El crimen en Nueva York - Bernard Whalen - E-Book

El crimen en Nueva York E-Book

Bernard Whalen

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A lo largo de los últimos doscientos años, Nueva York ha sido escenario de miles de delitos y crímenes de todo tipo: asesinatos fríamente calculados, robos espectaculares, matanzas mafiosas, atentados devastadores, casos memorables que contribuyeron a mejorar la metodología policial, psicópatas desatados... Sin su faceta más oscura, no podría entenderse el espíritu de una ciudad que ha contribuido más que ninguna otra al imaginario colectivo sobre el mundo criminal. Este libro reúne una impresionante colección de casos extraídos directamente de los archivos del Departamento de Policía de Nueva York que, por una u otra razón, han pasado a la historia. Escritos por expertos en el tema, todos estos relatos van acompañados de imágenes pocas veces vistas: fotografías de escenas del crimen, retratos de fichas policiales, dibujos realizados durante juicios mediáticos y pruebas incriminatorias.

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Seitenzahl: 2185

Veröffentlichungsjahr: 2019

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3ROBERT MLADINICHPHILIP MESSINGBERNARD J. WHALENLOS CASOS MÁS FAMOSOS EN LA HISTORIA DE LA CIUDADEL
CRIMEN
EN
NUEV
A YORK
Traducción deCarmen G. Aragón
Títulooriginalinglés:CaseFilesoftheNYPD.Morethan175YearsofSolvedandUnsolvedCrimes.Publicadooriginalmenteeninglésen2016coneltítuloUndisclosedFilesofthePolice:CasesfromtheArchivesoftheNYPDfrom1831tothePresentporBlackDog&LeventhalPublishers.Diseñodeinterior:KrisTobiassenyRedHerringDesign.Adaptacióndeldiseñodeinterior:deleatur,s.l.©BernardWhalen,PhilipMessing,RobertMladinich,2016.©delatraducción:CarmenG.Aragón,2019.©deestaedición:RBALibros,S.A.,2019.Avda.Diagonal,189-08018Barcelona.rbalibros.comPrimeraedición:noviembrede2019.REF.:ODBO641ISBN:978-84-9187-536-9SERVICIOSEDITORIALES:DELEATURS.L.Composicióndigital:NewcomlabS.L.L.Quedarigurosamenteprohibidasinautorizaciónporescritodeleditorcualquierformadereproducción,distribución,comunicaciónpúblicaotransformacióndeestaobra,queserásometidaalassancionesestablecidasporlaley.PuedendirigirseaCedro(CentroEspañoldeDerechosReprográficos,www.cedro.org)sinecesitanfotocopiaroescanearalgúnfragmentodeestaobra(www.conlicencia.com;917021970/932720447).Todoslosderechosreservados.
5Introducciónel crimen EN LA ANTIGUA NUEVA YORK 1802–1844EL ROBO DEL city bank 1831el asesinato de Helen Jewett 1836UNA VERDADERA policía 1845–1857el caso del botón 1848MUNICIPALES CoNTRA METROPOLITANOS 1857LOS DISTURBIOS DEl RECLUTAMIENTO 1863LA POLICÍA TRAS LA GUERRA DE SECESIÓN 1865–1890el atraco del Manhattan Bank 1878Byrnes TRANSFORMA EL CUERPO de policía 1880DELITOS CORRIENTES DEL SIGLO XIX Décadde 180el fin de una Era: EL REFORMISTA POLICIAL THEODORE ROOSEVELT AL MANDO 1895el asesinato de Dolly Reynolds 1898el asesinato del barril 1903Apéndice: El teniente Joseph Petrosino12141719222426283133353942474952
