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Gerardo Repetti narra en este libro la fascinante historia del escritor Vicente Blasco Ibáñez y su ambicioso proyecto de colonización en la Patagonia argentina. Desde su llegada a Buenos Aires en 1909 hasta la fundación de la Colonia Cervantes, se exploran los desafíos, logros y la profunda influencia del escritor en esta región inhóspita. Una obra que mezcla historia, biografía y aventura, mostrando la determinación de un hombre por dejar su huella en tierras lejanas.
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Seitenzahl: 133
Veröffentlichungsjahr: 2024
GERARDO REPETTI
Repetti, Gerardo Blasco Ibáñez y su aventura en la Patagonia / Gerardo Repetti. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5287-7
1. Ensayo. I. Título. CDD 920.71
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
PRÒLOGO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I Contexto histórico español y pensamiento político
CAPÍTULO II El escritor
CAPÍTULO III Blasco Ibáñez y su viaje por la Argentina
CAPÍTULO IV La concesión de las tierras y los preparativos
CAPITULO V Colonia Cervantes: primeros trabajos y preparativos para la llegada de los colonos valencianos
CAPÍTULO VI La llegada de los colonos y los primeros años de vida de la Colonia Cervantes
CAPÍTULO VII Problemas económicos y el final del primer intento colonizador
CAPÍTULO VIII Los éxitos de Vicente Blasco Ibáñez y el futuro próximo de la Colonia Cervantes
CONCLUSIONES
Bibliografía
A Carolina mi esposa, mis hijos Juan Marcos, Juan Pedro, Rafael, Carmela y Nazarena. Mi madre, Ale y demás familiares, a los que están y a los que han partido.
“En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia”.
Miguel de Cervantes Saavedra
Si usted tiene la oportunidad de atravesar el corredor del Alto Valle en dirección este-oeste o su contraria, a unos treinta kilómetros de la localidad de Villa Regina, en la provincia de Río Negro, se encuentra la ciudad de Cervantes. Entonces, deténgase.
¿Usted se preguntará a qué corresponden las coordenadas en tiempos de aplicaciones que evitan los naufragios y la forma imperativa de interpelarlo? Simplemente por el hecho de que tal vez no lo considere, en tal caso, quizás esta obra le referencie algunos datos importantes para hacerlo.
Recuerdo la primera vez que siendo una niña puse nombre al recóndito “Sur” siendo aún cosmopolita y las burlas e incertidumbre que causo entre mis compañeros el anuncio de mi partida a la tierra de los extinguidos malones.
Todos somos de alguna manera VYQ (venidos y quedados) en la Patagonia y sabemos de lo que hablamos cuando evocamos el desconcierto del emigrante, la dura tarea en crear lazos y construir pertenencia cuando todo nos es ajeno. Es entonces el momento en que el desafío se nos impone: lo inhóspito del territorio, sus habitantes, su clima y su cultura.
Abandonando la nostalgia que obliga la relación, no es una eventualidad el lazo familiar que vincula a la Historia y a la Literatura. La acción es el ADN compartido, inscripto de manera espacial y temporal, con protagonistas concretos que, anacrónicamente, plasman huellas en los individuos y las sociedades. A través de un observador-narrador se configura un mundo posible, partiendo de unos acontecimientos que, en este caso, sirven para la presentación de esta obra (me remito a hablar de familia por razones obvias a la relación que entablo con el autor y por el vínculo que ambos autores -protagonista e historiador- comparten).
La historia alimenta los temas abordados por la Literatura e incluso las tipologías discursivas que dan forma a sus obras, así como la Literatura aprovecha los datos históricos para la producción ficcional.
Vicente Blasco Ibáñez podría ser uno más de tantos que, arribando a nuestra tierra, luego de un tiempo prudencial, y por razones dispares, parten con la cosecha de insumos para la creación de ficciones realistas verosímiles y algunos otros réditos. Sin embargo, a Ibáñez no le ocurre lo segundo, según relatan, lo que lo hace perdurar en el imaginario colectivo como actor transformador en el desarrollo de las colonias. Momento de interculturalidad en el que el marco de referencia de la narración deja de ser ajeno; momento en el que lo ajeno se vuelve de uno y lo de uno, de los demás.
