100 famosos hablan de la fama - Mariel Kernes - E-Book

100 famosos hablan de la fama E-Book

Mariel Kernes

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En 100 famosos hablan de la fama, un centenar de figuras de la actuación, el periodismo, el humor, la moda, el deporte, la música y la televisión respondió a las preguntas de la autora: si en alguna ocasión los ayudó el hecho de ser famosos, lo peor que les pasó por su condición, cuáles son los aspectos positivos y cuáles los complicados, y cómo definen a una persona famosa. Las respuestas son diversas, reveladores y polémicas. El libro contiene también testimonios de gente muy cercana a los famosos como son los agentes de prensa y los representantes, entre otros.

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100 famosos hablan de la fama

100 famosos hablan de la fama

Mariel Kernes

Índice de contenido
Portadilla
Legales
Prólogo
Introducción
Agradecimientos
¿Cómo veo a los famosos?
Actores
Miguel Ángel Cherutti
Miguel del Sel
Alberto Fernández de Rosa
Ricardo García,
Maxi Ghione
Gabriel González (Rosita en Pasión de sábado)
Germán Kraus
Julián La Bruna
Jorge Martínez
Agustín Monzón
José María Muscari
Torry Palenzuela
Emiliano Rella
Matías Santoiani
Osvaldo Santoro
Sebastián Sinnott
Atilio Veronelli
Actrices
Adriana Aguirre
Angie Balbiani
Andrea Estévez
Mónica Farro
Tamara Gala
Mónica Gonzaga
Stella Maris Lanzani
Belu Lucius
Flor Marcasoli
Lorena Meritano
Mariana Petracca
Silvia Peyrou
Adriana Salgueiro
Nazarena Vélez
Periodistas
Flavio Azzaro
Rodolfo Barili
Nora Briozzo
Tomás Dente
Baby Etchecopar
Oscar González Oro
Amalia Granata
Mónica Gutiérrez
Rolando Hanglin
Ulises Jaitt
Pablo Layus
Rodrigo Lussich
Gabriela Mandato
Mario Massaccesi
Carlos Monti
Diego Moranzoni
Walter Nelson
Toti Pasman
Gastón Recondo
Martín Reich
Valeria Schapira
Luis Ventura
Paulo Vilouta
Música
Agapornis
Daniela
Gladys “La Bomba Tucumana”
Lissa Vera (ex Bandana)
Rodrigo Tapari
Germán Tripel
Moda
Fabiana Araujo
Mariano Caprarola
Vanesa Carbone
Daniel Casalnovo
Claudio Cosano
Hernán Drago
César Juricich
Carolina Oltraa
Roberto Piazza
Miguel Romano
Evelyn Scheidl
Soledad Solaro
Mediáticos y personajes de la TV
Black Mago
Mauricio D’Alessandro
Mariano de la Canal
Nino Dolce
Jimena La Torre
Daniela Lopilato
Alfredo Horacio Olmedo
Romina Pereiro
Pitty
Ana Rosenfeld
Jacobo Winograd
Humoristas
Sebastián Almada
“Negro” Álvarez
Toti Ciliberto
Larry de Clay
Fátima Flórez
Alejandro Gardinetti
Álvaro Navia
Pachu Peña
Rodrigo “Vagoneta” Rodríguez
Chichilo Viale
Deportistas
Omar “Turco” Asad
“Patón” Basile
José “Pepe” Basualdo
José “Pepe” Chatruc
Claudio “Turco” García
Esteban “Gallego” González
Leandro “Pipi” Romagnoli
Y ellos están cerca de los famosos
Algunas experiencias personales
Simplemente ¡gracias!

Kernes, Mariel Judith

100 famosos hablan de la fama. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2020

Archivo Digital: descargaISBN 978-987-86-6114-8

1. Ciencias Sociales. 2. Ciencias Sociales y Humanidades. I. Título

CDD 306.481

© Mariel Kernes, 2020

Ilustraciones: M. Fraguela

Digitalización: Proyecto451

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.

