El agua de la gota - Raimon Panikkar - E-Book

El agua de la gota E-Book

Raimon Panikkar

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Beschreibung

Raimon Panikkar utilizaba frecuentemente la metáfora del "agua de la gota" para expresar la capacidad ilimitada y universal contenida en la experiencia humana singular: todos nosotros somos como una gota que, en su fragilidad, se desvanece. Sin embargo, el agua que contiene nunca desaparecerá, puesto que pasará a formar parte del vasto océano de la Existencia. De ahí que el título exprese la intención de esta obra: no pretende tanto recorrer los acontecimientos de la vida de Raimon Panikkar sino ilustrar el camino que lo llevó a descubrirse a sí mismo como "agua" de la gota. Este libro es el resultado de una selección de fragmentos de sus diarios que muestran el viaje vital y espiritual del pensador. Desde su primera juventud hasta su senectud, pasando por sus diversas facetas y lugares donde vivió, El agua de la gota desvela destellos de la personalidad y del pensamiento íntimo de Raimon Panikkar acerca de temas como la encarnación, la vida, la muerte, la resurrección o la experiencia mística.

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Raimon Panikkar

el agua de la gota

FRAGMENTOS DE LOS DIARIOS

Edición y selección a cargo de Milena Carrara Pavan

Traducción de Carla Ros

Título original: L’acqua della goccia. Fragmenti dai diari

Traductora: Carla Ros

Diseño de cubierta: Purpleprint creative

© 2018, Milena Carrara Pavan

© 2018, Jaca Book Srl, Milán

© 2019, Herder Editorial S. L., Barcelona

Edición digital: Admagraf

© 2019, Herder Editorial, S.L., Barcelona

ISBN digital: 978-84-254-4137-0

1.ª edición digital, 2019

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com).

Herder

www.herdereditorial.com

ÍNDICE

Prólogo

Introducción

Fragmentos de los diarios

Epílogo

Glosario

Información adicional

Prólogo

Conocí por primera vez a Raimon Panikkar cuando estudiaba en Cambridge a finales de los años sesenta, a través de un libro suyo que en aquella época había causado cierta conmoción en los círculos teológicos: The Unknown Christ of Hinduism.1 Sin embargo, cuando lo terminé, él ya estaba enfrascado en otro trabajo. El siguiente libro suyo que leí, unos años más tarde como estudiante universitario, fue The Trinity and the Religious Experience of Man,2 un ensayo muy diferente y, además, por aquella época, Panikkar ya estaba trabajando en su extraordinario libro sobre La experiencia védica.3 Como pensador, Panikkar nunca se detenía, lo cual no significa que divagara de forma caótica de una teoría a otra, o de un sistema a otro. Sería más exacto decir que solía llevar al límite un conjunto de ideas, hasta que se desbordaban y penetraban en un nuevo terreno. Si era posible discernir a Cristo en el interior del lenguaje del pensamiento clásico indio, las afirmaciones al respecto no eran un conjunto de ideas que triunfarían en una especie de competición metafísica global, sino una forma de abrir nuestra perspectiva hacia las nuevas dimensiones de la realidad de Cristo a través de un mundo de conceptos e imágenes poco familiar. Si pretendíamos ser fieles a lo que habíamos dicho sobre la Trinidad, no podíamos limitarnos a proponer una compleja adaptación gramatical a una imagen confinada de lo divino: debíamos pensar con la mayor intensidad posible acerca de qué es la realidad misma, la forma de decir la verdad, si la fuente infinita de todo no es un individuo sino una «armonía» cósmica fundamental. Y esto implicaba abordar con profundidad la forma en que se había articulado la experiencia de la armonía cósmica en una literatura y una práctica tan alejadas de las convenciones del discurso judeocristiano sobre la revelación.

Esta incesante energía exploratoria, combinada con la luminosidad y la alegría que todos los amigos de Panikkar recordarán en su expresivo rostro, es lo que hace difícil sistematizarlo. Para entender su trabajo, tenemos que pensar junto con él, lo que requiere tiempo y atención. Los grandes pensadores, desde Platón hasta Hegel y Wittgenstein, han hallado formas de escribir filosofía que son capaces de conducirnos a través del despliegue espectacular de su pensamiento, de forma que nos permite caminar con ellos y no simplemente leer sus conclusiones acabadas y pulidas. Observar a Panikkar trabajando, mental y espiritualmente, como sucede en los textos de este libro, es de gran ayuda para comprenderlo como un pensador, cuya talla todavía es insuficientemente apreciada.

Para muchos, en sus trabajos, tanto en las reflexiones fragmentarias como en los escritos más extensos y ambiciosos, da la sensación de que hay algo que será de vital importancia para la renovación del discurso cristiano en un mundo religioso plural y la renovación del discurso religioso en una cultura barbarizada, impaciente y superficial. Pero se requiere lo que a veces puede llegar a ser una profundización laboriosa: su pensamiento se mueve tan rápido que los lectores menos perspicaces se quedan atrás. Es, pues, un gran regalo poder introducirse en estas reflexiones más personales y entrever un poco de su humanidad indudablemente tridimensional. Desde mi primer contacto con las obras de Panikkar, su pensamiento ha estimulado, inspirado y enriquecido mi propio pensamiento acerca de la gran diversidad del mundo de la fe; y mis breves encuentros e intercambios personales con él han representado para mí una inmensa bendición. Deseo que muchos de los lectores que lo conozcan a través de estas páginas reciban el gran gozo y viveza que tan a menudo transmitía a quienes lo conocían, junto con la sensación de ser retados intelectual y espiritualmente, de una forma que muy pocos escritores cristianos consiguen. Confío también en que captarán alguna de las posibilidades que encarna su pensamiento, posibilidades para un mundo reconciliado donde la realidad que denominamos Cristo no triunfa, sino que transparenta en la sabiduría que toda práctica contemplativa empieza a abrir.

Rowan Williams

Milarupa,4 2003 San Miguel, Ángel Custodio

¡Milena!

Te confío estos fragmentos de mi vida —pero la vida no es la suma de los fragmentos.

Son destellos de mi vida, son sinceros, pero no son la verdad de mi vida. Esta es inefable, y los aspectos más profundos no aparecen.

Tú me dices que pueden servir a los demás. Yo pienso que mi «servicio» está en los libros, que son la cristalización de mi vida —pero el cristal no es la carne—. Espero que tú sepas cómo encontrar la encarnación —sin caer en habladurías.

Confiándote estas páginas también te confío mi vida. Tienes plena libertad en el Nombre de este Misterio que aún llamamos Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Que el Espíritu te ilumine!

R. Panikkar ix/x-2003

1 R. Panikkar, The Unknown Christ of Hinduism, Darton Longman & Tod, Londres, 1964. (Trad. cast.: R. Panikkar, El Cristo desconocido del hinduismo, Madrid, Marova, 1970).

2 R. Panikkar, The Trinity and the Religious Experience of Man, Orbis Books, 1970. (Trad. cast.: R. Panikkar, La Trinidad y la experiencia religiosa, Barcelona Obelisco, 1989; La Trinidad. Una experiencia humana primordial (ed. aumentada), Madrid, Siruela 1998).

3 R. Panikkar, The Vedic Experience. Mantramañjarī: an Anthology of the Vedas for Modern Man and Contemporary Celebration, Berkeley (University of California) y Londres (DLT), 1977. (Trad. cast.:R. Panikkar, Obras completas, IV.1. La experiencia védica, Barcelona, Herder, en preparación).

4 Nombre de una casa privada en la Costa Brava (Cataluña), donde Panikkar solía pasar largos periodos de trabajo y meditación.

