Gobierna la Mente - Libera tu Alma - Vanesa Pellico - E-Book

Gobierna la Mente - Libera tu Alma E-Book

Vanesa Pellico

0,0
8,49 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.

Mehr erfahren.
Beschreibung

"Gobierna la Mente - Libera tu Alma" describe el viaje espiritual de Vanesa Pellico, una mujer con vida "normal" que se vio modificada drásticamente ante la repentina muerte de su madre. Luego de haber interiorizado y profesado la religión católica, y de asistir a terapia psicológica convencional, con casi cuarenta años, Vanesa decidió buscar otros horizontes para su sanación espiritual. El contacto con las terapias holísticas como la biodescodificación y el Reiki, en principio, le permitió descubrir que aquello que tanto buscaba "fuera de sí misma" se encontraba "dentro": solo tenía que mirar correctamente. A continuación, la autora nos invita a sumergirnos en dieciséis casos registrados de sesiones holísticas que tienen como protagonistas a sus consultantes. En el diálogo entre Vanesa y cada uno de ellos los lectores encontrarán claves y recursos holísticos para ahondar en las profundidades de sus propias vidas y encontrar así su tan ansiada plenitud espiritual. Como señala Vanesa: "La vida nos enfrenta a situaciones que, en principio, nos generan dolor. Una vez que logramos mirarlas desde la perspectiva de la Unidad de la Consciencia, las entendemos como lo que realmente son: un aprendizaje".

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB

Veröffentlichungsjahr: 2023

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



VANESA PELLICO

Gobierna la Mente

Libera tu Alma

Pellico, VanesaGobierna la mente : libera tu alma / Vanesa Pellico. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4214-4

1. Narrativa. I. Título.CDD 158.128

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Facebook– Instagram: quaanthicca (Vanesa Pellico) Diseño de tapa: Johan Manuel Madera Moreno Corrector: Lautaro Burket Colaboración en edición: Adriana Marisel Gonzalez

Tabla de contenidos

Agradecimientos

Prólogo

¿Cuál es mi propósito existencial?

Re–construir desde el dolor

¿Quién soy?

¿Por qué atraigo esto a mi vida?

¿Control Mental?

¡Sus deseos son órdenes, Amo!

¡Enciende tus motores internos!

Entrevista a mis consultantes

Casos registrados

Merecer el éxito

Hazaña 1: Proceso de Iniciación

La inocente mirada de Mamá

Hazaña 2: Mis Decretos

El Cerebro y mi “Yo” disociado

Madre e hija: dos caras invertidas

Hazaña 3: Despeja tu Mente para llegar a tus deseos más profundos

Mi Padre… Mi Maestro

Hazaña 4: Limpiando heridas

Permiso… ¡Quiero crecer!

Contrariedad Indigesta

Hazaña 5: Haciendo las paces con nuestro entorno

Bruxismo: amenaza latente

¡Ay, madre mía!

Hazaña 6: Regresión al útero

El Grito a la Reconciliación

Hazaña 7: Un Pasado Movedizo

Muros que acorralan

Joaco: retorno a la Fuente

Ella

Hazaña 8: Descubriendo mi Poder Interno

Nahuel

El Mundo de la Unidad

Hazaña 9: Carta de Liberación emocional

Victoria(Un salto a la Gloria personal)

Hazaña 10: Lazo de Favores

Betina

Hazaña 11: ¿Qué historia te quieres contar?

Palabras finales

DEDICATORIA ESPECIAL

A mi hijo, Jean Emmanuel Pellico, quien llegó a mi vida para pincelarla de colores y quitar las malezas que irrumpen mi camino.

“Dedicamos tiempo de nuestra existencia a buscar riquezas sin percatarnos que estas se hallan mucho más cerca de lo que imaginamos. Cuando las des-cubrimos adentrándonos en nuestro Mundo Interior, ese que muchas veces nos convoca al miedo, comprendemos que el verdadero sentido de la fortuna anida allí, y es ahí cuando nuestra Vida recién comienza su viaje.”