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6535759636468727579828487909497100104107109112115118122«el juicio del siglo» 1906Apéndice: La Brigada de Homicidios (1908)EL ASESINATO DEL baúl de Chinatown 1909Apéndice: Huellas dactilares: Joseph Faurot y la condena de Caesar Cella (1911)EL GRAN ROBO del taxi 1912SILLA ELÉCTRICA PARA EL TENIENTE CHARLES BECKER 1912LA EXTRAÑA MUERTE DEL PATRULLERO JOHN CAHILL 1913LOS PECADOS CAPITALES DEL PADRE HANS SCHMIDT 1913INTENTO DE ATENTADO EN LA CATEDRAL DE SAN PATRICIO 1914LA MISTERIOSa DESAPARICIÓN DE Ruth Cruger 1917Kid Dropper y Little Augie, rivales a muerte 1920–1923la bomba de Wall Street 1920doble INDEMNIZACIÓN 1927Arnold Rothstein SE JUEGA LA VIDA 1928el juez Crater desaparece 1930EL ASESINATO DE LA INTRÉPIDA Vivian Gordon 1931EL SECUESTRO DEL hijo de Lindbergh 1932FICHAS Y MÁQUINAS EXPENDEDORAS Décadde 1930Harlem estalla 1935EL CRIMEN DE LA BAÑERA 1936LA CAÓTICA CAPTURA de Harry Brunette 1936el ESCULTOR loco 1937Nazis en nueva York 1935–1941
7125128132135138141144148151154157158161 162165168170171174177180184188BOMBA EN LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL 1940el loco de las bombas 1940Abe Reles: EL CANARIO QUE CANTABA PERO NO PODÍA VOLAR 1940Madeline Webb, la mujer fatal 1942LOS SECRETOS ATÓMICOS de Julius y Ethel Rosenberg 1949Harry Gross, EL REY DE LOS TIMADORES 1950donde está el dinero 1950el golpe a Albert Anastasia 1957EL OLVIDADO APUÑALAMIENTO de Martin Luther King Jr. 1958EL HOMBRE DE LA CAPA Y el HOMBRE DEL PARAGUAS 1959Apéndice: El drama de las bandasLA VERDADERA CONEXIÓN FRANCESA 1961Apéndice: El robo de las drogas robadasJerry el judío1962el ASESINATO DE LAS CHICAS DE CARRERA 1963Kitty Genovese: ¿QUIÉN VIO QUÉ? 1964Apéndice: El establecimiento del 911 en la ciudad de Nueva York LA CENSURA de Lenny Bruce 1964Murf the Surf y el GOLPE DEL MUSEO AMERICANODE HISTORIA NATURAL 1964Malcolm X: POR CUALQUIER MEDIO NECESARIO 1965LA PERSECUCIÓN de Alice Crimmins 1965LOS PANTERAS NEGRAS en nueva York 1969–1981los Weather Underground 1970Apéndice: El patrullero Emil Vyskocil (1908–1974)127
8191194197198202206210213217220223226229233236239240244248251252254258la mezquita de Harlem 1972tarde de perros 1972Apéndice: El coqueteo de Wojtowicz con la famaLA PRIMERA YIHAD OLVIDADA DE NUEVA YORK 1973LA BOMBA DE LA Fraunces Tavern 1975el hijo de Sam 1976cuando Willie Bosket CAMBIÓ el sistema JUDICIAL JUVENIL 1978Buddy Jacobson: loco de amor 1978Sid y Nancy: una ATÍPICA HISTORIA DE AMOR 1978LA MUERTE DE Gig Young: ¿ASESINATO O SUICIDIO? 1978el golpe de Lufthansa 1978la DESAPARICIÓN de Etan Patz 1979EL FANTASMA de la ópera 1980«ACABO DE DISPARAR a John Lennon» 1980LA MASACRE DEL DOMINGO DE RAMOS 1984Apéndice: ¿Qué fue de la única superviviente?EL JUSTICIERO del metro 1984EL ASESINATO DE Paul Castellano y auge Y CAÍDA DE John Gotti 1985EL CASO DEL ASESINO PIJO 1986Apéndice: El asesino que no perdió el sueñola INCREÍBLE FUGA de Larry Davis 1986EL ASESINATO DEL AGENTE DE POLICÍA Edward Byrne 1988EL INCENDIO DE LA discoteca Happy Land 1990
9262266270275276277280285290294298302307308311312EL ABSURDO ASESINATO de un turista de Utah 1990el ASESINATO del rabino Meir Kahane 1990EL PRIMER ATENTADO del World Trade Center 1993Apéndice: El Jeque CiegoApéndice: Jack Maple y el CompStatatraco en Tiffany 1994TIMADORES y asesinos 1998EL ATENTADO DE las torres gemelas 201EL ASESINATO DEL concejal James Davis 203EL ASESINATO DE Imette St. Guillen 206«SI VES ALGO, DI ALGO» 2010EL ASESINATO DE una DISEÑADORA DE MODA 2010AgradecimientosBibliografíaCréditos fotográficosÍndice analítico y de nombres
