Poesía Completa de José Martí II - José Martí - E-Book

Poesía Completa de José Martí II E-Book

José Martí

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En cuanto a la poesía, fue tan original como su prosa. Es considerado un precursor importante del modernismo, sobre todo por sus concepciones estéticas. Sus imágenes poéticas se fundaron en una visión dualista de la humanidad que refleja lo contradictoria de su existencia: realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e inconsciencia, luz y oscuridad. El sufrimiento y el miedo al paso del tiempo, también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han considerado superior al de otros de sus contemporáneos. Ismaelillo (1882), libro dedicado a su hijo, Versos Sencillos (1891), y Versos Libres (publicado póstumamente), fueron sus principales poemarios. Es en este último donde el poeta culminó su búsqueda, tanto formal como en los contenidos, lo que se hace evidente en "Poética", "Mi poesía" o "Cuentan que antaño", composiciones en las que usa un lenguaje vigoroso y hermético, por momentos pasional. No obstante esa madurez conceptual y formal alcanzada en sus últimas producciones de los Versos Libres, al decir de Gabriela Mistral, "dejada aparte la prosa, los Versos Sencillos son la isla genuina de la originalidad poética de Martí, son la médula martiana…"; y la sencillez del Maestro "parece ser aquella en la que se disuelve, por una operación del alma que carece de receta, una experiencia grande del mundo, un buceo de la vida en cuatro dimensiones…"; esa sencillez de Martí "viene ya hecha de las honduras del ser, él no la logra desde afuera, no la confecciona, como hacen los que deciden ser sencillos…"; esta sencillez "hace un bloque con su espontaneidad maravillosa y con su naturalidad clásica." Pero este sencillo "nada tiene de simple", de ser así, "pobre, no alimentaría, como lo hace, sin hambrearlo nunca, el apetito de belleza de la raza, que continúa leyéndolo".

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Poesía Completa

Tomo II

Todos los derechos reservados

© Sobre la presente edición:

Editorial Letras Cubanas, 2014

Poesía completa

ISBN 978-959-10-2033-8

Tomo II

ISBN 978-959-10-2036-9

E-Book - Sandra Rossi Brito (Edición-corrección) / Javier Toledo Prendes (Diagramación)

Libro Impreso - Edición y corrección: Eliana Dávila / Dirección artística y diseño: Alfredo Montoto Sánchez / Ilustración de cubierta: Kamyl Bullaudya

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público.

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Autor

JOSÉ MARTÍ Y PÉREZ (28 de enero de 1853 - 19 de mayo de 1895). Poeta, periodista y ensayista cubano considerado una de las figuras cumbres de la América Latina y el Caribe, por su radical y revolucionario pensamiento político, y por su vastísima y original obra de creación literaria.

En medio de su intensa actividad política y como parte integrante de la misma, Martí fue creando una gigantesca obra escrita, no menos extraordinaria que la organizativa. Durante años colaboró con artículos diversos y sobre diversos asuntos en publicaciones periódicas de diferentes países, pronunció discursos de carácter político con el propósito de aunar las fuerzas para la lucha definitiva, escribió cartas íntimas y de carácter político, dejó importantísimos documentos que recogen sus puntos de vista sobre múltiples aspectos de la realidad que le tocó vivir y cultivó la poesía, la novela, el teatro, la crítica. Sus textos, traducidos a diversas lenguas, han sido publicados en múltiples ediciones extranjeras. La significación de su obra ha promovido la creación de instituciones, en diversos países, dedicadas a su estudio y a la difusión de sus ideas. El conjunto armónico que forman su constante actividad por la libertad de Cuba y de América —actividad que se sustenta en una sólida ideología revolucionaria—, y su ingente obra escrita, hacen del Apóstol una de las figuras más trascendentes y significativas de las letras americanas.

Martí era consciente, como acaso solo lo fueron los modernistas que lo sucedieron, de todas las posibilidades del lenguaje y consideraba que sus recursos estaban íntimamente ligados a las cualidades humanas del pueblo, que en última instancia era quien las inventaba. De ahí la sinceridad que después volcó en su poesía. Sus opiniones sobre el hombre, la poesía o la sociedad son aspectos que aparecen en sus obras al servicio de un concepto de la naturaleza que tenía al ser humano como centro. Su objetivo a largo plazo era el mejoramiento humano, y de inmediato la liberación de su patria, a la que entregó todos sus esfuerzos y su vida. Por ello, su producción en prosa fue funcional, y constituyeron lo mejor de ella aquellos ensayos en los que exalta las cualidades de personajes que admiraba y fueron determinantes en su obra política y literaria: Bolívar, San Martín, Gómez, Whitman, Emerson…; o aquellos que como Nuestra América, alzan la voz de alerta al continente americano sobre el peligro que se cernía sobre él.

En cuanto a la poesía, fue tan original como su prosa. Es considerado un precursor importante del modernismo, sobre todo por sus concepciones estéticas.

Sus imágenes poéticas se fundaron en una visión dualista de la humanidad que refleja lo contradictoria de su existencia: realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e inconsciencia, luz y oscuridad. El sufrimiento y el miedo al paso del tiempo, también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han considerado superior al de otros de sus contemporáneos. Ismaelillo (1882), libro dedicado a su hijo, Versos Sencillos (1891), y Versos Libres (publicado póstumamente), fueron sus principales poemarios. Es en este último donde el poeta culminó su búsqueda, tanto formal como en los contenidos, lo que se hace evidente en «Poética», «Mi poesía» o «Cuentan que antaño», composiciones en las que usa un lenguaje vigoroso y hermético, por momentos pasional. No obstante esa madurez conceptual y formal alcanzada en sus últimas producciones de los Versos Libres, al decir de Gabriela Mistral, «dejada aparte la prosa, los Versos Sencillos son la isla genuina de la originalidad poética de Martí, son la médula martiana…»; y la sencillez del Maestro «parece ser aquella en la que se disuelve, por una operación del alma que carece de receta, una experiencia grande del mundo, un buceo de la vida en cuatro dimensiones…»; esa sencillez de Martí «viene ya hecha de las honduras del ser, él no la logra desde afuera, no la confecciona, como hacen los que deciden ser sencillos…»; esta sencillez «hace un bloque con su espontaneidad maravillosa y con su naturalidad clásica». Pero este sencillo «nada tiene de simple», de ser así, «pobre, no alimentaría, como lo hace, sin hambrearlo nunca, el apetito de belleza de la raza, que continúa leyéndolo».