Introducción

Es con gran respeto que me atrevo a publicar estos fragmentos de la extensa colección de diarios de Raimon Panikkar, impulsada por el deseo de compartir su viaje espiritual con quienes lo conocieron y amaron durante su vida, pero también con quienes han llegado a conocerlo a través de sus escritos. Colligite fragmenta («Recoged los fragmentos») era una de sus citas evangélicas preferidas (Jn 6,12) y la que me inspiró para la composición de este libro.

El título que he escogido, El agua de la gota, está inspirado en la metáfora de la «gota de agua» que el autor tantas veces utilizó, y pretende expresar la esencia de este libro, que traza no tanto los acontecimientos de la vida de Panikkar (apenas mencionados), sino, sobre todo, el camino que lo llevó a descubrirse a sí mismo como «agua» de la gota del vasto océano de la realidad.

Tal como él mismo comenta en sus diarios (8 de noviembre de 2000):

Soy consciente de mis defectos, pero no puedo negar la experiencia de mi Resurrección. Implica mi conciencia de vivir ahora la vida eterna —de ser agua y no gota aunque, de hecho, siga siendo una gota.

En el epílogo se ofrecen algunas notas biográficas, con la finalidad de poner de manifiesto, en la medida de lo posible, la verdadera identidad del autor, en sintonía con una preocupación que él mismo expresaba (16 de junio de 2004):

He hojeado unos cuantos cuadernos de mis diarios. Me reencuentro tal y como era. Son sinceros y no han sido retocados, aunque posiblemente nadie los pueda entender sin conocerme y sin conocer mi pasado.

También comparto su convicción de que:

Un libro es una gota en el océano de la opinión pública, una auténtica oración es un vaso de agua, pero un libro que sea fruto de la contemplación puede ser una saludable lluvia (18 de febrero de 1996).

Estos son fragmentos de los diarios de Raimon Panikkar. Su versión completa requeriría un tremendo esfuerzo de transcripción, organización y traducción de los distintos idiomas en los cuales fueron escritos.

En sus diarios, Panikkar anotaba sus pensamientos, apuntes sobre sus viajes, planes, proyectos, incluso comentarios sobre la relectura de los propios diarios, además las cartas que tenía pensado escribir, poemas, etc. Llenó más de cincuenta cuadernos con su letra diminuta, que en ocasiones resulta muy difícil de descifrar, incluso para mí, pese a la cantidad de años que llevo leyéndola. Desgraciadamente, algunos de los cuadernos se perdieron en los diversos traslados de su autor. Cuando no tenía a mano su diario, Panikkar escribía notas en tarjetones del mismo tamaño que, de hecho, llamaba cards o fichas.

Solía escribir en el idioma del país en el que vivía en cada momento.

La lista de todos aquellos que han trabajado en la transcripción y traducción de los diarios es muy larga. Les daré las gracias y mencionaré a cada uno de ellos por su nombre cuando se publique la obra completa.

El texto que ahora se publica ha sufrido varias revisiones estructurales. Inicialmente, tuve la intención de ordenarlo por temas, siguiendo la composición de un libro que acababa de leer —La pesanteur et la grâce de Simone Weil—1 y sintiéndome inspirada por varias frases de la introducción del editor, Gustave Thibon, a quien la autora había confiado sus diarios, otorgándole la plena libertad de hacer con ellos lo que creyese oportuno, al igual que había hecho conmigo Panikkar.

Tal como explica Thibon:

Todos los escritos que se pueden leer aquí están sacados de estos cuadernos.

Los textos son escuetos y sencillos, como la experiencia interna que expresan.

Los escritos de Simone Weil pertenecen a la categoría de las grandes obras, que los comentarios solo pueden debilitar y traicionar.

Mi amistad con la autora y las largas conversaciones que tuvimos juntos me abrieron el acceso a su pensamiento y me permitieron posicionar más fácilmente en su lugar exacto y en su contexto orgánico ciertas fórmulas demasiado ásperas o insuficientemente elaboradas.

Para poder llegar a nosotros, Dios atraviesa el espesor infinito del tiempo y el espacio; penetra en nuestras almas como la gota que se insinúa a través de estratos geológicos sin modificar su estructura, y ahí espera en silencio hasta que consentimos convertirnos de nuevo en Dios.

Para matar el ego debemos estar preparados para sufrir todas las heridas de la vida, exponiéndonos desnudos e indefensos a sus colmillos; debemos aceptar el vacío.

El ego debería ser destruido en nosotros desde dentro por el amor.

Sentí tanta afinidad con los diarios de Panikkar que pensé en convertirlos en un libro compuesto casi exclusivamente de pensamientos espirituales para meditar sobre temas como la encarnación, la vida, la muerte, la resurrección, etc. Sin embargo, al releer el texto, esa clasificación me pareció demasiado abstracta y decidí ordenar las entradas en orden cronológico. Por último, me pareció apropiado añadir pinceladas con diversas referencias a la vida del autor, en parte por respeto a su voluntad de no ser un monje aislado o «acósmico», sino un hombre rico en humanidad y en espiritualidad, que es una de las razones por las cuales continuó escribiendo sus diarios, siguiendo el progreso de los días y los acontecimientos existenciales y espirituales.

Para esta obra peculiar, que escapa un poco a los esquemas editoriales habituales, me gustaría expresar mi agradecimiento a quienes me han apoyado en las diversas fases de su composición, con su amistad y su paciencia, puesto que durante dos años no he hablado de otra cosa. He confiado en la colaboración de personas que conocieron personalmente a Panikkar y lo quisieron, y que fueron testigos de las formas de espiritualidad que jugaron un papel tan importante en su vida: el buddhismo (Giuseppe Jisō Forzani, monje buddhista zen, quien me regaló el libro de Simone Weil, que él mismo tradujo al italiano); la secularidad sagrada (el psicoanalista y filósofo Paulo Barone, que tiene un profundo conocimiento de Panikkar, sobre todo en su aspecto hinduista); y también Javier Melloni SJ, quien reúne las dos tradiciones religiosas en las que el autor creció, el cristianismo y el hinduismo, así como el aspecto del diálogo interreligioso y cultural. A él extiendo mi más sincero agradecimiento por todo el tiempo que me ha dedicado, fiel a la promesa que le hizo a Raimon, mientras aún vivía, de que estaría a mi disposición.

Milena Carrara Milarupa, San Miguel, 29 de septiembre de 20172

1 Simone Adolphine Weil (1909-1943), filósofa, mística y escritora francesa.

2 Aniversario de la ordenación sacerdotal de Panikkar, el día más importante de su vida.

Fragmentos de los diarios

Barcelona, 7 de enero de 1934

Todo verdadero diario es una serie de pensamientos y reflexiones sobre la vida de uno mismo, de manera que, cuando sucede algún hecho que vale la pena, se debe anotar; por eso un diario lleva una fecha.

Unas confesiones consisten en escribir las faltas de la propia vida en un cierto sentido.

Una autobiografía consiste en decir los actos de la propia vida, escritos con las reflexiones oportunas.

Este diario tiene algo de cada uno de ellos, sin ser ninguno de los tres.

Es un diario porque escribo cada día, o casi cada día; son confesiones y una autobiografía porque pongo la fecha. De hecho, el propósito es describir cada día.

1. por constancia

2. para insistir en escribir cosas serias

3. para tener un confidente

4. para explicarme

5. para perfeccionarme, escribiendo algo que he hecho durante el día, sea bueno o malo, y que sea la norma de mis actos.

Esto es importante.

29, 30 y 31 de octubre de 1930Ejercicios espirituales

Acto de consagración a la Santa Virgen.

