Camilo en el Frente Norte. Anécdotas - René Batista Moreno - E-Book

Camilo en el Frente Norte. Anécdotas E-Book

René Batista Moreno

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Beschreibung

Imágenes y documentos ratifican las cualidades de uno de los hijos más queridos de Cuba; es por ese motivo, que si con la lectura de Camilo en el Frente Norte se acrecienta el amor por quienes dejaron un legado y una tierra libre, René Batista Moreno y su hijo Alejandro, sentirán una satisfacción infinita.

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Seitenzahl: 124

Veröffentlichungsjahr: 2022

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Cuidado de la edición: Tte. Cor. Ana Dayamín Montero Díaz

Edición: Hildelisa Díaz Gil

Diseño de cubierta: Sarai Rodríguez Liranza

Diseño interior: Claudia Gorrita Martínez

Realización: Claudia Gorrita Martínez

y Sarai Rodríguez Liranza

Corrección: Catalina Díaz Martínez

Fotos: Cortesía de los autores

 

 

 

 

© René Batista Moreno y Alejandro Batista López, 2020

© Sobre la presente edición:

Casa Editorial Verde Olivo, 2022

 

 

 

ISBN: 9789592244559

 

El contenido de la presente obra fue valorado

por la Oficina de Historia de las FAR.

 

 

 

Todos los derechos reservados. Esta publicación

no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,

en ningún soporte sin la autorización por escrito

de la editorial.

 

 

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

 

 

Casa Editorial Verde Olivo

Avenida de Independencia y San Pedro

Apartado 6916. CP 10600

Plaza de la Revolución, La Habana

volivo@unicom.co.cu

Índice

Presentación
Nota de la editora
¡Al fin Las Villas!
Camilo viene en el centro
Reconozco los grados de sus subordinados
Que eres capitán invasor
¡Ramiro, Ramiro, más café!
Para los que no tienen nada
¡Qué contento se va a poner!
Que no me mande ninguno más
Mejores que esta
No les tengo miedo a los guardias
En la zona norte de Las Villas
¡Eso no lo hace Camilo!
Ya eso es un avance
¿Quién gana esta guerra?
Y nos levantamos sin él
«Camilo estuvo en este lugar tal día»
Debieras llamarte Matojo
¿Para todos igual?
¡Qué alegría siento de verla nuevamente!
¿La está pasando bien, amigo?
No se ve un caballo a tres pasos
Yo no los dejo
¡Y esto es un riflecito marca «U»!
Para cogernos como codornices
Ustedes tienen que hacerlo igual...
¡Hey, chévere!
A mí me curó radicalmente
Aquí no entrarán más los guardias
No te olvides de los libros
Y mucho menos si están heridos
¡Boxeo sí, lucha libre no, abusador!
A tiros o a sombrerazos
En la batalla del Jigüe
No quiero que la niña se quede sin casa
Por cuenta y riesgo suyos
¡Qué cabronazo, carajo!
¡El rey de los tramposos!
¡Yo creía que usted era más guapo!
¿Tú eres católico o comunista?
¡Alto ahí! ¡Alto ahí!
Esos salcochitos que tú hacías...
¡Ni una puerta en pie!
¡Esto se pone bueno ahora!
No hay que reírse tanto
Usted lo trae, ¿no es así?
Una revolución verdadera
Por los errores de sus padres
Nada más, me lo matas
¡Eso lo paga usted!
Patriotas como ustedes
Yo te llevaba conmigo
¡La Revolución no hay dinero en el mundo que la compre!
Fui a un combatico ahí
Versión taquigráfica de transmisión captada el 9 de diciembre de 1958, tomada por el Subt. Taq. Julio Messer Jiménez, M.N.
Y usted nunca dijo nada
Y les quitan los fusiles...
Versión taquigráfica de transmisión captada el 9 de diciembre de 1958, tomada por el Subt. Taq. Julio Messer Jiménez, M.N.
No le pasará nada
¡Quite eso, quite eso!
Usted se parece tanto a mamá
No acabará nunca
Con los deseos de verme
Tirar bombas a los obreros y campesinos
¿Seguimos pelea’os o nos hacemos amigos?
Verdaderamente disciplinados
Proteger a los trabajadores
Y quizá se ponga peor
Pues ya no molestará más
La telefonista más revolucionaria de Cuba
Ante cuestiones personales
Ponerlos de faroles en una guásima
Para mí no traen comida
Se los voy a llevar a la viejita
Para que no les falte nada
Yo no tengo para darte
Que fue cuando la violaron
Salir rápido del doble nueve
Conozco bien a los hombres, Marina
A un tribunal revolucionario
Con faltas de respeto y groserías no combatimos los revolucionarios
Se llamará «Dragón I»
Les apesta más que a nosotros
¡Maestros, maestros, carajo!
De un simple fusil
¿Qué, hay algo?
No irles a quitar la comida
Es más que capitán
¡Tírenle sin miseria!
Lo que usted haga, está bien hecho
Si no, no me esperes
¿O es que piensan asarse allá dentro?
O ellos o nosotros
Esto no es cosa de mujeres
Camilo ha inventado un «Súper Sherman»
Versión taquigráfica de transmisión captada el 29 de diciembre de 1958, tomada por el Subt. Taq. Julio Messer Jiménez, M.N.
A Santa Clara para ti solo
Porque la van a necesitar
ÚLTIMA HORA. ÚLTIMA HORA. ÚLTIMA HORA
«¡Ya el hombre se fue!»
El revolucionario es un hombre modesto
Hablar de la bandera
Los montes que se le presenten
Con ustedes, seguro
¡Yo soy jinete desde pequeño!
William, tíreme un bisté acá
Me regalarías el caballo
Quedan esbirros en Cuba
En Cuba ya se acabaron
Habrá Camilo para mucho rato
Bibliografía
Publicaciones periódicas:
Fotógrafos del Frente Norte de Las Villas
Datos de los autores