Inscripción ley 11.723 en trámite

ISBN edición digital (ePub): 978-987-86-6114-8

Prólogo

Hace exactamente cuarenta años, sentado en el patio de mi casa tratando de componer una canción, me surge una frase: “O te hacés famoso o morís nervioso”. Los dos o tres que estaban conmigo se rieron. Sin saber que ya lo había hecho Andy Warhol en los 60, con su frase “En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos”.

Hoy, hacer un libro para descubrir las intimidades no tan íntimas de famosos, con tantas redes sociales, Zoom y WhatsApp, es un acto de rebeldía. Celebro que Mariel siga siendo rebelde.

Como decimos los famosos actores, mucha merde, que se cumpla tu objetivo. Parte de ello lo has logrado: acá hay un famoso prologando…

Juan Acosta

Introducción

Un día, como tantos otros, al regresar de mi trabajo estaba tomando un café con leche en la cocina de mi casa mientras esperaba a mi familia, que estaba por llegar, cuando de repente se cruzó por mi mente la idea de escribir mi tercer libro.

Me sorprendí de mí misma y en mi cabeza los pensamientos iban y venían. Sobre todo, muchos cuestionamientos y dudas. Y me preguntaba: ¿Tengo realmente ganas de iniciar este proceso de escribir un nuevo libro?

¿Tengo ganas de invertir tiempo y dinero en esta actividad? ¿Cómo podría hacer para encarar este nuevo proceso? ¿Valdría la pena? ¿Sobre qué tema escribiría?

¿Seguiría con la temática de la convivencia en edificios, administradores y vecinos? ¿Seguiría con el tema de los famosos? La verdad, no lo tenía nada claro.

Luego de un rato me di cuenta de que tenía ganas de escribir un nuevo libro, pero quizá cambiando un poco la temática. Ya no volver a escribir sobre temas relacionados con los consorcios, pero sí continuar con el tema de los famosos, quienes formaron parte con sus anécdotas de mi segundo libro.

En esta nueva oportunidad quería conocerlos desde otro lugar. Saber qué cosas buenas y malas tiene el hecho de ser famoso y cómo ellos mismos definen a una persona famosa.

Como público, en el rol de televidente, oyente o espectadora, más de una vez me pregunté cómo serían los famosos cuando se apaga la luz de la cámara o el micrófono y dejan de estar en ese rol. ¿Será fácil para ellos convivir con el hecho de ser conocidos y famosos? ¿Cómo será la experiencia de salir a la calle o ir a un lugar y ser reconocidos? Y me pareció interesante poder incursionar un poco más en el tema.

Una vez que tuve más claras mis ideas y tomé la decisión de asumir este nuevo proyecto, me sentí contenta y muy entusiasmada. Fue más mi pasión por escribir mi nuevo libro que mis cuestionamientos internos. Y sabiendo, además, que los famosos no disponen de mucho tiempo, dado que generalmente trabajan para distintos medios, hacen giras y andan corriendo de aquí para allá, pensé en hacerles cinco preguntas sencillas.

Antes de poner manos a la obra, quise indagar un poco más sobre el significado de la palabra famoso. Así la define la Real Academia Española:

Del lat. famōsus.

Adj. Ampliamente conocido.

Adj. Muy conocido y admirado por su excelencia.

Adj. coloq. Sobradamente conocido y recordado en un determinado ámbito.

También encontré en Google que famoso es “que tiene fama o es muy conocido entre la gente”.

¿Y qué es la fama?

Volví a consultar el diccionario de la Real Academia Española:

Del lat. fama.

1. f. Condición de famoso.

2. f. Opinión que la gente tiene de alguien o de algo.

3. f. Buena opinión que la gente tiene de alguien o de algo.