En sus narraciones puede ser acusado de pesimista, pero la descripción exhaustiva de las conductas y la psicología de las comunidades y sus integrantes detallan los problemas sociales que visibilizan e introducen en las “esferas cultas” de la época las voces de los invisibilizados.
Auguramos que el trabajo de investigador de este historiador habilite nuevas narrativas basadas en historias individuales que revaloricen la historia local de los integrantes de las comunidades. Hacer memoria y construir relato desde las propias subjetividades para definirnos, permite abordar la complejidad como un desafío de los tiempos actuales, para encontrarnos en las diferencias, en las fronteras culturales, raciales y en las experiencias de aquellos que participaron y promovieron el desarrollo en los márgenes de nuestra República Argentina.
Finalmente, si decide entrar en esta ciudad, ansío que en la Biblioteca y en las instituciones pueda encontrar esta obra y tantas otras que proliferaren como resultado del deseo por enriquecer la identidad de todos los cervantinos.
Silvina RepettiProfesora de Lengua y Literatura
En conmemoración a la fundación de la Colonia Cervantes se confeccionó el siguiente trabajo, con el propósito de develar detalles sobre la labor realizada por Vicente Blasco Ibáñez y el grupo de valencianos que arribó a las tierras de Río Negro.
Quiero agradecer especialmente a la Intendenta de Cervantes, Claudia Montanaro, por el interés brindado hacia la siguiente obra, como a su vez el afán y deseo de acercar este libro a los cervantinos, con la intención de que conozcan y comprendan el proceso colonizador llevado adelante por un grupo de personas que dejaron su vida en ésta inhóspita Patagonia de principios del siglo XX.
Además, quiero saludar especialmente a la Licenciada y Profesora de Historia, Esther Maida, quien me proporcionó en su momento la obra Inmigrantes en el Alto Valle de Río Negro, donde se visualiza la colonización del contingente valenciano en nuestra provincia.
Este trabajo no se pudiera haber realizado sin el aporte bibliográfico y el material visual que me suministró la Doctora en Historia Ana María Martínez de Sánchez, las palabras de gratitud son escasas ante la generosidad recibida de dicha eminencia.
También quiero destacar el espíritu de colaboración que han tenido hacia mi persona, las bibliotecarias del Diario Río Negro, quienes han colaborado y ayudado en la búsqueda de distintas fuentes en el presente texto.
El siguiente material expuesto tuvo sus comienzos con el trabajo de investigación realizado por los alumnos de 3º año del C.E.M. 131 de la localidad de Cervantes en el año 2010, donde me desempeñaba como Profesor de Historia. A partir de distintas dudas e interrogantes por parte de los estudiantes y con el propósito de interiorizarme, empecé a investigar distintas fuentes para desmenuzar los acontecimientos que provocaron la fundación de la “Colonia Cervantes”, una localidad que me albergó a mí y a mi familia hace muchos años.
Me pareció que hablar pura y exclusivamente sobre la fundación de la colonia, sin mencionar quién era Vicente Blasco Ibáñez, sería un trabajo inconcluso y carente de significado. Principalmente porque el escritor valenciano no fue un individuo más, como aquellos que adquirieron estas tierras después de la “Conquista del desierto”, en forma de retribución por los servicios prestados.
Opté por narrar y describir cronológicamente los distintos acontecimientos. En un primer momento, la vida de Blasco Ibáñez desde su niñez y juventud hasta el hombre maduro decidido en sus convicciones e ideales.
Para ello decidí mostrar su personalidad multifacética desde distintas perspectivas; entre ellas su pensamiento político comprometido con su entorno valenciano; su figura excelsa como novelista social y naturalista; y su personalidad como periodista.
El paso de Vicente Blasco Ibáñez por la República Argentina se realiza en forma sintética, debido al enorme itinerario realizado en sus viajes. Su compromiso con nuestro país en un primer momento es pura y exclusivamente como conferencista, llevando sus ideales republicanos, federales y los rasgos de la sensibilidad e identidad española frente a los problemas que aquejan al país hispano. A su vez se puede apreciar el clima de ideas que se vivía en la época, con el propósito de comprender el pensamiento del escritor, y los ideales de los intelectuales argentinos influenciados por distintas corrientes de pensamiento.
