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Afinada selección poética de la obra del autor Salvador rueda, poesías de hondo sentimiento en las que apreciamos varios de los rasgos distintivos del autor: el gusto por el costumbrismo que retrata el ambiente rural andaluza de su época, las potentes imágenes sensoriales, un incipiente modernismo en el estilo y una plasticidad tan pictórica como musical en las metáforas.
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Seitenzahl: 35
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Salvador Rueda
POEMA
EL POETA FUTURO
Saga
La procesión de la naturaleza
Copyright © 1908, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726660159
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Altisima institución de fraternidad humana, engrandecida por el noble patricio y orador insigne D. Rafael Calzada.
Salvador Rueda.
…………… …………… ……………
»Los versos del genial Salvador Rueda son rutilantes como soles y luminosos como cascadas. Es la constitución poética más resistente que tiene la España actual. Es un instrumentador formidable, maravilloso. Su prodigioso genio lírico, es un don otorgado como gracia de Dios; hace versos como la fuente canta y como el ruiseñor trina.
¿Recordáis aquellas deliciosas y sencillas estrofas de Francisco Jammes:
Un poéte désait que, lorsq’il etait jeune,
il fleurissant des vers comme un rosier de roses?
Pues así es Rueda. Más aún; se puede decir de él lo que Moreas dice de Verlaine: Poeta, no es más que eso; nada más que poeta, que da versos y rimas, como el rosal da rosas. El gran Salvador es una fuerza insustituible en nuestra poesía contemporánea.
— Sin embargo de esa admiración por Salvador Rueda ¿también admira V. á Ruben Darío?
— Sí; y compaginan muy bién ambas admiraciones. Uno, es un poeta sabio; y otro, un poeta natural».
………. ………. ………. ……
ANDRÉS GONZÁLEZ BLANCO.
El Nuevo Mercurio, 1907.
PRELUDIO
Por mitad del París de artificio dorado
que de tanta luz ciego del abismo va en pos,
donde olvidan los hombres el principio sagrado
de la vida que plena se deriva de Dios:
Por mitad del París que es del mundo compendio
y que atado lo lleva de su carro triunfal,
á cruzar va del día bajo el cálido incendio
el vigor de la santa Procesión Natural.
Pasarán mónstruos, pájaros, terroríficas fieras
como libros perennes de pristina virtud,
como abiertos misales de las causas primeras
y evangelios sublimes de inmarchita salud.
Su lección sempiterna van á dar á la vida
la paloma, la víbora; el insecto, el león:
¡pues mejor que en las almas, se conserva esculpida
en los monstruos, la gracia que distingue su dón!
En las falsas ciudades prostituyen los hombres
á la vez que su espíritu, su figura carnal;
sus virtudes se vuelven laberìntos sin nombres,
y alza el lápiz de un loco su mansión lineal.
Retorcidas las almas, retorcidas las frentes,
desflorada la esencia virginal de su amor,
las ciudades son jaulas de furiosos dementes
que se agitan en muecas de convulso dolor.
Mas he aquí que á la raza de los hombres caídos
van á dar el refuerzo de su impulso vital,
los rebaños de fieras con sus broncos rugid
los tropeles de pájaros con su estela ideal.
El Pastor que conduce la visión ondulante
una bruma lejana lo diseña al reluz;
una á modo de aurora le circunda el semblante
como un círculo ardiente de intensísima luz.
Y un zumbido profundo cual de inmenso Oceano
temblar hace en su asiento la febríl capital,
esperando impaciente que el prodigio extrahumano
atraviese las calles como río inmortal.
Los tigres
Avanzan los tigres la marcha rimpiendo;
dejan en los bosques sus libres palacìos;
avanzan magníficos por ojos trayendo
dos ópalos de oro, dos ígneos topacios.
Sus pieles arrancan triunfal griterío
de la muchedumbre que absorta las mira;
y el sol al vestirias de luz y de brío
á sus listas áureas un pálio les tira.
Dicen que vagando por verdes juncales
y por las orillas de ríos hermosos,
al tigre le estampan los cañaverales
sus rayas y juegos de luz temblorosos.
Y lleva por eso su piel soberana
alternando en líneas de luz y de sombra,