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Descubre en este libro electrónico de 128 páginas con cientos de recetas y consejos cómo cuidar la piel de tu rostro. Todas ellas se basan en ingredientes naturales y de eficacia probada, tienen una larga historia y han sido probadas por muchas mujeres a lo largo de los años. Elige las mejores recetas para ti, sigue las instrucciones y evita los productos que no son compatibles con tu piel y que eventualmente pueden provocarte una alergia.
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Seitenzahl: 136
Publicado por Dakota Dulton, 2022
Aunque se han tomado todas las precauciones en la preparación de este libro, el editor no asume ninguna responsabilidad por errores u omisiones, ni por los daños resultantes del uso de la información aquí contenida.
Este libro es para todas aquellas mujeres: jóvenes y no tan jóvenes / +25, +30, +40, +50, +60/, que desean cuidar adecuadamente la piel de su rostro, mejorarla, conservar y mantener su belleza y juventud el mayor tiempo posible. En este libro encontrarás muchas recetas y consejos que te ayudarán a conseguirlo. Las recetas naturales tienen muchas ventajas, la primera de todas es que se utilizan productos/ingredientes naturales y de máxima utilidad. En determinadas situaciones las recetas naturales pueden ayudar a tu piel mucho más y mejor que los cosméticos comprados en tiendas.
Libro 1: La cara te ayudará a determinar qué tipo de piel tienes, qué tipo de ingredientes naturales son los mejores para ella, tu alimentación personal. Hay muchas recetas de cosmética natural hechas por ti para cada tipo de piel: cremas de día o de noche, mascarillas faciales, exfoliantes, tónicos, sueros, lociones... ¡todo hecho sólo con productos naturales! Las recetas están probadas y es casi imposible encontrarlas en otro sitio. Aprende los secretos de belleza y juventud de las antiguas bellezas como Cleopatra y otras. ¡Sé joven y bella!
Escrito después
Libro #1: La cara será seguida por
Libro #2: Cabello,
Libro #3: Cuerpo,
Libro #4: Manos y Uñas
Existen cuatro tipos principales de piel: seca, normal, grasa y mixta. Cada uno de ellos depende de la actividad de secreción de sebo. Este indicador está relacionado con el aspecto de la piel, el número y la visibilidad de los poros, el ritmo de envejecimiento y la formación de arrugas.
Para saber qué tipo de piel tienes, haz un sencillo experimento. Límpiate la cara con un limpiador conocido (preferiblemente un gel suave o una espuma suave). Sécate la cara con una toalla y no te apliques ninguna crema después. Pasadas dos horas, aplica una servilleta fina de papel sobre la piel y presiónala ligeramente en la zona de la frente, la nariz, las mejillas y la barbilla.
Ahora evalúa la servilleta al trasluz.
Si en la servilleta no hay ningún rastro de sebo/manchas de grasa, tiene la piel seca.
Si hay rastros débiles por toda la servilleta, tienes una piel normal.
Si se aprecian marcas pronunciadas, tienes la piel grasa.
Si solo hay rastros pronunciados en la zona de la frente, la nariz y la barbilla, tienes una piel combinada.
La piel seca siempre tiene un aspecto mate, delicado y fino. Rara vez aparecen en ella granos e inflamaciones, pero las arrugas pueden estropear el estado de ánimo ya en la juventud. Este tipo de piel no reacciona bien a los cambios climáticos bruscos ni a las condiciones meteorológicas adversas (viento fuerte o heladas). Debido a una selección incorrecta de cosméticos, pueden producirse irritaciones y descamación.
La piel se vuelve seca por varias razones: puede deberse a la genética o a la falta de grasas y vitaminas A, C y P.
Las personas con piel seca deben considerar cuidadosamente la elección de los cosméticos y cuidarse especialmente en la estación fría.
Asegúrate de utilizar una crema hidratante después de cada limpieza de la piel: crea una barrera protectora.
Asegúrate de que tus cosméticos no contengan alcohol. Reseca la piel.
En la estación fría, elige cremas de textura densa.
En verano, no olvides utilizar emulsiones y lociones hidratantes.
Las mascarillas no deben hacerse más de 2-3 veces por semana. Las mascarillas limpiadoras, reductoras de poros o antigrasa no te convienen.
Al hacer mascarillas caseras, da preferencia a los ingredientes hidratantes como el requesón, la nata agria, la leche o la miel.
Mascarilla de miel:
Frota 1 cucharadita de miel con 1 cucharadita de leche grasa hasta que blanquee.
Mascarilla de bayas:
Pica 3-4 fresas o frambuesas y mézclalas con 1 cucharadita de crema agria.
Mascarilla de requesón:
Mezclar 1 cucharada de requesón y 1 cucharadita de aceite vegetal hasta que quede suave.
Mantener cada mascarilla sobre la piel durante 10-20 minutos. Retírala con agua tibia o leche cosmética para la cara.
Elige tonos de base de maquillaje cremosos. El tono en polvo acentuará la sequedad y la descamación.
Las sombras en crema serán buenas para la piel fina de los párpados.