Primeras Poesías

A mi madre1

Madre del alma, madre querida,

Son tus natales, quiero cantar;

Porque mi alma, de amor henchida,

Aunque muy joven, nunca se olvida

De la que vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelan las horas

Que yo a tu lado no siento ir,

Por tus caricias arrobadoras

Y las miradas tan seductoras

Que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios yo pido constantemente

Para mis padres vida inmortal;

Porque es muy grato, sobre la frente

Sentir el roce de un beso ardiente

Que de otra boca nunca es igual.

[OC., t. 17, p. 13]

1 Estilísticamente este poema parece anterior al año que se le atribuye en OC.: 1868.

A Micaela2

En la muerte de Miguel Ángel 3

Cuando en la noche del duelo

Llora el alma sus pesares,

Y lamenta4 su desgracia,

Y recuerda5 sus afanes,

Tristes lágrimas se escapan

Como perlas de los mares;

Y por eso,6 Micaela,

Triste lloras sin que nadie

Tu dolor consolar pueda

Y tus sollozos acalle;

Y por eso,7 Micaela,

Triste en tu dolor de madre,

Lloras siempre, siempre gimes

La muerte de Miguel Ángel.

II

Allí está! Cual fresca rosa,

Blanco lirio de la tarde,8

Sentado en el verde musgo,

Yace tu Miguel, tu ángel,

La imagen de tus delirios;

La noche de tus afanes,

El alma de tus amores,

Consuelo de tus pesares,

Pura gota de rocío

Que al blando beso del aire

Casta9 brotó de tu seno

Convertida10 en Miguel Ángel.

III

Allí está! Lágrimas tristes

Anublan tu faz de madre,

Porque le[s] falta a tus ojos

Algo bello, algo tan suave

Como las nubes de oro,

Rosa y grana de la tarde;

Y en el aire que respiras,

Y en las hojas de los árboles

Ves11 cruzar cual misteriosa

Sombra, de tu amor imagen,

A la perla de tus sueños,

Al precioso Miguel Ángel.

IV

¿Pero no ves, Micaela,

Esa nube y esos ángeles?

Mira! No ves cómo suben?

¿Los ves? ¿Los12 ves? ¡Triste madre,

Ya se llevan a tu hijo

De tus delirios la imagen;

El alma de tus amores,

La noche de tus afanes,

Pura gota de rocío,

Linda perla de los mares!...

¡Llora! llora, Micaela,

Porque se fue Miguel Ángel!13

José Martí y Pérez

[Abril de 1868]14

El Álbum. Periódico local, de ciencias, literatura y anuncios.Guanabacoa, 26 de abril de 1868. [En el Museo Histórico de Guanabacoa.]

2 El ms. que se conserva de este poema en el CEM no parece de letra de Martí. En el margen superior de la primera página se lee: «Los primeros versos de Martí escritos en el colegio de Rafael Ma Mendive». En el margen inferior de la última hoja, debajo de la fecha y la firma, hay otra anotación con la misma letra y la misma tinta del texto, que dice: «Estos fueron los primeros versos que compuso a la edad de 15 años».

3 Primer hijo del segundo matrimonio de Rafael María de Mendive, con Micaela Nin y Colbard.

4 En el ms.: «la mente».

5 En OC.: «conduele».

6 En el ms.: sin coma.

7Id.

8Id.

9 En el ms.: «Casto».

10 En el ms.: «Convertido».

11 En el ms.: «Ves,».

12 Se añade signo de interrogación inicial, como en el ms.

13 En el ms., sin admiración.

14 La fecha está entre corchetes en El Álbum. En OC.: «14 de abril de 1868».

[Carta de madrugada a sus hermanas Antonia y Amelia]

Me han dicho que hay dos ángeles

Estremecidos,

Que habitan de pasada

Un pobre nido.

Me han dicho que a la puerta

Del caserío,

Asoman los lobeznos

De los caminos.

Me han dicho que los ángeles,

Desfallecidos,

Tristes de no ver cielo,

Lloran impíos.

¡No se corten las alas

Los angelillos,

Que cuando el cielo luzca

No podrían ya volar del pobre nido!

[1868?]

[OC., t. 17, p. 17]

[Linda hermanita mía]15

Linda hermanita mía:

Feliz es el momento en que recibo

Carta tuya; feliz es este día

Porque en ti pienso y de mi amor te escribo.

Versos esperas tú que te anunciaba

Allá por la pasada noche-buena:

En el revuelto mar de mis papeles

No se sabe posar la paz serena

Y, pues que soy doncel, obro16 sin pena

Como obran desde antaño los donceles:

Escribo, guardo, pierdo,

Te quiero mucho, y luego me perdonas,

Y, si a mi loco juicio, fuera cuerdo

Pensar un triste ornarse con coronas,

Las más bellas serían

Las que tus lindas manos me darían,

Los más consoladores tus laureles

Al perdonarme por haber perdido

Aquel que, por ser tuyo, hubiera sido

El más bello papel de mis papeles.

