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Las epístolas a los Tesalonicenses: "Un mensaje para nuestro tiempo" es un comentario verso a verso de las epístolas de Pablo a la iglesia en Tesalónica. El Rev. Caram entra en detalles acerca de las luchas que esta Iglesia enfrentó durante la Era del Imperio Romano, así como los mensajes contradictorios acerca de la Segunda Venida de Cristo que circulaba en las iglesias. Este libro ofrece consejos prácticos de cómo prepararse para reunirse con el Señor cuando regrese.
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Veröffentlichungsjahr: 2024
UN MENSAJE PARA NUESTRO TIEMPO
LAS EPÍSTOLAS DE 1 & 2 TESALONICENSES
REV. DANIEL G. CARAM
Título Original: “A Message for Our Times: The Epistles of 1 & 2 Thessalonians”
© 2012 Daniel G. Caram.
Versión 2.0 (2015) en inglés.
Título en español: “Un mensaje para nuestro tiempo: Las epístolas de 1 & 2 Tesalonicenses”
Versión 3.0 en español (2024)
Diseño de portada:
© Daniel G. Caram y sus licenciadores
Todos los derechos reservados
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico o mecánico, sin permiso por escrito del editor, excepto en el caso de citas breves en artículos o reseñas.
A menos que se indique lo contrario, las citas son tomadas de la Santa Biblia,
versión Reina-Valera © 1960, propiedad de las Sociedades Bíblicas Unidas.
Traducción al español: Carlota S., IBJ Guatemala 2012.
Edición: Ana Karen P.; Marlene Z.; Bethesda S.
Publicado por Zion Christian Publishers.
Publicado en formato e-book en 2024
En los Estados Unidos de América.
Para obtener más información comuníquese a:
Zion Christian Publishers
Un ministerio de Zion Fellowship ®
P.O. Box 70
Waverly, NY 14892
Tel: (607) 565-2801
Fax: (607) 565-3329
www.zcpublishers.com
www.zionfellowship.org
ISBN 978-1-59665-786-1
Deseamos extender nuestra gratitud a:
Al equipo de traducción de IBJ Guatemala, por la traducción al castellano y revisión de este manuscrito.
Al equipo editorial de ZCP, departamento de publicaciones en español por su excelente labor en la revisión, edición y formato en castellano.
Equipo de trabajo “Para la Edificación”, El Salvador, por su diseño creativo de la portada.
Claramente uno de los temas principales en el estudio de las epístolas de Pablo a los Tesalonicenses es la Segunda Venida de Cristo. En cada capítulo de ambas epístolas encontrará una referencia directa o una alusión a la Segunda Venida de Cristo. El Señor aún tiene el día de hoy una iglesia en Tesalónica, y todavía están a la espera de “Su venida”. El significado principal de estas epístolas es que todos los creyentes deben estar preparados y vivir en la expectativa de: “¡Mi mundo podría terminarse hoy, y no quiero ser avergonzado cuando me encuentre con Él!”.
Hay también otra frase que con frecuencia asociamos con la Segunda Venida: “El día del Señor”. Este término se encuentra en ambas epístolas; aunque podemos atribuir esta expresión al regreso de Cristo para juzgar a la Tierra, también tiene otras aplicaciones. Algunas veces era en referencia a los juicios de Dios en una generación determinada, tales como el tiempo que precedió a la destrucción de Jerusalén en el año 586 a.C. “El día del Señor{1}” puede referirse específicamente al período de tribulación que precede a la venida de Cristo, y también al día del Juicio final al concluir el Milenio (cf. 2 P. 3:10 14). Sin embargo, en todos los casos, “El día del Señor ” es una referencia a un tiempo de juicio:“[…]El día de Jehová […] Será de tinieblas, y no de luz” (Am. 5:18).
