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"Fuenteovejuna" es una de las obras más populares y representadas de Lope de Vega, lo que equivale a decir que es una de las más importantes de nuestro teatro clásico. En ella se plasma la historia, tan antigua como el mundo, en la que los humildes luchan contra los todopoderosos tiranos que pretenden ser dueños de todo y de todos; incluso de las voluntades y el honor de sus súbditos, y esto, como se describe en el drama, no es posible y termina, tarde o temprano, llevando a un enfrentamiento.
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Seitenzahl: 96
Veröffentlichungsjahr: 2015
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Introducción
Fuente Ovejuna
Acto primero
Acto segundo
Acto tercero
Apéndice
Créditos
En el siglo XV, algunos pueblos españoles dependían directamente del rey; otros, por el contrario, estaban vinculados con determinados nobles. En estos últimos, sus habitantes (es decir, los villanos) sufrían, con frecuencia, la arbitrariedad de sus señores y se convertían en víctimas de agresiones diversas, sin disfrutar de las garantías que la corona otorgaba a sus súbditos directos.
Hasta nosotros han llegado testimonios históricos de revueltas de poblaciones que, hartas de los abusos e injusticias, solicitaban pasar a la jurisdicción real. Concretamente, durante la década de los setenta del citado siglo, se rebelaron villas como Ocaña, Alcaraz o Fuente Ovejuna.
Precisamente la noche del 23 de abril de 1476, el pueblo de Fuente Ovejuna, constituido por algo menos de un millar de labradores y ganaderos, asaltaba violentamente, con sus autoridades al frente, la casa de la encomienda y daba muerte, con ensañamiento, al comendador mayor de la Orden de Calatrava, del que dependían. Las órdenes militares (Calatrava, Santiago y Alcántara) habían sido creadas en el siglo XII para hacer la guerra a los moros, y contaban en la época que nos ocupa con grandes extensiones de tierra y sus correspondientes villas.
Al frente de la Orden de Calatrava se encontraba desde 1445 el maestre Pedro Girón, quien había obtenido del rey Enrique IV varias villas dependientes hasta entonces de Córdoba, es decir, del rey. Entre ellas se encontraba Fuente Ovejuna. Sin embargo, en 1465 anuló la donación, ante las presiones de la ciudad de Córdoba. En 1466, Rodrigo Téllez, su hijo, que contaba solo con diez años de edad, se convertiría en maestre, por renuncia de su padre. Tan joven era que el papa Paulo II tuvo que confirmarlo en el cargo en 1468, ante las protestas de algunos nobles que consideraron ilegítimo tal nombramiento. Ese mismo año, el comendador mayor de la Orden, don Fernán Gómez, ocupó Fuente Ovejuna por la fuerza y fijó allí la residencia de la encomienda.
Sobre este fondo histórico, concibió Lope de Vega una de las obras dramáticas más destacadas de su producción y de todo el teatro clásico español.
Lope de Vega tuvo conocimiento de los hechos históricos relacionados con el levantamiento de Fuente Ovejuna a través de la Crónica de las tres órdenes y caballerías de Santiago, Calatrava y Alcántara, publicada por el fraile calatravo Francisco de Rades y Andrada en 1572.
Allí pudo leer cómo el comendador había abusado de los villanos, pues les quitaba buena parte de sus haciendas para mantener a los soldados que había alojado en Fuente Ovejuna y que apoyaban al rey Alfonso V de Portugal en su pretensión de conseguir la corona de Castilla como esposo de la hija de Enrique IV; y también, cómo él mismo tomaba por la fuerza a las mujeres de la villa.
Y cómo los alcaldes y regidores, seguidos por el pueblo, decidieron tomarse la justicia por su mano y asaltar la casa de la encomienda dando vivas, eso sí, a don Fernando y a doña Isabel, esto es, a los Reyes Católicos, que habían accedido al trono de Castilla tras la guerra de sucesión castellana (1475-1479) frente a Juana la Beltraneja y su esposo, Alfonso V de Portugal.