Impaciente y estúpido el correo,

Lucha y vence mi amor y mi deseo.

Corta es mi carta, mas si bien la peso,

Me une a tu imagen tan estrecho lazo,

Que es cada frase para ti, un abrazo

Y cada letra que te escribo, un beso.

————

Ana mía.—Perdona si mis versos son malos.—Así brotan de mí en este momento.—Yo no corregiría nunca lo que escribiera para ti.—Dime, hermana amada mía, ¿sería capaz Blanco de pensar y amarte así?17

[Ms. en CEM]

15 Se refiere a su hermana Mariana Matilde, Ana, que nació en 1857 y murió el 5 de enero de 1875, poco antes de la llegada de Martí a México.

16 Escrito encima de «hago».

17 En OC.: «1868». El estilo y la referencia a un pretendiente de Ana —que en 1868 no tenía más de once años— permiten suponer que este poema sea posterior.

¡10 de octubre!18

No es un sueño, es verdad: grito de guerra

Lanza el cubano pueblo, enfurecido;

El pueblo que tres siglos ha sufrido

Cuanto de negro la opresión encierra.

Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,

Ruge el cañón, y al bélico estampido,

El bárbaro opresor, estremecido,

Gime, solloza, y tímido se aterra.

De su fuerza y heroica valentía

Tumbas los campos son, y su grandeza

Degrada y mancha horrible cobardía.

Gracias a Dios que ¡al fin con entereza

Rompe Cuba el dogal que la oprimía

Y altiva y libre yergue su cabeza!

[OC., t. 17, p. 20]

18 Soneto publicado por José Martí en El Siboney, periódico manuscrito que se repartía entre los estudiantes de segunda enseñanza de La Habana durante los primeros meses del año 1869. (OC.)

A Fermín Valdés Domínguez 19

En mis desgracias, noble amigo, viste

¡Ay! mi llanto brotar;—si mi tirano

Las arrancó de mi alma, tú supiste

Noble enjugarlas con tu amiga mano,

Y en mis horas de lágrimas, tú fuiste

El amigo mejor, el buen hermano: —

Recibe, pues, con el afecto mío,

Este pobre retrato que te envío.

José Martí20

12 junio/69

[Ms. en CEM]

19 Fermín Valdés Domínguez (1852-1910). Patriota y médico. Nació en La Habana, donde fue condiscípulo de Martí, con quien sostuvo permanentes y estrechas relaciones de amistad. En 1869 publicó el único número de El Diablo Cojuelo, en el cual colaboró Martí. Ambos fueron procesados por infidencia en el mismo año, y Valdés Domínguez resultó condenado a seis meses de reclusión. En 1871 fue detenido, y condenado a seis años de prisión en el proceso que culminó en el fusilamiento de ocho estudiantes de medicina, el 27 de noviembre de 1871. En 1872 fue indultado y se reunió con Martí en España. Un año después publicó, en Madrid, su libro Los Voluntarios de La Habana en el acontecimiento de los estudiantes de medicina, por uno de ellos condenado a seis años de prisión. Ya graduado regresó a Cuba, donde desarrolló una activa vida política e intelectual. Al fundar Martí el Partido Revolucionario Cubano en 1892, viajó a Venezuela como representante del mismo, y después a Nueva York, donde colaboró en el periódico Patria, fundado y dirigido por Martí, quien lo envió más tarde a la Florida para desarrollar una amplia campaña revolucionaria. En 1895 volvió a Cuba como miembro de la expedición de Carlos Roloff. Alcanzó el grado de coronel del Ejército Libertador. —Los versos de Martí aparecen, como dedicatoria, al dorso de un retrato realizado por N. Mestre y Ca., O’Reilly no. 19, entre Aguiar y Habana, Habana. Hay una copia manuscrita de Fermín Valdés Domínguez, quien escribió en el margen superior derecho: «En retrato que guardo todo su amoroso cariño de hermano». [sic]

20 Tiene una rúbrica.

A Paulina21

Si es un símbolo el nombre de Paulina

De paz y de ventura,22

De religión divina,23

De amor filial y de la fe más pura,

Como un testigo a su virtud le envío

Mi pobre canto y el retrato mío.

José Martí24

12 Junio/69

[Ms. en CEM]

21 Estos versos aparecen al dorso de un retrato de Martí, realizado por N. Mestre y Ca., dedicado a Paulina Mendive, hija del primer matrimonio de Rafael María de Mendive con Dolores Donestévez y Fuertes.

22 Se añade coma.

23Id.

24 Hay una rúbrica.

[Aunque juzgue V. sin calma]25

I

Aunque juzgue V. sin calma

Que no es nada para mí,

Esta ofrenda baladí,

Luisa, me sale del alma.

II

En ese horrible cliché

Que vea V. solo deseo

Si bien un mozo muy feo,

Un buen amigo de V.

III

Y en escribir no me ensancho

Ni pretendo hacer el oso:

Como soy... respetuoso

Le tengo... respeto... a Pancho.

J. Martí26

[Ms. en CEM]

25 Versos en un retrato de Martí, dedicado a Luisa Mendive, esposa de Francisco Nin. Al dorso: «Sr. A. Cohner. Calle de O’Reilly 62 Habana. Rue de Rivoli 79 Paris».

26

La mujer ideal27

Yo vi, cuando era muy niño,

En un camino desierto,

Una niña junto a un muerto

Orando al cielo por él:

Y la vi cómo en su angustia

La pobre niña decía,

«Ámalo, Virgen María,

Tanto como yo lo amé».

Pasó un año y en la Iglesia

Meditabundo entré un día,

Y vi que la Iglesia decía

¡Téngala en paz el Señor!

Pregunté por qué lloraba

Aquel pueblo del desierto

Y me dijeron: «ha muerto

Nuestra Virgen, nuestro sol».