Este “día de tinieblas” es también una advertencia para la Iglesia acerca de Su enseñanza concerniente al tiempo previo a la venida de Cristo lleva una nota de precaución. Parece que habrá cierto estupor y una negligencia que impregnará ese tiempo. ¡Somos exhortados a estar vigilantes y a que no nos tome desprevenidos! Pablo también advierte acerca de otras condiciones que prevalecerán en ese día: el “hombre de pecado”, la “gran apostasía” y el regreso a la adoración en el Templo de Jerusalén (cf. 2 Ts. 2:1-17). Estas epístolas de Pablo son una clave esencial para el enigma del tiempo final, y es casi imposible estudiar verdades escatológicas (tiempo final) sin la inclusión de estas epístolas de Pablo.
En 1 Corintios 15:8 Pablo se declara a sí mismo como apóstol nacido “como un abortivo” (o alguien nacido antes del tiempo debido). Pablo no estaba confundido en absoluto acerca de la generación en la que vivía, o que sus escritos se extenderían más allá de su tiempo sobre la Tierra. En sus últimas epístolas, Pablo indicó que su tiempo había concluido y que había terminado su carrera. Con todo, sus epístolas inspiradas van más allá de su generación y describen las condiciones que prevalecerán en los postreros días. Pablo fue un hombre que experimentó una tremenda revelación en el tercer Cielo. Seguramente en esa dimensión del Espíritu él había vislumbrado acerca de los poderes que vendrían. Él había oído y visto los misterios de Dios, muchos de los cuales no le era permitido divulgar en la Tierra, y eso fue ocho años antes de su llegada a Tesalónica (cf. 2 Co. 12: 2-4).
De esto tendríamos que concluir que el apóstol nacido como un abortivo en realidad le estaba escribiendo más a la generación que literalmente podría ver la consumación de todas esas cosas. Pablo le estaba escribiendo a la Iglesia de los últimos días. (Este punto será considerado nuevamente en el transcurso de este estudio).
Debido a la manera de hablar de Pablo en tiempo presente, muchos de los cristianos del siglo I malinterpretaron lo que Pablo decía concerniente al regreso de Cristo. Llegaron a tales extremos de abandonar sus trabajos y dejar de realizar las funciones normales de la vida diaria. Aunque la segunda epístola de Pablo esclareció mucho más, no les dijo nada nuevo. Él simplemente estaba reiterando los puntos que ya les había enseñado durante su ministerio breve en ese lugar (2 Ts. 2:5; 3:10; 1 Ts. 4:2).
Hay cierta tendencia en los nuevos creyentes a tomar una verdad o parte de esta y correr con ella. Ellos estaban tan emocionados con la parte A, que no escucharon la parte B.
En la actualidad, la iglesia de Tesalónica aún se encuentra ahí, a pesar de que han transcurrido 1950 años. Ellos aún siguen esperando Su venida. Aún en el sentido estricto, el Señor sí viene para cada generación, porque solamente hay 70-80 años asignados al hombre. Es por eso que el énfasis principal en estas epístolas es ser santos. Siempre debemos estar listos para encontrarnos con el Señor, porque no sabemos el día ni la hora de nuestra partida de esta vida. Cuando exhalemos nuestro último aliento, el fin del mundo ha llegado para nosotros, y después de eso viene el juicio. Por lo tanto, el verdadero mensaje de la Segunda Venida de Cristo debe producir santidad (cf. 1 Ts. 3:13).
Hay mucha información valiosa que puede obtenerse de las epístolas a los Tesalonicenses. La vida de Cristo, vivida y enseñada por el apóstol Pablo, es especialmente relevante para los ministros y aquellos que han sido llamados a posiciones de liderazgo. Procedamos entonces a estudiar estos libros con corazones permeables: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; ¡porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos!”(Ro. 13:11).
Capital de Macedonia
Tesalónica fue fundada en el año 315 a.C. Al principio fue nombrada Salónica en honor a la esposa de Casandro, quien fue uno de los cuatro generales de Alejandro Magno. Ya que Alejandro Magno no tuvo descendencia, su imperio fue dividido entre sus cuatro principales generales (Dn. 8:8, 22; 11:3-4). Salónica era en realidad la media hermana de Alejandro.
