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Descubra a los denisovanos: Una especie humana perdida que aún está en nuestro ADN En 2008, los científicos encontraron pruebas de una nueva especie humana antigua: los denisovanos. Aunque vivieron en la misma época que los neandertales, los denisovanos eran diferentes de forma sorprendente. ¿Lo más impresionante? Dejaron rastros de su ADN en nosotros. Este libro lo lleva en un apasionante viaje al pasado para descubrir la historia de los denisovanos. Ocultos en las profundidades de la cueva de Denísova, en Siberia, sus restos pasaron desapercibidos durante siglos. Pero cuando los científicos los descubrieron, cambió lo que sabíamos sobre la historia de la humanidad. Esto es lo que aprenderá - Cómo se encontraron los denisovanos: La historia del sorprendente descubrimiento de huesos denisovanos en una cueva siberiana. - Probar una nueva especie: Vea cómo los científicos utilizaron el ADN para confirmar que los denisovanos no eran neandertales ni Homo sapiens , sino una especie única. - El árbol genealógico de los denisovanos: Aprenda cómo encajan los denisovanos en la evolución humana y quiénes fueron sus antepasados. - Cómo era la vida de los denisovanos: Explore lo que los científicos saben sobre su biología, su cultura y cómo vivían. - Cómo se mezclaron con los neandertales y los humanos: Descubra cómo interactuaron los denisovanos tanto con los neandertales como con los primeros Homo sapiens . - El legado denisovano: Descubra cómo el ADN denisovano sigue afectando a ciertas poblaciones humanas en la actualidad. - ¡Y mucho más! Este libro cuenta la historia de los denisovanos de una forma fácil de entender, mostrando cómo su descubrimiento cambió para siempre nuestra visión de la historia humana. Si siente curiosidad por nuestros antiguos antepasados y por lo que esconde nuestro ADN, este es su libro. Desplácese hacia arriba y pulse el botón «añadir a la cesta» para explorar el mundo de los denisovanos y su impacto trascendental en los humanos.
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Seitenzahl: 101
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Los denisovanos
Una fascinante guía sobre los primos extintos de los neandertales que vivieron en toda Asia durante el Paleolítico
Title Page
Los denisovanos: Una fascinante guía sobre los primos extintos de los neandertales que vivieron en toda Asia durante el Paleolítico
Capítulo 1 - El descubrimiento
Capítulo 2 - El descubrimiento de los denisovanos a través de la genética
Capítulo 3 - Biología denisovana
Capítulo 4 - La cultura denisovana
Capítulo 5 - El mestizaje denisovano
Capítulo 6 - El legado genético denisovano en nuestra especie
Capítulo 7 - La extinción
Conclusión - El legado de los denisovanos
Referencias
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Introducción - Una nueva especie
Nuestra historia comienza en la cueva de Denísova, en las montañas siberianas de Altái. En un principio se creyó que albergaba restos neandertales, pero más tarde se reveló que se trataba de los denisovanos, una especie humana distinta. La importancia de este hallazgo es que desafió un siglo de pensamiento predominante sobre la evolución humana, que veía las variedades humanas como discontinuas. El descubrimiento provocó un reajuste de cómo nos vemos a nosotros mismos en relación con otras formas humanas.
En este libro, nos embarcamos en un viaje para descubrir la ascendencia denisovana y su lugar en la evolución humana. Sin embargo, hay que señalar que se sabe muy poco sobre esta especie. Al reconstruir la historia de los denisovanos, pronto quedará claro que estas figuras fueron contemporáneas y, a veces, compañeras íntimas de los neandertales y, en ocasiones, de los Homo sapiens modernos. Los análisis genéticos han revelado complejas corrientes cruzadas de inmigración y mezcla, hasta el punto de que los denisovanos contribuyeron al legado genético del Homo sapiens, nuestra propia especie.
¿En qué momento fluyó un trozo del cromosoma denisovano en nuestro propio río de genes? Al final de este libro, esperamos que comprenda cómo los expertos están recomponiendo la imagen de los denisovanos en la evolución humana. También esperamos que esta historia encienda su fascinación por esta misteriosa especie que vagó por el planeta junto a los neandertales y los humanos modernos. La verdadera naturaleza de los denisovanos solo está empezando a emerger.
