La higiene en la familia obrera - Rosario de Acuña - E-Book

La higiene en la familia obrera E-Book

Rosario de Acuña

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Beschreibung

«La higiene en la familia obrera» es una conferencia de Rosario de Acuña realizada en el Centro Obrero de Santander el 23 de abril de 1902. Durante esta conferencia, la autora, aunque miembro de la burguesía española, se presentó ante los obreros como su igual y les habló sobre la higiene, la salud pública y los avances científicos.-

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Rosario de Acuña

La higiene en la familia obrera

 

Saga

La higiene en la familia obrera

 

Copyright © 1902, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726687101

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

Conferencia dada en el Centro Obrero de Santander el 23 de abril de 1902

Santander, Tip. El Cantábrico, 1902

Obreras y obreros:

Antes de hablar del tema de esta conferencia me vais a permitir dirigiros algunas frases para que entre vosotros y yo se establezca una corriente de atención. Tenéis delante de vosotros una hermana vuestra, porque si el trabajo bendito es señal de fraternidad, mi vida entera, desde el amanecer de mi razón, ha sido una larga serie de trabajos.

Debo también deciros que yo, que huyo cuanto puedo de toda exhibición y trato social, por suponerlos causa de corrupciones, me sentí orgullosa cuando la comisión organizadora de estas conferencias me invitó a hablaros, porque se realizaba mi deseo de enaltecer mi persona, nacida en las cumbres de la burguesía, dirigiéndoos mi palabra y presentándome ante vosotros con estas humildes vestiduras del trabajo; vestiduras diarias de mi vida, siempre que el sagrado de mi hogar me asegura el usarlas, sin oír las burlas que habrán de pararse ante el recinto en que estamos; vestiduras que tampoco ostento por adulación o miedo hacia vosotros, pues jamás tan ruines pasiones se albergaron en mí, heredera directa del Acuña, obispo rebelde, prócer comunero, que desafió el poder autócrata del emperador Carlos V; y os aseguro que si las ciño gozosa es porque imagino, al verlas sobre mí, que ha llegado el día en que esta librea de trabajo y de la honradez sirva para reconocernos hermanos.

Vedme, pues, ante vosotros dispuesta a daros con mi palabra cuantos conocimientos alcance en el asunto de que se trata, guiada por el afán de que los aprovechéis para llegar, pronto y seguramente, al fin de vuestros propósitos, para llevar a la humanidad al reinado de la justicia; para este fin contad siempre conmigo y ved que mis manos, encallecidas por el esfuerzo, y mi cerebro, casi extenuado por el hondo pensar, se ofrecen a vosotros tan sincera y generosamente, que casi me atrevo a pediros que me contéis en el número de vuestros redentores.

Aún más voy a deciros: estas conferencias, que tan oportunamente ha iniciado este Centro, no las preceptúo yo extensiones universitarias en el sentido estricto de la frase; si así fuese no me veríais ante vosotros, porque entre los señores de ambos márgenes, derecha e izquierda (1) , yo no represento más que lo vulgar, lo indocto, lo indocumentado, toda vez que mis títulos de sabiduría radican sólo en mi inteligencia, en mi voluntad y en mi ternura; pero como estáis tan alejados de toda ciencia, se hace preciso no solo extenderla desde la Universidad, donde el privilegio burgués la encerró, sino vulgarizarla por la iniciativa de sabios de afición y buena fe. He aquí por qué me encuentro en mi terreno, toda vez que yo, que soy una vulgaridad para los universitarios, resulto una sabia para vosotros, y útil, por lo tanto, en mi papel de intermediaria para traeros desde las alturas de la ciencia a las honduras de la ignorancia lo poco que logré saber.

Ahora vamos a entrar en el asunto con algunas advertencias. Os traigo escrita mi conferencia, porque no tengo ninguna condición oratoria y porque deseo que la junta directiva de vuestra asociación me otorgue el honor de publicarla en vuestro periódico La Voz del Pueblo