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Esta biografía nos devuelve paso a paso, a un hombre cuya breve, pero admirable trayectoria vital, tronchó una bala enemiga en Purialón, el 19 de julio de 1958. Es la imagen de un hombre en el que se sintetizan el campesino, el obrero, el comerciante, el hombre de familia y que deviene combatiente del Ejército Rebelde y mártir de la ofensiva revolucionaria. El Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, lo consideró "un bravo capitán rebelde" y "uno de nuestros jefes más audaces y efectivos".
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Veröffentlichungsjahr: 2023
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
Edición: Aida Julia de Toro González
Diseño de cubierta e interior: Yudelmys Doce Rodríguez
Corrección: Magda Dot Rodríguez
Realización: Yudelmys Doce Rodríguez y Ariel Feitó Trujillo
Cuidado de la edición:Tte. cor. Ana Dayamín Montero Díaz
Emplane y conversión a ebook: Idalmis Valdés Herrera
© Paulino Reyes Moreno y Paulino Paz Pérez, 2022
© Sobre la presente edición:
Casa Editorial Verde Olivo, 2023
ISBN: 9789592245976
Nota: El contenido de la presente obra fue valorado
por la Oficina del Historiador de las FAR.
Todos los derechos reservados. Esta publicación
no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,
en ningún soporte sin la autorización por escrito
de la editorial.
Casa Editorial Verde Olivo
Avenida de Independencia y San Pedro
Apartado 6916. CP 10600
Plaza de la Revolución, La Habana
A la memoria del comandante Andrés Cuevas Heredia.
A la memoria de sus padres Andrés Cuevas Portal y Caridad Heredia Herrera, su viuda Antonia Jiménez Colina e hijo Omar Cuevas Jiménez. A todos los integrantes del pelotón del comandante Andrés Cuevas Heredia.
A los mártires de Camajuaní.
A todos los que accedieron a dar su testimonio, lo dicho por ellos nos acerca al héroe y sin ellos este libro no hubiera sido posible.
A los trabajadores y especialistas del museo de la Revolución, en La Habana, y de Camajuaní en Villa Clara, por su colaboración.
Al historiador Alfredo Martín Fadragas, por sus opiniones y consejos.
A Candelaria Nury Gutiérrez Álvarez, por su apoyo en todo.
A Stefhany Rivero Toledo, por sus mapas.
A Tailin Pérez Quintana, por su inestimable cooperación.
A Mercedes Sánchez Alfonso, historiadora del Partido Provincial de Villa Clara, por su desinteresada y eficaz ayuda.
A Dilkis Ponce Expósito, Ideológica del Comité Municipal del Partido en Camajuaní, por todo.
Muy importante y necesaria para las presentes y futuras generaciones ha resultado la decisión de los autores Paulino Paz Pérez y Paulino Reyes Moreno de escribir un libro sobre la vida y obra del comandante Andrés Cuevas Heredia.
La lectura deLa Victoria Estratégicadel Comandante en Jefe por los dos Paulinos estimuló el interés de ambos de escribir acerca de Andrés Cuevas Heredia; en ese excelente libro encontraron más de setenta menciones de Fidel en torno a las acciones ejecutadas por Cuevas en la Sierra Maestra y todas se refieren a él de manera encomiástica.
Para la realización de la investigación los autores visitaron lugares donde vivió y trabajó Cuevas, entrevistaron a hijos, otros familiares, amigos y compañeros de lucha en la Sierra Maestra, consultaron documentos, y accedieron a una valiosa bibliografía acerca de la contienda rebelde; todo contribuyó a la conformación de este libro.
El Comandante en Jefe reiteradamente se refirió a él como «el bravo e inteligente capitán Cuevas», a quien le planteó misiones difíciles y riesgosas durante las batallas de Santo Domingo, Meriño, Las Mercedes y El Jigüe entre otras de la ofensiva revolucionaria, lo que demuestra la confianza que depositaba en él. En múltiples ocasiones Cuevas actuó como reserva del Comandante y en otras ocupó puntos de resistencia vitales para mantener lugares de estabilidad en el territorio rebelde y causarle las mayores bajas al enemigo.
