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La razón de mi vida es un libro autobiográfico escrito en Argentina por Manuel Penella de Silva para
Eva Perón, por entonces primera dama, además de presidente del Partido Peronista Femenino y de la Fundación Eva Perón. El libro fue firmado por Eva Perón en los tiempos en que ya estaba avanzado el cáncer que la llevaría a su muerte.
Luego de su edición se intentó publicar el libro internacionalmente, pero numerosas editoriales extranjeras se negaron a imprimirlo por influencia de los sectores de derecha y por aquellos más pudientes de la Argentina.2 En 1952, poco antes de su muerte, el Congreso de Argentina ordenó que la autobiografía fuera de lectura obligatoria en las escuelas de todo el país, luego de que lo hubieran decretado las legislaturas provinciales de Buenos Aires y Mendoza. La Fundación Eva Perón distribuyó cientos de miles de ejemplares en forma gratuita.
El 9 de marzo de 1956, por el decreto ley 4161 del dictador Pedro Eugenio Aramburu, se prohibió (bajo pena de prisión de 6 años o más) nombrar a Perón y Evita, cantar las marchas partidarias, usar escudo peronista, leer La razón de mi vida y los discursos o escritos de Perón, escribir las iniciales E.R, J.P o P.P o utilizar las expresiones “Tercera Posición”, “Justicialista” o “Peronismo”. Por lo cuál leer, publicar o poseer una copia del libro se convirtió en delito. Con el tiempo, las ediciones originales han tomado un gran valor.
Eva María Duarte (Junín o área rural de Los Toldos, 7 de mayo de 1919-Buenos Aires, 26 de julio de 1952), también llamada María Eva Duarte de Perón y más conocida como
Eva Perón o monónimamente como
Evita, fue una política y actriz argentina, primera dama de la Nación Argentina durante la presidencia de
Juan Domingo Perón entre 1946 y 1952 y presidenta del
Partido Peronista Femenino y de la
Fundación Eva Perón. Fue declarada oficialmente y de manera póstuma «Jefa Espiritual de la Nación» en 1952.
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The sky is the limit
PROLOGO
LAS CAUSAS DE MI MISION
UN CASO DE AZAR
UN GRAN SENTIMIENTO
LA CAUSA DEL “SACRIFICIO INCOMPRENSIBLE”
ALGUN DIA TODO CAMBIARA
ME RESIGNE A SER VICTIMA
MI DIA MARAVILLOSO
¡SI, ESTE ES EL HOMBRE DE MI
LA HORA DE MI SOLEDAD
UNA GRAN LUZ
VOCACIÓN Y DESTINO
SOBRE MI ELECCIÓN
DEMASIADO PERONISTA
EL APRENDIZAJE
¿INTUICIÓN?
EL CAMINO QUE YO ELEGÍ
EVA PERON Y EVITA
EVITA
PEQUEÑOS DETALLES...
LOS OBREROS Y MY MISION
LA SECRETARIA
UNA PRESENCIA SUPERIOR
LOS OBREROS Y YO
UNA SOLA CLASE DE HOMBRES
DESCENDER
LA TARDE DE LOS MIERCOLES
LOS GRANDES DÍAS
DONDE QUIERA QUE ESTE LIBRO SE LEA
ADEMÁS DE LA JUSTICIA
EL DOLOR DE LOS HUMILDES
LOS COMIENZOS
LAS CARTAS
MIS TARDES DE AYUDA SOCIAL
LIMOSNA, CARIDAD O BENEFICENCIA
UNA DEUDA DE CARIÑO
FINALES DE JORNADA
AMIGOS EN DESGRACIA
MI MAYOR GLORIA
NUESTRAS OBRAS
NOCHEBUENA Y NAVIDAD
MIS OBRAS Y LA POLÍTICA
LA LECCION EUROPEA
LA MEDIDA DE MIS OBRAS
UNA SEMANA DE AMARGURA
UNA GOTA DE AMOR
COMO ME PAGAN EL PUEBLO Y PERON
MI GRATITUD
UN IDEALISTA
LAS MUJERES Y MI MISION
LAS MUJERES Y MI MISION
EL PASO DE LO SUBLIME A LO RIDICULO
QUISIERA MOSTRARLES UN CAMINO
EL HOGAR O LA FABRICA
UNA IDEA
LA GRAN AUSENCIA
EL PARTIDO PERONISTA FEMENINO
NO IMPORTAN QUE LADREN
LAS MUJERES Y LA ACCIÓN
LA VIDA SOCIAL
LA MUJER QUE NO FUE ELOGIADA
COMO CUALQUIER OTRA MUJER
NO ME ARREPIENTO
Este libro ha brotado de lo más íntimo de mi corazón. Por más que, a través de sus páginas, hablo de mis sentimientos, de mis pensamientos y de mi propia vida, en todo lo que he escrito, el menos advertido de mis lectores no encontrará otra cosa que la figura, el alma y la vida del General Perón y mi entrañable amor por su persona y por su causa.
