de las composiciones «escritas en hojas sueltas» («Contra el verso retórico y ornado», «Vino de Chianti», «Árabe», «La noche es la propicia», «Antes de trabajar», «Dos patrias», «Domingo triste», «Al extranjero», «Envilece, devora... », «Solo el afán...», «Marzo», «Bien: yo respeto»), junto con dos en los cuadernos de apuntes («De mis tristes estudios...» y «Siempre que hundo la mente en libros graves»), pertenecen evidentemente, por razones estilísticas, no al inexistente libro Flores del destierro, sino a los Versos libres, única colección conocida con la que, por otra parte, puede relacionarse el contenido del prólogo que dio lugar a la formación artificial de Flores del destierro. Solo a los «versos libres», en efecto (calificados en el prólogo a Versos sencillos de «endecasílabos hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura»), pueden aplicarse los adjetivos «atormentados y rebeldes, sombríos y querellosos», referidos a versos que, añade, «están escritos en ritmo desusado, que por esto, o por serlo de veras, va a parecer a muchos duro». Habla, pues, de un ritmo («desusado», «duro»), que es el que le da unidad estilística a la colección aludida, y que no puede ser el de «Cual de incensario roto...», ni el de «A un clasicista que habló de suicidarse», ni el del romance «A Eloy Escobar», ni el de los sonetos «Tienes el don, tienes el verso...» y «Quieren, ¡oh mi dolor!»., etcétera, sino el de aquellos poemas ya citados que deben pasar a formar parte de Versos libres.

Reunimos, pues, bajo este título, todos los «versos libres» que escribió Martí, en el siguiente orden: I- Los que figuran en el índice provisional cuyo manuscrito se conserva. II- Los que aparecieron en las supuestas Flores del destierro o están dispersos en otras secciones de las Obras completas anteriores (entre los cuales figuran cuatro poemas que antes se consideraron fragmentos, más un hallazgo). III- Los que se añadieron, desde la edición de Trópico, a los nombrados en el índice provisional. IV- («Apéndice I»). Los borradores y fragmentos correspondientes a Versos libres, entre los que se halla uno hasta ahora no recogido en libro. Este ordenamiento, necesariamente conjetural, tiene la ventaja de que pone ante los ojos del lector la totalidad de los materiales con los que Martí hubiera podido formar definitivamente, por selección y depuración, uno de los libros más importantes de su obra poética y de la poesía en lengua española. Dados los criterios expresados anteriormente, el «prólogo sin libro» aparece en el último «Apéndice» de esta colección, como complemento (quizás continuación) del prólogo que tradicionalmente se ha colocado al frente de Versos libres.

3. No cabe la posibilidad de que el prólogo atribuido a Flores del destierro corresponda a los Versos cubanos nombrados por Martí en el prólogo a Versos sencillos. Allí escribe: «¿Y mis Versos cubanos, tan llenos de enojo, que están mejor donde no se les ve?», mientras en el prólogo atribuido a Flores del destierro manifiesta su deseo de publicar de inmediato sus «notas de imágenes tomadas al vuelo», con estas palabras: «Por qué las publico, no sé: tengo un miedo pueril de no publicarlas ahora. Yo desdeño todo lo mío: y a estos versos, atormentados y rebeldes, sombríos y querellosos, los mimo, y los amo». Mucho menos es posible identificar los Versos cubanos con Flores del destierro, ya que, según se ha probado, este libro, en cuanto tal, no existe. Caben, pues, dos posibilidades: o bien la colección nombrada Versoscubanos se perdió (como se perdió la traducción de Lalla Rookh, de Thomas Moore, de la que dice Martí a Quesada y Aróstegui «que se quedó en su mesa»), o bien ese libro estaría formado, en proyecto, con poemas tales como «Pollice verso», «Al buen Pedro», «Isla famosa», «Banquete de tiranos», «Dos patrias», «Domingo triste», «Al extranjero», y otros que dejó en estado fragmentario, como «Viejo de la barba blanca», «Los héroes a caballo», «Mi padre era español...», «¿Qué he yo de hacer?», etcétera. El hecho de que en la carta testamento-literario no mencione los Versos cubanos, inclina a pensar que, en su concepción final, quedaban integrados a los Versos libres.