Este acto fue el que leyeron en público el día de mi admisión como congregante, y dice así (está escrito en mi diploma):

«Santísima Virgen María, Madre de Dios, yo, Raimundo Panikkar, aunque el más indigno de vuestros siervos y llevado por vuestra admirable piedad y el deseo de serviros, os escojo delante de mi Ángel custodio y de la corte celestial como Señora, abogada y Madre; y prometo firmemente serviros siempre en adelante y procurar en cuanto de mí dependa seáis de todos fielmente servida. Os ruego, pues, Madre piadosísima, y os suplico por la sangre de Jesucristo por mí derramada, os dignéis a recibirme bajo vuestra protección y como siervo vuestro para siempre. Protegiéndome en todas mis acciones y confiriéndome gracia para que mis palabras, obras y pensamientos nunca ofendan vuestra vista ni la de vuestro santísimo Hijo. Acordaos de mí y no me abandonéis en la hora de la muerte. Amén».

8 de diciembre de 1931Día de la Inmaculada

Este año, con motivo de la república presidida por Azaña,1 han eliminado la fiesta de la Inmaculada, pero casi todo el mundo la celebró, y en el colegio tuvimos una Misa solemne. Al final de la Misa, expusieron el Santísimo Sacramento para pedir perdón.

Por la noche he rezado el rosario, pero me he dormido y no lo he acabado. ¿Qué sentimientos deberían animarme este mes? Sentimientos de amor y confianza hacia la Madre de Dios, que también es madre mía.

21 de enero de 1934

Papá2 es una persona distinta a las de aquí, tanto por nacimiento como por todo lo demás. Se nota la diferencia entre un oriental y un occidental.

Papá ha sido un revolucionario: vino a España porque no tuvo otra opción; ha viajado por toda Europa y Asia, ha participado en la reunión internacional de revolucionarios y ha visto morir a muchos de ellos. Odiaba Inglaterra y a los europeos y, como pensaba de otra manera, lo que quería era venganza. No era católico y eso explica por qué fue revolucionario y obró según su conciencia.

Asistió a reuniones secretas en Rusia con documentos cosidos en las suelas de los zapatos y allí conoció a Rasputín, etc.

Vino a España casi como víctima de persecución, sin conocer a nadie y sin poder recurrir a ningún oficial, sin conocer ni una palabra de castellano y, no obstante, se ha abierto camino.

10 de marzo de 1934

Ya puedo estar contento de tener tan buenos padres. Mamá3 es una persona extraordinariamente activa, a pesar de estar tan delicada. Ayer encontré un título suyo de miembro honorífico de la sociedad (o no sé qué) de las Buenas Letras, otorgado el año 1917 por todos los trabajos realizados por ella. Asiste a clases de cinco o seis asignaturas, es vicepresidenta del Centro de la Liga, tesorera de la Asociación Protectora de la Maternidad, secretaria de otra organización caritativa fundada prácticamente por ella misma por cuanto la apoyó, y no sé cuántas cosas más; y todo esto no le impide estar al corriente de nuestras cosas, nos hace repasar las lecciones y cuida de la casa.

2 de junio de 1934

Jesús me atrae y no sé con qué poder. ¿Qué es sino una inspiración del ángel de la guarda el que yo, al ver una iglesia, no pueda evitar entrar? ¿Por qué me gusta y encuentro gusto en la piedad?

¡Gracias, Jesús mío!

¿Qué seré cuando sea mayor?

Sábado, 6 de octubre de 1934

Fecha histórica: a las 8:30 de la tarde, Lluís Companys4 ha proclamado el Estado catalán dentro de la República Federal Española, e invita a España a formar en Cataluña un gobierno provisional del Estado federal.

Se declara el estado de guerra. Hay luchas entre las tropas y el somatén,5 y también hay personas que se atrincheran en los edificios oficiales. Se ve que contaban con Batet (general de la cuarta división), pero este militar, llegado el momento, obedece a Madrid, y los ataca incluso a cañonazos. Se oyen desde Masnou, donde hay una gran excitación; el somatén está dispuesto a luchar contra las tropas de Mataró. Nos vamos a la cama a las tres de la madrugada.

Domingo, 7 de octubre de 1934

Las tropas han vencido a Companys. Pi i Sunyer,6 muchos del gobierno y algunos concejales están en prisión; Dencàs7 ha huido. Hay varios edificios dañados a causa de los cañonazos. Continúa la tensión. Es un momento crítico; si esta madrugada el somatén llega a vencer, el destino de España hubiera sido muy distinto.

Los de la FAI (Federación Anarquista Ibérica) empiezan a hacer ruido. Han venido escuadrones de aviones y una escuadra de la Mediterránea. La cosa no ha terminado todavía.

21 de octubre de 1934

El jueves llegó papá (de un largo viaje de negocios en el extranjero). Me ha traído un reloj espléndido, de esos totalmente cubiertos; le ha costado dos libras, unas 150 pesetas: es formidable. Tengo un papá como hay pocos. Si rezo mucho por él irá a Jesucristo, no a Dios, porque con Dios ya está ahora.

Mamá rezaba al cielo para que el Espíritu Santo me iluminase en la elección de lo que debía ser. No lo sé todavía pero confío en que lo sabré seguro al final del bachillerato. En cuanto a la vocación religiosa, si Dios me llama lo distinguiré claramente.

Siegburg, 10 de febrero de 1936

Tengo que seguir un proceso interior: morir al mundo para resucitar a la vida sobrenatural, para vivir solo con Jesús. Esperar la venida del Espíritu Santo.

23 de julio de 1936

Han pasado muchos días y aún más cosas.

El domingo 19 estalló el movimiento fascista.

El lunes empezaron a quemar iglesias y hasta ayer continuaron con el saqueo de casas.

24 de julio de 1936

Siento la experiencia kármica con mucha fuerza:8 hay una vida, tal vez, que pasa a través de mí, que también toma forma y lugar en mí. Soy su custodio (por utilizar una connotación cristiana): los talentos que me han sido otorgados son mi vida y está en mi mano dejarlos crecer.

15 de agosto de 1936Asunción de la Virgen

Vuelven a perseguir a los pobres sacerdotes. Es terrible.

Estoy convencido de que la Moreneta9 de Montserrat salvará a Cataluña y, como es la madre de Dios, salvará a España. Ella ha venido para defendernos. Madre, haz que tu hijo nos ayude y que podamos volver a vivir en armonía. Que el pueblo abra los ojos y vea que también se dan buenos ejemplos. Que los catalanes no se queden sin sacerdotes y que puedan volver a vivir con tranquilidad. Tu hijo vino a traer fuego y espada. También dijo que debemos ser la sal para la tierra y la levadura que hace fermentar; por eso hará fermentar una nueva relación. Madre, sálvanos de las catástrofes. Que el catolicismo ayude a salvar al mundo. No los militares, ni el odio ni ningún ideal que no sea la fe.

¿Y los pobres asesinados que no tenían ninguna culpa? Son momentos difíciles.

Señor, perdónales, pues no saben lo que hacen; como tampoco lo sabemos nosotros. No sabemos quiénes son los buenos y quiénes los malos. Afortunadamente, tu Providencia sostiene el mundo; por eso estoy contento.

24 de agosto de 1936

Huyendo a Marsella en barco. Pediremos a los franciscanos que salven a los de Barcelona.

26 de agosto de 1936

Viajando a Marsella, Lyon, París.

29 de agosto de 1936

Viaje de París a Colonia (Köln).

Siegburg, 31 de agosto de 1936

Los Sres. Hockstein,10 que nos hospedan, son muy simpáticos.

Siegburg, 19 de octubre de 1936

Hace tres meses que empezó la guerra en España. No sabemos cuánto durará ni cuánto tiempo tendremos que estar aquí.