Vanesa Pellico

AGRADECIMIENTOS

Me resultó difícil escribir la sección de agradecimientos de este libro. El hecho de poner en palabras la experiencia vivida con cada uno de mis consultantes, hermosas Almas que inspiraron este proyecto literario, me parecía imposible. No hay forma de expresar el regalo mutuo que se juega en cada una de las sesiones con ellos y ellas. Digo “mutuo” porque en estos espacios compartidos se conjuga un encuentro místico que sobrepasa lo verbal o conceptual; esta “dinámica espiritual”, como me gusta denominarla, da cuenta de lo que a menudo entiendo como Principio de Unidadde la Conciencia. Dicho de otro modo, se trata de la “Memoria Universal”, –que engloba todas nuestras experiencias como Humanidad– expresándose en los relatos de los consultantes que se acercaron hasta mí atravesados por una búsqueda espiritual y que hoy integran este libro; relatos que me han impulsado a dar a conocer la magia que nos une por el solo hecho de reconocernos humanos y hermanos “en el Espíritu”.

El regalo es la “maravillosa” sensación que me queda luego de finalizar cada encuentro, cuando las puertas se cierran hasta la próxima reunión y siento que la sesión con mi consultante ha generado un movimiento interno de sanación compartida. En ocasiones, durante las sesiones, los escucho decir: “No sé si me hago entender… es algo así como…” y yo, inmersa en el relato, conectada álmicamente, sintiendo su sentir, vibrando en sintonía con cada una de estas maravillosas almas que me eligen para acompañar su proceso de sanación, les digo: “Calma… comprendo perfectamente lo que sientes…”.

A los Grandes Maestros de mi Vida…mis consultantes, ¡Gracias…! Hoy me RINDO ante ustedes, que han confiado en mi trabajo desnudando lo más íntimo de su ser en una búsqueda genuina de sanación física, emocional y espiritual. ¡Ustedes son los verdaderos protagonistas de estas historias…!

En segundo lugar, agradezco a todos mis Maestros, Guías de la Luz que me han aportado la posibilidad de acercarme a nuevos conocimientos; a mi hijo, mi Maestro número uno, quien me interpela permanentemente con sus planteos y análisis filosófico–conductuales; a la grandiosa formación en Biodescodificación compartida por Pablo Vázquez Kunz de la cual participé; a Somos Buena Vida, la plataforma holística Internacional más grande de habla hispana que llega a cada rinconcito del mundo con tan solo cuatro años de antigüedad, gente linda que no solo forma terapeutas, sino también regala afecto, contención, además de horas y horas de clases semanales, foros de consultas y, como si fuera poco, grupos de WhatsApp con cientos de participantes donde la Directora General de la plataforma, Cecilia Imbastari, y su hija, Macarena Giuliani, están atentas a las necesidades de todos y cada uno de sus miembros. ¿Cómo no mencionar estas particularidades que nos hablan de profesionalismo, seriedad y, sobre todo, humanidad?; también quiero agradecer a las personas que conociendo mi pasión por el mundo holístico y la escritura me han instado a llevar este proyecto adelante. Finalmente… a mis padres, Manuel y Graciela, por haberme dado la Vida, mi Vida… la cual cada día honro con mayor intensidad. A mi madre, que si bien no se encuentra físicamente entre nosotros guía mis pasos con su presencia; a mi padre, de quien aprendo cada día qué sí y qué no… ¡mis grandes Maestros!... ¡LOS AMO…!

PRÓLOGO

“Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.”

Un Curso de Milagros, Cap. 4.1.4–7

Hace un tiempo sentí la imperiosa necesidad de escribir las maravillosas experiencias que el mundo holístico ha grabado en mis fibras más íntimas; también, sé, en las de muchas personas que han confiado en mi trabajo. Siempre sostuve que “nadie cura a nadie”: todos poseemos por naturaleza la capacidad intrínseca de auto sanarnos, aunque, a veces, necesitamos una orientación, un acompañamiento, una guía para reconocer este potencial y materializarlo en nosotros como estilo de vida.