La localización de esta ciudad portuaria hizo de Salónica un centro comercial muy valioso. El río Vardar (nombre actual) que desciende desde el norte, confluía en el golfo Termaico (golfo de Salónica). Esto hacía de Tesalónica una de las principales rutas comerciales en esos días. De hecho, en la actualidad Tesalónica todavía es una ciudad portuaria y es la segunda ciudad más grande de Grecia.
Durante las guerras macedónicas, Roma conquistó Tesalónica y la hizo una provincia en el año 146 a.C. Más tarde, Roma declaró a Tesalónica una ciudad libre y solamente responsable ante el procónsul romano que estaba asentado allí. Tesalónica continuó siendo la capital de Macedonia, manteniendo aún su cultura griega, y a pesar de todo había una gran población cosmopolita debido al estatus de ciudad libre.
En el libro de los Hechos capítulo 17, Lucas da el relato bíblico de la visita de Pablo a Tesalónica. Podemos deducir del tiempo de los eventos en el libro de los Hechos que Pablo debe haber visitado ese lugar en el año 52 d.C. Pablo comenzó desde Antioquía en el año 51 d.C. con su nuevo compañero Silas. Ellos visitaron ese año Cilicia, Licaonia y Galacia; y en el año 52 estuvieron en Troas, Filipo, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto. Pablo se quedó en Corinto por dieciocho meses, y mientras estuvo allí él escribió sus dos epístolas a los Tesalonicenses. Tesalónica fue una etapa muy importante del segundo viaje misionero de Pablo (Hch. 17:1-10).
Para poder apreciar en su totalidad el segundo viaje misionero de Pablo (Hch. 15:36 a 18:22), debemos comenzar en Hechos capítulo 15. Luego del Concilio de Jerusalén, Pablo y Bernabé regresaron a Antioquía y Siria en donde continuaron enseñando y predicando. La fecha del Concilio de Jerusalén fue autentificada en el año 50 d.C. Fue durante el tiempo de su regreso a casa en Antioquía que una inspiración fresca movería el corazón de Pablo para visitar nuevamente los lugares donde habían estado: “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están” (Hch. 15:36).
En el resto del capítulo 15, vemos una división entre Pablo y Bernabé. La razón por la que incluyo esto en el estudio es porque tiene una aplicación especial para los que estudian para el ministerio. Bernabé debió haber sido un cofundador de la obra en Tesalónica, pero se ofendió de sobremanera ante la renuencia de Pablo a llevar a Juan Marcos con ellos. Juan Marcos era joven y se había regresado durante su primer viaje (Hch. 13:13). También se dará cuenta de que en esa misma narrativa, Pablo parecía estar asumiendo el mando; allí leemos: “Pablo y sus compañeros” (Hch. 13:13).
Quizá Bernabé resentía el dominio de Pablo. Talvez el hecho de que Juan Marcos estaba emparentado con Bernabé se añadía a la ofensa. Pablo pensó que Juan Marcos era demasiado inmaduro para el segundo viaje misionero, y todo el incidente terminó en una separación. En realidad, en el segundo viaje misionero se enfrentarían a mucha persecución y problemas. ¿Habría fracasado Juan Marcos también en esta misión?
Los ministros deben guardarse especialmente contra esas ofensas. No debemos permitir que nuestros sentimientos personales nos gobiernen. En realidad, no existe tal cosa como un “liderazgo compartido”. Una persona tiene que tomar el mando en un equipo, y nosotros debemos fluir con ese liderazgo. Bernabé perdió mucho al ofenderse a causa de Juan Marcos. Alguien dijo una vez: “No hay gracia para la ofensa a causa de terceros”. A menudo nuestra ofensa es a causa de la forma que otra persona fue tratada. Debido a este tenso desacuerdo, Bernabé no volvería a ser una figura significativa en la Escritura, y curiosamente, Juan Marcos más tarde tendría una reaparición. El libro de los Hechos es un enfoque en elcentro de lo que Dios estaba haciendo, y Bernabé dejó el epicentro de la actividad para irse a trabajar por la línea de banda y fuera del terreno principal de acción.
