El Aspirante - Silvio Berstein - E-Book

El Aspirante E-Book

Silvio Berstein

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Beschreibung

En las películas solemos escuchar la frase "El Sueño Americano". Yo, desde mi humilde lugar, lo llamaba "el sueño a una vida nueva". Mi pasar era difícil, sobre todo en el aspecto económico. Sin embargo había una opción y era tratar de ser parte de una Fuerza de Seguridad Federal, la Prefectura Naval Argentina. Todo comenzaría en el verano del año 1991, después de llegar en un camión a la Rotonda de la Cuidad de Zárate, Buenos Aires. Tras superar los exámenes, el entrenamiento y sortear un pequeño contratiempo, me convocarían como Aspirante en la Escuela de Suboficiales en esa ciudad. Recorrería un camino lleno de esfuerzos, sudor y tristezas, donde durante dos años experimentaría niveles de estrés muy altos y situaciones que me llevarían al límite, pero también conocería a grandes personas y el verdadero valor de la vocación de servicio, los amigos y la camaradería. Esta es una parte de mi historia, solo una pequeña parte, pero de seguro refleja la historia de miles de personas que han transitado a través de los años por ese lugar…

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SILVIO BERSTEIN

El Aspirante

Berstein, Silvio El aspirante / Silvio Berstein. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3639-6

1. Memoria. I. Título.CDD 808.883

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de Contenidos

Introducción

Dedicatoria

Zárate, la llegada

Los Postulantes

La Rutina

Viernes de angustia

Un fin de semana distinto

Mi Pueblo

El día

Aspirante

De nuevo al ruedo

La rutina del franco

Vacaciones de Invierno

Volviendo a mi pueblo

La Vuelta a Zárate

Aspirante de segundo año

Malas noticias

El egreso

Silvio Tomas Berstein

Introducción

“El Aspirante” es un libro donde se narra el pasar de un muchacho común y corriente, al que un día el destino le cambiaría la vida para siempre, la mía en este caso, pero aplica a todos los que han pasado por lo mismo, viajando desde diferentes puntos del país. En muchas ocasiones completamente solos, juntando las monedas para comprarse algo decente y que tal vez su familia debió privarse de cosas para que puedan tener algo de dinero.

Pasan de ser postulante a convertirse en “Un Aspirante”; una breve reseña y ¿por qué digo breve? Es que si debo describir una por una las vivencias que he pasado, creo que un libro de quinientas hojas sería el tamaño ideal, pero en este, deseo enfocarme en una parte importante, que es el poder llegar a la meta fijada.

Cuando la mayoría de nosotros llegamos a Zárate, el objetivo era ingresar a la Prefectura Naval Argentina, no teníamos otra, llegamos mentalizados en eso; y nuestras familias, que nos esperaban, asumen también ese compromiso como si fuera de ellos mismos.

Desde donde les toca estar, rezan y piden que nos vaya bien porque hay muchos factores en común que nos unen, y uno de ellos es tener la ambición de crecer, cambiar esa vida que tenemos por una mejor.

Por eso, me centro en esa pequeña parte, que para cada uno de nosotros es algo realmente enorme; y aprovecho para dejarles esta frase que leí una vez y me pareció ideal para graficar lo que nos toca pasar:

“La vida notienequeserfácil,tienequeservivida.Algunasvecesfeliz,otrasvecesdura,peroencadasubidaybajada, aprendes lecciones que te hacen ser más fuertes”.

Espero que este libro sea de vuestro agrado y lo puedan disfrutar.

Dedicatoria

Este libro está dedicado a todos los aspirantes que han transitado por la Escuela de Suboficiales de la Prefectura Naval Argentina de la ciudad de Zárate; y han vivido en carne propia historias similares, un lado B de historias jamás contadas.

Por supuesto, también está dedicado a mi familia, mi esposa Claudia y mis hijos, son los pilares en mi vida, todo lo que he realizado se lo debo a ellos, a mis amigos, claro, pero no voy a nombrar a ninguno en particular en esta dedicatoria, ya que ellos saben perfectamente quiénes son y qué lugar ocupan en mi corazón, gracias por estar siempre a pesar de los años y ser como son.