Una vez que la figura del fundador, Vicente Blasco Ibáñez, es descripta de distintas formas, con el fin de comprender que su persona implicaba un cierto grado de notoriedad y respeto en la República Argentina (debido a sus antecedentes), empieza a narrarse en forma cronológica y detallada la formación de la “Colonia Cervantes”. Aunque lo expuesto sirve para comprender ¿cómo se formó la colonia?; ¿quiénes vivían antes de la llegada de Blasco Ibáñez; ¿de qué nacionalidad eran los colonos?; ¿de qué forma transcurrían los días en la colonia?; ¿qué inconvenientes sufrieron los primeros intentos colonizadores?, y muchas otras cosas que iré desarrollando, el mismo permanece inconcluso debido a la falta de testimonios orales y escritos para determinar algunos acontecimientos en forma más precisa.
Por ello, el final queda abierto para que futuros investigadores puedan seguir los pasos de aquellos hombres que forjaron el principio de la presente localidad, denominada por Vicente Blasco Ibáñez: “CERVANTES”, la única ciudad rionegrina que lleva el nombre de un representante de la literatura española.
Valencia en los fines del siglo XIX.
Antes de empezar por describir y detallar los acontecimientos ocurridos en el Alto Valle de Río Negro, es preciso mencionar a modo de síntesis ¿quién fue Vicente Blasco Ibáñez?
España de fines del siglo XIX era un país convulsionado por las transformaciones políticas que fueron ocurriendo. La monarquía había sufrido una constitución liberal en el transcurso del siglo XIX y fue influenciada por las revoluciones burguesas francesas. Se impuso un voto censitario restringido, es decir que solamente los varones adultos con cierto poder adquisitivo podían participar políticamente. La centralización administrativa y la jerarquización burocrática estaban a la orden del día. En 1868 se sucede la sublevación gaditana, conocida como “la gloriosa”, donde distintos líderes militares dieron un golpe de estado, tratando de implantar una nueva forma de gobierno. Por una parte, algunos pensaban en modernizar la monarquía, mientras que otros líderes como Pi y Margall pensaban en una república. Así, anduvo España buscando modificar su forma de gobierno atravesando distintos modelos, que van desde una monarquía, regencias y república federal presidencialista. La experiencia de la conformación de la primera república tuvo su fin debido a la intromisión del general golpista Arsenio Martínez Campos, imponiéndose la restauración oligárquica sobre los regionalismos. Estos acontecimientos sirvieron para que los sectores populares comprendieran que a la burguesía no le interesaba realizar cambios profundos (no hace falta más que mirar la experiencia de la Revolución francesa, donde la alta burguesía desplazó a los jacobinos y a los sans culottes del poder, luego de disolver el Comité de Salvación Nacional y ejecutar a sus líderes).
¿Y qué tiene que ver Blasco Ibáñez con estos acontecimientos? Todo a su debido tiempo.
Nuestro protagonista nació el 29 de enero de 1867 en Valencia, en la casa Nº 8 de la calle Jabonería Nueva. Sus padres fueron Gaspar Blasco Teruel y Ramona Ibáñez Martínez, oriundos de Aragón. Aunque, el primer grupo socializador y formador de conductas, o sea sus tutores, se habían formado dentro de la doctrina de la Iglesia Católica, y buscaron formar a su hijo de acuerdo a sus valores éticos y morales, descubrirían con el correr del tiempo que tal empresa sería prácticamente imposible.
Su infancia estuvo marcada por el fermento revolucionario que se palpaba en su Valencia natal. La proclamación de la República Federal en 1873, la cual duró un breve período, estará signada a su vez por la rebelión regionalista valenciana en medio de las cantoneras, las cuales abandonarían las armas después de que sean bombardeadas el 3 de agosto de 1873 por el jefe del ejército Martínez Campos. A partir de estos acontecimientos, la restauración conservadora volverá al poder por medio del rey Alfonso XII.
Estos acontecimientos no estarán ajenos al fervor popular que vivieron los sectores más desfavorecidos, y Blasco Ibáñez se sentirá identificado con ellos. Aunque su posición social fuese la de un pequeño burgués (ya que sus padres eran comerciantes prósperos y poseían varios inmuebles).