El descubrimiento de la cueva de Denísova en la década de 1970 cobró gran importancia en 2008 y 2010 con el hallazgo de restos pertenecientes a una nueva especie humana emparentada con los neandertales, aunque distinta de ellos. Este hallazgo supuso un nuevo capítulo en la antropología y la historia.
Los restos de humanos antiguos y recientes (humanos modernos o vivos) y de animales fueron descubiertos en las montañas de Altái, al sur de Siberia, en una cueva llamada cueva de Denísova. Los montes Altái se extienden por Rusia, China, Mongolia y Kazajistán, cerca del límite septentrional de la meseta tibetana. Denísova ha sido fuente de numerosos hallazgos arqueológicos y ha estado ocupada durante al menos 200.000 años.
Con una superficie de 270 metros cuadrados, la cueva de piedra caliza consta de 3 partes principales: las cámaras principal, sur y este. La cámara principal, con un suelo abierto de aproximadamente 30 por 36 pies, sirvió como espacio habitable adecuado. Los restos fósiles extraídos de los ricos sedimentos de la cueva incluían restos humanos y animales, lo que indica la larga historia de la cueva como refugio natural popular. A partir de estos restos se han identificado varias especies animales, incluso extintas.
Situada a una altitud de 2.297 pies sobre el nivel del mar, la cueva está cerca del río Anui, un afluente del Ob. El asentamiento más cercano es Chorny Anui, y el centro administrativo de la región de Altái, Barnaul, está a unos noventa y tres kilómetros al norte. El nombre de la cueva se remonta al siglo XVIII, cuando vivía en ella un ermitaño ruso llamado Dyonisiy o Denis. Localmente, es conocida como la Piedra del Oso (Ayu-Tash) entre los indígenas del Altái.
El hermetismo de la cueva se atribuyó a su eclipsamiento por las cuevas modernas habitadas por humanos y a la censura soviética, que obstaculizó la exploración académica durante esa época. Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, la investigación de la cueva de Denísova se hizo más accesible. Las exploraciones científicas de la cueva de Denísova comenzaron en la década de 1970, con el descubrimiento de pruebas arqueológicas y fósiles. Sin embargo, la identificación y la investigación exhaustiva sobre los denisovanos comenzaron mucho más recientemente. La cueva contiene 22 capas de sedimentos que datan de entre 125.000 y 180.000 años.
El abandono histórico de la cueva cambió radicalmente en 2010, cuando la secuenciación del ADN de los restos de tres individuos desveló un descubrimiento revolucionario. El hueso del dedo de una hembra juvenil, Denísova 2, proporcionó un borrador del genoma completo, revelando la existencia de una especie de homínido distinta que coexistió con los neandertales y los humanos modernos. Aunque estrechamente emparentados con los neandertales, los denisovanos presentaban características genéticas únicas. Las expediciones posteriores a la cueva no consiguieron encontrar restos adicionales, lo que convirtió a los denisovanos en el único grupo de homínidos conocido solo a través de su secuencia genómica.
Los denisovanos obtuvieron su nombre de la ubicación de la cueva, que se caracteriza por su entorno frío y estéril, reminiscencia de la época paleolítica en la que los denisovanos habitaban la cueva.
A pesar de desafíos como la fragmentación de los huesos causada por la actividad animal, en particular por las hienas, la cueva de Denísova se considera un valioso depósito. La investigación del ADN se ha vuelto crucial para identificar los fragmentos óseos, especialmente dado su estado degradado. La investigación genética, aunque requiere mucho tiempo, se ha internacionalizado para hacer frente a los miles de fragmentos óseos.
La cueva de Denísova también ha revelado herramientas de piedra del Paleolítico Medio temprano, incluidos núcleos en forma de disco, lascas y puntas Levallois. Las herramientas se utilizaban para raspar y serrar primitivamente. Los denisovanos siguieron utilizando herramientas similares en la parte media del Paleolítico Medio, mostrando interés por la talla y el grabado con buriles y herramientas de tipo cincel. También se hallaron artefactos del Paleolítico Superior, como cuchillas avanzadas, herramientas de hueso y ornamentos de marfil, hueso y otros materiales.
La fama de la cueva se atribuye al descubrimiento de restos humanos y, sobre todo, a la innovadora secuenciación del genoma humano, que revolucionó la comprensión de la dispersión humana en la región. Los sedimentos, que se encontraban a seis metros de profundidad, fueron datados mediante termoluminiscencia, captando los cambios medioambientales a lo largo de milenios. Aunque la ocupación humana en la cueva fue intermitente, la conservación del ADN en dientes, huesos y sedimentos resultó fundamental. El intenso frío de la región contribuyó probablemente a la conservación de este material genético.