Y al pie del féretro triste

En que a una mujer veía

En una imagen había

La Virgen de la Salud.

Pero nada eternizaba

Del muerto la augusta calma:

No había en el templo ni un alma

Ni una rosa en su ataúd.

Hoy hace ya mucho tiempo

Que murió la niña hermosa,

Y en su tumba hay una rosa

Rebosando siempre amor.

Y es que la adoran ya muerta

Como la adoraron viva,

Y un alma caritativa

Cuida siempre de la flor!

[1869]

Ultramar. La Habana, mayo de 1946.

[En CEM]

27 No aparece en OC. Este poema fue dado a conocer en el artículo de Carmelina Cortiñas Gálvez, titulado «Recuerdos de José Martí» (Ultramar. La Habana, mayo de 1946, pp. 32-34 y 45). Según dicha autora fue dedicado a su madre, Carmela Gálvez de Cortiñas, hija de Felipe Gálvez Fatio, en cuyo escritorio, donde se administraban los bienes de Cristóbal Madan, trabajó Martí de abril a octubre de 1869. Carmela Gálvez tenía entonces once años y Martí dieciséis.

El ángel28

Ayer una voz del cielo

en mi pecho resonó:

—«¿Viste algún ángel en el triste suelo?»

y respondí que no.

Más tarde te he conocido,

y al conocerte, te amé,

y en raudales de amor se han embebido

mi esperanza y mi fe.

También una voz del cielo

hoy ha resonado en mí:

—«¿Viste algún ángel en el triste suelo?»

y respondí que sí!

La Ilustración Española y Americana. Madrid, 25 de diciembre de 1869.

[En la Biblioteca Nacional José Martí.]

28 Han surgido dudas acerca de la atribución de estos versos, aparecidos en una publicación española mientras Martí se hallaba preso en la cárcel de La Habana. En nota de Gonzalo de Quesada y Miranda se recuerda que Martí, desde la prisión, «le escribió a su madre el 10 de noviembre de 1869, con el ruego de que consiguiera un ejemplar de El Museo Universal, nombre que llevó la revista mencionada [La Ilustración Española y Americana] hasta 1869 en que lo cambió. Además, cabe señalar que se conocen varias poesías escritas por Martí en su juventud en las que aparece la imagen “ángel”». [OC., t. 17, p. 25]

[En ti encerré mis horas de alegría]

En ti encerré mis horas de alegría

Y de amargo dolor;

Permite al menos que en tus horas deje

Mi alma con mi adiós.

Voy a una casa inmensa en que me han dicho

Que es la vida expirar.

La patria allí me lleva. Por la patria,

Morir es gozar más.

4 de abril de 1870.

[OC., t. 17, p. 27]

[A Fermín Valdés Domínguez]29

Si en un retrato el corazón se envía

Toma mi corazón, y cuando llores

Lágrimas de dolor, con ellas moja

La copia fiel de tu doliente amigo.

J. Martí

Presidio, 9 Junio 1870.

[Ms. en CEM]

29

I Brigada—11330

Mírame, madre, y por tu amor no llores:

Si esclavo de mi edad y mis doctrinas,

Tu mártir corazón llené de espinas,

Piensa que nacen entre espinas flores.

Presidio, 28 de agosto de 1870

[Ms. en CEM]

30 Dedicatoria escrita en un retrato de Martí en que este aparece con el traje de presidiario y el grillete al pie, y que fue enviado a su madre. Martí formaba parte de la Brigada I, con el número 113. Ms. casi ilegible actualmente.

[A Fermín Valdés Domínguez]31

Hermano de dolor,—no mires nunca

En mí al esclavo que cobarde llora;—

Ve la imagen robusta de mi alma

Y la página bella de mi historia.

J. Martí

Presidio, 28 Agosto de 1870

[Ms. en CEM]

31

Poemas escritos en España32

32 Se incluyen en esta sección únicamente aquellos poemas de los que consta con seguridad que fueron escritos o terminados en España.

[Venid! Venid;—mi sangre bullidora]33

Venid! venid; —mi sangre bullidora

Hierve al clamor de gloria y de venganza,

Y ya escucho una voz en mis oídos

Que me dice con cántico sublime:

«Alentad, corazones decididos,

»Que para el pueblo que cautivo gime

»Brilla siempre la luz de la esperanza!»

Harto tiempo la patria con menguado

Llanto y gemidos importuna al cielo:—

¡Desnude al fin la espada vengadora!

¡Encienda ya la fulminante tea!

Cuando hay un brazo que al combate guíe

Es pueblo infame el que cautivo llora.

¡A luchar! ¡a luchar! que allá en el monte

El dios de la esperanza nos sonríe!

¿Qué esperan los valientes y esforzados

Jóvenes arrojados?

¿Qué esperan, pues, que al campo se lanzan

E indomables guerreros

Por la patria a morir no se abalanzan?

Corred! luchad!, venced! y ante las aras

De la patria oprimida,

Despedazad el yugo que34 la infama

O dejad a sus plantas vuestra vida!

No alcéis para mi patria los palacios

Un tiempo gala del lujoso asirio:

Alzad en ella templos a la Gloria,

Y, si os niega su brazo la Victoria,

Alcanzaréis la palma del martirio!

En el cielo de América anchuroso

Cubre el crespón la estrella de la patria.—

¿Y habrá quien ya no luche?

¿Y habrá quien otra voz que la doliente

Del pueblo esclavo y mancillado escuche?

¿Y habrá quien torpe sienta

Saltar su corazón entre cadenas

Y busque solo en el mezquino llanto

Alivio infame a las comunes penas?

iDespierta, oh pueblo mísero, cobarde!

iLa frente altiva que en el polvo hundiste

Lauros arranque a la memoria triste!35

¡Para morir luchando nunca es tarde!