Este libro, además de recrear su trayectoria vital constituye un merecido homenaje a Andrés Cuevas Heredia, quien póstumamente fue ascendido a comandante del Ejército Rebelde tras su heroica caída en Purialón. El acercamiento a sus páginas, estamos seguros de que seráun aporte valioso a la formación revolucionaria de quienes disfruten su lectura.
Viceministro de las FAR
General de cuerpo de ejército
Ramón Espinosa Martín
En la bahía del Tesico, cerca del actual puerto de Caibarién, fue fundado por Vasco Porcallo de Figueroa, el que sería primer núcleo poblacional de toda la región remediana. Alrededor de l524 ya era un lugar poblado, según consta en el informe enviado por el obispo Diego Sarmiento a su soberano Carlos I de España y V de Alemania con fecha 25 de julio de 1544. En las tierras que conforman su jurisdicción quedaron como haciendas el 2 de julio de 1696: Camajuaní, Taguayabón, Las Vueltas, Santa Fe y Guadalupe.
El corral de Camajuaní existía desde antes de 1703, y en 1735 era una hacienda de feraces tierras rodeadas de montes que se dedicaban a la cría de ganado, cuyo propietario era Juan Sarduí. Esta hacienda, llamada San Francisco de Camajuaní, era, en la tercera década del siglo xix, una próspera hacienda ganadera que contribuía al cabildo de Remedios. Desde los primeros años del siglo llegaron a sus fértiles tierras vecinos procedentes de Remedios, Santa Clara, otras partes de Cuba y de la propia metrópoli. Según Martínez Fortún1 en 1856 cuando se forma el Partido de Camajuaní con categoría de tercera clase, la población ascendía a 3 819 habitantes integrada por blancos, yucatecos, asiáticos, esclavos negros y pardos libres que se dedicaban a la cría de ganado, establecimientos rurales, industrias y comercios. A solicitud de vecinos de la zona y con el informe favorable del Ayuntamiento de Remediosse autoriza la creación del municipio de Camajuaní el 31 de agosto de 1878. El 1.0 de enero de 1879 se constituye Camajuaní como término municipal con ayuntamiento independiente de San Juan de los Remedios, lo que evidencia la creciente importancia económica y político-militar que alcanzó el territorio.
Camajuaní es un municipio ganadero, que desarrolla en la agricultura fundamentalmente caña y tabaco, y en 1890 cuenta ya con una estación de ferrocarril, hecho que contribuyó notablemente a la vida de la localidad y sus contornos, convirtiéndose en el centro no solo geográfico, económico y político, sino en zona propicia para la concentración de capitales en la industria azucarera y el comercio.
En relación con las luchas independentistas hubo una fuerte y activa participación de tropas insurrectas y en la finca El Mamey, del barrio de La Sabana serían entregadas las armas de los mambises después del pacto del Zanjón. Notorios contendientes de estos mambises fueron el batallón de voluntarios fundado por el marqués de Placetas y las guerrillas que apoyaban a la metrópoli en la comarca. Camajuaní también fue escenario de la visita de los capitanes generales Arsenio Martínez Campos y Valeriano Weyler.