Siegburg, 13 de noviembre de 1936

Casi seguro que José María11 y yo iremos al Aloisius Kollege de Bad Godesberg, y Mercè12 a un internado de monjas del Sagrado Corazón en Putzen (Austria). Parece providencial cómo se decidió esto: pasábamos por un lugar que nos había dicho la Sra. Hockstein, entramos en un internado de jesuitas… ya hablaré más extensamente sobre mi vida y de cómo esta debería ser.

Siegburg, 7 de diciembre de 1936

Estoy leyendo, y me está impresionando mucho, Historia de un Alma, la autobiografía de santa Teresa del Niño Jesús, y he terminado El diàleg interior del canónigo Carles Cardó.13 He procurado asimilarlo, y de cada capítulo o artículo he hecho un resumen cortísimo.

Bonn, 2 de noviembre de 1937Día de los difuntos

Primer día en la universidad. Ambiente frío. Está claro, voy siempre solo y parece que es lo que más me gusta. Dificultades como siempre a la hora de elegir las asignaturas, etc.: Alemán, Geometría analítica, Química, Filosofía. No descuidar el deporte. Leer y asimilar.

Bonn, 21 de diciembre de 1938

Hoy ha llamado mamá.

Por lo visto tienen un gran deseo de que yo vuelva a casa, y estoy dispuesto a hacerlo. Debo hablar con franqueza con mi padre y decirle que creo que mi camino es el del sacerdocio.

Bonn, 18 de marzo de 1939

¡En parte Nietzsche tiene razón! ¡Nada de compromisos! ¡Nada de ceder a las exigencias del mundo! ¡Nada de querer aclimatar el cristianismo a las latitudes terrenales! De ahí que la posición más fuerte, la más heroica, e incluso la más trágica, y al mismo tiempo la más optimista —que es la de un verdadero cristiano—, la tome un hombre que va contra el cristianismo, porque lo ve lleno de debilidades. Siempre es lo mismo: un cristiano a medias es lo más infeliz que existe, significa tener el dualismo más aterrador y profundo dentro de uno mismo.

Muchos filósofos cristianos de los siglos pasados, xviii y xix, un Kierkegaard, por ejemplo, llegaron con toda la fuerza de una fe viva y sin miedo para reclamar la supremacía de esta por encima de toda filosofía. Y la falsa prudencia de los contemporizadores se convierte en polvo, y se demuestra que la auténtica prudencia es la que muchos sabios han calificado de locura, inoportuna o contraproducente.

Barcelona, 10 de agosto de 1939

Llegué a Barcelona el 4 de agosto, tras partir de Bonn el 20 de julio, atravesando Suiza e Italia en bicicleta.

Mamá dice que me haga español y papá dice que no.

Sinceramente: lo que creo que me gustaría hacer es estudiar teología en el extranjero y durante las vacaciones ir a España y trabajar en el despacho de la fábrica. Está claro que esto sería dos o máximo tres veranos.

Papá tiene la ilusión de que le ayudemos.

Barcelona, 9 de septiembre de 1939

Estudio química porque en casa lo quieren y por nada más.

Empezar con 23 años a estudiar para sacerdote no es comenzar tan joven.

Barcelona, 30 de diciembre de 1939

Misa del Gallo en Montserrat. ¡Muy bella! Mezcla de divino y mundano.

Por la tarde un amigo me ha llamado para ir a visitar a un sacerdote de Madrid, Escrivá:14 el apostolado intelectual, la formación individual, la conquista de la cátedra y de toda la intelectualidad mundial y el monopolio de la cultura. El deber del estudio, que es oración, la estrategia y prudencia de la serpiente.

Barcelona, 20 de abril de 1940Miércoles Santo

Hoy quisiera hablar con el Padre… y al mismo tiempo me asusta.

La Obra: formación de personalidades, de caudillos (guías) influyentes en todas partes, formación de núcleos de irradiación (difusión), de apóstoles, de héroes. Nada de habladurías, nada del espíritu pequeño, de manga estrecha, de exclusividad, de orgullo colectivo, de vida colectiva, me atrevería incluso a decir. Encamina a los enamorados de Cristo, ella (la Obra) les da fuerza para participar en la Comunión de los Santos, en el tiempo y en el lugar propicio. ¡Esto es el ideal! ¿Me quiero entregar a ello? No, ¡ya estoy consagrado a ello!

Yo, sacerdote del mundo, que dirige una parte de los fieles de la humanidad a Dios.

Estoy consagrado a ti, Jesús mío, y ahora ¡ocúpate tú de mis cosas, que yo voy a ocuparme de las tuyas!

Hablaré con el Padre.

Creo que tengo una especie de miedo a que la Obra me pueda cortar las alas.

Barcelona, 21 de abril de 1940Jueves Santo

La historia de la Obra es muy interesante… pero…

Para mí no es un problema. Entrega absoluta a Dios. Hoy Jueves Santo, ¡qué día!

Domingo, al Escorial.15 ¡Magnífico!

Barcelona, 8 de septiembre de 1940Natividad de la Virgen

El único fin de la Obra es la santificación de sus miembros, y lo demás es consecuencia de ello. Siempre he tenido la impresión de que tendría que ser lo contrario: el religioso busca la santificación del mundo y, siendo instrumento de Dios para el advenimiento de su Reino, se santifica él también. Yo considero esta segunda posición más sublime, menos egoísta y más de acuerdo con la máxima capital de todo apóstol: «Buscad el Reino de Dios y su justicia y lo demás —incluso nuestra santificación— se os dará por añadidura» (Mt 6,33).

2 de septiembre de 194516

Hace más de un año que no he escrito nada, a pesar de tener permiso para ello.17

23 de junio de 1947

La ansiedad de ver que la vida —hic et nunc—18 se escurre; que de alguna manera la vida vive en nosotros sin que podamos cambiar su dirección; que lo único que podemos hacer es vivirla más intensamente.

No se puede sentir la alegría de vivir sin tener fe en algún ideal, sin esperanza en que se pueda realizar y sin suficiente amor para ponerlo en práctica.

25 de agosto de 1947

Algunas almas se esfuerzan por encontrar un confidente, mientras que otras buscan con avidez a un padre espiritual. La antigua sabiduría oriental, que con toda sinceridad basa la vida espiritual en la relación entre discípulo y maestro, insiste repetidamente en que no debe ser el discípulo quien tome la iniciativa de buscar al maestro, sino que es uno de los deberes del maestro tener discípulos, no tener que conseguirlos. Es el maestro quien ve al discípulo, y es el discípulo quien convierte al maestro en tal.

[...]

Debemos desprendernos de los símbolos más queridos de nuestra infancia y derribar nuestras convicciones más veneradas, así como muchas de las reflexiones de nuestra madurez. En nuestro caso, por ambas partes: hindú y cristiana. No digo que uno deba dejar de ser hindú o cristiano artificialmente. No podemos realizar este proceso por pura voluntad. Cada uno de nosotros tiene que desprenderse de todo lo que crea que puede ser abandonado. Es un salto al vacío, aunque este símil es confuso, ya que no hay nada donde sumergirse.

Podríamos decir lo siguiente: cada uno de nosotros se da cuenta de que las dos creencias son mutuamente incompatibles y se cancelan la una a la otra. Antes de hacer concesiones o adaptaciones, primero debemos habitar el vacío, desnudos, sin ninguna de las dos creencias; por la misma razón que las tomamos en serio, no podemos aferrarnos a ellas. Son igual de potentes, y por tanto, invalidan el resultado. Este cero representa el punto de partida, pero solo puede ser así si lo consideramos un primer punto de llegada.

3 de diciembre de 1949

A diferencia del monje, el sacerdote es esencialmente secular —de ahí la tensión que muchos albergan— y debe dedicarse a la co-redención del mundo, a la aceptación de todas las estructuras terrenales para su metamorfosis y resurrección. El sacerdote no puede separarse del mundo ni de los hombres (creo que es lo mismo que concluyó Teilhard de Chardin).19

El monje tiene una misión distinta.