También relata la Crónica cómo el comendador, Fernán Gómez, quiso desagraviar a los vecinos, pero ellos no quisieron aceptar nada, por lo que lo atacaron e hirieron y, posteriormente, lo arrojaron por una ventana a la calle, donde quedó ensartado en las lanzas y las espadas de los villanos que allí estaban. Asimismo, deja constancia de la intervención de las mujeres de la villa, que habían nombrado capitana y alférez a dos labradoras y se habían lanzado bajo una bandera al asalto.
Por último, Rades da cuenta de la investigación de los hechos que emprendieron los Reyes Católicos mediante un juez pesquisidor y cómo esta terminó sin resultado porque ante los interrogatorios y torturas a los que fueron sometidos hombres, mujeres y niños para averiguar quiénes habían sido los cabecillas del levantamiento, todos respondían unánimemente «Fuente Ovejuna, todos los vecinos de esta villa». Y culmina el relato haciendo saber que los villanos fueron a Córdoba para volver a ponerse bajo la jurisdicción de esta ciudad como había sido anteriormente y cómo el maestre Rodrigo Téllez había corregido su error de juventud y se había vuelto fiel a los Reyes Católicos, a cuyo servicio murió en el cerco de Loja.
Como se verá en la lectura de la obra, Lope de Vega recoge prácticamente todos los hechos que contiene la Crónica de Rades, pero como no era un historiador sino un poeta, los utilizó y combinó libremente con otros acontecimientos históricos e inventados para componer una obra artística, que responde a unos fines estéticos y a unos presupuestos ideológicos muy concretos.
Por un lado, los agravios y ofensas del comendador toman cuerpo sobre un grupo de labradores y labradoras individualizados, ideados por el autor, entre los que destaca la joven pareja de novios formada por Laurencia y Frondoso. La colectividad anónima de los vecinos de los que nos habla la historia se convierte en un grupo de personajes con nombre e identidad particular, con vida, ilusiones, inquietudes y sufrimientos concretos. La historia (abstracta) se hace poesía gracias a personajes individuales.
Por otro, a Lope le interesa situar estos hechos en un contexto histórico más amplio, el de la guerra de sucesión de Castilla ya aludida y la participación del maestre de Calatrava en ella en oposición a los Reyes Católicos. Añadió así, en paralelo a los sucesos de Fuente Ovejuna, una segunda trama basada fundamentalmente en la conquista y posterior pérdida por parte de la Orden de Calatrava de Ciudad Real. También tomó de Rades los principales hitos de este suceso histórico, pero se inventó la participación del comendador como consejero del joven e inexperto maestre, estableciendo así un enlace entre las dos acciones que asegura la unidad de la obra.
De esta manera, los excesos del comendador en su villa quedan asociados a la oposición de la Orden de Calatrava y, por supuesto, de su maestre a las aspiraciones políticas de los Reyes Católicos. Hay que tener en cuenta que Lope escribe cuando la monarquía absoluta que procede de los Reyes Católicos a través de su nieto, el emperador Carlos V, está plenamente asentada en España, tras imponerse, por la fuerza de las armas cuando fue preciso, sobre el poder de los nobles. Estos quedan, pues, reducidos a partir del reinado de los Reyes Católicos y al comienzo del reinado de Carlos V a un papel de cortesanos sin poder alguno frente al monarca absoluto, que reúne en su persona todos los poderes sin que ningún noble se plantee, como sí había ocurrido durante toda la Edad Media, disputarle su posición. La monarquía absoluta (que se supone de creación divina) se presenta, entonces, como la garante de la justicia, del orden y de la armonía social, frente a las luchas y las divisiones que provocaba anteriormente la habitual disputa entre los nobles o entre los nobles y el propio rey (que no era en aquellos tiempos antiguos más que un primus inter pares, «un primero entre iguales»).
Lo que pretende Lope de Vega en esta y en otras obras suyas es defender la superioridad del sistema político monárquico de su tiempo, al estimar que fuera de él se pierde la estabilidad y brota el caos en la sociedad. Por eso desarrolla dos historias paralelas, que son, en realidad, las dos caras de una misma moneda: por un lado, la trama histórica, política, en que los nobles luchan contra los Reyes Católicos; por otro, la trama intrahistórica, social, en la que los nobles abusan injustamente de los villanos infligiéndoles todo tipo de humillaciones y agravios. En ambos casos se rompe la armonía de la vida ciudadana y solo con la muerte del comendador y el arrepentimiento del maestre (que confiesa haberse equivocado debido a su juventud e inexperiencia) puede restablecerse.
