Más allá de uno mismo - Giorgio Nardone - E-Book

Más allá de uno mismo E-Book

Giorgio Nardone

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Beschreibung

¿Es posible ir más allá de nuestros límites y obtener resultados extraordinarios? ¿Puede el talento cultivarse con cuidado y perseverancia? Superar las propias limitaciones ejerce fascinación y anhelo. De la mano de la psicología, las neurociencias y la terapia breve estratégica, Giorgio Nardone y Stefano Bartoli nos confirman en esta obra que sí es posible la mejora y la superación de las características personales trabajando la resiliencia y la determinación, la flexibilidad y la adaptabilidad. Este libro no pretende ser una colección de recetas mágicas, sino una especie de guía para ayudar a sacar lo mejor que todos tenemos. Fruto de la investigación aplicada y de muchos años de experiencia en Terapia Estratégica, los autores exponen un método riguroso que implica esfuerzo y frustración, pero que, si se sigue con esmero, reserva grandes satisfacciones personales y profesionales.

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GIORGIO NARDONESTEFANO BARTOLI

Más allá de uno mismo

Ciencia y arte de la performance

Traducción: Maria Pons Irazazábal

Herder

Título original: Oltre sé stessi. Scienza e arte della performance

Traducción: Maria Pons Irazazábal

Diseño de la cubierta: Gabriel Nunes

Edición digital: José Toribio Barba

© 2019, Adriano Salani Editore, s.u.r.l., Milán

© 2019, Herder Editorial, S.L., Barcelona

ISBN digital: 978-84-254-4391-6

1.ª edición digital, 2019

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com)

Herder

www.herdereditorial.com

Índice

PRÓLOGO

1. EN LA MENTE DEL PERFORMER

•La determinación resiliente

•Cambiar y seguir siendo uno mismo: flexibilidad y adaptabilidad

•La inconsciencia educada

•El trance performativo y el estado de gracia

•La ritualidad sugestiva y la hipnosis

2. CULTIVAR EL TALENTO

•Experimentar para descubrir

•Experiencias guiadas

•La propensión a la mejora

•Ejercicio constante, pero bien hecho

•Alimentar la curiosidad

3. MENTES VELOCES Y MENTES LENTAS

•Los estilos perceptivo-cognitivos

4. ELEVAR O DESBLOQUEAR LA PERFORMANCE

BIBLIOGRAFÍA

Prólogo

Solo el que se arriesga a ir demasiado lejos es capazde descubrir hasta dónde puede llegar.THOMAS STEARNS ELIOT

El deseo del hombre de superar sus propios límites no es un fenómeno moderno, sino una antigua razón fundamental del progreso y de la evolución que nos ha llevado de las cavernas a las naves espaciales. Desde la más remota antigüedad, el impulso a enfrentarse con lo desconocido y a superar las propias limitaciones ha ejercido tanta fascinación como temor. Piénsese en la aventura de Ícaro y en su trágico final, precisamente a causa del deseo de traspasar los límites humanos.

Durante milenios, solo unos pocos elegidos pudieron cultivar el deseo de aventura, la evolución de sí mismos, el enfrentamiento con obstáculos aparentemente insuperables.

Hoy en día, en la llamada «sociedad líquida» (Bauman, 2000) de la comunicación de masas, las cosas parecen muy distintas: se cree que cualquier objetivo es fácil de alcanzar y que no exige, además del talento natural, sangre, sudor y lágrimas, como en el pasado. Pero es solo una ilusión. Aunque los avances de la ciencia y de la tecnología prometen lograr lo que antes parecía ciencia ficción, en el aspecto de la evolución personal y del intento de traspasar los propios límites las cosas no han cambiado mucho. Si bien el nivel del rendimiento personal se ha elevado, cosa que permite que los individuos se superen a sí mismos, sigue siendo un proceso en el que el talento se conjuga con el ejercicio y la dedicación, apoyados a su vez por el sacrificio, por una fuerte motivación y por la aceptación del riesgo de fracaso. El científico, el artista, el deportista, el mánager triunfador que deseen superar sus límites siempre han de rendir cuentas consigo mismos.

Pero, a menudo, las cuentas no salen y, como afirmaba Catón, «lo que te falta tienes que pedírtelo prestado a ti mismo». En tu rendimiento personal estás solo y la lucha por superar los límites es tuya y de nadie más.

Eso significa que, por muchas ayudas extraordinarias que podamos tener hoy, cuando queremos obtener cierto resultado, en el momento en que llegamos al límite y pretendemos superarlo, podemos y debemos recurrir a nuestra capacidad de sacar de dentro nuevos recursos para añadirlos a los ya utilizados. Esto hace que el hombre moderno se asemeje al antiguo.

