Entre el Cielo y la Tierra - Ilda Norma Segretin - E-Book

Entre el Cielo y la Tierra E-Book

Ilda Norma Segretin

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Beschreibung

Si tienes este libro en tus manos, es porque Aquel que Es, Abba, quiere decirte algo. En la vida nada es casual, sólo causal… todo, absolutamente todo lo que pasa, por algo pasa, y para Dios eres un ser muy importante... Te ama y quiere que lo sepas… No sé cómo es este encuentro,… quizás en una librería,… O me encontraste tirada en el suelo,… O en el banco de una plaza,… O simplemente, voy pasando de mano en mano porque he llegado a ser lo que siempre quise ser, una mensajera de Dios... Te invito a realizar un viaje inesperado, a través del tiempo y del espacio, Entre el Cielo y la Tierra, conocer la vida de una mujer insignificante,… una que tuvo experiencias extraordinarias… y otras no tan extraordinarias… Simplemente te invito a conocerme,… deseo ayudarte y estaría muy feliz de poder hacerlo. Desde este libro podría ser… ¿tu abuela espiritual…? ¿Tu compañera en los momentos de ocio…? ¿Tu amiga invisible en la alegría o en la soledad…? ¿¿¿Sííí????… ¡¡¡Graciaaaaass!!!!!, gracias por elegirme… ¡¡¡Qué felicidad siento!!!… Yo, … te acepto con el corazón abierto de par en par… Vamos, por favor, vamos… llévame contigo para que sigas leyendo… Entremos al fascinante mundo de la lectura y el diálogo entre la autora y el lector… Ah, me olvidaba… ¡qué cabeza loca tengo!... y qué poca educación la mía,… Soy Ilda Norma Segretín, tengo 81 años. Dos hijos maravillosos, tres nietas, Alma, Ambar y Máxima, realmente amorosas e increíbles… y por si todo esto fuera poco, la vida me ha bendecido con dos nietos del corazón, Valentino y Ornela, y dos bisnietos… Gracias por elegirme… Vamos… entremos juntos al mundo de mis vivencias… Dame tu mano,… yo te guío…

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ILDA NORMA SEGRETIN

Entre el Cielo y la Tierra

Segretin, Ilda NormaEntre el cielo y la tierra / Ilda Norma Segretin. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4418-6

1. Autobiografías. I. Título.CDD 808.8035

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Contents

CAPÍTULO I - Una extraordinaria historia de amor

CAPÍTULO II - La voz del silencio

CAPÍTULO III - Esa persona tóxica

CAPÍTULO IV - Esa maravillosa mujer, mi madre

CAPÍTULO V - El terrible mazazo de la vida

CAPÍTULO VI - Mis hermanas y yo

CAPÍTULO VII - Evocación paterna

CAPÍTULO VIII - La vida vuelve a tener sentido para mí

CAPÍTULO IX - Comenzamos a soñar juntos los tres

CAPÍTULO X - Conociendo a Yoyo

CAPÍTULO XI - Mis reflexiones

CAPÍTULO XII - Descubriendo el sentido de la existencia

EPÍLOGO

ANOTA AQUÍ TUS PROPIAS REFLEXIONES

ILDA NORMA SEGRETIN

A Dios por la vida, por todo

Por mirarme con Amor, sin ver mi insignificancia.

A mi esposo, por haber estado en las buenas y en las malas.

A mis hijos, nietos y sobrinos,

Porque me brindaron la oportunidad

De amar y ser feliz

A todos y cada uno de los médicos que me asistieron

A lo largo de mi vida

A quienes fueron mis alumnos y a los que no siéndolo los amé como tales

A los que me acompañan y acompañaron en este

Tren de la vida.

CAPÍTULO I

Una extraordinaria historia de amor

Hoy quiero que conozcas una historia de amor realmente increíble, más bien, impactante, diría yo…

Y quiero, con ella, comenzar este libro como un sentido y pequeño homenaje al amor verdaderamente profundo, ése, que supera todos los obstáculos…

Es la historia de dos personas encantadoras, dos almas tan enamoradas que, el sólo verlos caminar por la calle derretía mi corazón.

Eran una bella pareja que, gracias a la vida, pude conocer.

Él superaba los 80, ella, no lo sé, ya que jamás le pregunté su edad.