India (Tiruchirapally-Annamalai University) 24 de marzo de 195520

No puedo sobreestimar mi fuerza física y psíquica. El ayuno, el calor y los inconvenientes me han puesto a prueba. Se nota poco, pero es demasiado.

Me doy cuenta de que la esencia, la particularidad y la unicidad del cristianismo no se encuentran en un nivel filosófico-intelectual ni en la doctrina, sino en Cristo.

India, 30 de abril de 1955

Buena conversación con el padre Griffiths:21 las mismas ideas, la misma problemática. Sin embargo, me parece que, a nivel intelectual, yo soy más maduro.

Por la tarde, paseo en bicicleta con el padre Bede. Tiene un alma buena, profunda y auténtica. Tal vez con una debilidad metafísica, pero no «metalógica».

India, 9 de julio de 1955

El padre Le Saux22 me visita con el padre Bede.

Es sorprendente que todo lo que consideran descubrimientos a mí me parecen obviedades: advaita, el Christus totus,23 la patriarcalidad del cristianismo, la impenetrabilidad de Dios y cosas por el estilo. Esto no significa que yo no sufra el Misterio. ¡Al contrario!

Madrás,24 2 de octubre de 1955

Prácticamente todo el día solo en mi habitación del Catholic Centre.

A las 17:30 he ido a escuchar a Nehru:25 habla como lo haría un abuelo muy sensato a sus nietos.

India, 9 de enero de 1956

He ido a Sevagram (el āśram de Gandhi).

Gandhi fue un gran hombre, pero sus colaboradores no parecen haber recibido demasiada sabiduría. Conocí a la señora X, que dirige la Basic Education School. Ha regañado a la hija de Raghavam porque quiere escribir sobre Gandhi y lleva saris de seda. Es interesante ver la reacción contra cualquier signo de modernidad (no quieren electricidad, etc.).

Mysore-Kengeri, 22 de febrero de 1956

Fuerte impresión de mi/Su posible efectividad y potencia. Quiero decir que veo la posibilidad como fermento, como luz, de un cambio radical en la comunidad católica y en la nación entera. No creo que sea ni optimismo ingenuo ni orgullo espiritual (puesto que está clarísimo que soy un mero instrumento o, digamos, una cerilla que en sí misma no tiene mucha luz ni potencia, pero que es capaz de encender un gran fuego).

Kengeri, 8 de marzo de 1956

El espíritu misionero solo está vivo en las misiones del norte, entre las tribus de la montaña. Allí el obispo va a pie con el catequista, predicando de aldea en aldea. En la India solo hay un obispo misionero.

Y los salesianos mismos, cuando van al sur, se aburguesan y se contentan con algo de trabajo en las escuelas, en la agricultura, etc.

Tenemos que cambiarlo todo de arriba abajo.

Bangalore, 18 de marzo de 1956

Bede es un monje excelente y un hombre estupendo.

El amor integral no es un amor «extendido», sino una relación humana-divina-teándrica —que abarca al hombre entero.

Bangalore, 20 de marzo de 1956

Conversación con Bede. El problema más importante es establecer un contacto personal con los hindúes. Esto es lo que él piensa que puedo hacer en Benarés.

Bangalore-Salem, 26 de marzo de 1956

Fuerte impresión, viajando en motocicleta por el campo, del profundo vínculo entre estos hombres y mujeres con la tierra. Forman un todo, cuerpos y almas. Pertenecen a la tierra. La maduración tiene lugar al ritmo del tiempo.

Bangalore, 15 de mayo de 1956

Interesante experiencia: el arzobispo regresa pronto tras una ausencia de diez meses. Recepción de bienvenida. ¡Hermosa! Pero un extranjero difícilmente habría tenido una impresión de la Iglesia más allá de una organización buena y eficiente: construcción de iglesias, rectorías, escuelas, dirección de instituciones, etc. ¡Ausencia absoluta de sentido místico!

Incluso la función litúrgica desprovista de alma o, digamos, sin liturgia: ¡bendición y Te Deum!26

Sin embargo, ciertamente, ¡agradable y significativa!

Kengeri, 17 de mayo de 1956

He tenido una sensación de impotencia al intentar explicar lo que pretendo: Iglesia, Liturgia, verdadero Apostolado. También me doy cuenta de que no podemos construir la Iglesia solo con personas carismáticas y profetas. El vino nuevo necesita odres nuevos, pero los viejos también deben transformarse, renovarse. Oración, paciencia, santidad, ejemplo y no revoluciones.

Bombay,27 10 de junio de 1956

Espero una carta de Madrid.

¡Cuánto hubiera podido trabajar si hubiese tenido una habitación desde el principio!

Siento la imperiosa necesidad de ser mejor, de ser santo. ¿Cómo puedo pretender que los demás sean mejores? Señor, ayúdame.

Existe un gran riesgo, no tanto de dejarme ir a nivel personal —aunque también de eso—, sino de quedarme atrapado en un ambiente de pasividad, coexistencia, individualismo, quehacer continuo, etc.

Los debo guiar hacia ti, Señor, pero no es fácil. Redención: Cruz.

Bangalore-Katpadi, 11 de julio de 1956

He visto claramente una cosa: la misión de las órdenes religiosas no es idéntica a la de la Iglesia, sino que es una misión particular, y aquí se ha identificado no solo en el plano de la espiritualidad, sino sobre todo en el de la acción. Una orden religiosa puede tener la misión de educar a los jóvenes, pero esto —por importante que sea— no es establecer la Iglesia. Lo que tienen que hacer el clérigo secular y los obispos no es conseguir que funcionen las escuelas diocesanas, sino construir la Iglesia, y esto requiere un gran esfuerzo de encarnación (más ascético y más difícil que cualquier otra misión específica).

28 de julio de 1956Tambaram-Bangalore (via Krishnagiri): 225 millas

Propósito firme de no recorrer nunca más de 100 millas en motocicleta, pase lo que pase. No es solamente el cansancio y el peligro. Es también que se pierde el tiempo porque entra el automatismo y la moto esclaviza.

(Carta al Padre en Roma + foto: relación de mi vida en la India).28

Bangalore, 29 de septiembre de 1956

San Miguel Arcángel

Diez años desde mi Ordenación. Gratias tibi, Deus, gratias tibi.29

Calcuta, 8 de octubre de 1956

He visitado la zona pobre y a la Madre Teresa.

Estoy cada vez más convencido de que solo hay una cosa importante, y es el Reino de Dios en nosotros. Necesitamos no solo una vida interior subjetiva, sino también una vida espiritual cristiana concreta y verdadera.

Banaras,30 Gorakhpur, 20 de octubre de 1956

Todo el día en el tren con mamá, que ha venido a la India a visitarme. Se aloja con las monjas. Está descubriendo el cristianismo oculto en el hinduismo.

Allampadam, 5 de enero de 1957

He recitado el rosario con mamá junto a la carretera, bajo la luz de la luna, donde papá solía correr de pequeño.

Pondicherry, 27 de febrero de 1957

Tengo la impresión de que Aurobindo31 no es sino la introducción de temas cristianos aún desconocidos en el hinduismo (y en parte también en el cristianismo): nada de salvación individual, sino cósmica; nada de valoración solo del intelecto, sino del cuerpo y de todos los valores humanos (= Resurrección de la carne). Evolución y retorno de la Humanidad hacia Dios, Estado superior de conciencia.

Banaras, 2 de marzo de 1957

Otro té filosófico muy interesante: sobre la fe.32 Es difícil armonizar los distintos participantes, pero ha salido bastante bien.