Con los conceptos un poco más claros y sin que nadie de mi familia supiera, me puse a trabajar…

Agradecimientos

En primer lugar, a cada uno de los famosos que una vez más me ayudaron a hacer realidad mi nuevo sueño, compartiéndome algunas de sus vivencias como famosos.

Quiero agradecer muy especialmente a Magalí Repetti, de América TV, por apoyarme y ayudarme tanto con este proyecto.

También a Mario Massaccesi, que fue el primero de los yo ya había iniciado su escritura, pero las respuestas de los famosos aún no llegaban– y el hecho de recibir las suyas hizo que no perdiera el entusiasmo y que siguiera adelante. Y después el camino se abrió…

Un ¡gracias! a Pablo Cerrutti por su buena onda para alentarme y ayudarme siempre, y a mi querida amiga Silvina Rossi, que me animó y apoyó en todo momento para que no bajara los brazos y siguiera adelante, a pesar de las dificultades que se fueron presentando en el proceso.

Un ¡gracias! muy especial al actor Juan Acosta, quien me atendió muy gentilmente cuando lo contacté para consultarle si tenía alguna anécdota de convivencia en edificios para compartirme para mi libro Vecinos famosos y otras historias desopilantes de edificios y luego vino a la presentación del libro y contó personalmente su anécdota con humor y la gracia que lo caracteriza y fue un momento muy divertido para todos. En esta ocasión quiero agradecerle por su gentileza y buena onda para escribir el prólogo de este libro.

Asimismo, quiero a agradecer a Oscar Finkelstein y su equipo, que se ocuparon de la edición, el diseño, el armado y las ilustraciones de este libro.

Quiero dedicar este libro a mi marido Sergio, a mis hijos Jony y Brian y a mi mamá Mirla, que son el sostén de mi vida y están siempre a mi lado. Y a mi papá, a quien extraño tanto, y tengo en mi mente y en mi corazón todos los días de mi vida.

Por último, un ¡GRACIAS! para todos aquellos que se interesaron en mis libros anteriores y me ayudaron, de una u otra forma, a difundirlos.

¿Cómo veo a los famosos?

Como espectadora, al ver a los famosos actuar, conducir, hacer un reportaje, bailar, cantar, integrar un panel, o como oyente al escucharlos por la radio, más allá de apreciar principalmente el hecho artístico me voy imaginando, de acuerdo a mi propia percepción, cómo serán ellos cuando se apagan la cámara o el micrófono.

Diferentes personas ante igual estímulo reaccionan de distinto modo. Por ende, mi apreciación sobre un famoso seguramente será diferente a la de otra persona.

Muchas veces me pregunté si los famosos en su vida real serán iguales que como se muestran en los medios. Como espectadora, creo que uno idealiza bastante al famoso. Sin embargo, ellos son seres humanos que pasan por las mismas vivencias que cualquiera de nosotros, con sus días buenos y no tan buenos, alegrías y tristezas, inquietudes, dudas, miedos, fortalezas, debilidades, etc.

Por el tipo de trabajo (televisión, radio, teatro, cine) están muy expuestos y es lógico que traten de mostrar su mejor cara, porque como los escuché decir en muchas oportunidades, ellos viven de su imagen. Y los medios son una vidriera permanente.

Creo que la vida de una persona va cambiando mucho a medida que se va haciendo más conocida, en cualquier disciplina en la que se destaque, y más aún cuando termina siendo una figura pública. Me imagino que la fama debe tener esa parte grata que es que la gente los conozca, los quiera y reconozca su trabajo, es decir ese cariño y reconocimiento masivo y público. Pero como contracara también considero que la fama les resta mucha intimidad. El hecho de salir a la calle y que todos los reconozcan, se quieran sacar fotos o les pidan un autógrafo debe ser muy lindo y reconfortante, pero en algún punto probablemente afecta su privacidad. No creo que sea fácil convivir con eso y menos hoy en día con la existencia de las redes sociales, donde muchas veces los famosos reciben elogios u apoyo por algún posteo o comentario que hicieron, pero en otras ocasiones también son blanco de muchas críticas y hasta agresiones y comentarios desubicados.