Cuando tomé la iniciativa de impulsar este libro pensé en aquello que buscaba cuando recorría páginas y páginas de libros de “autoayuda”… Lo que me atraía entonces eran métodos sencillos para iniciarse en el autoconocimiento: técnicas de meditación, mindfulness, algo de psicología tradicional. Con el tiempo, realicé cursos en diversas disciplinas holísticas que me permitieron ahondar en profundidad en el conocimiento de mí misma. Saberes y experiencias adquiridos en estos últimos cinco años de estudio y aprendizaje, así como experiencias personales, es lo que me dispongo a contar a continuación. Si estás leyendo esto seguramente estés buscando, igual que yo hace unos años, un camino directo para tomar contacto con tu origen. Quiero decirte que estás en el lugar adecuado… ¡Bienvenido/a!

Este libro exhibe tanto procesos personales como relatos inspirados en casos particulares derivados de las sesiones con mis consultantes. Por respeto a la confidencialidad, los nombres de estos últimos son ficticios; el contenido suministrado en cada historia, no obstante, es real.

Luego del análisis de los casos particulares, dejo a ustedes una serie de técnicas destinadas a permitirles reconocer el conflicto programante que dio origen a sus desequilibrios emocionales. Sin embargo, si no alcanzas a cumplir los objetivos de dicho programa, no te preocupes… no siempre se requiere alcanzarlos en su totalidad para mejorar nuestro bienestar. Muchas veces no estamos preparados emocionalmente para des-cubrirlos a todos… sin embargo, si empezamos a detectar qué obstáculos nos impiden alcanzar nuestra plenitud, podremos gradualmente aliviar nuestro dolor.

Algunas citas de esta obra corresponden al libro Un Curso de Milagros de Helen Schucman. Licenciada en psicología, educadora, y como ella misma se describe: “intelectualmente conservadora y de ideología atea”. Schucman pasó siete años de su vida recibiendo contenido espiritual a través de sueños de elevado simbolismo, así como imágenes reveladoras acerca de su verdadera naturaleza. Helen decidió redactar esas asombrosas vivencias y fue así que escribió su afamado libro Un Curso de Milagros, el cual es reconocido en todo el mundo. Para Helen, al igual que para mí, su trabajo se fundamenta en “el único propósito de ofrecer un camino para que las personas puedan encontrar su propio Maestro Interior”. Si bien su enfoque es cristiano, Un Curso de Milagros de Schucman aborda temas espirituales desde una perspectiva amplia, entendiendo que se trata de cuestiones universales que exceden a un culto o religión particular. Su propuesta ­–y también la mía– es ofrecer herramientas para re-conocer en nosotros la esencia de Dios.

¿Cuál es mi propósito existencial?

“Cuando confundo mi propósito existencial y el desconcierto me conduce a olvidar para qué estoy aquí, de dónde vengo y hacia dónde voy, me sumerjo en estos escritos para recordar-me, como libro de Vida, que los recursos están dentro de mí… porque mi Voz Interior una vez lo recordó… y lo plasmó… para que siempre vuelva a ellos… aunque a veces lo olvide.”

Vanesa Pellico

Pasé décadas buscando respuestas a ciertos interrogantes existenciales que me inquietaban… ¿Es posible o no afirmar la existencia de un Dios que todo lo permite?, ¿Quiénes somos?, ¿Qué es la existencia?, ¿Qué sentido tiene la vida en este mundo? Pese a mi devoción por la religión católica busqué otros horizontes que aclararan estas confusiones internas, otras respuestas a esos interrogantes metafísicos que me inquietaban: ¿Cómo será la muerte?, ¿Qué tan lejos se encuentra el cielo de los seres humanos?, ¿Qué significa temor de Dios?, ¿Y si mis pecados son mayores que mis buenas acciones, pidiendo perdón, bastaría para ganarme el cielo…? Lo cierto es que hoy, a mis cuarenta y seis años, descubrí que nadie nos enseñó a buscar en nuestro corazón las respuestas. Me refugié en textos religiosos, en oraciones y salmos que repetía una y otra vez con el objetivo de alcanzar ese Cielo lejano, aunque no entendiera, acá en la tierra, dónde se hallaba ese lugar anhelado. Hoy creo que los sacramentos de la iglesia –bautismo, eucaristía, confirmación, confesión de pecados, extremaunción, matrimonio– destinados a garantizar nuestro ingreso al Cielo nos proponen en muchos casos realizar una serie de “sacrificios” innecesarios como sostener un matrimonio indeseado o entregarse a los estrictos lineamientos del sacerdocio solo para asegurar un lugar en el “Paraíso”…

