La hidalga del valle - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

La hidalga del valle E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

La hidalga del valle es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.

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Seitenzahl: 42

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Calderón de la Barca

La hidalga del valle

 

Saga

La hidalga del valleCover image: Shutterstock Copyright © 1634, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499728

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

La hidalga del valle

PERSONAJES

LA CULPA. LA NATURALEZA. LA GRACIA. LA HIDALGA. EL CONTENTO. EL FUROR. AMOR DIVINO. JOB. DAVID. MÚSICA.

(Sale LA CULPA con bastón y saca a LA NATURALEZA herrada con clavos,comoesclava.)

 

CULPA Villanos, hijos de Adán,

los que sois, los que habéis sido,

y habéis de ser para siempre

en pecado concebidos;

villanos, hijos de Adán 5

(segunda vez os lo digo),

los que pagáis a mi imperio

pechos del primer delito;

oíd, que con todos hablo,

pues por que a mi voz rendidos 10

estéis todos, y ninguno

pueda excusarse de oírlo:

a vuestra naturaleza,

mi esclava, traigo conmigo,

herrada con esos duros 15

hierros que en su rostro imprimo.

Yo soy la Culpa, yo soy

la serpiente, de quien dijo

en el Génesis Moisés

que andaba en el paraíso 20

disimulada. Yo soy

aquel hermoso prodigio,

que, coronada en un monstruo

de siete cuellos distintos,

Juan vio en el Apocalipsis, 25

con un vaso de oro rico,

brindar mortales venenos

de inficionados hechizos.

Yo soy, yo misma, en efecto;

y pues hoy mi aliento altivo 30

lo ha dicho en públicas voces,

no sin vanidad lo ha dicho.

No vengo a engañaros hoy,

y así mi nombre no finjo;

a supeditaros vengo, 35

y así a voces lo repito.

Cuando yo en el mundo estaba

sin imperio y sin dominio,

arrastrando por la tierra

el pecho escamado mío, 40

me resbalaba en las flores,

temerosa de mi ruido,

y mis alientos cobardes

eran callados gemidos,

disfrazándome engañosa, 45

por temor, o por arbitrio,

en las grutas de los valles,

o en las quiebras de los riscos;

porque como andaba entonces

de traición, era preciso 50

disimular los intentos

y recatar los designios.

Pero ya que victoriosa

con tantos aplausos vivo,

que erguido el pecho levanto, 55

que el cuello enroscado vibro,

la cerviz, que alta sacudo,

la frente, que altiva rijo,

dando, no gemidos roncos,

ya no callados bramidos, 60

sino declaradas voces,

en articulados silbos.

Sabed, mortales, sabed

que no sin causa ha nacido

hoy en mí la vanidad 65

que victoriosa publico;

pues hoy en una campaña,

que era verde laberinto,

la Gracia, y yo, cuerpo a cuerpo,

y cara a cara nos vimos, 70

no partido el sol, las dos

entramos en desafío,

que como le tiene entero,

ella partirle no quiso;

pero no importa, que yo 75

con las nubes de mi abismo

le empañe la luz al sol,

y con igual maña y brío,

ella a la luz, yo a la sombra,

en el hermoso distrito, 80

brazo a brazo forcejeamos,

y fuerza a fuerza reñimos;

hasta que viendo que era

la suya mayor, previno

mi ingenio contra su fuerza 85

un ardid; reconocido

de la Gracia, se ausentó,

teniendo ya por indigno

(viendo el sitio por mi parte)

quedarse ella en aquel sitio. 90

Ausentóse, en fin, dejando

la campaña a mi albedrío,

llena de inmensos despojos,

y trofeos infinitos,

quedando, por mayor triunfo, 95

mayor blasón de mi invicto

aliento, por prisionera

de mis cadenas, y grillos

la naturaleza humana,

siendo en eterno martirio 100

esclava vil de la Culpa,

en cuyo grande conflicto,

por escapar con la vida,

pleito homenaje me hizo,

de que un pecho eternamente 105

me pagarían sus hijos,

tan común, tan absoluto,

tan entero, tan cumplido,

que sin exceptuar persona,

todos claramente dijo; 110

y así, cualquiera embrión

apenas en el abrigo

materno (primer sepulcro

del hombre) señas de vivo

dará, al informarse en él 115

del alma el vital suspiro,

cuando se nombre mi esclavo,

se confiese mi cautivo,

siendo, aun antes de nacer,

en aquel natural limbo, 120

señalado con mis hierros

y marcado con mis signos,

sin que pueda haber jamás

mortal ser que sea excluido

de este pecho este tributo, 125

pues hasta los reyes mismos

con villanaje de humanos

acudirán al servicio.

Piadosamente crüel

he aceptado los partidos; 130

y así a cobrar el tributo

ambiciosa el aire giro,

iluminándole a rayos,

tornasolándole a visos.

Dezmera soy de mí mesma, 135

pues yo mesma a mí me envío

a cobrar mis rentas; éste

es el padrón donde alisto

mis vasallos, y por que

ninguno pueda atrevido 140

excusarse de la paga,

aquesta esclava he traído

a que me avise de cuantos

se engendraren, pues ya miro

que ella no podrá engañarse 145

de saber cuántos han sido

engendrados, siendo éste

de naturaleza oficio;

y así a concurrir con ella

en el instante e improviso 150

de cualquiera concepción,

con ella voy de continuo,

corriendo parejas toda