El hecho de ser famoso tiene evidentemente esos dos lados. Y en lograr el equilibrio entre la vida pública y la privada seguramente está la clave. Por eso siento que algunos famosos disfrutan mucho de la fama, de la popularidad, de ser figuras públicas, y otros probablemente la padecen y tratan de bajar su perfil siguiendo con su profesión, pero buscando alternativas con menor exposición.

Y ahora sí, los invito a entrar en el mundo de los famosos y conocerlos un poco más…

Actores

1. ¿Alguna anécdota o hecho que te haya pasado y en los que ser una persona famosa te ayudó?2. ¿Qué fue lo peor que te pasó por ser famoso?3. ¿Cuáles son las cosas buenas o positivas de ser famoso?4. ¿Cuáles son las cosas complicadas de ser famoso?5. ¿Cómo definís a una persona famosa?

Miguel Ángel CheruttiActor

“Tenemos la suerte de contar con el reconocimiento del público, que no es poco”

Una vez fui a un banco del cual no era cliente para cobrar un cheque. Había una cola infernal yo me dispuse a hacer la fila como uno más. Un empleado me reconoció y me hizo señas para que me acercara. Fui hacia donde estaba él y me hizo pasar por un costado. Era un hombre que me había visto en el teatro y era un admirador mío, de mi trabajo. Le di el cheque que llevaba para cambiar y al ratito volvió con el dinero adentro de un sobre. Me lo dio y me fui.Otro día por hacer lo mismo, me mandé en una fila de ENTEL, que era la empresa de telefónica estatal. ¿Se acuerdan? Vi que la empleada me miraba y le hablé, haciéndome el que no entendía el reclamo que me había llegado. Me respondió como la empleada pública de Gasalla, en tono enérgico: “¡Señor haga la cola, por favor!”. Y uno de la fila, en tono de reproche, me dijo: “¡Claro, porque sos famoso querés pasar! Yo estoy desde las 7 de mañana acá”. Me dio mucha vergüenza.Cuando vas a un restó, un negocio de venta de vinos, un lugar del interior de venta de productos regionales, etc., siempre te regalan algo. Y muchas veces, en los restaurantes, ni te cobran.Si estás en un lugar muy público –cine, cancha de fútbol o en un sanatorio haciéndote un chequeo, por ejemplo– viene la parte que me recuerda al personaje de “El Contra” que hacía Juan Carlos Calabró. La gente te pregunta de todo: “¿Es verdad tal cosa?”, “¿Fulana está operada? ¡Qué bien se mantiene!”. Yo no tengo problemas en sacarme fotos y hablar con la gente. Soy amable.Una persona famosa tiene que saber que el público la eligió por su trabajo, por su carisma. Lo peor que puede hacer es negarse a sacarse una foto con sus admiradores o firmar autógrafos, esté donde esté. Nosotros tenemos la suerte de contar con el reconocimiento del público, que no es poco. Y, además, ¡nos alimenta el ego!!

Miguel del SelActor

“No me molesta que me reconozcan, pero vivo como cualquier hijo de vecino”

Una de las mejores anécdotas que tengo es haber compartido el escenario con mi ídolo musical, Rubén Blades, por quien tengo gran admiración.No tiene que ver con la fama sino con mi trabajo: no estuve en el nacimiento de mi segunda hija. Estábamos actuando en el Sur y no podíamos suspender los shows. Llegué cuatro días después.3 . El afecto y el reconocimiento de la gente que vivo todos los días.La exposición constante y la falta de privacidad, en algunos momentos. La gente muchas veces pretende que uno sea artista igual que en el escenario, todo el día, y eso es imposible. Si bien soy un tipo conocido, con exposición pública, mi vida es muy simple. No me molesta que me reconozcan –al contrario, me agrada–, pero vivo como cualquier hijo de vecino.Una persona famosa es aquella que, en la representación social del común de los individuos, es reconocida y ocupa un lugar destacado por sobre los demás. Esto puede deberse a su buen o mal accionar (un asesino puede ser tan famoso como un premio Nobel), a su talento, a su obra, a su legado, etc. La gente es la que te pone en ese lugar y depende de la personalidad de cada uno la forma de vivirlo.