Se inicia el sigloxx, y con él una república neocolonial en la que Camajuaní compartirá con otros territorios del país la suerte característica del subdesarrollo: ausencia de carreteras, presencia de caminos reales aptos para andar a pie o a caballo, arrias de mulos para transportar mercancías o en su defecto, enormes carretas dealtas ruedas construidas de madera que en tiempos de lluvia se hunden en los pantanos hasta sus ejes. También fue una etapa de grandes desforestaciones para la expansión de la industria azucarera. La propiedad de las tierras está en manos de unos pocos terratenientes y aquellos que no las poseen no tienen otra opción que arrendarlas o tomarlas en aparcería. En el ámbito político el sentimiento de frustración tras la independencia y la soberanía arrebatadas por la intervención yanqui halla expresión en la politiquería entre liberales y conservadores que promueve tánganas como las suscitadas entre Menocal y Zayas y el surgimiento de «La Chambelona» liderada por José Miguel Gómez conforman elpanorama nacional; Gómez ocupó la gobernación de Las Villas en 1902 y la presidencia de la República de 1909 a 1913. En Camajuaní, durante la segunda década del siglo y fundamentalmenteen el primer lustro, se ha producido un incremento de las plantaciones cañeras y la concentración de la industria azucarera, todo ello se derrumbará al finalizar la Primera Guerra Mundial y dará lugar a las denominadas «vacas flacas» lo que significa que los precios del azúcar se desploman, numerosos dueños de colonias e industrias se arruinan, muchos campesinos propietarios se empeñany pierden sus tierras, crece la aparcería y el arriendo de tierras. La miseria se adueña de los campos de Cuba, y Camajuaní no es excepción.
En este entorno, en medio del silencio de los montes, del susurro de los cañaverales y la fuerte crisis económica nace Andrés Cuevas Heredia el 2 de julio de 1917, en la finca Casualidad del municipio de Camajuaní. No se ha encontrado la inscripción de nacimiento porque el Registro Civil de Camajuaní sufrió dos incendios que provocaron pérdida de unos libros y deterioro de otros aunque sí se cuenta con la partida de bautismo registrada en la parroquia San José, del poblado.2
Consta en la partida de bautismo que es hijo legítimo de Andrés Cuevas Portal y Caridad Heredia Herrera y se le puso por nombre Andrés Isabel. Siendo Andrés muy pequeño se traslada con sus padres y hermanos a vivir en la finca El Mamey del barrio La Sabana, también en el municipio de Camajuaní.
El matrimonio Cuevas-Heredia tuvo once hijos: Laudelina, Filiberto, Medardo, Adalberto, Andrés, Ismael, Humberto, Luz María, Georgina, Luisa y Elena Amada. La vida de la familia transcurre como la de casi todos los que habitan el bello valle de Camajuaní surcado por ríos y arroyos; era un campesinado muy laborioso, en lucha constante por salir adelante y criar a los numerosos hijos, pese a las difíciles condiciones de ser arrendatarios, subarrendatarios y en el peor de los casos, aparceros.
El padre era un hombre alto, corpulento, de largos bigotes y ojos azules, hombre honrado y buen trabajador de sus tierras. Apenas tenía una caballería arrendada en la que cultivaba tabaco y cañas; estas últimas las vendía al central Fe.3Era carretero en tiempos de zafra y el resto del año lo dedicaba a trabajar en su sitio donde sembraba viandas, frijoles y todo lo que se necesitaba para alimentar a la familia además de tabaco. No faltaban las aves de corral ni una o dos vacas para garantizar la leche de su numerosa prole, así como dos o tres yuntas de bueyes necesarias para la carreta. Ser carretero no era tarea fácil porque en aquellos años llovía mucho, los caminos se hacían intransitables y las carretas se atascaban cuando se trasladaban al chucho o romana.4
En Cuevas, el padre, se evidencia una doble condición laboral inherente al campesinado de la época: ser obrero y productor agrícola. La mitad del tiempo sembraban granos, viandas y otros cultivos para el sustento familiar y en tiempos de zafra eran obreros, por lo que no puede hablarse de campesinos puros.
Caridad, la madre de Andrés, conocida como Caruca era una mujer pequeña, bastante trigueña, achinada, de carácter fuerte y muy decidida. Fue comadrona en la zona y ayudó a nacer a niños de dos o tres generaciones, cuyas madres no contaban con un médico a la hora del parto, pues invariablemente este residía en la ciudad y su traslado al campo resultaba tan costoso que un campesino pobre no podía darse ese lujo. Caridad, además de su función como partera desempeñaba los múltiples quehaceres de una casa: lavar, planchar, cocinar, cuidar a los hijos, coser y atender a algunos animales. En documentos de la época cuando se define el oficio de una mujer, por lo general se lee: «ocupación: las propias de su género».