El barón - Leandro Fernández de Moratín - E-Book

Beschreibung

Una de las comedias más conocidas de Leandro Fernández de Moratín. Sucede en Ilescas, un pequeño pueblo de Toledo. Nos muestra a Doña Mónica, una mujer acomodada y rica, pero sin cuna noble. Cuando llega un deslumbrante y educado barón a la localidad, Mónica hace lo posible para que su hija Isabel se case con el recién llegado y, así, emparentarla con la nobleza. Sin embargo, las dos mujeres descubrirán pronto la doble naturaleza del barón. -

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Leandro Fernández de Moratín

El barón

 

Saga

El barón

 

Copyright © 1803, 2022 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726788846

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga is a subsidiary of Egmont. Egmont is Denmark’s largest media company and fully owned by the Egmont Foundation, which donates almost 13,4 million euros annually to children in difficult circumstances.

Noli adfectare quod tibi non est datum,

delusa ne spes ad querelam recidat.

Phedri, Fab. Lib. III

personajes

don pedro . la tía mónica . isabel . leonardo . el barón . fermina . pascual .

La escena es en Illescas, en una sala de casa dela tía mónica .

 

El teatro representa una sala adornada al estilo del lugar. Puerta a la derecha que da salida al portal, otra a la izquierda para las habitaciones interiores, y otra en el foro, con escalera por donde se sube al segundo piso.

 

La acción empieza a las cinco de la tarde y acaba a las diez de la noche.

Acto I

Escena I

leonardo , fermina .

 

leonardo Sí, Fermina, yo no sé

que extraña mudanza es esta;

ni apenas puedo creer

que en tres semanas de ausencia

se haya trocado mi suerte 5

de favorable en adversa.

¿Qué misterios hay aquí?

¿Por qué su vista me niega

Isabel? ¿Por qué su madre,

que me ha dado tales pruebas 10

de estimación, me despide,

me injuria?... ¡Oh! ¡Cuánto recela

un infeliz!... Pero, dime,

ese Barón que se hospeda

en esta casa...

fermina ¿El Barón? 15

leonardo Sí, ¿qué pretende? ¿Qué ideas

son las suyas?

fermina No es posible

que un instante me detenga.

(Mirando adentro con inquietud.)

leonardo Pero, dime...

fermina Es que si viene

mi señora, y os encuentra, 20

habrá desazón.

leonardo Después

que yo de tu boca sepa

mi desventura, me iré.

Di...

fermina Pues bien, la historia es esta.

Ya sabéis que hace dos meses 25

con muy corta diferencia,

que el barón de Montepino

se nos presentó en Illescas.

Tomó un cuarto en la posada

de enfrente. Estando tan cerca, 30

desde su ventana hablaba

con nosotras... bagatelas,

y chismes de vecindad.

Vino hasta media docena

de veces a casa, y luego 35

fue la amistad más estrecha.

Hablaba de sus vasallos,

de su apellido y sus rentas,

de sus pleitos con el Rey,

de sus mulas, etcétera. 40

Mi señora le escuchaba

embebecida y suspensa,

y todo cuanto él decía

era un chiste para ella.

Hizo el diantre que a este tiempo 45

se os pusiese en la cabeza

ir a ver a vuestro primo

que, a la verdad, no pidierais

haber ido en ocasión

más mala.

leonardo Estando tan cerca 50

de Toledo, estando enfermo

de tanto peligro, ¿hubiera

sido razón...?

fermina Yo no sé...

Voy a acabar, no nos sientan.

Nuestro Barón prosiguió 55

sus visitas con frecuencia:

siempre al lado de mis amas,

siempre haciéndolas la rueda,

muy rendido con la moza,

muy atento con la vieja; 60

de suerte, que la embromó.

La ha llenado la cabeza

de viento; está la mujer

que no vive ni sosiega

sin su Barón; y él, valido 65

de la estimación que encuentra,

quejándose muchas veces

de que la posada es puerca,

de que no le asisten bien,

que los gallos no le dejan 70

dormir, que no hay en su cuarto

ni una silla ni una mesa;

tanto ha sabido fingir,

y ha sido tan majadera

mi señora, que ha enviado 75

por la trágica maleta

de El Barón, y ha dado en casa

eficaces providencias

para que su señoría

coma, cene, almuerce y duerma. 80

En efecto, ya es el amo:

se le han cedido las piezas

de arriba; viene a comer,

se sube a dormir la siesta,

vuelve a jugar un tresillo, 85

o sale a dar una vuelta

con las señoras; después

vienen a casa, refresca,

cena, sin temor de Dios,

vuelve a subir y se acuesta. 90

Tal es su vida. El motivo

de haber venido a esta tierra,

ha sido, según él dice...

