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¡Esto ya es el colmo! ¡Es inaceptable! ¡Menuda vergüenza! Los fantasmas son unos pillos y todas las noches hacen de las suyas por la granja. Y por si eso fuera poco, ahora los Malandrines se han unido a ellos y juntos hacen más trastadas todavía. ¿Cómo? ¿No sabéis quiénes son los Malandrines? ¡Descúbrelo!
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Seitenzahl: 19
Veröffentlichungsjahr: 2021
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Pablo Barrena García
Saga
Fantasmas y malandrines
Copyright © 2005, 2021 Pablo Barrena García and SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726927184
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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Los Fantasmas vivían en la Granja, justo detrás del establo de las vacas.
Los Fantasmas aparecían cuando era de noche. Luego asustaban a las vacas. Las asustaban sin parar.
Por eso ellas mugían y mugían.
Mugían tanto que despertaban a los malandrines.
Los Malandrines vivían en el gallinero. Los Malandrines eran invisibles (menos sus labios color naranja) y solo se dedicaban a cuidar de que las gallinas comieran y comieran y comieran.
Los Malandrines estaban hartos de los Fantasmas. Por eso decían entre ellos.
- Esto no puede seguir así. Si los fantasmas no nos dejan dormir, un día nos vamos a enfadar.
Cuando los Malandrines se enfadaban, dejaban de ser invisibles. Entonces, sus ojos, su nariz, su boca, sus orejas, sus pies y sus manos se ponían rojos como carbones ardiendo.
Una noche sin Luna, tres Fantasmas salieron del establo y se reunieron en el patio de la Granja. Allí reinaban el silencio y la soledad.
El patio era circular y estaba formado por el establo (con la casa del Granjero encima), la cuadra, la pocilga, la conejera, el corral y el gallinero. Los tres Fantasmas se pusieron a hablar en el centro del patio.
- ¡Estoy cansado de asustar a las vacas!-dijo Primero.
- ¡Pues podemos asustar a los caballos! –dijo Segundo y señaló la cuadra.
- ¡O bien podemos asustar a los cerdos! – y Tercero miró hacia la pocilga.
- ¡Oh, no, los caballos y los cerdos no se asustan tan fácilmente! –avisó Primero.
- Pues podemos meter miedo a los conejos o a las gallinas! ¿No os parece? –propuso Segundo.
Los tres se miraron contentos pensando en esta idea.