Su formación política, pudiéramos decir, empezó a nacer de la autónoma y curiosa actividad de la lectura a través de largas noches. Y ésta fue, la que le proporcionó el placer necesario para descubrir principalmente autores revolucionarios, republicanos, antimonárquicos y anticlericales.
Con sólo 16 años escribió El Turia y el Miguelette, sus primeras publicaciones en revistas literarias semanales.
En 1882 ingresa a la Universidad como estudiante de derecho influenciado por sus padres, quienes visualizan en el joven Blasco, a una persona que empieza a rebelarse contra el orden social establecido en el mundo circundante en que le toca actuar y desenvolverse. Más tarde se recibiría de abogado y de muy mal gusto ejercería dicha profesión por muy poco tiempo.
Dentro de su grupo de pares universitarios, seguirá su formación republicana y revolucionaria (principalmente francesa), donde se puede visualizar el pensamiento del valenciano acorde a los idearios de la formación de una república autónoma, federal e igualitaria.
Las primeras publicaciones de Blasco Ibáñez se realizaron desde el periódico semanal “La Bandera Federal”, donde su discurso radical contra la restauración conservadora era notorio.
Su pensar político puede verse reflejado en las siguientes palabras del valenciano: “A la edad de 18 años mi relativa ignorancia me llevó a defender la república, sin el aditamento de federal…leí las inmortales obras de Pi y Margall, vi en ellas que la república sin el sistema federal es la democracia incompleta…”1 Más tarde entraría a formar parte del Partido Federal.
En el semanario la Bandera Federal, emite distintos juicios hacia el orden político establecido. Aunque gana adeptos a su causa, es visto como un enemigo de la monarquía, de la iglesia católica, y del anarquismo. Dentro de este período realiza un viaje a Madrid, donde los federales realizan un festejo por el aniversario de la proclamación de la república. ¿Y quién es uno de los tantos oradores?, nuestro queridísimo Blasco Ibáñez, aunque, debido a que su facultad discursiva tan agresiva, será detenido. No será la primera y única vez que termine en la cárcel, ya que como orador fue perseguido en más de una oportunidad. Debido a que se manifestó en contra de Canovas, jefe del Partido Conservador, que había asumido el poder. Estos acontecimientos lo vieron obligado a esconderse para poder escapar. Su destino próximo será Argel en África, y más tarde se trasladará a París donde vivirá por un tiempo como exiliado español.
Su nombre empieza a tener notoriedad dentro del ámbito político valenciano. Desde su exilio el partido republicano lo nombra candidato a diputado por el distrito de Enguera, con el propósito de conseguir los fueros necesarios para su inmunidad política. Más tarde, denegará dicho cargo debido a que su candidatura se promulgó por una facción que estaba en desacuerdo con el Partido Federal.
Periódico republicano “El Federal”. El gorro frigio y la luz de la razón que iluminan al mundo son parte de los ideales del escritor.
En el año 1892 publica el libro “el catecismo del buen republicano”, donde emitirá su profesión de fe y alardeará de su ideario político. Allí, comulga con el credo republicano, demócrata y federal, y su máxima es conseguir para España los ideales de la Revolución Francesa, enmarcados en los Derechos del Hombre y el Ciudadano: libertad, igualdad y fraternidad, principios que sirvieron de base a las principales constituciones de los nuevos estados modernos del siglo XX.
Estos ideales revolucionarios franceses pueden ser observados dentro de su diploma de la Franc Masonería española, donde su pseudónimo como masón es Dantón (recuérdeselo como activista republicano miembro de la Convención Nacional y del Comité de Salvación Pública, órgano ejecutivo de la República francesa (1792-1794), que terminó bajo la guillotina, ya que fue visto por los idealistas radicales como un obstáculo para la instalación de la república).
¿Qué es la masonería? Es una organización autodenominada iniciática, filantrópica y filosófica. Sus representantes manifiestan que su objetivo es la búsqueda de la verdad y promover el desarrollo moral del hombre. La mayor parte de los masones consideran que la representación GADU (gran arquitecto del universo) es igual al Dios creador, que fija los términos a su voluntad y los planes de la existencia del hombre y del Universo. Para algunos, hace presente a la concepción de un Principio Creador que está en el origen mismo del Universo, cuya naturaleza no puede fijarse con claridad.