Madhavan dice que en más de una ocasión ha llorado al ver que otros nambudiri33 se han convertido al cristianismo solo por cuestiones de dinero.

El sistema de castas ha resistido sin degeneración alguna hasta la llegada de los misioneros cristianos, que abrieron los ojos de los śūdra34 al ofrecerles una vida mejor y explicarles que estaban siendo explotados.

Banaras, 24 de marzo de 1957

Pocas veces me he encontrado con un caso mayor de resentimiento. Larga conversación y discusión con Pritipal. Parece como si la historia convergiera en hacerle sentir todo el rencor, odio y resentimiento contra el catolicismo, desde la Inquisición hasta el colonialismo, y Stalin, Hitler, Mussolini y Franco como productos del cristianismo. Resentimiento por el orgullo y superioridad de los católicos, a quienes ya de pequeños se les enseña que están por encima de todos los demás. Susceptibilidad exagerada. Y una atracción que se reviste de odio por el cristianismo. Pero a pesar de todos sus errores, ¡qué bien iría que lo escuchase más de un sacerdote, y más de un católico y un obispo!

Banaras- Bareilly-Pilibhit, 4 de junio de 1959

Por fin he salido para mi retiro himaláyico. Tren hasta Bareilly y en moto hasta Pilibhit.

Ansias de soledad, deseos de Dios, ilusión por realizar en mí una piedad profundamente cristiana (y eclesiástica) junto con una espiritualidad auténticamente india (e hindú). No es solo estudio, sino también vida (y experiencia) lo que el hinduismo y su asimilación teológica requieren.

Pocas personas lo entienden. El hinduismo es cuerpo, es ctónico, es inconsciente, es la trascendencia racional y conceptual, es toda una espiritualidad que hay que redimir encarnándose en ella. Es bhakti y jñāna35 al mismo tiempo.

Nueva Delhi, 25 de julio de 1959

He pasado la tarde con Le Saux, conversando sobre nuestros proyectos, pero ni él ni yo somos hombres de acción.

Manila, 1 de enero de 1960

Gratias tibi! Parece que solo cuando vivo bajo presión estoy contento, soy feliz y me siento verdaderamente vivo.

Gracias por la Misa cantada y el sermón que me has preparado.

Es difícil para mí resumir estos días tan intensos.

Han pasado la mitad de los días. Mañana empiezan las sesiones de la unesco. Estoy contento. Creo que estoy donde tengo que estar.

Surigao, 15 de enero de 1960

Me resisto, Señor, al ver tus misiones, tu Iglesia, como las veo, aquí y en todas partes. Buena gente, con voto de pobreza pero viviendo mejor que la inmensa mayoría de la población; con voto de obediencia pero sin su mística; con voto de castidad, pero sin dominar todos los demás instintos; con actividad misionera, pero sin ser los mensajeros de tu Palabra; con fe, pero sin entendimiento de ella (sin teología); con esperanza, pero sin ilusión ni contemplación; con caridad, pero sin pasión, sin enamoramiento, sin morir por ello.

Calcuta, 14 de febrero de 1960

Hoy es 14 de febrero: hoy hace 20 años que me consagré al Señor en la Obra. Hoy querría, Señor, que empezara de verdad también para mí la preparación inmediata para la Pascua gloriosa y eterna.

Me parece que empieza un nuevo periodo de mi vida. La experiencia de la India, como experiencia más pasiva que activa, parece que se acaba. La primera juventud está también acabada, las diversas etapas de formación y de información (Ciencias, Letras, Filosofía, Teología, Occidente, Oriente, mundo secular, mundo clerical, vivir en familia, en familia religiosa y solo, etc.) también se van completando. Quizá el periodo de publicar bien todo lo que he ido acumulando en estos últimos veinte años comience ahora. Si el Señor quiere, ya me lo hará hacer.

Banaras, 1 de mayo de 1960

Señor, mi vida tiene un solo sentido que es servirte y amarte. Siento que mi periodo productivo a nivel intelectual llega a su fin, no porque me sienta viejo o débil intelectualmente, sino porque cambian las circunstancias. Ya veremos. Por lo menos ya no siento desasosiego. Continuaré viviendo y amando.

Calcuta-Madrás-Bangalore, 11 de mayo de 1960

Me encuentro verdaderamente mal: anginas, fiebre, dolor de cabeza...

Bendición en St. Patrick.36 Se diría que estamos aún en pleno colonialismo y en pleno siglo xix.

Señor, ¿cuándo se podrá reformar tu Iglesia y tu liturgia?

Bangalore, 15 de mayo de 1960

Estoy mejorando de la gripe, pero sigo muy cansado y no me siento normal. Que todo esto sirva a un propósito, Señor. No tengo mosquitera, así que por la noche me tengo que cubrir y el calor no me deja dormir.

He visto a Le Saux: va un poco demasiado a la suya. Es un caso muy especial. Veo por qué no se entiende con Monchanin.

Le he dicho a Le Saux que al hinduismo le falta la humildad y la caridad, pero que posee todas las otras virtudes.

Soy plenamente consciente de mi sacrificio. Vida dura. Tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes, sobre todo cuando me encuentro mal, que es casi cada día. Y con mi vergüenza, timidez y complejo de inferioridad y la idea desesperada de aprovechar el tiempo, aún no he ido al médico.

Es maravilloso vivir en un plano ontológico, pero las repercusiones en el plano psicológico son terribles.

Roma, 19 de junio de 1960

Mi plan es muy concreto. Ni la microdoxia ni el fanatismo ni nada tendría que hacerme perder la paz o separarme de mi camino de entrega total a Dios en la Iglesia para la Obra. Paciencia es la gran virtud, pero sin orgullo ni sentido de suficiencia. No ser ingenuo —tal como me repiten y me enseñan a no serlo— y no obstante continuar siendo simple y fiel a Dios y a los hombres.

Roma, 22 de junio de 1960

Quizá lo que me preocupa es que no creo que estas formas de apostolado sean demasiado adecuadas para mí, o más bien es el ambiente «romano» que me hace daño.

Roma, 25 de junio de 1960

¿Será verdad lo que he pensado esta noche, que tengo un complejo de temor como consecuencia de no sentirme comprendido (como mucho tolerado), como alguien que aún no se ha integrado plenamente, es decir, que no ha encontrado su lugar?

Roma, 28 de junio de 1960

Dame, Señor, una reacción sobrenatural y madura al vivir y sufrir las pequeñeces y las peores cosas de tu Iglesia, y que sepa orientar hacia la edificación y la reforma en lugar de la destrucción crítica. Fidelidad a la Iglesia no quiere decir conformismo con el statu quo, sino fidelidad a Cristo mismo.

Roma, 1 de julio de 1960

He tenido que celebrar una Misa a toda prisa (lo cual es una vergüenza) y sin las últimas oraciones, para no sobrepasar los 30 minutos que me exigían. No puedo, Señor: me parece estar haciendo de la Misa una pantomima. Señor, si me quitan hasta la Misa, ¿qué me queda?

Roma, 29 de julio de 1960

Mi vida ahora es, por un lado, humildad y prudencia, y por el otro, amor, rendición, Misa, vida interna, vida mística siguiendo al Espíritu Santo en calma y paz: amar y sentir Su Presencia constantemente.

Roma, 7 de agosto de 1960

Ayer fue la Transfiguración.37 Sin duda estoy viviendo la Liturgia mucho menos aquí en Roma que en la India. El clima es poco propicio. De nuevo me dicen que ajuste la Misa a los 30 minutos asignados, porque si no, los residentes se aburren, la Administración no desayuna, el desorden de la casa empieza ya de buena mañana… Me pregunto si, con semejante regulación, podemos seguir diciendo que la Misa es el centro de nuestra vida espiritual.