¡iMorir! La patria gime!

¡Morir! La patria nuestro esfuerzo clama!

Si un torrente de llanto nos infama,

Una gota de sangre nos redime!

Empuñe el hierro y el acero blanda

Quien en menguada ociosidad se enerva;

El arma embrace, y muera

Con el ánima enérgica y entera!

Morir, morir nos manda

En sangre tinta nuestra patria sierva!36

¿Por qué tanto temor, cuidado tanto?

¿Es por37 ventura la enemiga gente,

Rayo de Dios que fulminando airado

Así nos suma en pavoroso espanto?

AI hierro muera y al acero caiga,

Y la nueva feliz de su ignominia

Rápido el viento con placer nos traiga!

Ruja, ruja el cañón, el llano alumbre

El fulgor de la espada valerosa

Por tanto tiempo tímida e incierta!38

El fuego de la horrible servidumbre,

En nuestra patria extinga, flor hermosa

A la esperanza y al amor abierta!

Cadáver ya la patria parecía

En cuyos labios cárdenos la muerte

Su sed de sangre férvida calmaba,—

Sobre el que pavorosa se cernía

La noche de la infamia, —y lo envolvía

Nube de inmundas aves que graznaba

Con hórrida y frenética alegría.—

Y el cadáver soberbio se levanta

A los ciclópeos golpes de su brazo

En tierra el opresor vencido rueda;—39

Y la avarienta muerte

En vida exuberante se convierte:—

Claro, espléndido día

De aquella tenebrosa noche queda:

Lauros la frente destrozada adornan

De esta tierra de siervos,

Y en varones enérgicos se tornan

Las fatídicas alas de los cuervos:

A lucharl a luchar! luzca el acero

E iluminen sus rayos la pelea40

Y a su fulgor el déspota impotente41

Vencido incline la manchada frente!

De nuestra indignación víctima sea,

Y quien osó llamarnos siervos suyos

A los nuestros les sirva de presea!—

Y cuando el padre Sol sus rayos vibre,

Surcando el viento en las rizadas olas

Lleve presto a las playas españolas

El bravo despertar de Cuba libre!—

Col[egio]. Novbre. 1868.—

Cárc[el]. marzo 1870.

Mad[rid]. octubre 1871

[Ms. en CEM]

33 Org. en «Cuaderno de apuntes 1».

34 T.: «a».

35 T. a cont.: «Morir, morir nos manda/En sangre tinta nuestra patria sierva!».

36 1ª. vs., t.: «La patria gime ensangrentada y sierva!/Morir la patria por su honor nos manda!».

37 T.: «tan [to]».

38 T. a cont.: «Arranque a la mezquina servidumbre/Nuestra esper[anza]».

39 T. a cont.: «Le alza el cadáver».

40 T. a cont.: «Y aliento a su clamor el pecho entero».

41 Escrito encima de «insolente».

[Dolor! Dolor! Eterna vida mía]42

Dolor! dolor! eterna vida mía,

Ser de mi ser, sin cuyo aliento muero!

————

Goce en buen hora espíritu mezquino

Al son del baile animador, y prenda

Su alma en las flores que el flotante lino

De mujeres bellísimas engasta:—

Goce en buen hora, y su cerebro encienda

En la rojiza lumbre de la incasta

Hoguera del deseo:—

Yo,—embriagado en mis penas,— me devoro,

Y sus miserias lloro,

Y buitre de mí mismo, me levanto,

Y me hiero y me curo con mi canto,

Buitre a la vez que altivo Prometeo.—

[Ms. en CEM]

42 Org. en «Cuaderno de apuntes 1».

Zenea43

«¿Por qué cantáis a la memoria mía?

Guardad para el dolor vuestros gemidos,

Los hijos de la Fe, los nobles vates:—

Guardad de vuestra lira los sonidos

Para el bélico ardor de los combates!

No. —No vistáis de lágrimas mi historia.

Infortunios mayores

Alcen en vuestro pecho los dolores.

¿Por qué gemís dolor a mi memoria,

Si es mi dolor mi suspirada gloria?

————

No me cantéis así. Los que en mi muerte

Sentís el corazón despedazado

¿Dónde vendréis a dar la despedida?

¿Sobre qué tumba posaréis los ojos?

¿Sobre qué losa os postraréis de hinojos

A llorar los azares de mi vida?

Guardad, guardad el llanto,

Y truéquese en placeres vuestro canto!

No fue bastante el mundo

Para guardar consigo eternamente

Estas nevadas canas de mi frente,

Y este poema del perdón profundo!—

Secad de vuestras lágrimas la fuente.—

Aquel a quien fue estrecha sepultura

La extensión limitada de la tierra,

El infinito espacio, el cielo inmenso

En su gigante corazón encierra!—

————

Oh! no lloréis así por mi partida!

Si clamaba mi sangre la balanza

De mi patria querida,

¿Qué queréis que yo hiciera con la vida?

Osado peregrino,

Han ahogado en mi sangre mi carrera:

Ansiad para vosotros mi destino,

Que libre vivo en la infinita44 esfera,

Con mis mismas espinas me corono,

Y al recordar el pueblo que violento

Robó el cabello de mi sien al viento

Para quemarlo en su terrible trono,—

Su desastroso fin claro presiento,

Lo miro con dolor,—¡y lo perdono!»

Calló la excelsa voz que así decía,

Y a mi alma embelesada

En perfume suavísimo envolvía:

Pasaron las arrugas de mi frente;

Secaron ya sus lágrimas mis ojos!