Tenía diecisiete años cuando conocí a un muchacho de nombre José. Corría la temporada de verano y yo vivía en San Bernardo, una ciudad balnearia de la Costa Atlántica. José había venido a la ciudad a pasar una semana de vacaciones con un primo mío y otro amigo de su misma edad. Todos se alojaron en mi casa. Recuerdo que instalaron una carpa en el patio trasero; no les importaban las comodidades: lo importante para ellos era disfrutar del mar.

En ese entonces yo vivía inmersa en los mandatos de la fe cristiana. Llevaba colgado un rosario las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana; lo rezaba antes de entrar a misa, ya que para la educación religiosa esta práctica representa “construir los cimientos para alcanzar el cielo”. Sin embargo, recuerdo, fuera del templo me hundía en pensamientos sacrílegos y feroces críticas hacia otras personas, no tenía un comportamiento “ejemplar”. Lo cierto es que este joven, José, no logró escapar a mis pronunciamientos religiosos. El pobre chico cayó en manos de “Vanesa la evangelizadora”, quien pretendía sumar fieles a su anhelado Cielo.

Una noche, a la hora de la cena, la conversación giraba en torno a santos y buenos samaritanos. José confesó entonces que se consideraba ateo porque no había sido bautizado. Tomé las riendas de la situación y, como capricorniana que soy, entré en acción. Inmediatamente le propuse: ¿te gustaría bautizarte antes de irte…? José, hastiado quizá de mi insistencia, asintió.

Al día siguiente, me dirigí a la iglesia a conversar al respecto de este tema con el sacerdote, a quién estimaba y valoraba mucho. Al escuchar mi relato, José Carlos, el párroco, manifestó: “según las leyes de la iglesia, una persona mayor a siete años de edad debe cursar un catecismo con duración de un año para ser bautizado”. No había tiempo para eso; José volvería a su rutina laboral en unos días. Le imploré al sacerdote la posibilidad de hacer una excepción. Enardecido ante mi insistencia dijo: “¡No se puede Vanesa...!

¡La iglesia no lo admite!”. Recuerdo, entonces, haber respondido: “¿Y qué piensa Dios de las leyes de la iglesia creadas por el hombre?”. En un tono de voz desagradable, el párroco respondió: “¡Y qué sé yo lo que Dios piensa… Dios no me habla!”. Decepcionada, confundida, terminé la conversación diciendo: ¡Qué triste Padre que a USTED, siendo ministro suyo, Dios no le hable...!

Salí de allí y le pedí a mi papá que me lleve a recorrer iglesias para conversar con otros párrocos. Al otro día, José Carlos se puso en contacto conmigo por teléfono: “Bueno, Vanesa… lo estuve pensando y estoy de acuerdo en bautizarlo”. Por supuesto, esto iba en contra de sus ideales y las leyes de su Iglesia. Finalmente, al término de la semana, y previo a su regreso, José fue bautizado. Mi papá y yo resultamos padrinos de bautismo de José.

Durante ese año, el joven se puso en contacto telefónico conmigo para contarme que estaba haciendo el curso de catecismo. Veinte años después volví a ver a aquel chico, mi ahijado, con quien había perdido contacto. Al verlo, me presentó a su familia. Se había convertido en pastor de la Iglesia Evangélica.

Jamás olvidé aquella experiencia. Al recordar a aquel sacerdote a quien tanto amaba y hoy rememoro con cariño, no puedo dejar de pensar en la expresión que pronunció aquel día: “¡Dios no me habla!”. Hace tiempo siento que, por el contrario, Dios está más cerca de nosotros de lo que podemos imaginar… Dios nos habla a través de mensajes cotidianos: en cada acción, cada suceso nos conduce por el camino indicado. Estoy convencida: Dios no se halla “entre nosotros” juzgando nuestros actos sino “en nosotros”, dejándonos explorar libremente los misterios de la vida y la existencia. Dios nos otorga la responsabilidad de “hacernos cargo” de nuestras decisiones y elecciones en el paradigma del libre albedrío. Allí, a mi entender, se guarda la magia de que todo cuanto nos sucede está sujeto a las acciones impulsadas por nuestras creencias y, por ende, poseemos la gracia de modificar-nos, moldear-nos para revertir aquello que nos condiciona, pero jamás nos determina.