Roma, 14 agosto 1960

Ayer vi la película El arpa birmana.38 Está muy bien hecha, pero la ignorancia sobre las demás religiones sigue siendo enorme.

Roma, 16 de agosto de 1960

Algunos viven concretamente para trabajar. Veo a mi alrededor a gente ocupada en su trabajo y que dirige las horas del día al servicio de ese ideal. Otros viven para pensar y producir o crear intelectualmente, artísticamente, etc. Todo se organiza en función de dicho ideal.

He sufrido y pasado por ambas modalidades —y de una forma muy acusada.

He perdido este doble pulso. La acción, e incluso el apostolado, me parecen, por importantes que sean, secundarios y en función de las circunstancias y de la obediencia.

El pensamiento y la creación intelectual también me parecen algo muy relativo y, en cierta forma, irrelevante.

Roma, 17 de febrero de 1961

Hay cosas que duele decir —e incluso más escribir—. Lo entiendo todo perfectamente: mi lealtad y obediencia también sufren, pero hay actos de integrismo y planteamientos, digamos, de egoísmo, y políticas de poder y prestigio que no puedo considerar cristianas. Mi problema de conciencia es si debo o no aceptar el juego. El problema surge porque no dudo de la buena voluntad y las buenas intenciones de aquellos que se comportan así. Por otro lado, mi sacrificio es grande y total, pero hecho exclusivamente para el Señor —y por tanto en Ti confío y a Ti te apelo.

Lo peor es que no puedo hablar de esto con casi nadie, porque los puntos de partida son distintos: concepción de la Iglesia, de la Cristiandad, de la Obra, del Evangelio, etc. No es posible entendernos.

Mi escándalo no es farisaico, y no es solo escándalo. A veces me pregunto si es solo la virtud de la obediencia y la docilidad lo que me hace tan pasivo y estar tan contento.

Roma, 29 de marzo de 1961Miércoles Santo

Gracias, Señor, por permitir que, a mi edad, sea un ser inferior, un nada, tanto a nivel humano como dentro de la sociedad, ya que así puedo asumir la vida, los tratamientos y las humillaciones de los humildes; y por permitirme tener experiencias que pocas personas pueden tener (ser estudiante a los 43 años, obedecer a una persona de 29 años, vivir en una residencia como uno más entre tantos, y más…), y tener un aspecto joven que me permite hacer apostolado de una forma especial, y tener una experiencia única.

Roma, 14 de noviembre de 1961

El mundo interior, la vida interior, es fundamental. Defenderla, por lo tanto, de las «actividades» llamadas apostólicas.

Si vivo en esta presencia, entonces la paz es total y no me importa si no vuelvo a la India, si no soy ni profesor ni intelectual, si estoy rodeado de personas pequeñas. Estoy en la Verdad y trabajo contigo, Señor, por la redención del mundo. La reforma de tu Iglesia, que tanto me importa, en el fondo la puedo hacer mucho mejor así, desde el plano ontológico, que en el de la acción (Ecumenismo, Concilio, etc.)

Roma, 13 de diciembre de 1961

Busco, Señor, amistad y no la encuentro. Busco recibir (en vez de siempre dar) y nadie me da entendimiento; no me permiten una acción intelectual y teológica, un estudio profundo y compartido. Ayúdame, Señor, a no desesperar y a aceptar todo esto en Ti.

Mi mayor sacrificio, el de las ideas y de lo intelectual en el sentido teológico total, ya ha ocurrido.

Roma, 9 de enero de 1962

Mi vida se está derrumbando y consumiendo. Me estoy muriendo: y eso es bueno. El problema ahora es saber si esta forma de muerte es la voluntad del Señor. En otras palabras: ¿es este sacrificio mío de no hacer nada de lo que quiero, de permanecer a disposición de los demás, verdaderamente provechoso para las almas?

Roma, 29 de septiembre de 1962San Miguel

Hoy ha sido el decimosexto aniversario de mi ordenación como sacerdote. Este es mi único punto de referencia. Están decepcionados conmigo y yo con ellos. Y no obstante creo que tengo el Espíritu. Me va bien no ser considerado, no tener ningún prestigio. También es sano estar completamente mortificado. Contigo, Señor, me gustaría permanecer unido interiormente: Tú me conduces a mi meta. Estoy leyendo Meister Eckhart de Lossky.39 ¡Me emociona! ¡Me veo a mí mismo allí! Hoy me gustaría dedicarte el día entero a Ti —y a mí, a nosotros dos: Tú en mí, yo en Ti.

Roma, 3 de enero de 1963

Esta mañana tertulia40 en la casa Orsini41 con el Padre. ¿Soy el único que carece de entusiasmo? Cosas excelentes, sin duda, pero no se puede negar que somos un grupo pequeño y con respecto al Concilio, él está completamente del lado de los integristas.

En cualquier caso, mi posición debe ser clara: permanezco leal al Opus, como miembro de la Iglesia y, consecuentemente, como un medio para mi perfeccionamiento (imitación de Cristo a través de la obediencia), pero solo como tal y no como institución «autónoma» con características que no puedo aceptar.

Roma, 15 de marzo de 1963

¡El valor de mi vida es para Ti! Mi trabajo intelectual, e incluso el teológico, no están exentos del riesgo de convertirse en mero trabajo o frío deber. Hoy me he levantado a las 4. Ahora son las 6. No quiero ni trabajar ni hacer nada útil. Tampoco me satisfice leer con un propósito. Solo una lectura espiritual sin preocupación me hace bien.

Tampoco me parece apropiado pensar sobre mí mismo. Y en cualquier caso, Tú, Señor, me apaciguas. Ciertamente acoges —con demasiada benevolencia— el sacrificio de mi vida que arde por Ti.

Roma, 15 de junio de 1963

Han pasado muy rápido los tres años que llevo en Roma. Si mi vida y yo hemos cambiado, no lo sé. Vivo de la fe, pero quizá no puedo tomar la decisión de abandonarlo todo por completo y ser un «estúpido». Aunque nadie me lo impone. No obstante, de nuevo me veo forzado a la mediocridad, a vivir en mediocridad. Quizá estoy empezando a sentir la necesidad de un entorno que sea más adecuado para mí. Todo es tan baladí y pusilánime —además de microdóxico.

Roma, 7 de julio de 1963

Solo soy tu sacerdote, ¡Señor! Este sacerdote tuyo tenía un deseo, quizá un sueño: la India y la teología, y todo al servicio de la Iglesia. Si esta es tu voluntad, no me dejes en la estacada; si no es tu voluntad, te lo sacrificaré enteramente todo a Ti. Mientras tanto, amo, vivo, sufro —y aspiro en esta mediocridad a hacer justo lo que puedo: leer, meditar y hablar poco (permitiéndome ser menos contaminado por la mediocridad).

Pero todo con espíritu de alegría y gratitud.

Lo terrible en todo esto es que siento, o más bien percibo, que mi lealtad hacia el Espíritu Santo ya no pasa por el Opus. (Aunque admito que esto no es lo que quiero).

Roma, 7 de agosto de 1963

Estoy leyendo Hindu and Muslim Mysticism de Zaehner42 y, aunque no estoy completamente de acuerdo con su forma de proceder, me gusta mucho el libro, porque puedo ver y sentir un genuino misticismo. Este es sin duda mi camino. Y en este nivel todas las preocupaciones e incertidumbres desaparecen. No importa si estoy ocupado con trabajo científico o siguiendo la actividad a la que siento que estoy llamado. Lo más importante es esta dimensión vertical, la experiencia del presente desnudo, la tranquilidad de la paz interior, comparada con la cual ni mi pérdida de tiempo ni las pseudoactividades de los demás son importantes.

