Catenaria - María del Carmen Saravia - E-Book

Catenaria E-Book

María del Carmen Saravia

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Beschreibung

«Hace meses que miro una tela de araña en el techo de mi habitación. Como está muy alta, no puedo sacarla, fui viendo cómo crecía y cómo se iba ennegreciendo de a poco por el polvo, haciéndose más visible. A veces, para limpiarla, como no alcanzo, he llegado a atar el plumero a un escobillón. Esta vez no lo he hecho.»   La vida no para de insistir en una casa que ya cumplió más de cuarenta años. Las telas de araña forman tramas radiocéntricas entre los árboles y las plantas, y como un velo cubren un pasado que fue hermoso. La autora las observa y no quiere destruirlas.   Con predisposición poética y una forma de decir particular, María del Carmen Saravia se enriquece con la vida y sus pausas y escribe impresiones, recuerdos, sueños, biografías apócrifas a partir de una conversación con amigas, lugares comunes, las enfermedades y el paso del tiempo. El resultado es un conjunto de textos que, como las catenarias, van diseñando un dibujo que se arma a partir de su estructura natural y su propio peso.

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Saravia, María del Carmen

Catenaria / María del Carmen Saravia. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Metrópolis Libros, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-8924-89-2

1. Literatura Argentina. 2. Narrativa. I. Título.

CDD A863

© 2023, María del Carmen Saravia

Primera edición, febrero 2023

Edición Julieta Mortati

Diseño y diagramaciónLara Melamet

Corrección Lucía Bohorquez y Martín Vittón

Conversión a formato digital Libresque

Hecho el depósito que establece la ley 11.723. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin la autorización por escrito de los titulares del copyright.

Editorial PAM! Publicaciones SRL, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

[email protected]

www.pampublicaciones.com.ar

A mis nietas y nieto: Julia, Sara, Catalina y Felipe. Con el método cronológico regresivo. Porque total: “el orden de los factores no altera el producto”.

De la percepción del espacio

Siempre tuve la impresión de que el tamaño de la casa nos superaba totalmente. Es muy grande. Tanto si se la mira desde afuera como desde adentro. No es un adentro común. Y eso que está muy habitada. Hasta ahora, por lo menos, cuando ya ha cumplido sus cuarenta años largos desde que la construimos. Y además es muy vivida y disfrutada, aunque esté plagada de telas de araña, polvo y bichos de toda clase. También viven en ella un perro y dos gatos. La que más se queja es mi hija, que vive con su marido y sus dos hijos, mis nietos, en la segunda planta. Se queja porque ella se siente responsable de limpiarla.

Cuando iba al jardín de infantes, calculo que sería salita de cuatro o de cinco, festejó su cumpleaños en casa. Como tenemos una planta baja con un estar inmenso que da al jardín, baño para visitas, cocina amplia y muy vinculada al estar-comedor, nunca se realizaron las fiestas en lugares alquilados. Invitamos a todo el grado, más de quince chicos. Chiquitos. Iban llegando a casa a la hora indicada. Entre ellos había una compañerita de Pilar, pequeñita y menudita, con unos ojos muy grandes y expresivos. Ni bien entró, sentí el impulso de levantarla, abrazarla y besarla, se llamaba Mariana, aún recuerdo su nombre. Mi hija se puso celosa. Cuando Mariana entró al living en vez de seguir hacia el jardín, se dio vuelta hacia el interior de la casa. Parecía una niñita tan bajita dentro de ese espacio inmenso, con el techo en pendiente que cubre una triple altura. Puso cara de asombro, miró hacia arriba y dijo: “Qué linda casa, ¡lástima que no tenga un ascensor!”.

Ordenamiento

Lo primero siempre es lo primero.

Lo primero nunca es lo primero.

Lo primero a veces es lo primero.

Lo que siempre es primero, es lo primero.

Lo que nunca es primero, no es lo primero.

Lo que a veces es primero, a veces no es lo primero.

Tiempos verbales

La mente en blanco. El salto al vacío. El día a día. La noche a noche. La tarde a tarde. Parámetros de escritura. Metodología. No hay futuro sin pasado. ¿No hay pasado sin futuro? ¿No hay presente sin futuro?

Un día es un día

Primero voy a darme una ducha lenta y me pondré shampoo y crema de enjuague, de esa que da brillo. Me secaré con parsimonia. Primero la cabeza y la cara, después el cuerpo, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Buscaré el Body Fresh de Just que me regaló Graciela y que casi nunca me acuerdo de usar. Sentirme a mí misma como otra. Podría sombrearme los ojos, hacer algo con las pestañas, pero no lo haré. Lavaré el trapo de piso, uno amarillo que siempre dejo para después. ¿Quién quiere ponerse a lavar el trapo de piso? Lo tenderé en el balcón entre mis cactus.

—De la cocina hoy se ocupa Federico —dijo Pilar.

Los días sin nombre

Solían gustarme los viernes, resabios de vidas pasadas; ahora todos los días son domingo para mí.

Lo de todos los días

—Milagros tenemos todos los días, lo que pasa es que no nos damos cuenta —dice Ana, mi vecina. Y sigue—: Por ejemplo, si cruzamos la calle sin mirar y pasa un automóvil a todo lo que da y no nos atropella, eso es un milagro.

 

 

Hace unos años, volvía de un viaje de trabajo desde Córdoba; elegí viajar en ómnibus en lugar de tomar un avión, no sé por qué. Creo que empezaba a evitar los vuelos. Era un viaje nocturno: se aprovecha más el tiempo y se llega a Buenos Aires temprano, de mañana. Mirando la noche por la ventanilla, pensaba con preocupación en cómo estaría mi familia. Siempre rezaba al volver a casa, por todos y cada uno de mis familiares. Tenía presentimientos tristes. Me puse a conversar con mi vecina de asiento, algo que en otro momento hubiese evitado, pero esta vez no. Le comenté el motivo de ese viaje y de los otros:

—Mi marido no está bien —le dije—. Así que trato de llegar pronto.

—Y… Dios ayuuuda —me contestó con esa tonada cordobesa característica.

Me sorprendió la trasmisión de pensamientos. Nunca me olvido de esas palabras.

De las estructuras naturales

Casi no se ven. Solamente si les da un rayo de sol. Algunas tienen un tejido admirable.

¿Han visto de esas cuya trama es radioconcéntrica, múltiples círculos unidos por un sistema de rayos, sostenidas entre dos plantas o entre dos árboles? Son tan hermosas que no me animo a destruirlas.