REVOLUCION BITCOIN
La economía del futuro
Quindt, Nicolás Alejandro
Revolución Bitcoin : la economía del futuro / Nicolás Alejandro Quindt. - 1a ed . – Buenos Aires : Nicolás Alejandro Quindt, 2018.
Libro digital
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-42-9319-0
1. Internet. 2. Apertura Económica. 3. Criptografía. I. Título.
CDD 332
© Nico Quindt2018
Imaginemos un dinero sin inflación, sin manipulación de gobiernos y bancos.
Imaginemos transacciones sin intereses, pagos sin intermediarios, inversiones sin un bróker, depósitos sin agentes, contabilidad transparente sin contadores, donaciones sin fideicomisarios.
Un sistema totalmente nuevo y al alcance de todos. Global, seguro, casi instantáneo y gratuito.
Imagina que en lugar de pagarte por asistir a un trabajo que detestas se te pagara por cumplir tus sueños, por agregar valor al mundo, por cuidar del medio ambiente, por construir un propósito para el futuro o por ayudar a que esta tecnología no pierda su esencia. ¿Te parece una utopía no es cierto? Pues todo esto está ocurriendo en este mismo instante y no es una película de ciencia ficción.
Hace 25 años vino a irrumpir en nuestras vidas una herramienta revolucionaria que pretendía democratizar el conocimiento y poner la información al alcance de quien quisiera acceder a ella, esa herramienta se llama internet, y aunque tuvo varios detractores, al final no les quedó otra opción que adherirse a lo que todo el mundo comenzaba a implementar para que formara parte de sus vidas. Hoy nadie podría imaginar siquiera sus vidas sin internet.
Ahora mismo se está gestando una nueva revolución, una tecnología única que viene a democratizar no solo las transacciones y el dinero, sino a revolucionar la economía. Se llama Blockchain y aunque el Bitcoin es lo que más popular se ha hecho, esta criptodivisa solo es el comienzo de una revolución que se está gestando en base a esta tecnología.
La infinidad de aplicaciones que la cadena de bloques ofrece está apenas iniciando. Desde proyectos de conservación del medio ambiente como las monedas ecológicas, hasta criptodivisas que te recompensan por aprender o que establecen una forma más segura de comprar y vender por medio de contratos inteligentes donde se protegen tus bienes e intereses.
Aunque ya van cerca de diez años desde su nacimiento, más del 90% de la población aún no se entera de lo que el mundo de las criptomonedas y la cadena de bloques está preparando.
En las siguientes páginas trataré de explicarte lo que está ocurriendo en tus narices y que en los próximos años será una realidad que no te pedirá permiso y que se establecerá en nuestras vidas para cambiar el mundo en el que vivimos… bienvenidos a la nueva economía de las criptodivisas y la cadena de bloques. Bienvenidos al futuro.
Un salto al nuevo mundo
La gente piensa que todo lo que viene del lado de la tecnología es malo o intenta introducirse de manera invasiva en nuestras vidas, suplantar nuestros puestos de trabajo, dejarnos de lado, aislarnos, pero todo esto rara vez es cierto.
Aunque sí es cierto que la tecnología no va a preguntarte si quieres formar parte de ella. Una vez que llega, toma forma, se impone y solo te quedan dos opciones: te adaptas o te adaptas.
A muchos les gusta hacer hincapié solo en los aspectos negativos de la tecnología, pero yo tengo algunas cosas buenas que decir sobre los avances tecnológicos que están haciendo posible estos acontecimientos únicos en la historia.
No sé si sucederá en todos lados, pero al menos en Latinoamérica: tenemos amigos de todas las edades a los que quizás nunca conoceremos, intercambiamos opiniones y conocimientos con gente de México, Chile, Argentina, España, Ecuador, Guatemala, Puerto Rico, Bolivia, Colombia, Uruguay e incluso Miami...
Todos sabemos que "nmms" es lo mismo que "no mames", que proviene de México y que también se puede escribir "dobabez", también sabemos que en Argentina se dice "gato" o que en Chile todo es una “hueva” o "wea", que en Ecuador "enante" quiere decir anteriormente, o que en Venezuela todos son panas, y en España tíos...