Alberto Fernández de RosaActor

“Lo más complicado es la falta de privacidad”

Año 1970. Teníamos un gobierno militar: General A. Lanusse. Muchos artistas e intelectuales militábamos por el regreso de Juan D. Perón a la Argentina. Una noche, dos compañeros se acercaron a mi casa con un paquete de volantes, con consignas por la vuelta de nuestro líder y contra la dictadura. Cuando estábamos en la puerta de calle, apareció un patrullero y nos llevaron detenidos. En la comisaría, el jefe le dice a uno de los agentes refiriéndose a mí:–No me diga que no lo conoce. Si usted no mira La familia Falcón ¡es un marciano!(La Familia Falcón era un programa que lideraba el rating de aquella época. Una comedia familiar que marcó una huella en la televisión argentina).Y me pidió:–Por favor, no cuente esto. Es una barbaridad, ustedes son nuestra propia familia; mi mujer los admira, mi hijo que es miope, se compró unos anteojos iguales a los suyos. Vea, aquí, todos somos peronistas… Pero, el orden se debe guardar, sino los comunistas se aprovechan de la situación. Espero no verlo otra vez, hoy me agarró el lado bueno de Pedro Quartucci y Elina Colomer (dos de los actores del programa). La próxima sería muy distinto. ¡Raje!Después de separarme de mi primer matrimonio, me enamoré de una de las mujeres más bellas que conocí. Estaba casada con un productor de cine y teatro muy poderoso en la industria de aquel momento. Pero también estaba muy enganchada conmigo. Nuestros encuentros de amor eran en hoteles discretos y llegábamos por separado y camuflados. Un día entramos a uno de esos hoteles y en ese mismo momento, apareció un equipo de producción de televisión en el hall de entrada (después supe que iban a filmar una publicidad). Ella se puso muy alterada y yo trataba de contenerla. Cuando pedí una habitación, el hombre a voz en cuello exclamó: “¡Fernández De Rosa bienvenido! ¿Quiere el cuarto de Tutankamón?”. Ella nunca volvió a salir conmigo.Disfruto de caminar en cualquier lugar del país como si lo hiciera en mi pueblo. Vivo en una localidad de la provincia de Buenos Aires, donde todos nos conocemos o, al menos, nos hemos visto alguna vez. Y te la pasás saludando mientras caminás, en la verdulería, el café o la plaza. Muchas veces, el saludito se convierte en una conversación:–Hola, Paco –me llaman así–. Me dijeron que tu pibe está en la novela del Canal 13. (Mi hijo Francisco y mi hija Valentina son actores. Y la menor, Guadalupe, estudió Dirección y Producción). Lo cierto es que una pregunta se enlaza con alguna historia. Eso nos pasa a los actores que somos conocidos, estemos en Jujuy, Córdoba, Corrientes, Chubut o Ushuaia. Lo disfruto. Siento que mi casa no tiene techo ni fronteras dentro del país, y que se extiende a países vecinos como Uruguay, mi segunda patria. Algo que se extraña estando lejos.Lo más complicado es la falta de privacidad. A veces, alguien te para en la calle o en algún lugar público cuando estás en crisis por algún problema personal y lo que menos querés es hablar de tal o cual espectáculo, actor o personaje. Es un tema complicado, porque quien se acerca, si percibe una respuesta poco delicada o poco cordial, se ofende. Pasa del amor al odio: “¡Quién se cree que es!”, te dicen enojados. El éxito es un mix muy sofisticado. La gente nos entrega su afecto como devolución por el placer que brindamos con nuestro trabajo. Somos nosotros los que, por lo repetido de la situación y ser objeto de la misma, podemos aprender a responder de igual manera. Muchas veces quien nos saluda no tiene otra alegría o respiro entre tanta pobreza y dolor, que esa pantalla de video.La fama puede ser una construcción cultural sin valor real, no tan vinculada a la virtud sino a la difusión y al marketing. A veces, hay gente famosa con valores y las hay de una mediocridad supina. Los medios tienen lugar para la información, el arte, la educación y también la frivolidad. Obviamente, no se puede estar todo el tiempo tocando la misma cuerda. Pero viene ganado una precarización conceptual de los temas que asusta, como un plan de navegar por las superficies y no practicar la visión crítica y abierta que nos enriquece como pueblo y como personas.