Aplica una base de maquillaje hidratante o en crema que se adapte al tono.
En tiempo de sol, utiliza cosméticos con un FPS (Factor de Protección Solar) de al menos 10.
La piel normal se caracteriza por unas glándulas sebáceas moderadas. Tiene un aspecto fresco y limpio, los poros no destacan, la inflamación y la descamación aparecen raramente, debido principalmente a la influencia de factores externos. Si tienes una piel normal, ¡tiene suerte! Es extremadamente rara.
Para los propietarios de una piel normal, hay un consejo: no se excedan. Lávate la cara con regularidad, hidrata tu piel y hazte mascarillas o exfoliaciones 2-3 veces por semana. Dependiendo del estado actual del rostro y de las condiciones climáticas, utiliza mascarillas para pieles secas o grasas. Recuerda: en la temporada de frío, la nutrición adicional será útil, y en el calor - una limpieza más profunda. Pero no abuses de cremas demasiado grasas o lociones a base de alcohol.
La principal característica de este tipo de piel: las glándulas sebáceas trabajan de forma demasiado activa. Por eso, unas horas después de lavarse, la cara empieza a brillar. Los poros, especialmente en la frente, la nariz y la barbilla, están dilatados. No son infrecuentes los granos y los puntos negros.
Sin embargo, la piel grasa tiene una gran ventaja: envejece más despacio. El sebo segregado crea una buena película protectora que impide que la humedad se evapore y bloquea la penetración de sustancias nocivas del exterior.
Lávate la cara por la mañana y por la noche. Para una limpieza más profunda de los poros, puedew utilizar un cepillo especial o una esponja.
No utilices a menudo limpiadores faciales muy fuertes: corres el riesgo de resecar la piel. En respuesta a una exposición agresiva, las glándulas sebáceas comenzarán a trabajar de forma aún más activa.
No exprimas los granos. La inflamación puede tratarse con alcohol, solución de ácido salicílico o aceite de árbol de té.
Se pueden utilizar agentes exfoliantes una o dos veces por semana. Es mejor aplicar los exfoliantes o peelings (eliminar las células muertas de las capas superficiales de la piel) por la noche, después del lavado.
Al final del lavado, aclara la cara con agua fría. Bajo la influencia del frío, los poros se contraen, se hacen menos perceptibles y el rostro brilla menos durante el día.
En lugar de cremas densas, elige emulsiones, geles o lociones hidratantes ligeras.
No más de tres veces por semana, hazte mascarillas para limpiar la piel, estrechar los poros y aliviar la inflamación.
No te olvides de la hidratación: basta con aplicar mascarillas suavizantes una vez cada dos semanas.
Los ácidos débiles (limón recién exprimido o zumos de bayas) y los agentes antibacterianos (miel, aceite de árbol de té) serán buenos componentes de la mascarilla para piel grasa.
Mascarilla de proteínas:
Bate la clara de huevo hasta obtener una espuma fuerte y mézclala con ½ cucharadita de zumo de limón. Manténgala en la cara durante 15-20 minutos. Esto estrechará los poros y eliminará el brillo graso.
Mascarilla de yogur agrio:
Con un bastoncillo de algodón, aplica yogur en la cara, déjalo durante 15-20 minutos. Esto secará la piel grasa.
Mascarilla de té:
Moler 5 cucharadas de té verde de hoja en polvo fino y mezclar con 2-3 cucharadas de yogur agrio. Aplicar la mezcla durante 10-20 minutos y aclarar con agua tibia.
La piel mixta es la que aparece con más frecuencia. Al mismo tiempo, normalmente la zona T (frente, nariz, barbilla) presenta todos los signos de la piel grasa: granos, poros dilatados, brillos. Y la piel alrededor de los ojos y en las mejillas es delicada, fina, propensa a la sequedad.
Por lo tanto, habrá que combinar los métodos de cuidado. Elige limpiadores suaves: geles, aceites hidrófilos, espumas. Limpiarán suavemente las zonas brillantes del rostro y no resecarán las mejillas. Hazte con cremas y bases de maquillaje para el rostro. Aplica mascarillas tensoras y limpiadoras solo en la zona T, elige mascarillas nutritivas para las zonas de piel seca.
Al tomar una ducha o baño y lavado, no uses agua caliente o fría, pero tibia: caliente conduce a la expansión de los poros y el desarrollo de la sequedad; y el frío al estrechamiento de los vasos sanguíneos y el deterioro de la microcirculación sanguínea.
Nunca exprimas tú misma los puntos negros y las espinillas: puede infectar la piel y provocar cicatrices.
Limpia con regularidad los aparatos que entran en contacto con la piel de la cara, como el smartphone.
Cambia con frecuencia las fundas de almohada para evitar que la piel se contamine mientras duermes.
Es aconsejable dormir boca arriba, sobre una almohada baja, para evitar la aparición de papada y arrugas en el cuello.
Abandona los malos hábitos. El consumo frecuente de alcohol afecta negativamente al riego sanguíneo de la piel, por lo que su hidratación y nutrición se resienten. Fumar tiene el mismo efecto, además, el humo del tabaco destruye el colágeno y la elastina, lo que conlleva la manifestación de signos prematuros de envejecimiento.