Descartado el inexistente libro Flores del destierro y, desde luego, el titulado por Gonzalo de Quesada y Miranda Versos de amor5, los poemas incluidos en estas recopilaciones y otros dispersos en la «papelería» martiana se presentan en esta edición como «Versos varios», a continuación de las «Primeras poesías», los «Poemas escritos en España» y los «Poemas escritos en México y en Guatemala», lo que permite, respetando las respectivas unidades de experiencia vital, aproximarse lo más posible al criterio cronológico, luego de presentados los tres libros poéticos fundamentales de Martí.

Inmediatamente después de «Versos varios» se incluye, en primer lugar, «Polvo de alas de mariposa», colección con la que ocurre, en tono menor, una situación análoga a la de Versos libres: existe un índice manuscrito, pero son muchos más los versos estilísticamente correspondientes a ese título. Siguiendo en este caso la pauta editorial de Gonzalo de Quesada y Miranda, aparece a continuación la serie titulada «La pena como un guardián», a la que se añaden estrofas dispersas, del mismo estilo. Finalmente, después de los versos publicados en La Edad de Oro, se mantienen cuatro secciones de la edición anterior de las Obras completas: «Versos de circunstancias» (de los que faltan numerosos manuscritos), «Cartas rimadas», «Fragmentos y poemas en elaboración» y «Traducciones en elaboración», estas dos últimas con los añadidos, traslados y rectificaciones que el lector podrá verificar en cada caso.

Además de los poemas deslindados y/o más completamente descifrados, de manuscritos cuyas dificultades a veces resultan insuperables, en esta edición aparecen catorce textos poéticos de Martí hasta ahora no recogidos en Obras completas.

Se mantiene el orden de los poemas incluidos en los cuadernos de apuntes, pero sin dar crédito a todas las fechas que se les atribuyen en las Obras completas anteriores, especialmente en el caso de los cuadernos 17 y 18, situado el primero de 1892 a 1894, y el segundo en 1894, ya que en el 18 aparece un borrador del poema XXIII de Versos sencillos, libro publicado en 1891.

Aunque se respeta escrupulosamente la puntuación martiana, en ocasiones se añaden o modifican signos de puntuación indispensables para la comprensión del texto, allí donde hay fallas evidentes por lapsus o prisas en la escritura, o por errata en el impreso. Tales modificaciones se registran siempre en las notas, de modo que el lector advierta su introducción y juzgue de su necesidad o conveniencia.

La cantidad y la complejidad de las notas necesarias para ofrecer una información exhaustiva sobre los problemas textuales en la mayoría de los poemas (única forma de reflejar fielmente los originales y presentar el proceso de elaboración de cada pieza), ha obligado a señalar las notas directamente en el lugar del texto donde es necesaria la información. Dichas notas se agrupan al final de cada libro (Ismaelillo, Versos libres, Versos sencillos) o sección6. Las notas correspondientes a títulos de secciones figuran al pie de página. Entre corchetes aparecen los títulos que no puso Martí, así como las palabras que se consideran dudosas (salvo cuando en las notas se indica que están tachadas). Si van seguidas de un signo de interrogación, significa que se consideran muy dudosas. Cuando entre los corchetes hay puntos suspensivos, ello se refiere a un espacio en blanco dejado por Martí en el original. También pueden aparecer entre corchetes las letras que en el manuscrito faltan a una palabra, la cual se completa como hipótesis. Cuando no hay dudas acerca de la palabra abreviada, se presenta completa en el texto.