Era de esas mujeres que a quien las mire hace pensar en las mariposas, porque te recuerdan que la vida es una eterna transformación…

Nos encontrábamos semanalmente, ya que ella concurría al Centro médico en el cual colaboro.

Asistía para un tratamiento especial, del que soy la operadora… como podrás imaginar, esperaba su llegada con ansiedad, porque era un bálsamo revitalizante para mí… La vida tiene estas cosas, sólo tenemos que tener el corazón, o la mente, abiertos para “descubrirlas”,… ella concurría para que yo la aliviara y ella, sin saberlo, mejoraba mi vida… El sólo verlos llegar tomaditos de la mano, con sus miradas tiernas, me conmovía, renovando en mí los más positivos sentimientos.

En este mundo actual, ya casi acostumbrados a tener que soportar el malhumor, el desprecio cotidiano de nuestros semejantes o una displicente indiferencia, no siempre se encuentra una pareja tan agradable, y mucho menos, tan enamorada, sino, todo lo contrario… ya que, lamentablemente, hoy, las parejas, son, en su mayoría, dos individualidades que rara vez, caminan tomados de la mano…

Tampoco abundan los gestos de atención y cuidado, aquellos que nos hablan de una conexión fluida en las parejas, tales como gestos amables, llenos de una ternura imposible de fingir, de miradas elocuentes que anticipan un posible tropezón o una dificultad o una tierna sonrisa…

Transmitían amor a manos llenas, lo irradiaban por los ojos, por los gestos, por sus miradas llenas de afecto. Sus pasos, serenos, cuidándose uno al otro mutuamente, eran un canto silencioso al amor…

Los encuentros semanales fueron fortaleciendo los lazos de una sana e incipiente amistad y, confesión viene, confesión va, le conté que estaba tratando de escribir un libro. Éste, que, ya en el ocaso de mi vida, recién ahora me animo a completar y publicar.

Ella, me dijo, “ como aporte a tu libro, te voy te voy a contar la historia de mi amor por Esteban… ”. “Y quiero que la cuentes en tu libro”…

Fascinada agradecí su gesto.

Y, así simplemente, ella comienza a contarme su historia de amor… Qué, por supuesto, con el mayor respeto y afecto posible, trataré de transmitirles a continuación, lo más fielmente posible…

Ésta es su historia.

“Mora era una bellísima adolescente, con un rostro perfecto, iluminado por unos enormes ojos claros, enmarcado por su cabello negro, rizado…

Los años de su adolescencia en su ciudad natal, transcurrían muy felices…

Mora, en ese entonces, estudiaba en la Escuela Normal... Era su último año de secundaria y estaba profundamente enamorada de Esteban, un compañero con quien había comenzado a salir, obviamente, con el permiso de sus padres. Era tocar el cielo con las manos… Su primer amor …

Pero” …, desgraciadamente, siempre en todas las historias surge un pero …

Todo surgió imprevistamente, nada hacía pensar que ése día iba a ser crucial en la vida de Mora…

Todo era diferente, fuera de las rutinas cotidianas.

Malvina, su mejor amiga no había concurrido a clase y ella, muy generosamente, se había ofrecido llevarle sus tareas. Tranquilamente salió de la escuela, directo a la casa de su amiga, toca el timbre de entrada y mientras esperaba ve venir en su dirección a una parejita muy melosa, sorprendida, gira nuevamente su cabeza para observar mejor y fue como si cayera un rayo sobre ella… No lo podía creer… Sí, era él, sí, no había ninguna duda, aunque su corazón gritaba ¡¡noooooo!!

¡¡NOOOO!!

Ellos, ni siquiera la vieron… A Mora, ese día se le desplomó el mundo a sus pies. Creyó que iba a desmayarse, el estómago se revolvió en su interior como un nudo retorcido… Las manos y las piernas le temblaban… unas náuseas cerraron su garganta, mientras esa bella e inocente existencia del primer amor caía destrozada en mil pedazos… Sus ilusiones desaparecieron como un castillo de naipes soplados por el viento… ¡¡ y ellos ni siquiera la veían !! … ¡¡¡era tan doloroso!!!…

Parecía un mal sueño… Habían pasado a su lado, totalmente ajenos a su presencia, de su angustia, a su sufrimiento…