El intrigante periodo comprendido entre hace treinta mil y cincuenta mil años, caracterizado por homínidos que cazaban durante el verano y buscaban refugio en cuevas durante el invierno, ha presentado un interesante rompecabezas arqueológico. La cueva de Denísova, enclavada en los montes Altái, sirvió de campamento invernal, con su agujero natural funcionando como chimenea. A pesar del frecuente uso por parte de los homínidos, solo quedaron dos firmas culturales parecidas a las de los humanos modernos: herramientas de caza, probablemente puntas de lanza, y joyas, concretamente un collar hecho con dientes de animales y un brazalete de piedra. La ausencia de fósiles de homínidos planteaba un misterio.
El descubrimiento significativo se produjo en 2008, cuando un fragmento de hueso de dedo, que inicialmente se supuso que era de neandertal o de Homo sapiens, se identificó mediante análisis de ADN como perteneciente a un hominino desconocido hasta entonces, al que se dio el nombre de Denísova, en honor a la cueva. Estudios posteriores del ADN de Denísova 3, una joven, revelaron que vivió hace entre 52.000 y 76.000 años. Este descubrimiento también aportó datos sobre hallazgos anteriormente desconcertantes en la cueva, como el diente molar de Denísova 4, que contribuyeron a una comprensión más profunda de la historia denisovana.
La cueva de Denísova se convirtió rápidamente en un punto focal para la investigación paleoantropológica tras los descubrimientos iniciales, ganando la atención internacional. En 2010, surgieron pruebas adicionales con el descubrimiento de dos molares. El primero, un diente permanente llamado Denísova 8, pertenecía a un individuo masculino de hace más de 100.000 años. El segundo diente procedía de un niño pequeño que probablemente vivió hace entre 120.000 y 194.000 años.
En 2012 se descubrió un hueso largo de una hembra, mitad neandertal y mitad denisovana, que vivió hace entre 80.000 y 120.000 años, lo que puso en tela de juicio la visión de la evolución de la comunidad paleoantropológica. En la cueva de Denísova también se encontraron restos de neandertal puro, datados entre hace 97.000 y 193.000 años.
Sin embargo, no se ha identificado ninguna prueba concreta de la presencia de Homo sapiens en el yacimiento; los artefactos solo sugieren una posible conexión. Estos artefactos, como puntas de flecha de hueso y colgantes de dientes ornamentales, presentan características que recuerdan a las creaciones del Homo sapiens, pero hay que señalar que estas pruebas son circunstanciales. Aunque no se ha encontrado ningún indicio directo de que los Homo sapiens ocuparan la cueva, el descubrimiento de restos humanos modernos en otro yacimiento, Ust’-Ishim, sugiere una posible influencia cultural de los denisovanos en la región.
El material humano identificable de la cueva de Denísova incluye tres molares y una falange distal procedentes de distintos individuos en diversas épocas. Las técnicas avanzadas de secuenciación del ADN permitieron extraer y analizar restos minúsculos, lo que condujo a descubrimientos notables. Hasta ahora se han identificado al menos cuatro denisovanos, dos neandertales y una inesperada hija híbrida de un denisovano y un neandertal. La exploración en curso promete más emoción tanto en el trabajo de campo como en la investigación de laboratorio, proporcionando valiosas perspectivas sobre los rasgos y comportamientos de los denisovanos y estableciéndolos como un interesante capítulo de la historia evolutiva humana.
Este descubrimiento supuso un viaje desde la excavación hasta el análisis del ADN. Anatoly Derevianko, arqueólogo, dividió el fósil de un dedo meñique hallado en la cueva, enviando una parte a un destacado genetista, Svante Pääbo, en Leipzig y la otra a un laboratorio de Berkeley. El análisis del Instituto Max Planck transformó el fósil denisovano en una prueba clave. Los relatos de Pääbo y del periodista científico Jamie Shreeve proporcionaron una narración detallada del descubrimiento del denisovano, arrojando luz sobre la importancia de la cueva y los esfuerzos de colaboración que dieron forma a la narrativa denisovana.
El descubrimiento de