Poco a poco, conforme fue pasando el tiempo, fui hallando respuestas. ¿De dónde provenían estos mensajes? Lo ignoro, pero… ¡Me encantó recibirlos! Entendí que el Temor de Dios que tanto me intimidó de pequeña se representa en las acciones impulsadas por nuestro ego, propio de nuestra separación con Dios Padre, en el orgullo que infunda dolor y desequilibra nuestro ser. Siguiendo esta idea, el Cielo se encuentra cruzando el umbral de nuestra limitada conciencia, despertando nuestra “inocencia”. ¿Y el infierno?... el infierno se encuentra despierto o dormido dentro de nosotros; Cielo e inferno no son más que estados de consciencia. Nuestro infierno representa la lucha permanente entre nuestra naturaleza humana, espiritual y los preceptos socialmente establecidos. El Cielo, aquel estado de integración de nuestro ser individual, nuestra consciencia y el universo… El punto es: ¿a quién alimentamos más, a nuestro Dios o a nuestro lobo feroz?

En lo que respecta a mi ideología, suelo escapar a los absolutismos; por esa razón en ocasiones me han llamado “tibia”. Sin embargo, creo que no “jugármela” de lleno por una postura determinada, en cuanto a la política actual, la religión, etcétera, me permite darme el lugar necesario para que en mi interior surja la duda, esa capacidad que nos permite cambiar de rumbo, de ideas, de creencias, si lo consideramos necesario para nuestro crecimiento personal.

Re–construir desde el dolor

“El Cielo sigue siendo la única alternativa a este extraño mundo que construiste y a todas sus idiosincrasias, a sus patrones cambiantes y metas inciertas, a sus dolorosos placeres y trágicas alegrías. Dios no creó contradicciones. Aquello que niega su propia existencia y se ataca a sí mismo no es parte de Él.”

Un Curso de Milagros, Lección 131– 7.1

A los cuarenta años, ante la pérdida física de mi madre, un momento de mucho dolor en que todo parecía derrumbarse, comencé a indagar en distintas terapias de origen holístico y a tomar contacto con teorías como la psicología tradicional. Si bien las terapias convencionales me permitieron recuperar cierto grado de seguridad, anhelaba la revelación de los motivos en los cuales se fundaban mis temores, patrones de conducta e inseguridades. Comprendí entonces que no podría avanzar más en esa dirección mediante la psicología tradicional y comencé a meditar. A través de la meditación fui logrando paulatinamente acallar la mente, los pensamientos, las ideas, los conceptos y juicios acerca de las cosas. En una sesión de meditación, en la cual pude habitar un estado de pura satisfacción espiritual y plenitud recuerdo haber recibido un mensaje de algún lugar. No era para mí, sino para mi hermana. Lo escribí y se lo envié. Estaba completamente segura de que el mismo provenía de un espacio maravillosamente Divino.

Luego de los extraordinarios aprendizajes experimentados durante un corto período de tiempo gracias a la meditación comprendí que tanto Cielo como infierno no son más que estados de consciencia. Dichos estados mentales nos posicionan en dos polos opuestos: en la Unión con Dios o en la separación respecto a Él. Cuando llegamos a este plano físico experimentamos el primer desarraigo, el de nuestra madre, el cual representa nuestra primera “separación”, similar a una partícula de ADN que se divide conservando su esencia natural. Con los años se produce una segunda instancia de separación, esta vez, del núcleo familiar, del nido que nos cobijó desde nuestra llegada al mundo. El impacto emocional que estas “instancias de separación” generan en los niños es duro, en especial cuando no se procuran los cuidados pertinentes para optimizar el desapego del hogar y la recepción en los nuevos espacios de socialización como el jardín de infantes o la escuela. Mis consultantes me han referido en varias ocasiones las secuelas provenientes de transitar este proceso. Emociones que han quedado atrapadas en el tiempo y en sus Almas…