¡Para el tonto que lo crea!

No sé que lance de honor, 95

de aquellos de las novelas:

persecuciones, envidias

de la corte, competencias

con no sé quien, que le obligan

a andarse de zeca en meca... 100

En fin, mentiras, mentiras,

mal zurcidas todas ellas.

Esto es lo que pasa. Ahora

inferid lo que os parezca.

Isabel os quiere bien; 105

pero Patillas lo enreda

a veces y...

leonardo Sí, su madre

es tal que podrá vencerla;

y hará que me olvide, hará

que a su pesar la obedezca... 110

¡A su pesar!... Pero, ¿quién

me asegura su firmeza?

¿Quién sabe si, ya olvidada

del que la quiso de veras,

a un hombre desconocido 115

dará su mano contenta?...

Adiós... Pero tú, que sabes

cuanto mi amor interesa,

haz que yo la pueda hablar;

dila el afán que me cuesta... 120

Dila, en fin, que no hay amante,

por más infeliz que sea,

que si no merece afectos,

desengaños no merezca.

(Hace que va y vuelve. Vase.)

fermina ¡Pobrecillo! Mucho temo 125

que el tal Barón te la juega.

Y al cabo de tantos años

de ilusiones lisonjeras,

tantos suspiros perdidos,

tanto rondar a la puerta, 130

tus proyectos amorosos

en esperanzas se quedan.

¿Y esto es amar? Esto es

vivir remando en galeras.

Escena II

la tía mónica , fermina .

 

tía mónica Fermina, ¿diste el recado 135

de que mi hermano viniera

al instante?

fermina Sí, señora.

tía mónica Mucho tarda.

fermina Si es un pelma.

tía mónica Y es para una cosa urgente.

fermina ¿Para qué?

tía mónica ¡Cierto que es buena 140

la curiosidad!

fermina ¡Señora!

¿Pues a qué santo es la fiesta?

¡No es cosa! ¡La paletina,

la saya rica, las vueltas

de corales!...

tía mónica Calla, loca. 145

fermina ¡Válgame Dios! Si lo viera

el difunto.

tía mónica ¿Qué difunto?

fermina El que está comiendo tierra.

tía mónica ¿Quién?

fermina Mi señor, que en su vida

pudo lograr que os pusierais 150

una cinta, y os llamaba

desastrada, floja y puerca,

andrajosa, y...

tía mónica Si no callas

he de romperte las piernas,

habladora.

fermina Yo...

tía mónica Bribona. 155

fermina Si...

tía mónica ¿Qué palabras son esas?...

fermina Señora, si él lo decía,

y los vecinos se acuerdan...

¡Válgame Dios, que yo no

lo saco de mi cabeza! 160

Por cierto que muchas veces

daba unas voces tremendas,

que alborotaba la casa;

y os llamaba majadera...

tía mónica Calla.

fermina Y...

tía mónica Calla.

fermina Bien está. 165

Escena III

don pedro , la tía mónica , fermina .

 

don pedro Hola, ¿quién riñe?

tía mónica Es con esta

picudilla.

fermina Mi señora

me pone de vuelta y media

porque digo la verdad,

y porque...

tía mónica Vete allá fuera. 170

fermina Porque digo que mi amo...

tía mónica Vete.

fermina Ya me voy.

tía mónica No vuelvas

sin que te llame; y cuidado,

no te plantes a la reja.

Escena IV

don pedro, la tía mónica.

 

don pedro Con que, mi señora hermana, 175

asunto de consecuencia

debe de ser el que ocurre.

Yo, como sé tus vivezas,

no me he dado mucha prisa

(Sentándose.)

a venir; pero se enmienda 180

todo con haber venido.

Vaya pues.

tía mónica Sólo quisiera

(Se sienta junto adon pedro .)

que me dieras unos cuartos.

don pedro ¿Para qué?

tía mónica Para una urgencia.

don pedro ¿Urgencias tú?... Bien está. 185

¿Cómo, cuánto?

tía mónica Si tuvieras

cien doblones.

don pedro Sí los tengo;

pero ajusta bien la cuenta,

que se acabará el dinero

a pocas libranzas de esas. 190

Doce mil reales me diste,

si la mitad se cercena

quedan seis mil, nada más.

tía mónica Ya lo sé.

don pedro Pues bien, receta;

ello es tuyo, si lo quieres 195

todo, allá te las avengas.

tía mónica No, todo no, cien doblones

me darás.

don pedro ¿Con que hay urgencias?

tía mónica Sí señor, lo necesito,

y no quiero darte cuentas 200

de cómo, y cuándo, y por qué.

don pedro Pues yo tengo mis sospechas

de que tú quieres decirlo.

tía mónica