Intentó reaccionar, pero no era ella, era una cáscara llena de un llanto interior, una marioneta sostenida por los hilos del titiritero Destino…

Cuando Esteban pasó a su lado, Mora sólo atinó a tirarle de la manga del saco para que la viera… pálida, con los ojos extrañamente fijos, sin parpadear…

Él quedó más que sorprendido, sus ojos se abrieron enormes, espantados, su rostro se puso tan pálido como el de Mora, él también parecía próximo a desmayarse… Pero, nada de eso pasó… Simplemente se cruzaron…

Ni una sola palabra salió de sus bocas,… solamente se miraron sin poder creer lo que estaba sucediendo…

Así se dijeron todo, sin que ni una sola palabra saliera de sus bocas…

Por supuesto, más adelante, en días posteriores, él trató de conseguir su perdón, lo pedía de mil maneras, pero ella ya no era la misma, tenía el corazón y su primer amor, destrozados… y ya no era posible remendarlos… Además, no podía reaccionar, todo su yo interior estaba paralizado, como si estuviera extrañamente dormido… en un sueño letal… No sabía si podría volver a despertar. Aunque la vida en sus imprevistos, siempre tiene la última palabra.

Mora siempre recordaría las palabras de Esteban antes del adiós definitivo: “-Yo te voy a seguir amando, y para que lo sepas, si las vueltas de la vida hacen que me case y tenga una hija, le pondré tu nombre”…

Y, … sí. La vida continuó.

Ambos siguieron en la Escuela, con los estudios, con sus amigos… Todos los del grupo eran amigos casi desde que nacieron, habían ido siempre a la misma escuela, a los mismos grados, y ya en el secundario, continuaban en los mismos años… Así siguieron saliendo todos juntos, Esteban también…

Eran adolescentes, y todo tiene una dimensión diferente. Los amigos sostienen y hacen más llevaderas las dificultades, las frustraciones, el dolor de un amor perdido… y así continuaron todos con su adolescencia….

Al fin llegaron los festejos de fin de curso que fueron adormeciendo el sufrimiento prematuro…

Y la vida siguió su curso… Mora comenzó a salir con Fernando, otro de los chicos del grupo, y la relación, con el apoyo familiar y el de los amigos, fue avanzando.

Así formalizaron, se comprometieron y finalmente se casaron… De esa unión, nacieron dos hijos maravillosos…

Mora nunca tuvo reproches ni resentimientos con la vida…Ella y Fernando eran felices, trabajando y esforzándose juntos para salir adelante, logrando sus objetivos.

Pudieron formar una empresa que les permitió crecer económicamente y manejarse con holgura, dentro de la sociedad del lugar.

Los años pasaron, los hijos crecieron, hasta que, la vida vuelve a sorprenderlos. Esta vez Mora, debe enfrentar la enfermedad de su esposo.

Una larga y penosa enfermedad.

Ahí comienza el verdadero calvario de Mora, esta vez, luchando por la vida de su esposo… Mientras tanto, Esteban, que jamás había dejado de ser el compañero y amigo de ambos, seguía acompañándolos… Él también se había casado y era padre de una hermosa niña a la que le pusieron por nombre, Mora…

Su hija fue creciendo, se hizo mayor, y un día, lamentablemente, su esposa falleció.

El tiempo siguió transcurriendo, tanto para los tres amigos como para todos los demás, y en su avance, como ocurre siempre, fue trastocando sus vidas, con avances y retrocesos, con aciertos y dificultades, con pérdidas y beneficios…

Los hijos crecieron, estudiaron, se recibieron, fueron profesionales.

Esteban y su familia, estuvieron presentes, acompañando a sus amigos, en el difícil y amargo trance de la enfermedad de Fernando… su apoyo fue muy importante y valiosos, tanto para Mora como para Fernando…

Gozaban de esas amistades auténticas, únicas, que pocas veces podemos encontrar en la vida y que realmente se sostienen a través del paso de los años, basadas en la confianza, la reciprocidad, la sinceridad, sin retorcidas intenciones…

Para Mora la vida se fue tornando cada vez más dura.