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ondensar en un libro los miles de delitos perpetra-dos en laciudad de Nueva York en más de doscien-tos añosnoestarea baladí.Tras darle muchas vueltas, decidimos seleccionar los casos más curiosos, sonados, increíbles o perturbadores basándonos en la dilatada experiencia en el cuerpo depolicía tanto de Bob como mía, y en la de Phil como perio-dista de sucesos. Abarcan desde los más horrendos a los más inverosímiles, pero nohay dos iguales. Algunos si-guen sin resolver, como la desaparición del juez JosephForceCrater. Enotros, el culpableresultaba obvio paratodos menos para el jurado, como El Sayyid Nosair, que matóa sangrefríaalrabino MeirKahane antedocenas de testigos. Algunos de los condenados por asesinato quecontempla estelibro fueronejecutados, y otros apenasrecibieron castigo. Pero una cosa es cierta: administrarjusticia es un fin elevado que rara vez se alcanza.En ocasiones, al empezar a investigar y revisar los casosnos invadió unsentimiento de culpablerespeto por los de-lincuentes que movieron cielo y tierra para zafarse de laautoridad, confundir los hechoso limpiar su rastro. Algu-nos erantan hábiles que pareceincreíble que los atraparan,sobre todo en los albores del cuerpo. Los primerosdetecti-ves de Nueva York disponían de pocos recursosy solíanguiarse por su instinto y sus dotes de observación. Apenashabía normas, si esque existía alguna, que rigieranlos in-terrogatorios. A menudo seengañaba a los acusadosparaobtener su confesión, cosa que aún eslegal, o seles coac-cionaba usando laviolencia,loque noloes.Lapolicíasesofisticó alritmo de los delincuentes. Los casos que recoge esta obra siguen la evolución de la lucha contra el crimen mediante las herramientas que la policíafue desarrollando con los años: bertillonaje, registro dedelincuentes, rueda de reconocimiento, dactilogramas la-tentes,agentesencubiertos,escuchastelefónicas,soplo-nes e informantes, documentación de laescenadel crimen,preservación de pruebas, laboratorio policial, criminólo-gos, grabaciones de vídeo,el CompStat(programa de es-tadísticas comparativas) y el ADN. Sin embargo, incluso en laactualidad, detenciones y condenasson más bienfruto del buen hacer de undetective que de los mediosa sudisposición.Eljefe de detectives, yajubilado, del Depar-tamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) JosephBorelli loexpresó mejor:«Adía de hoy sigoasombrándome al leer sobre sus logros».Estelibro brinda asimismouna visiónimparcial de los individuossituadosaambos lados de laley:grandes agen-tes, como el primer jefe de detectives del NYPD y creador del tercer grado, el inspector Thomas Byrnes, que recopiló un grueso volumen de fi -chaspolicialesde los delin-cuentesneoyorquinosquefue uninesperado éxito deventas, pero también poli-cíascorruptos, el peor delos cualesfue el tenienteCharles Becker, que acabó en lasilla eléctrica de SingSingpor su papel en el asesi-nato de un tahúr de Manhattan.También echamos un vistazo a los jueces. El brillante abogado Samuel Liebowitz,que debía su famaa que solouno de sus clientes fue a parar a la silla eléctrica, si bien muchos lo merecían (como Robert Irwin, elEscultorLoco, cuyocasorecogeestelibro),paradójicamente,cuandofuenombrado juez de Nueva York, no tuvo reparos en conde-nar a muertea asesinosconvictos.No obstante, el tema central de la obra son los delin-cuentes, desconocidoso célebres. Uno de quien probable-
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Lapolicía Lapolicíasesofisticósesofisticóalritmo alritmo delos delosdelincuentes.delincuentes.