Ricardo GarcíaCantante, actor

“Una persona famosa es alguien que llega y te sacude”

Volvíamos con Adriana Aguirre de almorzar en el puerto de Mar del Plata cuando nos para un control de tránsito, en plena temporada de verano. Me piden la documentación de rigor y veo que al policía le da un ataque de risa. “García, tiene el registro de conducir vencido desde hace dos años. ¿No tiene otro?”, me pregunta. La verdad es que no me había dado cuenta que tenía el registro vencido. Le pedí disculpas y le aseguré que haría uno provisorio en esa ciudad para volver a Buenos Aires. Me dejó seguir. En este caso, me salvó el hecho de ser famoso.Lo peor que me pasó por ser famoso ocurrió en una farmacia. Fui a comprar Rivotril y me había olvidado la receta por duplicado. El médico, por apurado, me había dado una sola receta. Una mujer estaba observando la situación y se dio cuenta de que me estaban dando el medicamento con una sola receta e hizo un lío bárbaro. Como es una farmacia de la que soy cliente, le dije a la empleada que al otro día le llevaba el duplicado. Y así lo hice. Pero, ¡el escándalo que armó aquella señora! Puteaba contra la farmacéutica y contra mí porque era famoso. Había otras doce o catorce personas esperando, que presenciaron todo.Las cosas buenas son cuando te paran por la calle con cariño. Yo tengo muy buena onda con la gente, en general, en todos lados. Desde que aparecí en el programa Mediodías con Mauro, en 1996, recibo mucha calidez. El público se dio cuenta que en aquella época yo hacía un desborde total porque se trataba de un reality show. Creo que fue el rating más alto de la historia de América TV. Llegó a medir mucho más que el fútbol. Y pasaba de todo, pasaban cosas ciertas y cosas que no eran ciertas, inventadas por una productora genial. Muchas veces, Mauro Viale no sabía qué iba a pasar y qué íbamos a decir. Y pasaron cosas tremendas. Es un programa que fue un fenómeno social. Y yo ahí, discutí con “La Momia” trucha, con “El Pastor” trucho, con todos los que estaban en el piso, me sacaron en ambulancia, y de un día para otra me conocía todo el mundo. Fue algo muy positivo.Las cosas complicadas son que estás en un restaurante cenando con alguien o conversando en un café, y ni qué hablar en los lugares de veraneo, como Mar del Plata o Villa Carlos Paz, y la gente no para de pedirte fotos y selfies… ¡Y prueban cómo queda una u otra! Llega un momento en que te vuelven loco.Una persona famosa es la que llega a los medios y al corazón de la gente por el motivo que sea, por bueno o por malo. Es alguien que llega y te sacude. No es cuestión de trayectoria ni nada, a la gente le llegás o no le llegás. Yo me hice conocido de entrada, en el programa de Mauro que mencioné antes. Después hice Zap TV, en Canal 9, con Marcelo Polino. También tuvimos muy buen rating y otro gran asunto fue cuando en el Infama me mezclaron con una travesti, Electra, como si tuviéramos un romance. Tengo muchos años de estar en este medio.