Cintio Vitier, Fina García-Marruz y Emilio de Armas

Centro de Estudios Martianos

La Habana, enero de 1981

Año del XX Aniversario de Girón

1Ob. cit., p. 6. Subrayado nuestro. (CEM)

2Ob. cit., p. 7. Subrayado nuestro. (CEM)

3 Subrayado nuestro. (CEM)

4 Tal como han llegado estos materiales al Centro de Estudios Martianos, las primeras diez composiciones de Flores del destierro están en hojas sueltas, la que les sigue («Fuera del mundo...») corresponde al «Cuaderno de apuntes II», y en las posteriores —mezclándose poemas en cuadernos y en hojas sueltas— no se discierne ningún orden, ya que, en cuanto a los cuadernos de apuntes, figuran sucesivamente poemas del II, el 4, el 6, el 21, el 20, el 15, el 20, el 4 y el 13, sin contar los que fueron desglosados del cuaderno original de Ismaelillo («Patria en las flores», «A la palabra», «Señor: en vano intento», «Señor, aún no ha caído», «A Eloy Escobar» y «A un joven muerto»).

5Versos de amor (inéditos). Imprenta y Papelería Rambla, Bouza y Cía., La Habana, 1930. El título, según se desprende del «Exordio», es convencional. Estos versos se escogieron temáticamente de diversas fuentes y fueron agrupados siguiendo «la misma pauta establecida con Flores del destierro» (José Martí. Obras completas. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1964, t. 16, p. 309).

6 Para esta edición digital se pasaron las notas al pie de cada página. (Nota del editor.)

Abreviaturas y siglas utilizadas

A cont: A continuación.

CEM: Centro de Estudios Martianos.

Ed.: Edición.

Fcs.: Facsímil.

Mc: Mecanuscrito.

Mf.: Microfilm.

Ms.: Manuscrito.

OC.: José Martí.Obras completas. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963-1973, 28 t. (El tomo 28 fue publicado por la Editorial Ciencias Sociales del Instituto Cubano del Libro.)

Org.: Original.

P.i.: Palabra (s) ilegible (s).

RU:Revista Universal de Política, Literatura y Comercio. México, Imprenta de laRevista Universal, Primera de San Francisco, núm. 13, 1875-1876.

T.: Tachado (salvo como abreviatura de «tomo»).

Var.: Variante.

Vs.: Versión.

Ismaelillo7

Hijo:8

Espantado de todo, me refugio en ti.

Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti.

Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me has aparecido. Cuando he cesado de verte en una forma, he cesado de pintarte9.Esos riachuelos han pasado por mi corazón10.

¡Lleguen al tuyo!11

7Se ha respetado la estructura y disposición de los poemas de acuerdo con la edición príncipe, publicada en Nueva York en 1882. Aparecen, asimismo, las viñetas utilizadas en dicha edición. (N. del E.)

8 Se conservan dos ms. de esta dedicatoria: uno en el cuaderno titulado Ismaelillo, y otro en el «Cuaderno de apuntes 6».

9 En los dos ms. que se conservan, no aparecen estas dos últimas oraciones.

10 En el ms. del cuaderno titulado Ismaelillo, se añade aquí un guion y aparece la firma de Martí.

11 Esta línea final no aparece en los dos ms. que se conservan. A continuación, después de la firma, en el ms. del cuaderno Ismaelillo

Príncipe enano

Para un príncipe enano

Se hace esta fiesta.

Tiene guedejas rubias,12

Blandas13 guedejas;14

Por sobre el hombro blanco

Luengas le cuelgan.15

Sus dos ojos parecen

Estrellas negras:

Vuelan, brillan, palpitan,

Relampaguean!16

Él para mí es corona,

Almohada, espuela.

Mi mano, que así embrida

Potros y hienas,

Va, mansa y obediente,17

Donde él la lleva.

Si el ceño frunce, temo;

Si se me queja,—18

Cual de mujer, mi rostro

Nieve se trueca:

Su sangre, pues, anima

Mis flacas venas:19

¡Con su gozo mi sangre

Se hincha, o se seca!20

Para un príncipe enano

Se hace esta fiesta.21

¡Venga mi caballero

Por esta senda!