  

El comandante guerrillero permanece vigilante en el Complejo Histórico que lleva su nombre. 

A la memoria de don Ramón y

doña Emilia, padres del héroe.

 

 

 

 

Presentación

Desde noviembre de 1967 formé parte del equipo de investigaciones históricas de la Comisión de Orientación Revolucionaria (COR), del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Caibarién, actual provincia de Villa Clara.

La encomienda consistió en una pesquisa que recogiera, sino todos, la mayoría de los sucesos de la última etapa de la Guerra de Liberación Nacional en el Frente Norte de Las Villas, desde las actividades realizadas por los primeros grupos de alzados, la llegada de la columna invasora Antonio Maceo a las entonces tierras villareñas hasta la toma de la fortaleza militar de Yaguajay.

Este trabajo resultó provechoso, pues gracias a él conocí a combatientes de la lucha guerrillera, diversas operaciones militares y los rasgos más acentuados de la personalidad del comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán.

Durante cada encuentro salieron a relucir innumerables hechos que caracterizaron al hombre simpático, cariñoso, burlón, valiente, audaz, de amplia sonrisa y sombrero alón que siempre lo acompañó. Un símbolo, un ideal, una personalidad con valores suficientes para ser imitado.

Tres años más tarde terminé parte de la búsqueda. Ya había recopilado un rico anecdotario sobre Camilo en el Frente Norte, título que decidí para este libro. Su elaboración me llevó a volver repetidas veces al escenario donde el jefe rebelde desarrolló sus acciones y a establecer contacto con muchos compañeros y compañeras con el propósito de precisar fecha y lugar del suceso, ya que mi intención era presentar las anécdotas en orden cronológico, tal como aparecen en estas páginas. Igualmente, desde un principio concebí designar a cada una de ellas con una frase dicha por Camilo, así como legitimar el nombre del entrevistado.

Lograr que el lector se identificara con cada historia y ofrecer de manera más pormenorizada los acontecimientos que materializaron la victoria de las armas rebeldes en esa zona, a finales de 1958, constituyó otro de mis objetivos. Algunas fueron tomadas de diferentes publicaciones y llevadas a la estructura de este texto.