También está dedicado a todas esas personas grandiosas que conocí en esa etapa personal de mi vida, cada quién sabe el papel que ocupo en ese tiempo, dándome una gran ayuda cuando realmente lo necesitaba, cuando estaba realmente solo, con una mano atrás y otra adelante.

No puedo dejar de mencionar también a quienes me cerraron las puertas, a ellos también les doy las gracias, porque me ayudaron a darme cuenta de que yo solo, era capaz de hacer todo lo que me había propuesto.

Muchas veces el miedo no nos deja ser, pero si dejamos el miedo atrás seremos lo que alguna vez soñamos. Por eso, nunca tengan miedo y si lo tienes, eso significa que estás vivo.

Zárate, la llegada

Pensar que ya han pasado treinta y dos años desde aquel día que bajé de un camión en la rotonda de Zárate, día caluroso, por cierto, lleno de incertidumbres, pero por otro lado, muchas ganas de conocer otros lugares y personas nuevas.

No se veía muy difícil, había que cruzar la avenida y consultar qué colectivo me dejaba cerca de la Escuela de Suboficiales de la Prefectura Naval Argentina. Recuerdo que me dijeron que era el colectivo número 228, también pregunté el precio del pasaje, ya que no tenía la menor idea de lo que podía costar, mi capital era muy ajustado y lo debía cuidar, rara vez salía de mi casa, lo más lejos que viajé fue a la Ciudad de Posadas.

El clima era agradable, se veía poca gente caminando por la calle y a lo lejos divisaba una garita donde se resguardaban del sol. En esa época, verano del año 1991, los colectivos trabajaban con monedas y el chofer te daba un tique que lo tenías que conservar durante el viaje.

Debido a que no conocía la zona me senté adelante y estaba atento para preguntarle al chofer dónde tenía que bajar, miraba para todos lados, obviamente todo era nuevo para mí, yo no sé si era mi cara o qué pudo haber pasado que el chofer por sí solo me dijo dónde tenía que bajar y hasta me indicó hacia qué dirección debía ir.

Lo bueno que tienen estas cosas, es que cuando ves a chicos que andan con varios bolsos, asumís que ellos también están allí por el mismo motivo.

Bajé del colectivo y lo primero que vi fue que en una plaza había varios chicos con bolsos y de pelo corto, automáticamente dije: “estos chicos están yendo al mismo lugar que yo”. Ese día me quedé charlando con Wasilauskas y otro muchacho oriundo de Quilmes, Buenos Aires, de quien no puedo recordar el nombre, era domingo y al día siguiente nos teníamos que presentar a las siete de la mañana, pero lo cierto fue que ninguno de los tres teníamos donde parar, así que era ir a la escuela o dormir en la plaza, por lo que decidimos ir despacito para ver si podíamos pasar la noche allí.

Confieso que nunca me invadió tanto el miedo como en ese momento, no sabía si correr, caminar o saltar, me hablaban un poco fuerte y ya temblaba. Yo había llevado los elementos que nos pidieron como: ropa de cama, pantalón corto, remeras blancas, productos de higiene, entre otras cosas, pero cuando te tildas es como que te quedas ciego y no hallas nada de lo que buscas.

En minutos pasamos de ser unos pocos a ser cientos de chicos formados listos para ingresar, uno detrás del otro.

Nos hicieron entrar, lo que hoy es el Instituto Formación, antes era conocido como Escuela de Suboficiales, con el tiempo se fue jerarquizando para mejorar su calidad educativa.

Tu modo de vida cambia, todo cambia, me acuerdo que esa noche nos hicieron tender la cama e inmediatamente nos llevaron a cenar, tal vez no pasó mucho tiempo, pero para mí el reloj corría a mil, cenamos y luego volvimos a los dormitorios, siempre formados, todos los movimientos que hacíamos eran de esa forma casi desfilando algo que para mí por lo menos era algo sumamente nuevo.