Roma, 2 de octubre de 1963

No solo no estoy autorizado para hablar en público, sino que ahora no puedo ni publicar. Y, además, incluso me han negado la oportunidad de visitar a Barsotti43 y a Dossetti,44 tal como quería.

Debo hablar con Mons. Malenfant45 hoy: él quiere absolutamente que yo regrese a India.

Roma, 30 de octubre de 1963

¡Me van a trasladar definitivamente a Milán!

Me hará bien dejar el ambiente romano un tiempo —a pesar de las reflexiones de Balducci46 y todos mis amigos.

En cualquier caso, debo considerar esta estancia en Milán como una peregrinación hacia el interior, y como preparación para la India.

Roma, Navidad 1963

No me había dado cuenta de lo «problemático» o incomprendido, o incluso mal interpretado, que soy en el Opus Dei. Ahora me queda claro que mi partida —a pesar de las razones de prestigio puramente humanas— se está acogiendo con un sentimiento de alivio, y la India podría ser una solución intermedia y temporal.

Será tremendamente difícil, pero espero, Señor, que la claridad interior sea tu regalo navideño para mí.

Roma, 29 de diciembre de 1963

Reunión esta mañana con el Padre, y mañana he de dar mi respuesta. Dice que, por supuesto, soy libre y que está dispuesto a dejarme marchar, pero inmediatamente añade que sería una tontería y me aconseja que no lo haga, diciendo que me arrepentiré enseguida.

Veo claramente entre bastidores: quieren evitar un escándalo y me quieren alejar, me intentan convencer con la promesa de la libertad —y todo con buenas intenciones.

Un nuevo periodo de mi vida se abre ante mí —no puedo decir que sea definitivo, porque todos los son y ninguno de ellos lo es; pero sí que es un periodo que incluye todos aquellos que le han precedido y que, en el fondo, creo que me permitirá ser plenamente lo que soy ante Dios.

Dejo atrás muchos amigos y almas. Sin embargo, se trata de encomendarlos a Dios.

Milán, 6 de enero de 1964Día de los Reyes Magos [Epifanía]

Ayer fui a Bolonia y hablé con Dossetti. Me hizo bien. Según él, mi lugar está en la India y no debo perderme la tercera sesión del Concilio.

Ahora debo cambiar al inglés gradualmente —por desgracia—. En la India tengo que ser completamente libre y dejar que me guíe el Espíritu. Ahora no puede haber más excusas: ni el Opus ni nada más. ¡Dios, ayúdame!

Roma, 31 de enero de 1964

Han estado aquí mamá, Mercè y Salvador. Al principio fue difícil. Ahora, tristeza al dejarlos por no se sabe cuánto tiempo.

Roma-Atenas, Monte Athos,47 10 de febrero de 1964

Llegué a Athos por barco hoy al mediodía. Impresionante paisaje y verdaderas montañas. Condición moribunda de los monasterios. Confirmo que no hay esperanza en la reunión de ortodoxos y católicos desde que el Papa declaró en Jerusalén que la puerta está abierta, es decir, «podéis entrar». Al ver las ruinas del monasterio, las casas abandonadas y las capillas donde antaño miles de monjes vivieron, uno no puede dejar de pensar que el monaquismo se ha acabado. Y sin embargo, sobrevive y prosigue, y estoy seguro de que existe verdadera santidad entre estas paredes, igual que hay santidad en el mundo.

¿Reliquias del pasado o levadura para el futuro? Seguramente ambas cosas.

Me han llamado la atención las semejanzas con la vida monástica india-hindú. Vida sencilla de personas no demasiado cultas que siguen patrones de vida de épocas pasadas y que llevan paz y alegría en el alma.

La indolencia y la pereza son las dos grandes tentaciones y representan la exasperación de esta actitud.

Ayer, tras la puesta de sol en Kayres,48 el Monte Athos brillaba con la cima aún cubierta de nieve y hoy es aún más impresionante a la misma hora; pero en el lado de la costa, todo está cubierto de nieve, las nubes están bajas, los verdes bosques ante mí y el mar, poco profundo, casi a mis pies. Pensé en el Aruṇācala,49 del sur de la India. El cristianismo no es la adoración de la Naturaleza, pero la Naturaleza se incluye en la adoración cristiana.

Dos monjes de Iviron50 me pidieron, para conocer mi fe, que hiciera el signo de la Cruz. Lo hice a la manera del rito oriental. Vieron los tres dedos y yo mencioné la Trinidad. Estaban contentos, pero el segundo monje, como confirmación, me preguntó por la «Virgen». Yo dije: «la Madre de Dios», y entonces quedaron convencidos de la ortodoxia de mi fe.

Otra característica de la vocación monástica es que cada monje debe encontrar su camino: no existe un camino a seguir o un modelo a imitar, sino una Persona a descubrir y a conquistar; no es el resultado de un proceso de pensamiento, sino de una convicción personal.

El monje no quiere salvar al mundo o reformar la Iglesia, solo quiere encontrar a Dios, ver la Verdad, descubrir el Camino. El monje no quiere hacer nada, querría ser… Dios. Si no es un místico, el monje espera —en la expectativa (esperanza) de la Vida venidera.

Las personas pueden ir y venir, los monjes pueden ser numerosos o solo unos pocos, o incluso pueden desaparecer. La cara nevada del monte Athos se erige en silencio, mirando el cielo y la tierra, los dos mares y las ruinas de los monasterios o el bosque. No debemos juzgar las cosas solo —y siempre— desde nuestro punto de vista «humano».

Ahora la experiencia de Athos ha terminado y definitivamente me dirigiré al este. La lección ha sido rica y ha valido la pena: mi vocación es la llamada teándrica y no el monaquismo acósmico, que, por otro lado, no debería condenarse a la ligera. En la vocación teándrica, el monaquismo, el ascetismo y la soledad son una dimensión esencial; y digo dimensión precisamente para subrayar que no es suficiente que permanezca en silencio o desapegado durante algunos periodos de la vida, o del año o del día. Es una dimensión integrante de (mi) vida. Una vez más, el fulgurante ejemplo es Cristo.

Teherán, 18 de febrero de 1964

El shock al llegar a Teherán ha sido de nuevo muy fuerte para mí. Grecia era pobre, pero sigue siendo Europa y cristiana. Teherán es bastante diferente. Comienza a ser Oriente, con todos sus contrastes, suciedad, simplicidad y complicación. Señor, ahora empieza mi verdadera vida.

No puedo abandonar mi vida de estudio. Tampoco puedo abandonar mi vida ascética y mística. Lo que me gustaría es un lugar, incluso una habitación bastaría, pero algún lugar permanente, una residencia.

Bombay, 26 de febrero de 1964

He llegado muerto de cansancio. He tenido una conversación con De Smedt,51 que me introduce una vez más en el mundo intelectual.

Hoy es mi primer día en la India, en mi tercer y último periodo. Todavía estoy desorientado.

Bombay, 2 de marzo de 1964

Jueves por la noche danza y música de Prokoch en el Seminario. Viernes, día en Elefanta. He dormido en una gruta y el sábado por la tarde fui a Pune.

Delhi, 7 de marzo de 1964Santo Tomás de Aquino

¡Gracias, Señor, por esta tercera vuelta a la India!

La sensación de decadencia, la impotencia y la oscuridad continúan, pero vivo en la fe y por medio de la fe, minuto a minuto.

Cena con el cardenal,52 Cuttat, etc. Se ha abierto una puerta, pero tengo que ser libre y pensar en ello con atención: quizá se hayan depositado demasiadas esperanzas en mí.

Ahora estoy enfermo y cansado; ni siquiera puedo hablar y tal vez tenga fiebre.