¡Éntrese mi tirano

Por esta cueva!

Tal es, cuando a mis ojos

Su imagen llega,

Cual si en lóbrego antro

Pálida estrella,22

Con fulgores de ópalo

Todo vistiera.

A su paso la sombra

Matices muestra,

Como al sol que las hiere

Las nubes negras.

¡Heme ya, puesto en armas,23

En la pelea!24

Quiere el príncipe enano

Que a luchar vuelva:25

¡Él para mí es corona,

Almohada, espuela!26

Y como el sol, quebrando

Las nubes negras,

En banda de colores

La sombra trueca,—27

Él, al tocarla, borda

En la onda espesa,

Mi banda de batalla

Roja y violeta.

¿Conque mi dueño quiere28

Que a vivir vuelva?

¡Venga mi caballero

Por esta senda!

¡Éntrese mi tirano

Por esta cueva!

¡Déjeme que la vida29

A él, a él ofrezca!

Para un príncipe enano

Se hace esta fiesta.

12 1ª. vs.: «suaves». Var., t.: «blondas».

13 1ª. vs.: «Rubias».

14 En el ms.: «guedejas:».

15 En el ms.: «cuelgan:».

16 En la 1ª. ed.: «Relampagüean», errata. En el ms.: «Relampaguean:».

17 En el ms.: «Va —mansa y obediente—».

18 En el ms.: «queja,».

19 En el ms.: «venas».

20 En el ms.: «¡Con su gozo, mi sangre».

21 T. a cont.: «II».

22 En el ms.: no hay coma.

23 1ª. vs.: «Han ya en el torneo». Var., t.: «todo armado».

24 1ª. vs.: «Y en la pelea!».

25 1ª. vs.: «Que a vivir vuelva!».

26 No hay signos de admiración en el ms.

27 En el ms.: «trueca—».

28 En el ms.: «¡Con que mi dueño quiere».

29 En el ms., sin admiración inicial.

Sueño despierto

Yo sueño con los ojos

Abiertos, y de día

Y de noche siempre sueño.30

Y sobre las espumas

Del ancho mar revuelto,31

Y por entre las crespas

Arenas del desierto,32

Y del león pujante,

Monarca de mi pecho,33

Montado alegremente

Sobre el sumiso cuello,34

Un niño que me llama

Flotando siempre veo!35

30 En el ms.: «sueño;—».

31 En el ms.: «revuelto,—».

32 En el ms.: «desierto,—».

33 En el ms.: «Y de los rudos leones/Huéspedes de mi pecho—».

34 En el ms.: la vs.: «redondo [var.: dorado] cuello—».

35 En el ms.: «veo.—».

Brazos fragantes

Sé de brazos robustos,36

Blandos, fragantes;37

Y sé que cuando envuelven38

El cuello39 frágil,

Mi40 cuerpo, como rosa

Besada, se abre,

Y en su propio perfume

Lánguido exhálase.

Ricas en sangre nueva

Las sienes laten;41

Mueven las rojas plumas42

Internas aves;43

Sobre la piel, curtida

De humanos aires,44

Mariposas inquietas45

Sus alas baten;46

Savia de rosa enciende

Las muertas carnes!—47

Y yo doy los redondos48

Brazos fragantes,

Por dos brazos menudos49

Que halarme saben,50

Y a mi pálido cuello

Recios colgarse,51

Y de místicos lirios

Collar labrarme!52

¡Lejos de mí por siempre,

Brazos fragantes!53

36 1ª. vs.: «redondos».

37 En el ms.: «fragantes:».

38 1ª. vs.,t.: «ciñen».

39 1ª. vs.: «cuerpo».

40 En el ms.: «El».

41 1ª. vs.: «La sien enferma ciñen/Coronas suaves:»

42 1ª. vs., t.: «Las plumas blancas mueven». 2a vs.: «Mueven las blancas plumas».

