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La siembra del señor es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.
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Seitenzahl: 46
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Calderón de la Barca
Saga
La siembra del señorCover image: Shutterstock Copyright © 1655, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499537
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
PERSONAS
Salen el Padre De Familias, viejo venerable, vestido de mayoral, y Emanuel, su hijo, de galán.
Padre Mortales hijos de Adán
que en las fértiles campañas
del universo vivís
a merced de la labranza:
el gran Padre de familias, 5
rico mayoral de cuantas
heredades cultivaron
jornaleras vuestras ansias,
para la mejor de todas
hoy os convida y os llama, 10
porque es una virgen tierra
tan pura, limpia y intacta,
que de su cosecha espera
y de sus frutos aguarda
no sin gran colmo llenar 15
la troj de sus esperanzas.
¡Ea, pues, venid, venid
a su labor!, que a esta causa
al alba os despierta, dando
cumplimiento a la palabra 20
de aquel mayoral que dice
la Escriptura que a la plaza
del mundo salió a buscar
sus jornaleros al alba.
Dentro Adán Labradores de la tierra 25
que vivís de cultivarla,
¡despertad, que viene el día!
Emanuel Ya, Señor, tus voces claras
y claras luces del sol
penetran a un tiempo y rasgan 30
esas los azules velos
y aquellas las sombras pardas,
cuyo esplendor, cuyo ruido
hacen una consonancia
en el hombre y en la flor 35
careando la semejanza
que Job significa cuando
el hombre a la flor compara
que con la sombra fallece
aunque con la sombra nazca; 40
pues así como la flor
da al tiempo edades de nácar
cuya pompa de rubíes
fue vanidad de esmeraldas,
el hombre restituido 45
a sus sentidos da al aura
breves alientos, que son
caducas flores del alma.
Padre Con todo, aún no bien despiertos
responden. ¡Ah de la humana 50
familia! ¡Venid, venid
a mis voces, que la paga
ya sabéis cuánto segura
en mí tiene el que trabaja
las obras de su tarea! 55
Adán Dentro. Amigos, el sueño basta;
despidámosle por hoy,
que al umbral de su cabaña
el mayoral de estos montes
con el jornal nos aguarda. 60
Vaya, pues, de entre nosotros
despedido el sueño.
Todos Vaya.
Sale el Sueño vestido de villano.
Sueño Síharé, mas vendrá la siesta,
que yo tomaré venganza
de los baldones de agora. 65
Padre Villano, detente, aguarda,
y si es que el trabajo buscas,
haz cuenta que ya le hallas
en mi jornal.
Sueño ¡Eso es bueno
para mí, que a cabezadas 70
suelo matar a cualquiera
que donde yo estoy trabaja!
Padre Pues ¿quién eres?
Sueño Soy aquel
que a cobrar va de la humana
vida el primero tributo 75
que ofrece a la muerte en parias;
aquel que, hurtándole el medio
caudal, es ladrón de casa
tal que, aunque hace falta el hurto,
hace el ladrón mayor falta; 80
aquel familiar veneno
que prestadamente mata,
siendo hijo de la pereza
y padre de la ignorancia;
aquel que de tan villano 85
se precia, que en pobres pajas
suele estar mejor hallado
que no en las delicias blandas
de la pluma, porque tiene
por enemigos en armas 90
al cuidado de la honra
y al desvelo de la fama;
aquel que, echado del hombre,
se sale cada mañana
a buscar la vida, y no 95
la vulgaridad me valga,
pues es cierto que voy solo
a perderla con buscarla;
aquel, pues, que siendo siempre
sombras, delirios, fantasmas, 100
tal vez suelen ser misterios
que ni se entienden ni alcanzan;
aquel... Pero ¿dónde voy
con difinición tan larga
siendo el Sueño y siendo fuerza 105
admirarme de que haya
quien no me conozca?
Padre Pues
no os admire esa ignorancia,
que no conocen al Sueño
los que en sí, sin vos, descansan 110
y sin saber de vos viven
en continua vigilancia.
Sueño Por lo menos no podéis
negarme que buena fama
no tenéis, pues no os echáis 115
a dormir.
Padre Locuras bastan,
y idos de aquí, que admitiros
no quiero yo en mi labranza,
porque en ella perezosos
no me sirven ni me agradan 120
y ya llegan los que espero.
Emanuel El que a todos se adelanta
es Adán.
Padre La Natural
Ley representa y señala,
y así madruga el primero. 125
Sueño Pues aunque no me des plaza
de jornalero, he de andar
entre ellos buscando trazas
de estorbarles las tareas,
pues siendo yo semejanza 130
de la muerte y de la culpa,
debo ser amigo de ambas
y he de buscar de vengarme
ocasión.
Vase y sale Adán vestido de pieles, y Labradores de la misma manera, y todos con azadones.
Todos Danos tus plantas.
Se arrodillan.
Padre De la tierra alzad, amigos. 135
Adán Síharemos, pues tú lo mandas,
porque se vea en aqueste
rasgo de piedad tan rara
que los que a servirte llegan
de la tierra se levantan. 140
Se ponen de pie.
Y yo, en el nombre de tantos
profetas y patrïarcas