13mente se habrá oído hablar es John Wojtowicz, el veteranode Vietnam que en 1972perpetró unatraco fallido a unbanco en Brooklyncon unfin altruista, aunque insólito:conseguir dinero paraque su amantevarón pudiera cam-biar de sexo. Este caso inspiró la famosa películaTardedeperros.Menos notoria fue Madeline Webb, una atractivamujer acusada de asesinato en 1942. El fiscaltemíaquesus oscilantescaderas hicieranoscilar también aljurado,así que ordenóque yaestuviera sentada cuando esteen-trara en lasala. Lacondenarona cadena perpetua.Loque también nos resultó fascinanteesque muchosde los delitos, aleatorioso premeditados, guardabanciertarelación. Por ejemplo,quienes perpetraron el aten-tado con explosivos del World Trade Center en 1993 y elcerebro de los ataques al mismo objetivo en 2001 estabanvinculadoscon ElSayyid Nosair, que matóalrabinoKa-hane en 1990. Osama bin Laden financió ladefensa deNosair a cargo de William Kunstler, que también libró alnarcotraficante Larry Davis, pesea que había disparadoa seisagentes de policía.EnlamismalíneaestálahistoriadeAbeKid TwistReles, el sicario convertido en soplónque en 1941cayódesde lasexta plantade unhotel donde locustodiabanseis agentes. Su inoportuna muerte obligó a WilliamO’Dwyer,fiscal del distrito de Brooklyn, a abandonar sucaso de asesinato contra Albert Anastasia, una celebri-dad del mundo del hampa que había puestoa lacabezade Reles un precio que, según se rumoreaba, la policíaaceptó. Pese a su poder, Anastasia fue asesinado dieci-séis años después por uno de los suyos, que logró así loqueelfiscal no pudo. Entretanto, cuando O’Dwyer obtuvola alcaldía de Nueva York se vio envuelto en un escándalocon el célebre tahúr Harry Gross y tuvo que dimitir.Estosson solodos de los muchosejemplosde estelibro decómouncrimen parecellevara otro.Más allá de los delitos y sus protagonistas, esta obratrata sobre la ciudad de Nueva York, que conserva tantosescenariosdecrímenesquepodríanserobjetodeunmorboso circuito a pie. Uno de sus edificiosmásanti-guos, el de la Fraunces Tavern, fue blanco de una bombade las FALN en 1975, y unas manzanas al norte, el antiguoedificio del J.P.MorganBank, en el 23de WallStreet, con-serva las mellas de una bomba que estalló en 1920. Unavez leído este libro, no se podrá pasear por Central Parksin pensar en Robert Chambers, ni por Flushing MeadowPark sin recordar a los dos agentes que volaron en peda-zosaltratardedesactivarunabombaenlaExposiciónUniversal de 1940. Los aficionados a la crónica negra es-perarán que hablemos de un robo en la joyería Tiffany,pero pocos sabránque sedio ungolpe mucho mayor re-lacionado con joyas entre huesos de dinosaurio en elMuseo Americano de HistoriaNatural.Como miembro del NYPD durante más de treinta ycinco años, conozco bien sus entresijos. Miformación y lade los coautores nos procuró una visióny unaccesoadicho departamentoque pocos escritoresposeen. Enmu-chos casos teníamos información de primera mano sobre los delitos y entrevistamos a sus protagonistas, víctimas incluidas, paraconocer su versión de los hechos. Por ello, el lector podrá conocer las atrocidades más notorias de la ciudadmás fascinantedel mundo narradaspor auténticosentendidos con información privilegiada.GeorgeMetesky,elLocodelas Bombas..
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Años1802–1844
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ucho antes de que sir Arthur Conan Doyle crearaalgenialdetectiveinglésSherlockHolmes,losneoyorquinosdependían de las tretasdel alguacilmayor Jacob Hayspararesolver sus crímenes. Otros acaba-ron eclipsándolo, pero Hays fue el primer auténtico jefe depolicía de Nueva York.Jacob Hays nació durante la guerra de la Independenciade EE. UU. en Bedford (NuevaYork).Supadre,David Hays,fue uncomerciante alserviciodel general GeorgeWashing-ton y cedió su tienda alfuturo presidenteparaque cele-brara allí sus reuniones. Con siete años, Jacob se unió a lacausa ayudando a colar un rebaño de ganado a través de laslíneas enemigas. En 1798, David pidió a Aaron Burr que ayudara a su hijo a conseguir el puesto de alguacil en NuevaYork. Jacob tuvo un éxito inmediato, gracias al cual el al-calde le nombró highconstable, o alguacilmayor,en 1802. Sutrabajo consistía en supervisaruna guardia de veintio-chovigilantes a tiempo parcial: al acabar su trabajo diurno,estos hombres velaban del anochecer al alba, acogidos alsistema que establecieron los holandeses en 1658 y mantu-vieronlos inglesesalhacerse con laciudaden 1674.Enteoría, el alguacilmayor seocupaba de asuntos ad-ministrativos,comoprocesarmandatosyórdenesjudicia-les, pero Hays añadió a sus deberes el mantenimiento de lapaz y la resolución de delitos. Dedicaba hasta dieciocho horas diarias a patrullar Lower Manhattan con poco másque un bastón y un puntapié para imponer la ley. Fue el primer policía de Nueva York que persiguió a los delincuen-tes, y su famaera tal que,cuando había problemas, los pa-dres fundadores de la ciudad gritaban: «Soltadles al viejoHays».Secontaba que su merapresencia, acompañada deJacob Hays fueelalguacilmayorhasta 1844, cuandosedesmantelóla GuardiaNocturna.Sueleconsiderarseelprimerdetective de Nueva York.El barrio de Five Points era la zona más peligrosa de Manhattan. Los guardias temían patrullarlo porquelas bandas les atacaban. No hay datos precisos, perose cree que allí tenía lugar un asesinato por noche de media. Este fue uno de los motivos por los que secreó la Policía Municipal, que sustituyó a la ineficazGuardiaNocturna.