Por consiguiente, hablar de ciencia de la performance 1 nos reconduce al estudio de las prácticas antiguas y modernas para obtener rendimientos extraordinarios.

¿Cómo fueron capaces los grandes inventores de superar los límites de su imaginación? ¿Mediante qué ejercicios los monjes shaolin desarrollan capacidades sobrehumanas en el combate? ¿Con qué condicionamientos mentales los maestros tibetanos aprenden a resistir al hielo? ¿De qué modo los yogin consiguen mantenerse vivos en condiciones imposibles? ¿Cómo elabora el gran científico una teoría capaz de superar las anteriores?

Estos son algunos ejemplos de experiencias de superación de los propios límites a los que nos referiremos para analizar los métodos elaborados por el hombre a lo largo de la historia y en las diversas tradiciones culturales, y para elaborar modelos avanzados de ciencia de la performance.

¿Qué tienen en común las personas que han traspasado, cada una en su campo, los límites de lo humano? ¿Qué es lo que une a Edison y a Alejandro Magno, a Leonardo da Vinci y a Mozart, a Albert Einstein y a Charlie Chaplin, a Picasso y a Alexander Fleming, a Marco Aurelio y a Agustín de Hipona, a Pascal y a Arquímedes, a Alessia Zecchini y a Bill Gates, a Michael Phelps y a Steve Jobs? Todos pertenecen a una categoría de personas que José Ortega y Gasset definió como «buscadores», esto es, sujetos forzados por su naturaleza y experiencia a buscar más allá de los límites de lo conocido y de lo funcional. Así habla de ellos el filósofo español: «Busca, buscador; tu destino es buscar».

Plutarco, gran biógrafo y autor de los primeros best sellers de la historia, en Vidas paralelas destacó características y cualidades de los grandes hombres comparando su vida y sus gestas. Lo que se desprende es que las capacidades extraordinarias se asocian muy a menudo con personalidades fuertemente desequilibradas: desde esta perspectiva, genio y desorden, valor y crueldad, arte y locura son la regla y no la excepción. Friedrich Nietzsche cultivó la filosofía de traspasar los límites proponiendo una interpretación dionisíaca de la vida, en el sentido de superación de los vínculos impuestos por la ciencia y por la moral, cuando estos se anquilosan en sistemas de reglas prescriptivas. No obstante, y hay que repetirlo, si bien es cierto que el genio, como dice el gran psicólogo William James, «es el que percibe las cosas de forma poco habitual», eso no significa que deba ser, por fuerza, mentalmente desequilibrado.

El deportista extraordinario cuyo rendimiento supera el límite humano —pensemos, por ejemplo, en Angelo D’Arrigo,2 Mike Horn3 o Alessia Zecchini4— no es un enfermo dependiente de adrenalina, sino una especie de científico-performer que conjuga conocimientos elevados con un entrenamiento de altísimo nivel. Es un aspecto que hay que subrayar claramente: una ciencia moderna de la performance también debe basarse en una ética de la actuación, como, por ejemplo, rechazando el consumo de sustancias o el recurso a prácticas perjudiciales para la salud física y mental del deportista. De modo que la visión «romántica y decadente» del genio como individuo desequilibrado y enfermo ha sido sustituida por una perspectiva que considera al gran performer como una persona sana y equilibrada que, gracias a un talento cultivado mediante el ejercicio reiterado y a un conocimiento profundo, supera los límites fijados anteriormente en su campo. Por otra parte, las biografías de los grandes performer de la historia muestran que algunos eran, indudablemente, personas desequilibradas o atormentadas, pero otros eran personas extraordinariamente resilientes y equilibradas: estas últimas son los modelos que hay que imitar.

Un buen «maestro» se reconoce, además de por su obra, por su vida personal, que estará en armonía con la calidad de sus prestaciones. Si el nivel de la performance y la vida personal no están en equilibrio se producirá inevitablemente una caída, tanto en el terreno privado como en el profesional. Desgraciadamente, todavía hoy sigue ejerciendo gran fascinación la imagen del «maldito» y del «genio rebelde». El mito del gifted, esto es, del que confía solo en su talento, es amado y deseado por su carga romántica y heroica.

Esta obra no pretende ser una colección de recetas mágicas, sino una especie de guía y mapa «en busca del tesoro» que todos llevamos en nuestro interior. Se expondrá un método riguroso, fruto del estudio, de la investigación aplicada y de una experiencia de treinta años en el ámbito de la performance: es un proceso que implica cansancio y frustraciones, en el que es necesario saber resistir sin ceder, pero que si se sigue rigurosamente, proporcionará grandes satisfacciones personales y profesionales.

No hay que olvidar nunca dos reglas de oro: «Nada surge de la nada» y «Solo es derrotado el que se rinde».