La obra no representa, pues, como se ha interpretado a veces a partir del Romanticismo, la rebelión del pueblo frente a los gobernantes en general. No se trata de una visión prematura y profética de las revoluciones populares de los siglos XIX y XX (lo que sería completamente anacrónico en la primera mitad del siglo XVII), sino de defender la armonía renacentista que representa para el autor la monarquía absoluta frente a las arbitrariedades de una nobleza que rompe el equilibrio social.
Lope manifiesta aquí, en conclusión, una ideología renacentista, de raíz neoplatónica, basada en el amor como principio básico de la convivencia. De aquí que durante toda la obra esté presente el concepto de cortesía basado en el respeto mutuo, que exige que cada uno cumpla con las obligaciones propias de su posición social. Y de aquí también que dentro del conflicto social y político haya una trama amorosa protagonizada por la relación entre Laurencia y Frondoso y desestabilizada por la intrusión lujuriosa del comendador, quien rompe el orden social al pretender a labradoras que no pueden ser para él más que objeto de placer y no de amor.
Presentamos a continuación una adaptación de la obra original de Lope de Vega, en la que se ha actualizado el lenguaje para hacerlo accesible a los jóvenes de nuestros días, de acuerdo con los criterios generales de esta colección. El texto se presenta casi completo y se ha conservado íntegramente la riqueza de la métrica original (que puede comprobarse cómodamente al presentar siempre con sangría inicial el primer verso de cada estrofa). Los valores temáticos, la expresividad del estilo, la viveza y colorido popular, la ideología y la intención de la obra original permanecen plenamente en esta adaptación.
EL COMENDADOR MAYOR DE LA ORDEN DE CALATRAVA, Fernán Gómez de Guzmán.
ORTUÑO, criado de Fernán Gómez.
FLORES, criado de Fernán Gómez.
EL MAESTRE DE CALATRAVA, Rodrigo Téllez Girón.
PASCUALA, labradora.
LAURENCIA,labradora.
MENGO, labrador.
BARRILDO, labrador.
FRONDOSO, labrador.
JUAN ROJO,labrador, tío de Laurencia.
ESTEBAN, padre de Laurencia, Y ALONSO,alcaldes.
REY DON FERNANDO.
REINA DOÑA ISABEL.
DON MANRIQUE.
DOS REGIDORES DE CIUDAD REAL.
UN REGIDOR DE FUENTE OVEJUNA.
CIMBRANOS, soldado.
JACINTA, labradora.
UN NIÑO.
ALGUNOS LABRADORES.
UN JUEZ.
MÚSICOS.
ESCENA PRIMERA
(Sala del palacio del Maestre de Calatrava).
(Salen el COMENDADOR, FLORES y ORTUÑO).
COMENDADOR:
¿Sabe el Maestre que estoy
en la villa?
FLORES:
Claramente.
ORTUÑO:
Está más impertinente.
COMENDADOR:
¿Y sabe también que soy
Fernán Gómez de Guzmán?
FLORES:
Mozo es aún, no te asombre.
COMENDADOR:
Aunque no sepa mi nombre,
¿no le basta el que me dan
de Comendador mayor?
ORTUÑO:
No falta quien le aconseje
que de ser cortés se aleje.
COMENDADOR:
Conseguirá poco amor.
Es llave la cortesía
para abrir la voluntad;
y para la enemistad,
la necia descortesía.
ORTUÑO:
Si supiese un descortés
cómo lo aborrecen todos,
y querrían de mil modos
poner la boca a sus pies,
antes que serlo ninguno
se dejaría morir.
FLORES:
¡Qué cansado es de sufrir!
¡Qué áspero y qué importuno!
Pues es la descortesía
necedad en los iguales,
porque es entre desiguales