Aproximadamente cien fotografías, documentos y testimonios forman esta obra. Más que una recopilación, es una antología donde se resalta la figura del Héroe de Yaguajay en toda su extensión, al caracterizar su ideología, su lucha y su cubanía.

René Batista Moreno 

Nota de la editora

René Batista Moreno al partir hacia otra dimensión, dejó a su hijo Alejandro, más que una fortuna material, lo que muchos quisieran disfrutar: sensibilidad, emociones, inteligencia, apego a la cultura de su terruño y empeño por no dejar morir las tradiciones patrias.

Es por ello que a más de sesenta años de la desaparición física del Héroe de Yaguajay, este libro, muy bien custodiado por la familia desde hace algún tiempo, no podía permanecer en el anonimato, lo cual se agradece. Las fotografías, insertadas en el texto, no siempre trasmiten la exactitud del momento, sino que en ocasiones recrean una imagen más actualizada, después del triunfo del Primero de Enero, donde se muestra al mismo ser humano que fue Camilo, siempre al lado de su pueblo.

Para satisfacer el deseo del padre, el joven cubano propone a través de una nueva mirada este anecdotario, con el propósito de homenajear a uno de los protagonistas más queridos de la historia de Cuba.

Que estas cuartillas se transformen en las flores perfumadas que cada octubre le llevamos al mar a Camilo Cienfuegos y que lo hacen revivir entre la espuma de la olas.

¡Al fin Las Villas!

Entrar en Las Villas no fue fácil. Los caminos estaban infectados de soldados de la tiranía y trataban por todos los medios de impedir nuestro cruce. Además, un ciclón azotaba la región.

Bajo el agua y las ráfagas, burlando siempre las emboscadas enemigas, pudimos acampar en una zona que le decían Gangalito. Nos informaban que el río Jatibonico, nuestro objetivo, estaba muy crecido. Entonces, como tampoco podíamos continuar en ese sitio por lo peligroso que era, Camilo decidió situarse en un lugar más lejano. Partimos rumbo a Cuevas de los Indios, donde permanecimos dos días.

Cuando emprendimos la marcha para atravesar el cauce, eran tan fuertes los vientos que muchos nos caímos. Resultaba imposible caminar; pero,agarrados unos a otros por los fusiles, cintos, mochilas, llegamos al Jatibonico, al tramo que le dicen Boquerón o Boquerones. Allí se tiró una soga. El primero en la fila fue quien la llevó al otro lado, arriesgando su vida, y comenzamos la travesía. La corriente era tan fuerte que quedamos prendidos de la soga. Me dio la impresión de que éramos ropa tendida en un cordel en una tarde de abundante ventolera.

El comandante invasor fue el segundo en cruzar; cuando lo hizo se tiró al suelo y besó la tierra, mientras gritó emocionado:

—¡Al fin Las Villas!

Luis Manso Moreno,

Boquerones, martes 7 de octubre de 1958.

Plano del campamento de Jobo Rosado. Asesores: Félix Torres González y Ramón de la O Sarmiento. Dibujo: Giraldo Fernández.

Camilo viene en el centro

La Columna No. 2 Antonio Maceo llegó al campamento entre dos luces. Yo salí a recibirla, venía muy organizada y le pregunté a uno que, por lo que me habían contado, se parecía al comandante rebelde:

—¿Usted es Camilo?

—Camilo viene en el centro.

Indagué con otro que podía ser el jefe de los invasores:

—¿Usted es Camilo?

—Camilo viene atrás.

Ya casi al entrar la columna a la instalación, insistí con otro compañero y me respondió que iba delante.

Me di cuenta de que Camilo se protegía y lo protegían sus hombres, que las medidas de seguridad, pese al débil estado físico en que se encontraban, funcionaban bien.

Cuando Tomás Cortés Santos me lo presentó, me dio la mano sonriente y dijo:

—Camilo viene en el centro.

Felix Torrez González,

Jobo Rosado, miércoles 8 de octubre de 1958.