1Entenderemos por performance tanto el rendimiento de una persona respecto de una determinada acción, como su desempeño o actuación durante esa acción. Y performer, a la persona que ejecuta dicha acción, el intérprete.

2 Angelo D’Arrigo fue un aviador y piloto de ala delta italiano. Fue campeón mundial de vuelo, pero abandonó las competiciones y los cronómetros para dedicarse al desarrollo del vuelo libre, y concibió y realizó empresas que van más allá del simple acontecimiento deportivo. Durante años estuvo estudiando el vuelo de las grandes rapaces, con las que realizó increíbles migraciones por los cielos del planeta. Sobrevoló mares y desiertos y subió a más de 9 000 metros de altura en vuelo libre, hasta llegar a superar las cimas del Everest y del Aconcagua.

3 Mike Horn es un explorador sudafricano que ha realizado diversas hazañas que antes se juzgaban imposibles, como el descenso del Mont Blanc con un body board. Ha batido el récord de descenso de la catarata más alta con un hydrospeed en el río Pacuare, en Costa Rica, y ha dado la vuelta al mundo a lo largo del Ecuador en tan solo 17 meses.

4 Alessia Zecchini es una apneísta italiana que posee el récord mundial de apnea con peso constante —105 metros (convertido luego en 107 metros)—, homologado el 10 de mayo de 2018 en San Andrés, en Colombia, con ocasión de la Nirvana Oceanquest Freediving Competition.

1. En la mente del performer

Aprende a escribir tus heridas en la arena y a grabar tus joyas en la piedra.LAO TSE

La determinación resiliente

Las dificultades a menudo preparan a las personasnormales para un destino extraordinario.C.S. LEWIS

Como se ha anticipado en las páginas anteriores, el performer capaz de superar sus límites es el que, en su propio campo, consigue elevar su rendimiento a niveles extraordinarios no solo ocasionalmente, sino de manera constante y repetida. En caso contrario, una performance excepcional podría ser simplemente el fruto de una coincidencia de factores en circunstancias favorables. No basta una actuación aislada para considerar a un individuo capaz de superarse a sí mismo: es necesario repetir o mejorar el resultado. Un atleta que no consigue igualar o mejorar su propio récord es excepcional por ese único acto, pero no podrá ostentar el título de «buscador», según la definición de Ortega y Gasset. Igualmente, un científico que efectúa un único descubrimiento y después solo colecciona fracasos tendrá el gran mérito de esa única contribución al progreso de la ciencia, pero no se lo considerará extraordinario. Si un mánager acierta con una estrategia vencedora para su empresa, pero no consigue mantener los resultados, se lo considerará como alguien que ha dado un giro al futuro de su organización, pero no como alguien que ha sabido superar los límites de la gerencia empresarial. Si un artista realiza una única obra maravillosa, siempre será recordado por este logro, pero no se lo comparará con Miguel Ángel, Boticelli o Giotto. Para ser considerado un performer extraordinario no es suficiente haber producido una obra excepcional, sino que se requiere una serie continuada de resultados.

Por otra parte, como afirmaba el escritor Ignazio Silone, «el hombre no existe realmente más que en la lucha contra sus propios límites». En el momento en que se deja de buscar esa continua superación, cesa también la capacidad de superarse a sí mismo de manera constante.

No se trata tan solo de un aspecto cuantitativo, sino de una característica que define cualitativamente el perfil de quien se supera a sí mismo. En otras palabras, esta perspectiva destaca la resiliencia y la determinación como componentes esenciales del sujeto capaz de superar constantemente los resultados ya obtenidos. Este constructo psicológico se expresa en la capacidad del individuo de resistir a los inevitables golpes de la vida y a las frustraciones personales y profesionales, a lo largo de un recorrido tanto más elevado cuanto más expuesto está a obstáculos e inconvenientes. Solo puede gestionar con éxito esas dificultades el que no se deja abatir por las adversidades y dominar por los sufrimientos, sino que se alimenta de ellos para hacerse más fuerte, como el higo chumbo que no solo crece, sino que se alimenta de las cenizas de lava del Etna. No es casual que la resiliencia, como característica humana, se haya convertido en uno de los factores personales y sociales más estudiados de los últimos decenios (Nardone et al., 2017) presentándose como «la diferencia que marca la diferencia» entre las personas corrientes y las que obtienen resultados notables.

Sin embargo, la resiliencia como capacidad de no dejarse aplastar psicológicamente por los fracasos y de levantarse de las caídas e infortunios no es suficiente para ser performers extraordinarios: para esto se requiere también una notable determinación de obtener resultados excelentes. Por tanto, la característica esencial de quien se supera a sí mismo es una «cualidad emergente»1