16una tajante invitación airsea casa, bastaba parasofocar una pelea y dis-persar a los alborotado-res, aunque seguro quehacíanfaltaunosgolpes certerosparaquecalara el mensaje. Se decía quedaba unbastonazo enlabarbilla a los embusterosmientrasgritaba:«¡Losbuenosciudadanosdicenlaverdad!».Pararesolver asesinatos, Haysdependíadesu ingenio,su prodigiosa memoria y su habilidad paraengañar a los sospechosos. En algún momento de 1820 —la fecha exactase olvidó hace mucho, igual que el nombre de la víctima—lo llamaron a Coenties Alley, en el primer distrito, cerca deCoentiesSlip, alnorte de laFraunces Tavern. Enaquellosdías, el extremo sur de la costa de Manhattan estaba cua-jado de muelles. Se había hallado a un capitán con una herida letal en la cabeza. Parecía que lo hubieran matado durante un robo. Hays dedujo con acierto que el criminalse encontraba entre los marineros del barrio, muchos de carácterdudoso.Secentróenparticularenelcompañerodeliteradelcapitán,untalJohnson,unmentirosoredo-mado que convenció de su inocencia a todos menos a él. Por suerte, Hays tenía un as bajo la manga para demostrar su teoría. Fue una de las primerasveces documentadasen que se utilizó la psicología para obtener una confesión.Ordenóque llevarana Johnson alayuntamiento, donde secustodióel cadáver hasta su entierro. Una vez lotuvo allí, retiró el sudario que cubríalos restosdel capitán y bramó:«Mire este cuerpo. ¿Ha visto a este hombre antes?».Johnson palideció al verlo y espetó: «Sí, señor Hays, yo lomaté».La confesión lo mandó al cadalso, pero cuando tuvo la sogaalcuellosedesdijo.EntoncesHayssubióalpatíbuloy sequedó mirándolo hasta que admitió su culpa: «Acaben con esto. Yo lo maté… No puedo mentir cuando ese hom-bre me clava lamirada».La leyenda de Hays creció con el paso del tiempo, aligual que las fuerzas a sus órdenes, pero fueron sus proe-zas las que coparon los titulares.Sedecíaque Sedecía queHays daba Haysdabaunbastonazo unbastonazo enlabarbillaa enlabarbilla alosembusteros losembusterosmientras gritaba: mientras gritaba: «¡Losbuenos «¡Losbuenos ciudadanos dicen ciudadanos dicen laverdad!».laverdad!».A principios de la década de 1800, los comerciosde la bulliciosa South Street, en Lower Manhattan,eran el blanco predilecto de ladrones.
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nlamadrugada del 20 de marzo de 1831ocurrió uno de los primerosrobos de bancosdocumentadosen Nueva York. Tras hacer moldes de las cerraduras conceraparafabricarllaves, los bandidosJames Honeymany William Murray entraron en el City Bank (hoy en día Citi-bank), en Wall Street, limpiaron la cámara acorazada y las cajas de seguridad, y huyeron alamparo de lanoche con 254.000 dólares en billetes y monedas (el equivalente a54 millones actuales). Cuando se informó del robo a Hays, estesospechó de inmediato de Honeyman, uncelebé-rrimoladróndelaépoca,peronohallópruebasparade-mostrarlo hasta pasados unosdías. Honeymanempleóparte del botín en alojarseen una pensión de Lower Man-
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Año1831El primer robo de un banco neoyorquino documentado ocurrió en el número 52 de Wall Street.A mediados de la década de1800, WallStreetya era elcentrofinanciero de Nueva York yobjetivofavoritodedelincuentes.