Cantad, cantad, poetas,

Con entusiasta son alegre loa

Al inmenso Señor de los planetas!—

Cantad como yo canto

Y en el ansia inmortal truéquese el llanto!—

Vuelvan, vuelvan las flores al desierto—

De nuestro corazón! Suene la lira!

El noble genio del perdón no ha muerto!

El cantor de las lágrimas respira!—

J. Martí

7 Diciembre, 1871

Madrid

[Ms. en CEM]

43 Juan Clemente Zenea Fornaris (1832-1871). Poeta cubano. Dirigió la Revista Habanera (1861-1862), que fue clausurada por el capitán general. En 1865 se trasladó a Nueva York, donde redactó el periódico La Revolución (1866-1870) y dirigió la Revista del Nuevo Mundo (1866). Tomó parte en las frustradas expediciones del «Lillian» y el «Hornet» (1869). En 1870 viajó a Cuba, con salvoconducto del embajador de España en los Estados Unidos como portador de proposiciones de paz patrocinadas por el gobierno de Madrid. En el campo insurrecto se entrevistó con el presidente cubano Carlos Manuel de Céspedes. Cuando se proponía embarcar hacia los Estados Unidos, acompañado por la esposa del presidente, cayó en poder de las fuerzas españolas, que lo detuvieron a pesar del salvoconducto extendido en su favor. Sometido a juicio en La Habana, después de un largo proceso durante el cual, según aparece en el mismo, declaró ser un agente del gobierno metropolitano, fue condenado a muerte y fusilado como enemigo del régimen colonial. Publicó Poesías (1855), Lejos de la patria (1859), Cantos de la tarde (1860), Sobre la literatura de los Estados Unidos. Después de su muerte apareció el libro Poesías póstumas (1871). —El org. del poema que le dedicó Martí aparece en el «Cuaderno de apuntes 1».

44 La palabra «infinita» aparece escrita encima de «azulada».

[Mi madre,—el débil resplandor te baña]45

Mi madre,—el débil resplandor te baña

De esta mísera luz con que me alumbro.—

Y aquí desde mi lecho

Te miro, y no me extraña

Si tú vives en mí, que venga estrecho

A mi gigante corazón mi pecho!

————

El sueño esquivan ya los ojos míos,

Porque fueran, si al sueño se cerraran,

Ojos sin luz de Dios, ojos impíos.

Te miro, oh madre, y en la vida creo!

¿Cómo cerrar al plácido descanso

Los agitados ojos, si te veo?

————

Se me llenan de lágrimas. ¿Es cierto

Que vivo aún como los otros viven?

Que al placer de la vida no me he muerto?

Lloro ¡oh mi santa madre! Yo creía

Que por nada en el mundo lloraría!

Los goces de la Tierra despreciaba

Y lenta, lentamente me moría:—

Yo no pensaba en ti—yo me olvidaba

De que eras sola tú la vida mía!

Tú estás aquí. La sombra de tu imagen

Cuando reposo baña mi cabeza:—

No más—no más tu santo amor ultrajen

Pensamientos de bárbara fiereza:—

Una vida acabó:—mi vida empieza!—

————

La luz alumbra ahora

Tus ojos, y me miras:

¡Cuán dulcemente me hablas! Me parece

Que todo ríe plácido a mi lado,—

Y es que mi alma, si me miras, crece,

Y no hay nada después que me has mirado!

————

Huya el sueño de mí. ¡Cuán poco extraño

Las horas estas que al descanso robo!—

Oh!—Si siento la muerte

Es porque, muerto ya, no podré verte!—

————

Ya vienen a través de mi ventana

Vislumbres de la luz de la mañana:

No trinan como allá los pajarillos,

Ni aroman como allá las frescas flores,

Ni escucho aquel cantar de los sencillos

Cubanos y felices labradores;—46

Ni hay aquel cielo azul que me enamora,

Ni verdor en los árboles, ni brisa,47

Ni nada del Edén que mi alma llora

Y que quiero arrancar de tu sonrisa.—

Aquí no hay más que pavoroso duelo

En todo aquello que en mi patria ríe,48

Negruzcas nubes en el pardo cielo—49

Y en todas partes el eterno hielo,

Sin un rayo de Sol con que te envíe

La expresión inefable de mi anhelo!—

————

Pero no temas, madre,—que no tengo50

En mí esta nieve yo. Si la tuviera,

Una mirada de tus dulces ojos

Como un rayo del Sol la deshiciera.—51

¿Nieve viviendo tú?52 Pedirme fuera

Que en tu amor no creyese ¡oh, madre mía!53

Y si en él no creyera,

La serie de las vidas viviría,

Y como alma perdida vagaría,—54

Y eterno loco en los espacios fuera!—55

Ámame! ámame siempre, madre mía!56

J. Martí

30 Diciembre 1871.

[Ms. en CEM]

45 Ms. completo en «Cuaderno de apuntes 1». Se conserva otro incompleto, que comienza: «Ni escucho aquel cantar de los sencillos».

46 En otro ms.: «labradores».

47 En otro ms.: «,—mi brisa—».

48 En otro ms.: «ríe;».

49 En otro ms.: «cielo,».

50 En otro ms.: «madre,»

51 En otro ms.: «Deshiciera».

52 En otro ms.: «tú?».

53 En otro ms.: «mía—».

54 En otro ms.: «vagaría».

55 En otro ms.: «fuera!».

56 En otro ms.: «¡Ámame—ámame siempre—madre mía!».

Fragmento57

A bailar! a bailar! las turbas gritan

Y ebrias y palpitantes las mujeres

En brazos de un galán se precipitan.

Oh! qué dulce es vivir entre placeres

Vida febril, fascinadora, loca!—

Verdad que a veces algún alma cae

Y al santo hogar inmaculado trae

Un miserable corazón de roca,

U oscuras manchas de negruzco lodo

En el virgíneo manto;—

Cuerpos sin alma,—almas sin honra,—todo

Es verdad.

