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Ali Bek es una tragedia en tres actos de Rosa María Gálvez de Cabrera. Estructurada a modo de denuncia en uno de los primeros apuntes de feminismo en la ficción teatral dieciochesca, versa sobre la violencia patriarcal, arremete contra la costumbre del serrallo, la estancia destinada únicamente a las mujeres, a través de los ojos de una esclava europea en Alejandría.
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Seitenzahl: 56
Veröffentlichungsjahr: 2021
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María Rosa Gálvez de Cabrera
Tragedia original en cinco actos
Saga
Ali-bek
Copyright © 1804, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726551785
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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¡Ah! Que el remordimiento del culpado
jamás pudo acallar el poderío;
jamás el criminal halló en su lecho
el descanso a los justos concedido.
Hassan. Acto quinto, escena segunda.
La escena es en las alturas de Saldeik, en lo interior de la tienda de Mahomad, magníficamente adornada al uso oriental.
Habrá hacia el foro una mesa al gusto asiático, y varios almohadones para sentarse.
Advertencia
La presente tragedia es enteramente original. Su acción está sacada de la historia de Egipto, y de la rebelión, sorpresa y muerte de Ali-Bek acaecida en aquel país a mediados del siglo último. Lo estéril del asunto, y el poco interés que podría causar su representación, si nada se hubiese añadido a los hechos históricos, han movido a la Autora a inventar algunos, que con sólo recorrer la relación del suceso sobre que se funda este drama, podrán ser fácilmente conocidos. La novedad de ser esta composición obra de una señora española, la del asunto mismo, no tratado hasta ahora por otro, y la indulgencia que debe esperarse de un público civilizado, dan a la Autora fundadas esperanzas de que la crítica de este drama será juiciosa y urbana. Con estas calidades admitirá gustosa cualquiera advertencia razonable; y ofrece, con tal que lo sea, aprovecharse de ella para corregirse en otras composiciones en que actualmente trabaja.
MORAD e ISMAEL.
ISMAEL Ya estáis obedecido: nuestras tropas
quedan en las alturas apostadas;
y en la llanura inmensa del desierto,
que al Egipto se extiende desde Gaza,
descubrirán la marcha presurosa 5
del rebelde Ali-Bek: su confianza,
ignorando el peligro que le espera,
un sangriento destino le prepara.
Su esposa Amalia, que en la obscura noche
ha sido por mi esfuerzo aprisionada, 10
destrozando, a favor de las tinieblas,
las tropas con que Omar la custodiaba,
rendida a su dolor yace en mi tienda;
lamenta de su suerte la desgracia:
y cuando de Ali-Bek pronuncia el nombre, 15
vuelve a correr su llanto en abundancia.
ISMAEL Pronto serán sus lágrimas preciosas
enjutas por mi mano; y mi venganza
romperá para siempre la cadena,
que a un tirano la tiene esclavizada. 20
Luego, Ismael, que su pequeña escolta
se anuncie por el polvo que levanta
la arena abrasadora del desierto,
ordena que se formen en batalla
los bravos Mamelucos que me siguen, 25
y a darme aviso vuelve sin tardanza.
El Árabe Daher espera en vano,
que jurada en el Cairo su alianza,
permanezca en Egipto bajo el yugo
que ignominiosamente lo avasalla. 30
MORAD Permitiré, señor, a vuestro esclavo
que preguntaros pueda, ¿por qué causa,
si el valor de Ali-Bek, y sus victorias
un tiempo mereció vuestra alabanza,
ahora en contra suya armáis el brazo, 35
protegiendo la pérfida arrogancia,
la ambición de Mahomad y sus rencores?
El nombre de Morad los Mamelucos,
por su valor y sus piedades aman:
nunca le vieron oprimir tirano 40
las márgenes del Nilo desoladas;
y cuando habéis llamado sus esfuerzos
para el marcial combate, no esperaban
que en favor de un traidor aborrecido
pudierais conducirlos a campaña. 45
MORAD Ismael, la amistad que te dispenso
disculpa la osadía con que tratas
penetrar los secretos de mi pecho.
Tu celo y tu valor, que de mis armas
dirigen el esfuerzo y la obediencia, 50
te llegó a merecer mi confianza.
No pienses, no, que de Morad la gloria
manchará la ambición; mas noble causa
me obliga a combatir contra un guerrero,
que temblaron las huestes otomanas. 55
El amor me declara su enemigo:
(MORAD hace un movimiento de admiración.)
amor arma mi brazo. ¿Por qué extrañas,
si generoso soy, si soy sensible,
que ame mi corazón? Cuando la fama
celebra de los héroes las virtudes, 60
son obra del amor las más sagradas.
Ali-Bek me ha robado mis placeres
valido del poder de su privanza
con el Bey Ibrahim; él me ha ultrajado;
laque nombra su esposa, era mi esclava. 65
Yo la amaba, Ismael; los tiernos años,
los inocentes juegos de la infancia,
mis primero ardores juveniles,
en dulce paz volaron con Amalia.
Sus padres, que de un largo cautiverio 70
lamentaban la suerte desgraciada,
con placer vieron los amantes votos
que hizo mi corazón por libertarla.
Su madre virtuosa, al tiempo mismo
que aplaudía la unión de nuestras almas, 75
víctima fue de la implacable muerte,
que sepultó con ella mi esperanza.
Su padre, de allí a poco, fugitivo
abandonó esta hija desdichada;
y cuando yo con amorosa mano 80
iba a enjugar el llanto de mi amada,
ambicioso Ali-Bek, a mi despecho,
de entre mis brazos con furor la arranca.
Vanamente después, por largo tiempo,
reclamé mi cautiva; desposada 85
con este revelado victorioso,
mi funesta pasión desesperada
se redujo al silencio, y en secreto
devoré mis tormentos y mis ansias.
Mas ahora que Mahomad contra el rebelde 90
invoca mi valor; cuando mi espada
puede quitarle con honor la esposa
que el cielo destinaba a mi constancia,
me verás darle muerte, y victorioso
unirme para siempre con Amalia. 95
MORAD Yo a vuestro lado derramar ofrezco
toda mi sangre por tan justa causa.
Mas si triunfáis, decid, ¿estáis seguro
de volver a ser dueño de la esclava?
Mahomad a su rencor inmolar puede 100
la esposa de Ali-Bek.
MORAD No: su palabra
me dio de conservarme mi cautiva,
si logro la victoria deseada.
Sólo a este precio pudo de mi brazo
obtener el socorro de la patria. 105
Ya es tiempo que el Egipto desolado
cobre la libertad, y que mis armas
venguen su afrenta, y mi amoroso ultraje.
Sobre todo, te encargo que mi guardia,
empezado el combate, aquí conduzca 110
la esposa de Ali-Bek, mientras mi saña,
destruyendo al soberbio cuerpo a cuerpo,
logra darle la muerte en la batalla,
y ornado del laurel de la victoria,
vuelvo a ofrecer mi corazón a Amalia. 115
(Mirando adentro.)
MORAD Mahomad aquí se acerca.