Aunque no votemos en ese país conocemos al movimiento naranja o al feto ingeniero... y hay cientos de aspectos que ya no tenemos que explicar a personas que viven a miles de kilómetros de nosotros.
Si entro a Google Earth puedo ver la esquina donde vives o el patio de tu casa.
Comenzamos a hablar un poco más en neutro para entendernos mejor, y aprendemos geografía, historia y costumbres de otras culturas en directo y en segundos, basta entrar a un grupo de WhatsApp o Facebook y preguntar, todo mundo estará dispuesto a contarte sobre su cultura...
Un chiste local se convierte, en minutos, en un chiste continental.
Nacieron cientos de nuevas formas de ganar dinero sin tener un jefe que nos diga lo que debemos hacer o que nos maneje el tiempo y la vida, accedemos a información en tiempo real, registrada en vivo por nuestros teléfonos sin que los intereses políticos o mediáticos interfieran con la realidad... no me quiero extender más... pero antes de pensar en criticar, ten cuenta que criticas a Facebook desde Facebook, te molestan los móviles o celulares y no dejas de usarlo en todo el día. En lugar de renegar de la tecnología quizás deberíamos utilizarla para aprender ya que nunca en la historia tuvimos tanto acceso a la información gratuita como hoy.
Historia preliminar
Cuando Gutenberg creó la imprenta llegaron también las regulaciones para imprimir libros, y en algunos países esto constituía la pena capital.
La iglesia y los gobiernos querían que la gente continuara ignorante. Tal y como ahora los bancos alientan de alguna manera a las economías empobrecidas y dan préstamos a personas que no pueden pagarlos.
La constitución de los Estados Unidos prohíbe a los ciudadanos acuñar o emitir su propia moneda o competir con el Dólar. Aun así, en 1998 Bernad Von NotHaus creó el Liberty dólar, disponible en oro, plata y platino. Su idea llamó tanto la atención que hoy está esperando por una condena de 22 años en una prisión federal.
Años más tarde, en Holanda, en una convención de hackers, uno de ellos con el alias de Satoshi Nakamoto, habló con Bernard y le dijo que él fue su inspiración para crear una nueva moneda.
Mucho se habla de la primera moneda digital cuando esto no es verdad, los bancos han estado por años creando de la nada dinero digital. De hecho, la mayor parte del dinero no existe ni en oro ni en billetes, son solo números en una cuenta digital.
Pasaré a explicarte brevemente cómo funciona este sistema: si tú depositas 1000 dólares en un banco, éste se quedará con una parte y prestará el resto, pero en tu cuenta seguirá figurando que aun tienes esos 1000 dólares que en realidad no tienes. Es decir que a partir de tus 1000 dólares el banco ha creado más de 900 dólares digitales.
Esta idea de moneda digital ya no es nada nuevo y la desconfianza de la gente hacia las entidades banqueras es cada vez mayor.
Para hablar de las monedas digitales tenemos que remontarnos a la primera tarjeta de crédito: Diner´s Club que aseguraba que el dinero en papel ya no era moderno, y a pesar de la resistencia de algunos sectores, en pocos años la mitad de los hogares de Estados Unidos tenían tarjetas de crédito.
En 2009 cuando los bancos y gobiernos perdieron confiabilidad y el dinero centralizado ya no era más seguro, el Dow caía en picada y Wallstreet se convertía en una pesadilla, en ese momento preciso aparece publicado un whitepaper en donde se describe el protocolo Bitcoin y, aunque su creador original se mantiene anónimo, muchas personas colaboraron para que esto fuera posible.
Al principio, el Bitcoin ganó popularidad dentro de la Deep web, siendo utilizada por páginas como Silk Road en donde básicamente se vendían drogas entre otros artículos ilegales, y su precio comenzó a crecer desde 2013 a 2014, y pese a que todavía nadie tenía demasiada fe en este nuevo proyecto económico, a finales del 2017 ocurrió algo que dejó con la boca abierta a todo el mundo: el Bitcoin ascendía a más de 16.000 dólares. Era la primera vez en la historia que una moneda, y nada menos que una moneda digital a la que muchos se encargaron de desprestigiar, llegaba a valer dieciséis mil veces más que una de las monedas más fuertes del mundo.