El llamado macedónico
Durante el segundo viaje, Pablo y sus compañeros llegaron a Troas, una ciudad de Asia Menor. Estando en Troas, Pablo tuvo una visión de un hombre rogando por ayuda en Macedonia (Hch. 16:8-10). Fue durante ese tiempo que Lucas se incorporó al equipo. Timoteo ya era parte de la compañía (Hch. 16:1-3); por consiguiente, el equipo ministerial viajó al occidente hacia Macedonia, y fue aquí donde Pablo fundó dos centros principales de la iglesia: uno en Filipos y el otro en Tesalónica (lea Hechos 17:1-15).
Tesalónica
La visita de Pablo a Tesalónica fue muy breve; se extendió únicamente durante tres días de reposo (Hch. 17:2). Esto en sí mismo es un pensamiento digno de ser considerado. Se puede hacer mucho en un tiempo breve cuando el poder de Dios se manifiesta. Cuando avanzamos en el poder, Dios puede hacer que cosas grandes sucedan. Jonás hizo más por Nínive en pocos días que la mayoría de los misioneros con el paso de los siglos pudieron hacer. Como dijo William Carrie, debemos creerle a Dios para cosas grandes y esperar cosas grandes de parte de Él.
Pablo fue el tipo de persona que vertía toda su vida y su alma por los demás. Cuando ministramos en una atmósfera inestable, tenemos que darlo todo mientras la puerta de oportunidad esté abierta. Pablo tenía la capacidad para enseñar día y noche, y conociendo la posibilidad que había de ser expulsado repentinamente, él así lo hacía. Al final de la estadía de un mes, Pablo partió dejando una iglesia que podía crecer por su propia cuenta. El viaje completo de Pablo por toda Macedonia fue muy breve debido a algunas fuerzas muy resistentes, esto es, ciertos judíos que eran motivados por la envidia y los celos.
Queremos fruto que permanezca. Nuestra preocupación principal cuando iniciamos una obra debería ser la impartición espiritual que dejemos en la vida de las personas; esto es mucho más importante que elaborar proyectos. También debemos señalar que el primer compromiso de Pablo era llevar el evangelio a sus propios hermanos, la comunidad judía, y esa debiera ser nuestra primera tarea. Cuando iniciamos un nuevo territorio, si en las cercanías hay otra obra cristiana, primero debemos compartir nuestra visión con ellos para ver si puede haber un fluir juntos; y si esto no es posible, entonces tenemos libertad para trabajar independientemente.
El énfasis principal de Pablo para con los judíos era este: “Declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo [o Mesías]” (Hch. 17:3). Pablo predicó un Mesías sufriente que murió por nuestros pecados. El Hijo de Dios se hizo hombre para sufrir y morir, y pagar nuestra deuda por el pecado. Cristo resucitó victorioso sobre el pecado y la muerte y vive eternamente. No hay otro medio de salvación, este era el énfasis de Pablo.
Hechos 17:4: “Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas”.
La cultura griega promovía a las mujeres a lugares de autoridad y gobierno. Es por eso que Pablo algunas veces aborda los roles masculinos y femeninos. Pablo no está en contra de la mujer en el ministerio, siempre y cuando no dominen sobre los hombres y estén en sujeción al liderazgo de hombres o a su propio marido si están casadas.
Hechos 17:5: “Entonces los judíos que no creían […]”.Muchas veces son los hermanos que no creen los que causan más perjuicio. A menudo en el campo misionero, los mayores obstáculos para el evangelio son otros misioneros cuyas motivaciones no son las correctas. Conocimos una dama misionera en África que murió por las presiones impuestas sobre ella por otro misionero mayor de edad que no quería que ella estuviera ahí. Los mayores oponentes de Pablo y su nuevo mensaje, por lo general, fueron los judíos que citaban las Escrituras.
