Soledades, galerías, y otros poemas - Antonio Machado - E-Book

Soledades, galerías, y otros poemas E-Book

Antonio Machado

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Beschreibung


En Soledades, galerías y otros poemas encontramos al Machado «misterioso y silencioso». Un Machado que elabora un modernismo íntimo que permitirá que sus poemas resistan bien la prueba del tiempo y los embates de las modas literarias. El libro de Machado es un libro teñido de melancolía; con ello estamos descubriendo esa veta de romanticismo que nunca habrá de abandonar.»

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Antonio Machado

Antonio Machado

SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMAS

Traducido por Carola Tognetti

ISBN 978-88-3295-846-1

Greenbooks editore

Edición digital

Junio 2020

www.greenbooks-editore.com

ISBN: 978-88-3295-846-1
Este libro se ha creado con StreetLib Writehttp://write.streetlib.com

Indice

Soledades

Del camino

Canciones

​ Humorismos, fantasías, apuntes

Galerías

Varia

Soledades

(1899-1903)

I. El viajero

Está en la sala familiar, sombría, y entre nosotros, el querido hermano que en el sueño infantil de un claro día vimos partir hacia un país lejano.

Hoy tiene ya las sienes plateadas, un gris mechón sobre la angosta frente; y la fría inquietud de sus miradas revela un alma casi toda ausente.

Deshójanse las copas otoñales del parque mustio y viejo. La tarde, tras los húmedos cristales, se pinta, y en el fondo del espejo.

El rostro del hermano se ilumina suavemente. ¿Floridos desengaños dorados por la tarde que declina?

¿Ansias de vida nueva en nuevos años?

¿Lamentará la juventud perdida?

Lejos quedó —la pobre loba— muerta. ¿La blanca juventud nunca vivida teme, que ha de cantar ante su puerta?

¿Sonríe al sol de oro, de la tierra de un sueño no encontrada; y ve su nave hender el mar sonoro, de viento y luz la blanca vela henchida?

Él ha visto las hojas otoñales, amarillas, rodar, las olorosas ramas del eucalipto, los rosales que enseñan otra vez sus blancas rosas… Y este dolor que añora o desconfía el temblor de una lágrima reprime, y un resto de viril hipocresía en el semblante pálido se imprime. Serio retrato en la pared clarea todavía. Nosotros divagamos. En la tristeza del hogar golpea el tic-tac del reloj. Todos callamos.

II. He andado muchos caminos

He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas; he navegado en cien mares, y atracado en cien riberas.

En todas partes he visto caravanas de tristeza, soberbios y melancólicos borrachos de sombra negra,

y pedantones al paño que miran, callan, y piensan que saben, porque no beben el vino de las tabernas.

Mala gente que camina y va apestando la tierra…

Y en todas partes he visto gentes que danzan o juegan, cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio, preguntan adónde llegan. Cuando caminan, cabalgan a lomos de mula vieja,

y no conocen la prisa ni aun en los días de fiesta. Donde hay vino, beben vino; donde no hay vino, agua fresca. Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos, descansan bajo la tierra.

III. La plaza y los naranjos encendidos

La plaza y los naranjos encendidos con sus frutas redondas y risueñas.