Muchos me reprocharán que haya escrito todo esto pensando solamente en él; yo me adelanto a confesar que es cierto, totalmente cierto.
Y yo tengo mis razones, mis poderosas razones que nadie podrá discutir ni poner en duda: yo no era ni soy nada más que una humilde mujer... un gorrión en una inmensa bandada de gorriones ... Y él era y es el cóndor gigante que vuela alto y seguro entre las cumbres y cerca de Dios.
Si no fuese por él que descendió hasta mí y me enseñó a volar de otra manera, yo no hubiese sabido nunca lo que es un cóndor ni hubiese podido contemplar jamás la maravillosa y magnífica inmensidad de mi pueblo.
Por eso ni mi vida ni mi corazón me pertenecen y nada de todo lo que soy o tengo es mío. Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que pienso y todo lo que siento es de Perón.
Pero yo no me olvido ni me olvidaré nunca de que fui gorrión ni de que sigo siéndolo. Si vuelo más alto es por él. Si ando entre las cumbres, es por él. Si a veces toco casi el cielo con mis alas, es por él. Si veo claramente lo que es mi pueblo y lo quiero y siento su cariño acariciando mi nombre, es solamente por él.
Por eso le dedico a él, íntegramente, este canto que, como el de los gorriones, no tiene ninguna belleza, pero es humilde y sincero, y tiene todo el amor de mi corazón.
Mucha gente no se puede explicar el caso que me toca
vivir. Yo misma, muchas veces, me he quedado pensando en todo esto que ahora es mi vida.
Algunos de mis contemporáneos lo atribuyen todo al azar... ¡esa cosa rara e inexplicable que no explica tampoco nada!
No. No es el azar lo que me ha traído a este lugar que ocupo, a esta vida que llevo.
Claro que todo esto sería absurdo como es el azar si fuese cierto lo que mis supercríticos afirman cuando dicen que de buenas a primeras yo, “una mujer superficial, escasa de preparación, vulgar, ajena a los intereses de mi Patria, extraña a los dolores de mi pueblo, indiferente a la justicia social y sin nada serio en la cabeza, me hice de pronto fanática en la lucha por la causa del pueblo y que haciendo mía esa causa me decidí a vivir una vida de incomprensible sacrificio”.
Yo misma quiero explicarme aquí.
Para eso he decidido escribir estos apuntes.
Confieso que no lo hago para contradecir o refutar a nadie.
¡Quiero más bien que los hombres y mujeres de mi pueblo sepan cómo siento y cómo pienso...!
Quiero que sientan conmigo las cosas grandes que mi corazón experimenta.
Seguramente, muchas de las cosas que diré son enseñanzas que yo recibí gratuitamente de Perón y no tengo tampoco derecho a guardar como un secreto.
He tenido que remontarme hacia atrás en el curso de mi vida para hallar la primera razón de todo lo que ahora me está ocurriendo.
El tema de los ricos y de los pobres fué, desde entonces, el tema de mis soledades. Creo que nunca lo comenté con otras personas, ni siquiera con mi madre, pero pensaba en él frecuentemente.
Nunca pensé, sin embargo, que me iba a tocar una participación tan directa en la lucha de mi pueblo por la justicia social.