Vivimos culturalmente adaptados a la creencia de que todo cuanto nos sucede tiene un origen ajeno a nuestro alcance. A modo de ejemplo: si algo me enfurece, el disgusto generado guarda raíces en tal o cual persona que “me dijo” o “me hizo” tal o cual cosa. Nos posicionamos así en el lugar de víctimas. Este enfoque no hace más que incrementar la furia, la desdicha, la agonía interior. Si hiciéramos el intento de pensar esta situación desde otra perspectiva, por ejemplo: “solo yo tengo la responsabilidad de acumular ira en mi interior”, este paradigma de auto responsabilidad nos permitirá restituir estas emociones que atormentan, así como generar espacio para emociones saludables; solo nosotros tenemos la potestad de “sanar” modificando nuestro sistema de creencias, creando la realidad que deseamos para que nuestras emociones no “dependan” de nadie. La explicación a esto radica en que atraemos a nuestra vida personas y situaciones que se hallan en nuestra misma vibración. Muchas veces nos relacionamos con personas y situaciones no tan gratas por una razón inconsciente que nos cuesta comprender hasta que hacemos una mirada introspectiva y nos preguntamos: ¿por qué atraigo esto a mi vida?

Es imperioso recordar que todo lo que genere una separación de mí mismo respecto a un Otro implicará un desequilibrio emocional debido a que todos formamos parte del mismo ADN espiritual, solo que a veces lo olvidamos… y el retorno a “casa” mediante la comprensión y la aceptación de dicha condición nos devuelve a la Fuente Original.

¿Quién soy?

Hasta hace poco tiempo creía que esta era la pregunta del millón… cuando surge este interrogante, solemos enfrentamos a la situación, muchas veces desalentadora, de no hallar las respuestas deseadas. Cuando intentamos buscar un sentido, chocamos contra un muro que nos imposibilita continuar el camino del descubrimiento personal, ese muro se llama EGO.

El ego suele convertirse en nuestro peor enemigo cuando no sabemos dominarlo. Es el que promueve nuestras debilidades, impulsa nuestros temores y nos hace sentir superiores a nuestros hermanos; es el que brega por poseer la verdad absoluta aun cuando sabe que está en el error, es el yo que lucha por existir y mostrarse erguidamente inquebrantable.

Pues bien, he dicho que esto definía parte de mi personalidad hasta hace un tiempo. Hoy, luego de un largo recorrido, esta visión ha cambiado: logré conectarme conmigo misma y sumergirme en profundidades que nunca antes había experimentado en mi trayecto de re-descubrimiento. Hoy puedo decir que voy en camino a esclarecer quién soy en verdad.

Mi nombre es Vanesa Pellico. Tengo cuarenta y seis años. Desde los diecinueve ejerzo la docencia en escuelas públicas dando clases de inglés, apasionada por la docencia, pero no tanto por el área que elegí “estudiar–enseñar”. Menciono esto porque también me define. La docencia es una tarea vocacional a la que he entregado gustosamente la mayor parte de mi vida. He conocido gente maravillosa, alumnos que dejaron huellas en mi corazón y que hoy, ya adultos, he visto desempeñarse con un gran sentido del deber, muchos de ellos son hoy excelentes profesionales… ¡Me enorgullecen!

Por razones que ahora puedo entender y que forman parte de mi aprendizaje personal volqué muchos años de mi vida a estudiar inglés, lo cual nunca me atrajo del todo. El mayor desafío, veo hoy, fue “hacer carrera” en un área que no me cautivaba para “compensar” los esfuerzos realizados por mis padres, quienes buscaban otorgarme una herramienta que me permitiera desenvolverme a futuro ya que contábamos con escasos recursos económicos y estudiar inglés, parecía el lujo de unos pocos. Tuve la fortuna de tenerla a ella, a mi profesora de esta lengua extranjera, Loira, quien me proporcionaba amorosamente los libros para que yo pudiera estudiar, ¡cómo no mencionarla! Afortunadamente la Vida me otorgó el regalo de reunirme con ella nuevamente para poder expresarle mi gratitud en persona, ¡sucesos Divinos!... A la distancia, veo que aquellos años de estudio fueron “buenos”: construyeron en mí la persona que soy hoy, con sus fortalezas y debilidades, aciertos y tropiezos. Quien Soy hoy elige integrar cada vivencia y considerarla “perfecta”.