Come bien, incluyendo en tu dieta una gran cantidad de verduras y frutas, asegurándose de obtener suficientes ácidos grasos insaturados Omega-3 y limitando el uso de carbohidratos rápidos, azúcares (pueden acelerar el proceso de envejecimiento de la piel). Las verduras y frutas contienen antioxidantes que retrasan el envejecimiento. Además, estos productos mejoran la tez, hidratan y suavizan la piel. Las grasas omega-3, que contribuyen a la elasticidad de la piel, se encuentran en el pescado azul (caballa, sardinas, salmón), las nueces y la carne de vacuno.
Duerme al menos entre 7 y 9 horas al día. La falta de sueño afecta al color de la piel: se vuelve terrosa, y también pueden aparecer ojeras o bolsas bajo los ojos.
Intenta evitar el estrés. No podemos influir en el número de situaciones estresantes de la vida, pero sí en la forma de cambiar nuestra respuesta a ellas. Caminar al aire libre y hacer ejercicios de respiración pueden ayudarte a reaccionar con más calma ante los acontecimientos negativos.
Practica una actividad física al menos unos días a la semana. Mejora la circulación sanguínea, ayuda a eliminar toxinas y a aliviar el estrés.
El zumo de aloe es extremadamente útil para la piel de la cara, el cuello y el escote, y es especialmente eficaz contra las arrugas. Pero el zumo de aloe no solo se utiliza en cosmetología como remedio contra las arrugas y para el rejuvenecimiento de la piel, sino también con fines médicos. Por ejemplo, es útil para varias enfermedades: psoriasis, eczema, lesiones pustulosas.
¿Qué otras maravillosas propiedades tiene?
El zumo de aloe contiene muchas vitaminas y nutrientes muy beneficiosos para la piel y el cabello. En particular, contiene vitaminas del grupo B, ácido ascórbico, retinol, hierro, etc.
Es capaz de nutrir, saturar las capas profundas de la piel con los elementos necesarios. Esto es posible gracias a la alantoína, una sustancia que "entrega" todos los componentes necesarios a estas capas, y también regenera e hidrata las células de la piel, ayuda a restaurar su estructura.
Ayuda a limpiar la piel en profundidad. El zumo de aloe cierra y limpia bien los poros, por lo que es bueno utilizarlo para el cuidado de la piel con problemas.
El zumo de la planta de aloe ayuda a producir más colágeno, que es la clave de una buena elasticidad de la piel del rostro, lo que significa que ayuda a reducir las arrugas. Ayuda a mantener el equilibrio hídrico de las células, regenera los tejidos y acelera los procesos metabólicos.
El zumo de aloe alivia la inflamación y desinfecta la piel. Esta planta es conocida como un excelente agente antibacteriano y antifúngico.
El aloe puede aliviar y mitigar algunas manifestaciones alérgicas.
El jugo milagroso de la asombrosa planta de aloe puede ser un verdadero regalo para la piel de la cara. Después de todo, además del efecto rejuvenecedor y el efecto de las arrugas, en general mejora la condición de la piel. Por esta razón, este remedio natural tiene un increíble número de críticas.
Contraindicaciones y efectos secundarios
A pesar de que el jugo de hoja de aloe ayuda a combatir las arrugas y tiene muchas otras propiedades curativas notables, tiene contraindicaciones como cualquier medicamento. No se puede utilizar en la cara y otras partes del cuerpo cuando hay una intolerancia individual de jugo de aloe.
El jugo de aloe se puede utilizar con éxito tanto en su forma pura como componente de una mascarilla facial. Y es mejor si se combinan dos formas de utilizar la planta: por ejemplo, 1 vez a la semana para hacer una máscara de las arrugas, y 2-3 veces para mojar las áreas problemáticas con jugo limpio.
Componentes:
jugo de aloe (1 cucharadita)
miel (2 cucharaditas)
aceite -dar preferencia al aceite de germen de trigo (1 cucharada)-.
sal (1 cucharadita)
huevo (1 ud.)
Mezclar todos los ingredientes enumerados. La mezcla resultante se debe aplicar de manera uniforme en la cara, sin olvidarse de la zona alrededor de los ojos, dejar actuar durante 15-20 minutos. A continuación, retirar la mezcla con un algodón y aclarar con agua tibia. El paso final es la aplicación de una crema con ingredientes hidratantes.
Esta máscara tiene no solo un anti-envejecimiento, sino también un efecto refrescante, y también le permite nutrir las capas profundas de la piel. Esta mascarilla con aloe es eficaz contra las arrugas profundas.
Componentes:
jugo de hoja de aloe (2 cucharadas);
requesón - mejor si es casero (1 cucharada)
miel (2 cucharaditas)
La máscara debe mantenerse en la cara durante 20 minutos. Es necesario lavar con agua tibia. Después de esta máscara, la piel se verá tensa y elástica, que te ayudará a hacer frente a las arrugas finas.