Camafeos - Salvador Rueda - E-Book

Camafeos E-Book

Salvador Rueda

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Beschreibung

Variada antología poética del autor Salvador Rueda, con poemas que van desde lo minúsculo a lo trascendental, desde descripciones de paisajes a líricas descripciones del fervor religioso. En todos ellos apreciamos las potentes imágenes sensoriales a las que gusta de acudir Rueda, así como sus tendencias modernistas.

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Seitenzahl: 51

Veröffentlichungsjahr: 2022

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Salvador Rueda

Camafeos

Luis Montoto SEVILLA

Saga

Camafeos

 

Copyright © 1897, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726660425

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

ILMO. SR. D. ENRIQUE POLO DE LARA

Mi noble amigo: Desde que, hace tiempo, me enorgullezco con su leal amistad, he abrigado el deseo de ofrecer á V. la dedicatoria de un libro, para que ella fuese como el lazo que atara, más fuertemente aún, el afecto de V. al mío.

Este es el libro que se honra llevando en su primera página el nombre de V., por mí tan admirado y querido.

V. es merecedor de más rico presente, porque además de ser un publicista notable, un cultivador de la Historia, un retirado victorioso de las armas militares, un fecundo periodista, un orador elocuente y un político que desempeñó con gloria altos puestos, es lo que, para mí, vale más que todo: un gran patriota.

Á falta de mas brillante recuerdo, acepte V. el que puede dedicarle su antiguo amigo, que mucho le quiere y b. s. m.,

Salvador rueda.

Madrid, Febrero 1897.

EL CAMAFEO

Al poeta Joaquín Alcaide de Zafra.

 

Prodigio del buril, el camafeo,

Por artífice egregio modelado,

En la retina deja reflejado

Su esplendoroso y vivo centelleo.

Admíranse mis ojos cuando veo,

Sobre piedra preciosa ejecutado,

Un rostro de perfil tan delicado

Como jamás lo imaginó el deseo.

Arte, gusto, dureza diamantina,

Color y trasparencia cristalina,

Descubre al sol la joya rutilante.

¡Oh, si en mí fueran por rareza suma

El ritmo tintas, el buril la pluma,

El alma asunto y el papel diamante!

EL LAGO IDEAL

Hay dentro de mi sér un terso lago

Todo luz, todo amor, todo pureza;

De entre sus ondas, saco la belleza;

Y la armonía, de su ritmo vago.

Jamás de ver su azul me satisfago,

Ni de admirar su nítida limpieza;

Dios en su espejo tiende su grandeza,

Y la alegría su perenne halago.

Los que buscais, llagados por la vida,

Brisas para la frente enardecida

Como en el Sahara el fresco de las palmas,

Venid con vuestras penas y dolores,

Y en mi lago de luz y de esplendores

Hundid los pechos y bañad las almas.

EL INCENSARIO

Por tus cadenas de metal labrado

A la mano movible te suspendes,

Y el áureo seno en que tu fuego enciendes

Cubren las hojas de florón calado.

Sólo de Dios ante el altar sagrado

Tu nube lanzas y tu vuelo tiendes,

Y no á adorar el ídolo desciendes

De humana arcilla y lodo fabricado.

¡Adorad la verdad y la hermosura

Y alzad ante ellas vuestra llama pura,

Almas que alumbra la virtud preclara;

Y antes que por el vil besar el suelo,

Dando en el aire á las cadenas vuelo

Romped el incensario contra el ara!

EL SIMOUN

Bajo del sol, á declinar propenso,

Que el desierto sin fin dora y enciende,

Su pesadumbre abrumadora extiende

La redondez del horizonte inmenso.

Jigantesca espiral como de incienso

El nubarrón de las alturas prende,

Y la espada del rayo que desciende

Parte y alumbra su ropaje denso.

Hundiendo caravanas y palmeras

Ruedan del arenal las ondas fieras

Como un rasero enorme y tremebundo.

¡Visión grandiosa!Al corazón sensible,

Tú le recuerdas el simoun terrible

De las pasiones arrasando al mundo,

POR SORPRESA

Soñé ser una larga enredadera

Que llegó hasta tus pies enamorada,

Y que tú, de sus cálices prendada,

La dejaste á tu cuerpo que subiera.

Trepando tan magnífica escalera,

Con espiral de flores esmaltada

Dejé toda tu forma aprisionada,

Tan esquiva á mi amor como altanera.

Besé tus esplendentes maravillas

Y te vestí de azules campanillas

Como á diosa gentil de las mujeres.

A hombre volví teniéndote en mis brazos;

Y aun enredada en los floridos lazos,

Diabólico exclamé: y ahora, ¿me quieres?

LA GRAN MASCARADA

Ya no sirven los ojos ni el oído

Para advertir la oculta hipocresía,

Porque cualquiera á Talma desafía

A fingir la pasión que no ha sentido.

Ya es la tierra escenario envilecido

Y el mundo entero diestra compañía

Que declama la pena ó la alegría

Dando francos afectos al olvido.

De los hombres llegando á lo más hondo

Para mirar lo que guardaba el fondo,

Audaz quité las máscaras discretas;

Y nada halló mi vista penetrante,

A no ser sobre el pérfido semblante,

Unas tras otras, miles de caretas.

LLUVIA DE ESTRELLAS

¿Por qué llueven del cielo esas centellas

Como inflamado y trémulo rocío?

Me preguntaste, del ardiente estío

En una noche en que cruzaban bellas.

Y en tus ojos fijándome y en ellas,

Reclinado tu pecho contra el mío,

Te dije con amante desvarío

A la divina luz de las estrellas:

Esas del cielo lágrimas ardientes,

Las columpian los ángeles rientes

Atadas de sus fúlgidos cabellos;

Como tú, que luciendo tus hechizos,

Vas columpiando en tus flotantes rizos

La lluvia de almas que prendiste en ellos

LOS FUEGOS FATUOS

Ya se distinguen trémulas; ya avanza

El séquito de luces fugitivas

Que, en la morada fúnebre cautivas,

Medrosas tejen su impalpable danza.

Vánse enredando en tétrica mudanza

Diabólicas, fantásticas y esquivas,

Y se persiguen rápidas y vivas

Hasta morir de pronto en lontananza.

Otra vez se revuelven inflamados

Los voladores lirios azulados

Que raudos huyen por la tierra inerte.

Y no sé, cuando miro el cementerio,

Qué me quieren decir con su misterio

Esos valses de luces de la muerte.

MI PATRIA

Riberas desde Nerja hasta Estepona,

Costas que encierran mi niñez, mi vida:

¡Con qué esplendor en vuestra mar bruñida

Destrenza el sol la luz de su corona!

Un himno grande vuestra tierra entona