Desde pequeña me he sentido muy conectada con la espiritualidad. Durante mi infancia y juventud, esa relación se gestó en el marco de la fe cristiana; más adelante, mis interrogantes me condujeron a buscar respuesta en otras fuentes de conocimiento. Mis preguntas tenían que ver, entre otras cosas, con comprender las estructuras propias de mi personalidad y el porqué de ciertos hechos que consideraba injustos. En ese contexto, sentía que la religiosidad que profesaba entonces me generaba más enigmas que respuestas. Hoy día, sin embargo, no dejo de considerarme cristiana en Cristo, ya que la esencia de la espiritualidad no cambia; el mensaje es Uno y hacia él me dirijo, solo que ahora, sin tanta intermediación dogmática.

A mis cuarenta años, la vida me dejó majestuosas enseñanzas a través de la partida física de mi madre. Entre ellas, el conocimiento de que “nunca morimos”, sino venimos a la vida con un propósito destacado: comprender los designios de nuestra Divinidad a través de nuestros Maestros, los cuales siempre están mostrándonos el camino. Está en nosotros saber interpretar sus mensajes, su simbología, las formas sutiles o evidentes a través de las cuales se manifiestan. También, en nuestro viaje de autoconocimiento resulta importante hacernos cargo de las decisiones y elecciones que tomamos; en otras palabras, sostener una “responsabilidad personal” en cuanto a nuestras acciones dado que así y solo así se vuelve posible trazar nuestro recorrido hacia la luz. La “felicidad” no se trata de una alegría permanente, sino de un estado de consciencia que se elige cada día.

A raíz de la partida de mi madre, inicié recorridos espirituales que han colmado mi Alma. Me inicié en Reiki Usui Tradicional alcanzando la maestría; continué mi camino participando de talleres transgeneracionales a través de los cuales vislumbré mandatos heredados por mis ancestros. Cursé la maestría en Péndulo Hebreo, herramienta de armonización que me ha otorgado el privilegio de ser testigo de las manifestaciones de nuestra Divinidad. Me inicié asimismo en el estudio de dos técnicas: Regresiones a Vidas Pasadas y Feng Shui con Decodificación Ambiental, esta última estudia la interacción entre el medio que nos rodea, la naturaleza y las personas que habitan un espacio determinado. Me fascinó observar cómo los mandatos o programas inconscientes se transmiten a través de nuestro ADN y se expresan en nuestro hábitat con el objeto de ser honrados y liberados para el más alto bien de todos los integrantes del clan, en especial, nuestros descendientes. Gracias a este curso pude, además, comprender que nada sucede por casualidad: todo tiene un propósito y conocerlo se encuentra a nuestro alcance. Más adelante en el tiempo me inicié en el estudio de Espacio de Geometrías Sagradas, con la maestra Monique Dumoulin, un ser excepcional. Mi interés y curiosidad llegó, asimismo, hacia la Biodescodificación, técnica en la cual me formé con Pablo Vázquez Kunz… ¡Excelente experiencia!

Luego de cinco años de formaciones holísticas consecutivas tuve la gran oportunidad de inscribirme en Somos Buena Vida, la Plataforma Holística Internacional más grande de habla hispana. Para mi sorpresa, esta plataforma llevaba veinte meses y ya se había expandido por el mundo nucleando un alumnado sumamente numeroso. Ingresé, en principio, convencida de que solo ampliaría mis saberes en cuanto a la faceta transgeneracional de la Biodescodificación. Tengo que admitir que con lo que menos conecté fue con esa rama holística ya que me zambullí directamente en Constelaciones Familiares y otras técnicas como Constelaciones Estructurales y Training de Vida, en la que profundizamos el abordaje de distintos tipos de traumas y Teoría del Apego, que se emplea desde la mirada del enfoque de Terapia Breve Centrada en Soluciones. Así mismo, cursé la formación de Flores de Bach, Registros Akáshicos, etcétera. En estas últimas disciplinas llevo dos años instruyéndome, apropiándome de nuevos saberes y conociendo cada día gente maravillosa con quién tengo el honor de compartir aprendizajes permanentes y cultivar vínculos de amistad.