—Es verdad! maldito canto!

A bailar! a bailar! Ahogue la fiesta

Esa terrible voz! Presto las damas!

A mí los del placer! Suene la orquesta.

—Bailemos, pues.—La fiebre del deseo

Mal contenido en58 el mundano pecho,

Desbordada se lanza

Fuera del cuerpo que le viene estrecho

En brazos absorbentes de la danza.—

Baila, mujer! Un hombre te comprime

Con tembloroso abrazo59 y tu inocencia

En vano el fuego de tu ardor reprime!

Rojo color enciende tus mejillas!

Mustia la flor de tus cabellos cae!

Adiós! Un paso más!...

¡Ay! las sencillas

Vírgenes del hogar ¿no se os alcanza

Que así cual se marchitan esas flores,

Se marchita la flor de la esperanza

Y la más bella flor de los amores?—

Como arrastra terrible al remolino

El equilibrio roto de las aguas,

AsÍ arrastra al confuso torbellino

El vértigo fatal. Queman mi frente

Los femeniles brazos que la rozan;—

Arde en los ojos luz fosforescente;—

Los aéreos vestidos se destrozan

Y dentro este volcán de lava hirviente

Todo en aquellos que bailando gozan

De su existencia natural se exalta:—

Oh! no bailéis así!—Si todo falta60

A la ley previsora de la vida,—

Si el equilibrio natural se rompe,—

Si todo en brazos de ese Dios se olvida,—

¿Qué terrible poder os da derecho

Para decirnos con razón mentida

Que en medio a esa carrera sin medida

No se os escapa el corazón del pecho?

—Es verdad! Es verdad! Maldito canto!

A bailar! a bailar! ahogue la fiesta

Esa terrible voz! presto las damas!

A mí los del placer! Suene la orquesta!—

————

—Bailemos, pues. Suavísima es la danza.—

Dulce el calor del tembloroso seno

Que estrecho contra mí;—flexible ondea

El talle de mi dama,

Como la fresca y amorosa grama

Al fecundante soplo de la brisa;—

Bella es la vida en mágico embeleso!—

A mí los del placer!—Una sonrisa!—

A mí las hijas del Amor!—un beso!

A bailar! a bailar! Ah! Ya no quiero

Verte lejos de mí: verte es mi vida!—

Deja, mujer, que en tus miradas beba

La fiebre del placer;—deja que estreche

Este nido de amor que me arrebata;—

Deja que aspire entre tus labios rojos

El almíbar sabroso que me anuncia

La languidez divina de tus ojos;—

Amemos y murámonos... ¿qué es esto

Con que mis pies tropiezan?—

—Esto? Nada.

La honra de una mujer que se ha caído

Y que anda por aquí pisoteada.—

————

Resonó entonces cerca de mi oído

Lúgubre y cavernosa carcajada.

—Ya sabes qué es bailar: aquí ¿qué vemos?

Y mi demonio y yo nos enlazamos,—

Y ellos dijeron otra vez:—bailemos!

Y yo le dije una vez más:—ríamos!

J. Martí

Madrid —1o Enero 1872

[Ms. en CEM]

57 Org. en «Cuaderno de apuntes 1».

58 1ª. vs., t.: «que».

59 1ª. vs., t.: «temblorosa mano».

60 T. a cont.: «Si el equilibrio».

Fragmento61

Acabo de soñar. Porque es mi empeño

Imaginar que infamias y miserias

Fantasmas son de un borrascoso sueño.

No faltará quien diga y apoyado

Por la recta razón de que me alejo

Que tengo yo un soñar muy dilatado

Y a la región de un mundo no probado

Arrebatar por mi ilusión me dejo.—

————

No tengo yo la ley de la medida

Ni las sendas hollé de la materia

Ni obedecí la historia empobrecida

Que hace del mundo miserable feria;

Pero siento otras leyes y otra vida

Y no es ley de la vida la miseria!—

Ni enseño yo sentencia demostrada,

Ni exactas leyes de la ciencia enseño,

Mas huyo horrorizado de la nada

Y en la fe de otro ser asegurada

Las leyes dejo de este ser, y sueño;

Que tengo para mí que así soñando

Mientras otros de mí se van riendo,

Ellos detrás de mí se van quedando

Y yo la cierta vida voy viviendo.—

[Ms. en CEM]

61 Org. en «Cuaderno de apuntes 1».

[Las campanas! Su fúnebre sonido]62

Las campanas! Su fúnebre sonido

Llega súbitamente hasta mi oído,—

Y si otro henchido de tremendo espanto

Al fardo de la vida se asiría,

Yo,—dueño infausto de la vida mía—

Oigo el convite de la muerte y canto.63

Abrumado una vez, como solía

Cuando de torpe idea enamorado,

A solas con mi infernal amor me embebecía

Una mañana horrible me moría

Y fuimos ambos al vecino prado.

Y como el cuerpo del dolor vencido

Rápido surge de letal desmayo64

Hijo del rayo al fin surgí atrevido

Y me sentí potente como el rayo,

Y al águila robé las fuertes alas

Y al viento su correr, y al sol sus galas,

Y al esfuerzo afanoso de mi vuelo

Dejé la tierra y me subí hasta el cielo.

Y al henchir de altura, la vista mía

Augusta voz oí que me decía:—

Por qué de tanta brillantez armado

A mi sencillo trono te presentas?

Acaso tú, mortal encadenado,65

Romper la serie de mis obras cuentas?—

Y atónito la faz volví a mi lado

Y no vi a mi redor más que una alfombra

De césped y algún rústico cayado

Y un álamo robusto a cuya sombra

A un anciano modesto vi sentado.