Debía cuidar de su esposo y, a su vez, sostener la empresa que ambos habían formado, ya que era la fuente de sus ingresos…

Mientras tanto, finalmente, el desenlace tan temido se acercaba cada vez más…

Fernando, dándose cuenta de lo que estaba por llegar el desenlace fatal, le dice:

“-No te quedes sola,… cuando ya no esté, trata de casarte con Esteban. Sé que siempre se apreciaron. Él te va a cuidar y no estarás sola. Y creo que debe ser así.”

Mora, llorando, le rogó que no hablara de ese modo, que no dijera tales cosas, que iba a recuperarse, que todo sería una gran dificultad que ambos superarían,… pero la vida, inexorable, le demostró que no sería así…

Pasaron casi 10 años, muy difíciles y complicados, que pusieron a prueba el temple de Mora, quien sacó de su interior toda la fuerza necesaria que Dios le concedió para salir adelante…

Hasta que un día, Fernando y ella hablaron con sus hijos y finalmente, con la aprobación y bendición de todos ellos se casaron… Y, actualmente, viven muy felizmente enamorados… Así concluyó su historia, Mora, mi nueva amiga y confidente…

Hoy, al escribirla, debo hacer esfuerzos para contener las lágrimas…

Jamás podré olvidarlos, me enseñaron mucho… y jamás podré borrar de mis retinas la imágen de ambos, caminando por la calle, lento, muy juntitos, mirándose a los ojos, tomaditos de la mano…

No sé si he sido capaz de transmitirte ese amor tan perfecto…

Desearía que pudieras imaginarlo y revivirlo en su total dimensión, que pudieras llegar a comprender y poder creer, que el amor verdadero, pleno, sano, existe y sobrevive a todas las dificultades, a todos los impedimentos, sólo debemos descubrirlo y atesorarlo en nuestro interior.

San Agustín dijo: “Ama y haz lo que quieras”… ¿Por qué?, porque todo lo que hagas sería hecho con amor…

Pasaron algunos años, seis o siete, no sé que habrá sido de ellos…

Los senderos de nuestras vidas no se han vuelto a cruzar, pero,… estén donde estén, dejaron huellas muy profundas en mí, que jamás olvidaré y por eso, les estaré siempre muy agradecida…

Los llevo prendidos a mi corazón, los amo profundamente y les recuerdo con inmenso afecto…

Williams Shakespeare dijo:

“Si no recuerdas la locura

En la que el amor te hizo caer…

Es que no has amado”.

CAPÍTULO II

La voz del silencio

Amo el silencio…

Desde niña,

Fue mi recurso y amparo.

En situaciones difíciles

Preferí el silencio…

Aunque muchas veces

Debí haber hablado,…

Pero no lo pude hacer.

En el silencio escucho

Mi voz interior

¿Nadie oye mi clamor?

Ahhh, Señor…

Si pudiesen oír

El grito de los pobres…

El de las madres

Angustiadas,

El de los niños

Abandonados,

El del trabajador

Estafado,

El de la esposa

Engañada…

Y el del esposo

Frustrado…

Oh, Señor,

10

Esos gritos

Aturdirían su descanso…

Quizás por eso

Amo tanto el silencio…

Porque despierta mi rezo

Que se hace llanto en el pecho

CAPÍTULO III

Esa persona tóxica

Y, siiii, parece increíble, no? Pero… andan por todos lados o yo camino por la vida con un colador en la mano…

Conociste alguna?... Yo sí, para mi desdicha…

Desde ya te aviso, que sólo llevo cuenta de ésta, que fue la que más duro me golpeó… a las demás, demasiadas para mi gusto, ni las registro, no es que me haya inmunizado, ¡nooo!,… para nada… y no creo que alguien lo haya logrado, lamentablemente…

Las relaciones humanas se tendrían que basar en la confianza, la verdad, el amor filial, es lo mínimo que podemos esperar del otro… Por lo menos, es lo que creo, y lo que esperaba… Todo lo bueno que uno espera del otro, la persona tóxica ni siquiera lo percibe, ni lo registra,… No se da cuenta.

Ella se filtra en tu vida. Se ubica en un lugar especial, hasta ser una persona especial para vos. Esa, con la que abrís tu corazón,…

Lo doloroso, es que no logramos darnos cuenta de nada.

No vislumbramos que, en realidad, ella necesita arruinar nuestros logros, nuestros momentos de felicidad.