La reputación de Pablo y sus compañeros
Hechos 17:6: “[…] Trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá”. En realidad, eso no era tener una mala reputación, considerando que el sistema del mundo estaba al revés, y Pablo lo estaba enderezando. ¿Alguna vez ha oído la historia proverbial sobre el valle de los ciegos? En esta breve narración había un valle de gente ciega que estaba acostumbrada y contenta con un estilo de vida que se ajustaba a su propio mundo pequeño y de tinieblas. Así habían vivido por siglos. Sucedió que un día un hombre que podía ver llegó a este valle y perturbó el estilo de vida de estos pobladores. Las personas no estaban interesadas en una forma mejor de hacer las cosas. Ellas preferían vivir en su propio mundo de tinieblas oscuro y limitado. Esto es un gran ejemplo de aquellas personas que están atadas con las tradiciones.
Hace algunos años tuve un amigo que asistía a un colegio evangélico. Estando allí él tuvo una serie de visiones, una de las cuales fue concerniente a la caída de Adán. Él dijo que en esta visión, cuando Adán cayó, fue como si viera el mundo entero inclinándose fuera de su eje, lo que podría ser responsable de una gran cantidad de cambios ambientales, sin mencionar las implicaciones espirituales. En resumen, el mundo está fuera de rumbo, como dice el salmista en Salmos 82:5: “[…] Tiemblan todos los cimientos de la tierra”.
Conforme continuamos todo el relato macedónico (Hch. 16-17), nos damos cuenta de cómo Satanás contiende por su territorio, o lo que él considera que es su territorio. También nos ayuda a entender algunas de las persecuciones que plagan a las nuevas iglesias en Macedonia. Tan extraño como pueda parecer, algunos de los mejores frutos vienen de la Iglesia perseguida. Las iglesias de Tesalónica y Filipos probarían la veracidad de esto.
Pablo había sido forzado a irse de ciudad en ciudad por toda Macedonia. Ahora él estaba detenido en Atenas: “Y los que se habían encargado de conducir a Pablo lo llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron” (Hch. 17:15).
Casi inmediatamente Pablo envió por Silas y Timoteo a quienes había dejado en Berea (Hch. 17:10-14). Fue en este punto que Pablo comisionó a Timoteo para regresar a Tesalónica para estabilizar y animar a la iglesia allá. Mientras tanto, Pablo prosiguió hacia el occidente por otras cincuenta millas desde Atenas hasta Corinto. Estando Pablo en Corinto (Hch.18:1-11), Timoteo volvió con un buen reporte, y desde Corinto Pablo escribió su primera epístola a los Tesalonicenses.
1 Tesalonicenses 3:1-9
En el capítulo tres, versículos 1-9, el escenario de la primera carta es explicado claramente. Pablo estaba muy consternado por el estado de esta iglesia que recién surgía y que estaba morando en el centro de una atmósfera de hostilidad extrema. Por consiguiente, el apóstol se alegró al oír que ellos eran fructíferos y estaban firmes.
Esta primera carta para Tesalónica fue la primera carta de Pablo que se volvió parte del sagrado canon de la Escritura. Él la escribió desde Corinto en el año 52 d.C. Poco después, en el año 53 d.C., Pablo escribió su segunda epístola a los Tesalonicenses también desde Corinto.
Aquí hay un mensaje en seis palabras sencillas: “Vinisteis a ser imitadores de nosotros”. Esto es lo que nuestros seguidores o convertidos deben imitar: a “nosotros”. Una de las primeras leyes espirituales de la creación es el hecho de que producimos según nuestro género. Nos reproducimos a nosotros mismos (ver Gn. 1:11-12; 1:21, 24-25; 5:3).
1:1 “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.
Pablo a menudo hace distinción entre los miembros de la Deidad. Ellos son entidades separadas, no obstante, trabajan juntos para cumplir los propósitos del Padre. La pluralidad de la Deidad puede verse desde el primer capítulo de Génesis: “Hagamos al hombre […]”, hasta el último capítulo en Apocalipsis: “[…] De Dios y el Cordero”. El apóstol Juan utiliza el pronombre personal “Él” con referencia a la persona del Espíritu Santo por lo menos trece veces en Juan capítulo 16.