El indulto general - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

El indulto general E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

El indulto general es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.

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Seitenzahl: 51

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Calderón de la Barca

El indulto general

Jesús, María, José

Saga

El indulto generalCover image: Shutterstock Copyright © 1634, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726496925

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS

LA CULPA. EL MUNDO. ADÁN. CAÍN. ABEL. DAVID. SALOMÓN. ABRAHAM. DIMAS. GESTAS. ÁNGEL. LA JUSTICIA. LA MISERICORDIA. EL PRÍNCIPE. LA ESPOSA. MÚSICA. Acompañamiento.

Auto sacramental alegórico

Dentro la MÚSICA y sale la CULPA como oyendo a lo lejos.

 

MÚSICA ¿Cuándo, Señor, será el día

de aquel gran prometimiento...

CULPA «¿Cuándo, Señor, será el día

de aquel gran prometimiento...»

MÚSICA ...en que cielo y tierra unidos... 5

CULPA «...en que cielo y tierra unidos...»

MÚSICA ...en admirable comercio...

CULPA «...en admirable comercio... »

MÚSICA ...el cielo en la tierra,

la tierra sea cielo? 10

CULPA «...el cielo en la tierra,

la tierra sea cielo?»

¿Qué nuevo cántico es,

qué nuevo ritmo, qué nuevo

himno que, para que sea 15

nuevo hoy todo, dando al eco

en suavidades de canto

consonancias de lamento,

desde lo profundo clama

una y otra vez diciendo... 20

ELLA y MÚSICA ...que en admirable comercio

el cielo en la tierra

la tierra sea cielo?

CULPA Pero, ¿qué me desconfía,

cante o llore, el día que preso 25

en la cárcel del pecado

al género humano tengo?

Cárcel del pecado dije,

no sin soberanos textos

que lo apoyen: a Isaías 30

le dio el Señor, sobre el pueblo,

autoridad de librar

a los que estaban de asiento,

en la cárcel de las nieblas;

Job dijo en sus sentimientos 35

que Dios le tenía ceñido

en la cárcel de sí mesmo;

cárcel espiritual, dijo

allá en su epístola Pedro;

y Juan en su Apocalipsis, 40

que el fiero Satán fue suelto

de la cárcel del abismo;

y pues, para que un concepto

pueda explicarse a dos luces,

no en vano asentado dejo 45

ser la cárcel el pecado,

su fábrica el universo,

el Mundo el alcaide suyo

y el género humano, el preso.

¿Qué mucho, siendo la Culpa 50

agente fiscal de reos,

que cuando él clama piedades

ella apellide tormentos?

¡Ah de la cárcel del Mundo!

¡Ah del pavoroso centro, 55

en que delincuentes yacen,

no sólo cuantos nacieron,

porque nacieron, sino

cuantos por ser herederos

de aquel original crimen, 60

infestados se adurmieron

a la sombra de la muerte,

en el más profundo sueño

de la vida!

 

(Sale el MUNDO.)

 

MUNDO ¿A qué fin, Culpa,

hoy, de tu siempre severo 65

semblante, el ceño arrugado

tan segunda vez es ceño,

que de la hidra sobre hidra

cumplido tray el proverbio,

a estos calabozos llamas; 70

en cuyo lóbrego centro

todos, ya tú lo dijiste,

yacen, mayormente aquellos

que de culpas personales

han fabricado sus hierros, 75

sin excepción de personas

pues desde el cayado al cetro,

desde la toga al bastón

y desde el noble al plebeyo,

todos aherrojados viven 80

en mí? Dígalo el salterio

donde, en pública vindicta

de naciones y de pueblos,

afirma que se han de hallar

reyes y jueces a un tiempo 85

ligados de pies y manos

al grillo y cadena; y siendo

así, que están a mi cargo,

¿a qué fin, a decir vuelvo,

vienes hoy tan asustada? 90

CULPA A fin de no sé qué acento,

sólo de mí percebido,

que se ha escuchado allá dentro.

¿Cuándo el día será, clama,

que en admirable comercio 95

el cielo y la tierra unidos

él sea tierra y ella cielo?

Esta nueva entonación,

entre otras sombras y lejos,

de que misterioso está 100

el sacro volumen lleno,

por ser la más adecuada

al equívoco concepto

de que cielo y tierra se unan,

me ha traído al pensamiento 105

la visión de aquella escala

que, uniendo sus dos extremos,

por ella, ¡tiemblo al decirlo!,

iban bajando y subiendo

tropas de alados querubes, 110

significándome en ellos

al Hombre cuando subían,

cuando bajaban al Verbo.

Con esta aprehensión, ya sea

o pasmo o delirio, intento 115

cautelarme, para cuando

Dios, movido de su ruego,

cumpla el esperado día

de aquel gran prometimiento,

que el cántico de Habacú 120

les profetiza diciendo

que del Austro vendrá un rey,

que haciendo piadoso acuerdo

de su gran misericordia,

disuelva su captiverio. 125

Dirásme tú agora, ¡oh Mundo!,

¿cómo cautelar pretendo

mi temor, si de su grande

misericordia habla el mesmo

cántico? Y diréte yo 130

que, si en ese y otros versos

dice el texto que es su suma

misericordia en eterno,

también en sus versos dice

que visitará severo, 135

sin que su misericordia

se desaproveche en ellos,

con la vara y el azote,

la iniquidad del protervo.

Y siendo así, que no puede, 140

por ir, en rey tan excelso,

a más su misericordia

venir su justicia a menos,

¿quién duda que haya de hacer,

de su parte el Real Consejo 145

la visita general

de la Pascua del Cordero

el día que residencie

la cuenta de los talentos?

Conque, para prevenirme 150

a que halle en sus procesos

tan sustanciadas las causas,

los cargos tan manifiestos,

que conozca la justicia

sin misericordia de ellos, 155

vengo a requerir la lista

de los criminales pleitos

en que he de fiscalizar.

Y así, vamos recorriendo

las estancias para que 160

sea, cuando llegue el tiempo,

memoria de sus olvidos

el libro de mis acuerdos.

MUNDO Siendo tú la querellante

parte, a cuyo pedimiento 165

presos están (pues sin ti,

Culpa, no estuvieran presos),

y siendo yo el Mundo, que

en mi confianza los tengo,

mientras la muerte no traiga, 170

(ministro tuyo a quien dieron

vara de Corte tus iras),

de soltura el mandamiento,



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