Maxi GhioneActor

“No me considero famoso”

Me ayudó a no comprarme ropa desde hace 24 años.Me confundieron con Vicentico y como no les di una foto y le negaba ser Vicentico, una vez me cagaron a trompadas. Eran tres, dos cobraron igual.No me considero famoso. Puedo ser conocido, pero no famoso. Si fuera famoso no me habrían confundido con Vicentico.Siempre en un control de tránsito hay un policía bueno y uno malo. El bueno me pide una foto mientras que el malo hace el acta de infracción.A alguien que donde se lo nombra lo conocen.

Gabriel González(Rosita en Pasión de sábado). Actor

“Los hago reír, entonces la gente que se me acerca lo hace con muy buena onda”

Una vez me pararon y tenía vencida la oblea de verificación vehicular, que hay que hacer todos los años. El hecho de que me hayan reconocido hizo que no me hicieran ninguna multa ni me retuvieran nada, ningún papel. Eso sí, me dijeron: “Hacela cuanto antes ya que la tenés vencida hace cinco meses”. El hecho de ser famoso me benefició.Lo peor que te pasa es que no te podés colar en ningún lado, porque te sacan la ficha, te miran. Una vez me pasó que estaba apurado y quise colarme. Me dijeron: “¿Qué te pensás? ¿Que porque estás en la tele podés colarte?”. Me puse todo colorado y respondí: “Tenés razón”. Me fui al final de la cola y esperé mi turno como corresponde.En lo que a mí respecta, lo bueno de ser famoso trae consigo el hecho que yo los hago reír. Entonces, la gente que se me acerca lo hace con muy buena onda, siempre con palabras muy lindas y eso es lo mejor de mi trabajo.Lo complicado es que no tenés una vida privada. Si estás en un lugar público, enseguida saben quién sos. No podés pasar inadvertido.Una persona puede ser famosa en su familia, en el barrio, en el país o en el mundo. Ser famoso tiene distintas escalas. Y también es la consecuencia de una pasión. Cuanto más le dediques a tu pasión, quizás, el resultado sea que formes a una persona sumamente famosa.

Germán KrausActor

“Todas cosas buenas me pasaron por ser conocido”

Recuerdo algo muy gracioso. Estaba cruzando una vía con el auto, en un lugar bastante peligroso. La vía estaba muy levantada y me reventó la cubierta. Cuando abrí el baúl para sacar la rueda de repuesto, empezaron a acercarse unos tipos con una facha que era impresionante y rodearon el auto. Cuando me incliné para sacar la rueda de auxilio, uno de estos tipos empieza a gritarle: “¡Chino, Chino, ya se la vi, ya se la vi, tiene la billetera acá, la tiene acá, en el bolsillo de atrás!”. Se acerca el que parecía el capo y le retruca: “Pero, ¿qué hacés boludo? ¡Es el papá de Dibu! ¡Dejate de joder! ¿Cómo le vas a afanar al papá de Dibu? Andá, cambiale la goma”. Y los chorros terminaron cambiándome la goma del auto.En realidad, no me pasó nada feo que recuerde por el hecho de ser conocido y tener trayectoria. Solo cuando te ven y te dicen: “Vos sí que la tenés atada”. Y ahí, o no te cobran nada o te matan, directamente.Todas cosas buenas me pasaron por ser conocido. He tenido mucha suerte. El hecho de poder vivir bien de mi profesión durante cincuenta años y poder criar a mi hija, darle un estudio, viajar, son todas cosas buenas.Cosas complicadas no me han pasado. Sé que hay colegas, a quienes no los entiendo, que cuando la gente se acerca a pedirles una foto, los tratan mal. Eso no lo comprendo ya que uno empieza esta profesión para ser reconocido. He tenido compañeros con quienes compartimos la idea –por ejemplo con Georgina Barbarossa–, de terminar una función de teatro y hacernos un tiempo para sacarnos fotos con el público y recién después nos vamos.