Haz un árbol, un mar, un [continente?]

Y luego que hayas hecho [.............]

Tiende a mis plantas la soberbia frente

Que si fuiste capaz de hacerlo un día

Antes que tú lo hicieses, yo lo hacía.

[Ms. en CEM]

62 Org. en «Cuaderno de apuntes 1».

63 T. a cont. los siguientes versos: «No esperen que mi lira/Honda y envenenada copa sea/Que el cruel [p.i.] de la existencia vierta, [1ª. vs., t.: Que (p.i.) la hiel]/Que si mi ser no expira/Pruébame al fin que necesario sea/Esta [p i ] muerta/Oh! si de la razón consoladora/Llega siempre el espíritu que llora,/Que tú vives en Dios y en ti Dios vive!—// Ay fuego de mi edad abrasadora».

64 1ª. vs., t.: «Y como surge pronto del desmayo». Var., t.: «Y cual pálido surge».

65 Sin puntuación en el ms.

[Noche. En la tierra dormida]66

Noche. En la tierra dormida

Y en el alma combatida

Y en el ser, y en el dolor.—

Noche, sombra, y en la frente

Claridad de lava hirviente

Que me quema el corazón.—

Tierra; tierra en cuanto alcanza

La mirada que se lanza

A las entrañas del ser67

Y en el camino si apenas

Mezcla en sangre de sus venas

La sangre de una mujer.

No es que sufra: no es que llore:

No es que tema: no es que adore;68

Es que no sé sufrir ya:

Y en la paz adormecida

Arrastrando voy la vida

Sin sufrir y sin llorar.69

[Ms. en CEM]

66 Org. en «Cuaderno de apuntes 2».

67 1ª. vs., t.: «Dentro el ser a combatir».

68 Sin puntuación en el ms.

69 T. a cont.: «Pues que dentro de mí siento/Rechinar, surgir violento,/Un volcán abrasador».

[Cese, señora, el duelo...]70

Cese, señora, el duelo en vuestro canto,

¿Qué fuera nuestra vida sin enojos?

¡Vivir es padecer! ¡sufrir es santo!

¿Cómo fueran tan bellos vuestros ojos

Si alguna vez no los mojara el llanto?

Romped las cuerdas del amargo duelo.

Quien sufre como vos sufrís, señora:

Es más que una mujer, algo del cielo,

Que de él huyó y entre nosotros mora.

[Ms. en CEM]

70 Debemos el rescate de estos versos a Ricardo L. Hernández Otero, investigador del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, quien los halló en un artículo de Joaquín Ravenet de Echevarría —«Recuerdos de mi infancia. José Martí», firmado con el seudónimo Esjarty— que apareció en La Lucha (La Habana, 16 de abril de 1911). Según su autor —hijo del militar español Joaquín Ravenet Morantes y la santiaguera Bárbara Echevarría—, fueron improvisados por Martí en la casa de esta, en Madrid, con motivo del pesar que a Bárbara Echevarría, ya viuda, causaba la hostilidad de la familia de su esposo. (Ricardo L. Hernández Otero: «Dos nuevos poemas de Martí», artículo inédito.)

[Redención]71

Mujer, mujer, en vano es que la vida

Sin ti vertiendo sangre de dolores

Como una virgen pálida y herida

La tierra cruce deshojando flores.

Mujer, en vano que la vida encienda

La abrasadora lengua de los sabios

Sin que este pobre corazón entienda

El lenguaje de amor vivo en tus labios.

Ni ser sin ser; ni noche sin aurora

Ni joven corazón sin bien amada

Ni sin ángel el ánimo que llora

Ni sin amor el alma enamorada.72

Mujeres son las lágrimas perdidas

De esas pobres estrellas amorosas

Que cruzan por el cielo de las vidas

Augurio y sombra de almas misteriosas.73

Mujeres son las lágrimas lloradas74

En el mundo de vírgenes creadoras

Que de su vil creación avergonzadas

El [p i.] ablandan de las férreas horas;75

Porque el tropel de lágrimas divinas76

Sobre este mundo de las almas muertas77

Levante las dormidas peregrinas

Al resurrexit del dolor despiertas!78

En vano, en vano, que la vida79 loca

Contemple en sí cadáveres80 impresos

Mientras sin voluntad [p.i ]

El fuego redentor que arde en tus besos.81

Sobre el horrible lecho de la calma

Mi descarnada mano reunía

Sin fuerza el brazo, sin amor el alma

El bárbaro laúd de la agonía.

Y mis enjutos82 ojos golpeaba

Y esta infame quietud que el alma obceca

En vano; en vano el alma se me ahogaba,

La peña de Moisés estaba seca.83

Cuanto fui, cuanto soy: cuanto se encierra

En esta alma en la tierra encadenada

Que rota84 por el peso de la tierra

Sin vivir ni morir vive enclavada,85

Cuanto en mis horas de mayor locura

La locura de un Dios en mí germina86

Y rompe el alma con audaz bravura

Su forma vil y mísera y mezquina.

Sueños, flores,87 ardor, infierno, mundo.

Cuanto forja al afán el devaneo,88

Cuanto en el mar de la ansiedad profundo

Hierve89 luchando el hambre del deseo:—

Todo, todo, mi mano descarnada

Lo deja; vida, luz, mi sol,90 mi canto;

Por sentir mi mejilla calcinada

Por una gota mísera de llanto.

Una gota no más; gota encendida

En el volcán de un corazón potente,

Engendrado en el seno de mi vida91

Por un rayo soberbio de mi frente.—92

Y Dios! Y Dios!93 y en mí se condensaba

Y en mí lo redimido presentía

Si en mi rostro la lágrima cruzaba

Y la lágrima aquella no venía:

Y el alma se me ahogaba