Desde el primer encuentro hubo respeto y amistad entre Camilo y Félix Torres. Yaguajay, después del triunfo revolucionario. Foto tomada por: Rafael Ruiz.

Reconozco los grados de sus subordinados

Félix Torres tuvo conocimiento de que el comandante guerrillero arribaría a la provincia por nuestra zona. Ordenó crear cinco comisiones para establecer los contactos necesarios. Yo dirigí una formada por los hermanos Roberto y Lidier Martínez, Adelino Díaz y Fermín Alzola. Y esa noche partimos rumbo a Las Llanadas.

A las cuatro de la tarde nos tropezamos con un carbonero y al interrogarlo si había visto la columna, nos dijo que no había visto a nadie ni sabía nada.

Me encaramé en un árbol y como a dos kilómetros divisé un humo que salía recto, señal de que estaba encendido un fogón.

—Muchachos —grité—, dimos con ellos, ahí están.

Al oír esto, el carbonero habló:

—Miren, yo pensé que ustedes estaban cambia’os, y por eso mentí; pero allí hay una fuerza rebelde.

Los encontramos preparando comida. Estaban en la finca de Atilano González, en la loma de Pedro Julio. Me identifiqué como uno de los subordinados del comandante Félix Torres. Después de haber explicado algunas cosas, me preguntó en qué tiempo estaríamos en el campamento del destacamento Máximo Gómez.

—Si salimos ahora y caminamos rápido, llegaremos al amanecer —le expresé.

Él mandó partir.

Recuerdo que paramos en la casa de Perfecto Nieto y Elena Cabrera; allí le ofrecieron café a la tropa. El Nene López se sentó al lado de Camilo y recostó la cabeza sobre su hombro. Enseguida se durmió en esa posición. 

—Mis hombres están cansados, han pasado mucho —me explicó. Pude percatarme de la identificación y el cariño que había entre ellos.

Con los claros del día llegamos. Fue un encuentro muy hermoso y simbólico. A Félix y a Camilo los presenté, este último dijo:

—De modo que usted es el comandante de este territorio.

—No, todos mis hombres y yo somos ahora soldados del comandante Camilo Cienfuegos.

Él sonrió, y estrechándolo en un fuerte abrazo, le argumentó:

—¡Usted es el comandante Félix Torres, y seguirá como jefe de la zona! Además, reconozco los grados de sus subordinados.

Tomás Cortés Santos,

Jobo Rosado, miércoles 8 de octubre de 1958. 

Que eres capitán invasor

Los compañeros del Movimiento 26 de Julio de Iguará me informaron que Camilo había llegado a Jobo Rosado con su columna invasora y que debía llevarle un mensaje.

Me eché la pistola arriba, porque yo siempre decía que la gente de Batista nunca me agarraría vivo. Salí de madrugada a pie. Llegué casi al anochecer, pues todo aquello estaba repleto de guardias.

Cuando me presenté en la casa de Mongo de la O y su esposa Onelia, expresó que el comandante se encontraba en la vivienda de Ramiro Díaz, y así fue. Estaba sentado en un taburete y, acostados en el suelo, algunos de sus oficiales.

Saludé, pregunté por Camilo y uno respondió:

—Yo soy Camilo, ¿qué usted desea, joven?

—Soy miembro del Movimiento 26 de Julio de Iguará y le traigo un...

No pude terminar de hablar, porque uno de ellos se acercó y me dijo:

—¡Dame la pistola que traes ahí!

Camilo se levantó del asiento, lo hizo con una rapidez increíble y le ordenó:

—Déjale la pistola al muchacho, él puede utilizarla tanto como tú que eres capitán invasor.

Juan Martínez Díaz,

Jobo Rosado, jueves 9 de octubre de 1958.

Miembros de la columna invasora Antonio Maceo. 

¡Ramiro, Ramiro, más café!

Como a las nueve de la noche, en la sala de mi casa, Camilo y varios de sus compañeros se reunieron para hacerle un informe al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, sobre los hechos ocurridos durante la invasión.



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