Todo este recorrido transitado hasta el momento me permitió encontrar respuestas que no había hallado durante cuarenta años: de dónde venimos, hacia dónde vamos, cuáles son las bases de nuestros conflictos internos, cuál es nuestro propósito en este plano físico… ¡Todos los caminos conducen a Roma, dicen…! Pues bien, la vida me condujo hasta aquí, donde todas estas experiencias de los últimos años se conjugaron dando un maravilloso sentido a mi existencia. Hoy me encuentro con la imperiosa necesidad de COMPARTIR y MULTIPLICAR lo que tan FELIZ me hace. ¡Los invito a recorrer estas asombrosas experiencias que nos interpelan a indagarnos!

¿Por qué atraigo esto a mi vida?

Muchas veces ante alguna situación incómoda o dolorosa nos cuestionamos: ¿Por qué a mí?, ¿Qué hice para merecer esto? Estos interrogantes nos posicionan de manera reactiva a la realidad, a lo que, más allá de que queramos o no, sucede. Reaccionamos, nos victimizamos, nos sentimos disconformes con la realidad tal como se presenta. Tener este tipo de pensamientos nos da un indicio de la clase de vibración energética que atraemos y emitimos, nos permite observar-nos.

No es casual que en algún momento de nuestra vida nos sintamos rodeados de personas que nos generan malestar o llegar a un sitio y luego de un rato querer escapar… ¿Qué nos conduce a este lugar rodeado de personas de las cuales queremos huir? ¿Por qué nos encontramos, en ocasiones, visitando un sitio que no nos gusta? La respuesta es sencilla: se trata del “Principio de Atracción”. Una fuerza suprema dentro de nosotros presenta una determinada frecuencia vibracional que nos une a quien vibra en una frecuencia similar. Esto sucede tanto con personas con quienes nos sentimos cómodos y amados, así como con quienes no. Vale aclarar lo siguiente: puedo estar en baja frecuencia en un sitio determinado y sentirme cómoda o cómodo. Si bien en el fondo no me agrada permanecer allí, me siento atraído o atraída por ese espacio a causa de este principio Universal que nos rige.

¿Control Mental?

Recuerdo a mi padre buscando respuestas para auto sanarse de una depresión profunda. La misma tuvo origen en una pérdida familiar múltiple que impactó no solo en él, sino en todos los miembros de nuestra familia.

Mi padre acudía a la iglesia todos los domingos; durante la semana solía además ir al templo a rezar fuera del horario de ceremonias y asistía a terapias convencionales con un médico psiquiatra. Estuvo un tiempo tomando medicación hasta que un día, un alma que debía cruzarse en su camino le sugirió leer el libro ElMétodo Silva de Control Mental.

Recuerdo ser apenas una niña y observar la portada del libro en casa sin atreverme a abrirlo por considerar que no era un libro acorde a mi fe católica… sin embargo… ¿Control Mental…? ¿De qué iba todo eso? Tenía entonces la alocada idea de que quienes lo practicaban eran sujetos sobrenaturales con la capacidad de desarrollar una inteligencia superior a la de los simples mortales… En fin… no era para mí ese libro. Pero como siempre consideré a mi padre un “Todopoderoso”, un ser mágico, él tenía la facultad de rendir honor a esas prácticas que lo invitaban a “controlar su mente” y generar cambios maravillosos para sí.

Hoy día recuerdo aquella experiencia y me río… ¡Pues sí…! los años y los caminos elegidos me condujeron a descubrir que, al igual que cualquier persona con ansias de superar sus limitaciones, formamos parte de ese grupo de “seres sobrenaturales” capaces de desarrollar una inteligencia superior. También descubrí que no existen “simples mortales” a no ser que nos propongamos representar ese papel para nosotros y para los demás…