43 En el ms.: «aves:».

44 1ª. vs.: «De aire de males».

45 1ª. vs.: «alegres».

46 En el ms.: «baten:—». T. a cont.: «Y besos, como plumas,/La carne lamen:/ Color de rosa el cielo: /Color de rosa el aire:».

47 En el ms.: «Carnes:».

48 En el ms.: «—Y yo doy los redondos [var.: robustos]».

49 1ª. vs., t.: «pequeños».

50 En el ms.: «Qué [t.: él] halagarme [var.: halarme] saben,—».

51 En el ms., t.: «Recios». En su lugar: «Prestos». A cont.: «colgarse—».

52 En el ms.: «labrarme.—».

53 1ª. vs.: «Ea! De mí siempre lejos,/Brazos fragantes».

Mi caballero

Por las mañanas54

Mi pequeñuelo55

Me despertaba

Con un gran beso.56

Puesto a horcajadas

Sobre mi pecho,

Bridas forjaba

Con mis cabellos.

Ebrio él de gozo,

De gozo yo ebrio,

Me espoleaba

Mi caballero:

¡Qué suave espuela

Sus dos pies frescos!

¡Cómo reía

Mi jinetuelo!

Y yo besaba

Sus pies pequeños,

Dos pies que caben

En solo un beso!57

54 Ms.: «Por la mañana».

55 Ms.: «Aquel travieso».

56 Ms.: «beso.—».

57 Ms.: «beso».

Musa traviesa

Mi musa? Es un diablillo

Con alas de ángel.58

¡Ah, musilla traviesa,59

Qué vuelo trae!

Yo suelo, caballero

En sueños graves,

Cabalgar horas luengas

Sobre los aires.

Me entro en nubes rosadas,

Bajo a hondos mares,60

Y en los senos eternos61

Hago viajes.

Allí asisto a la inmensa

Boda inefable,

Y en los talleres huelgo

De la luz madre:62

Y con ella es la oscura

Vida, radiante,63

Y a mis ojos los antros

Son nidos de ángeles!64

Al viajero del cielo

¿Qué el mundo frágil?65

Pues ¿no saben los hombres66

Qué encargo traen?

¡Rasgarse el bravo pecho,67

Vaciar68 su sangre,

Y andar, andar heridos

Muy largo valle,

Roto el cuerpo en harapos,

Los pies en carne,

Hasta dar sonriendo

—¡No en tierra!—69 exánimes!

Y entonces70 sus talleres

La luz les abre,71

Y ven lo que yo veo:72

¿Qué el mundo frágil?

Seres hay de montaña,

Seres de valle,

Y seres de pantanos

Y lodazales.73

De mis sueños desciendo,74

Volando vanse,

Y en papel amarillo

Cuento el viaje.

Contándolo, me inunda

Un gozo grave:—75

Y cual si el monte alegre,76

Queriendo holgarse

Al alba enamorando

Con voces ágiles,77

Sus hilillos sonoros

Desanudase,

Y salpicando riscos,78

Labrando esmaltes,

Resfrescando sedientas

Cálidas cauces,

Echáralos risueños

Por falda79 y valle,—

Así, al alba del alma

Regocijándose,80

Mi espíritu encendido

Me echa a raudales

Por las mejillas secas

Lágrimas suaves.

Me siento,81 cual si en magno

Templo oficiase;

Cual si mi alma por mirra

Virtiese al aire;82

Cual si en mi hombro surgieran83

Fuerzas de Atlante;

Cual si el sol en mi seno

La luz fraguase:—84

Y estallo, hiervo, vibro,

Alas me nacen!

Suavemente la puerta

Del cuarto se abre,

Y éntranse a él gozosos

Luz, risas, aire.

Al par da el sol en mi alma

Y en los cristales:

¡Por la puerta se ha entrado

Mi diablo ángel!

¿Qué fue de aquellos sueños,

De mi viaje,