Las Coloradas. Desembarco de la dignidad - Raúl Herrera Reytor - E-Book

Las Coloradas. Desembarco de la dignidad E-Book

Raúl Herrera Reytor

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Beschreibung

Esta obra narra anécdotas desde los referentes de la niñez. Su autor en la etapa en que se desarrolla la historia, contaba tan solo con 10 años. Desde sus vivencias personales, y también colectivas, recoge varios testimonios de manera sencilla y asequible, que rememoran el desembarco del yate Granma y todo lo acontecido luego de la llegada de los expedicionarios a Las Coloradas.

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Seitenzahl: 119

Veröffentlichungsjahr: 2024

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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares delCopyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos,www.cedro.org) o entre la webwww.conlicencia.comEDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona.Tel. 93 494 97 20España.

Edición:Tamara Calzadilla Díaz

Diseño de cubierta:Ariel Feitó Trujillo

Ilustración:Yasser Gamoneda Montero

Diseño interior y realización:Ariel Feitó Trujillo

Corrección:Catalina Díaz Martínez

Fotos:Archivo personal del autor y otras publicaciones periódicas

Cuidado de la edición:Tte. cor. Ana Dayamín Montero Díaz

Conversión a ebook:Grupo Creativo Ruth Casa Editorial

 

 

© Raúl Herrera Reytor, 2022

© Sobre la presente edición:

Casa Editorial Verde Olivo, 2024

 

 

ISBN: 9789592245839

 

 

Todos los derechos reservados. Esta publicación

no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,

en ningún soporte sin la autorización por escrito

de la editorial.

 

 

Casa Editorial Verde Olivo

Avenida de Independencia y San Pedro

Apartado 6916. CP 10600

Plaza de la Revolución, La Habana

[email protected]

www.verdeolivo.co.cu

 

Índice de contenido
Palabras del autor
Características del área geográfica. Flora y fauna
La vida económica, política y social de Las Coloradas entre 1950 y 1959
La playa
EL bar
Las tierras
¡Parecen perros!
Nivel de instrucción pública
Los espíritus ayudan
Las enfermedades
Carboneros
Ciudadanos de otros pueblos
¡Día de Reyes!
El crimen de los zunzunes
Los viejos caminos
El agua
Vendedores y pregoneros
El niño perdido
Ideas políticas entre 1950 y 1956
Tradiciones, costumbres y cultura
El desembarco
¡Mientras quede un pelo de Fidel!
Usted se parece a mi madre
Las primeras bajas
El asedio del ejército
Atropellos y maltratos
Él lo entendió
La muerte de un inocente
Adolescentes que apoyaron a los expedicionarios
Después del desembarco
El traidor
La partida de grupos a la Sierra Maestra
El combate de Alto de los Cedros. Un encuentro casual
Acto humano y solidario
La primera vez que hablé con Fidel
La llegada a Manzanillo
Los tabacos
¿Ya llegamos a La Habana, Cirito?
La ciudad escolar
Vocación y valores formados
Tristes y gratos recuerdos
Los compromisos del 26 de julio de 1960
Anécdotas
El acto del 26 de julio de 1960
Epílogo
Anexos
ANEXO 1
Personas que ofrecieron sus testimonios y que fallecieron en la década de 1970
ANEXO 2
Personas que ofrecieron sus testimonios y aún permanecen vivas, especificando su año de nacimiento
ANEXO 3
Personas que vivieron en Las Coloradas a partir de la década de 19401
ANEXO 4
Embarcaciones que transportaron cargas y pasajeros de Las Coloradas hacia diversos puertos de la provincia y el país (1930-1957)
ANEXO 5
Habitantes de Las Coloradas que alcanzaron niveles escolares desde primero hasta quinto grados (a partir de la década de 1930)
ANEXO 6
Extranjeros (emigrantes) que se asentaron en Las Coloradas a partir de la década de 19101
ANEXO 7
Nombres de los viejos caminos y senderos construidos por campesinos a partir de 1910
ANEXO 8
Compañeros que apoyaron a los expedicionarios del Granma, en los días en que ocurrió el desembarco en Las Coloradas
ANEXO 9
Personas nativas que cooperaron con las tropas rebeldes en Las Coloradas. En algunos casos, muchos de ellos eran niños
ANEXO 10
Familias que permanecieron en Las Coloradas después de 1957
ANEXO 11
Testimonio gráfico
Bibliografía
Datos de autor

A la memoria de la Heroína de la Sierra y el Llano, Celia Sánchez Manduley, y a Griselda Sánchez Manduley: mis grandes inspiradoras.

A mis hijos, por seguir el ejemplo de la obra histórica.

A mis hermanos, que hoy se sienten orgullosos de la firmeza de la Revolución.

A Calixto Alcalá Yero, campesino y pescador, que fue como un padre en toda la travesía que hicimos por los manglares, con Fidel, en el segundo desembarco.

Al editor Javier Toledano Chacón, por su apoyo y su colaboración en la confección de este volumen.

A Ciro Rodríguez Reytor, principal contribuyente de esta obra.

[…] Cuando nosotros desembarcamos en el Granma, 82 hombres, aun nos traicionó la inexperiencia, aun nos traicionó nuestra inmadurez como combatientes, y de nuevo un duro revés se asentó sobre nuestro esfuerzo, y aquella fuerza expedicionaria —organizada y preparada con grandes esfuerzos y sacrificios— quedó virtualmente dispersa y aniquilada.

Aquello habría podido ser un golpe tremendo para nuestra fe y para nuestra convicción de que aquel era el camino. Mas, sin embargo, nuestra fe y nuestra convicción se mantuvieron inalterables. Creíamos que aquel era el camino, ¡y al fin la historia y los hechos, la realidad y la vida, se encargaron de demostrar que aquel era el camino!

Y quienes un día se vieron cercados entre los cañaverales, en número tan reducido que se podían contar con los dedos de una mano, y han vivido estos 10 años de Revolución y de lucha, y hoy les hablan y se encuentran frente a un pueblo entero como este, un pueblo formidable como este —que es a su vez, forjador y producto de la Revolución—, ¿cómo no hemos de sentir en lo más hondo de nuestras almas la convicción y la fe que para los pueblos hay siempre un camino, de que para los pueblos oprimidos hay siempre una solución?

Fidel Castro Ruz

26 de julio de 1963

Palabras del autor

 

Más allá de la experiencia personal, un libro también es realidad colectiva, tradición, cultura, una puerta abierta hacia el descubrimiento de vivencias atesoradas por la historia de nuestra patria.

Diversos acontecimientos, creencias, ilusiones y vicisitudes que padecieron la gran mayoría de los pobladores coloraenses en el oriente cubano, se narran en estas páginas, cuyos protagonistas vivieron allí desde finales del siglo XIX. No podrá hablarse de Las Coloradas sin mencionar a Belic, Cabo Cruz y otros barrios cercanos donde se concentraron los oficios existentes: tala de madera, producción de carbón y la pesca.

En una conversación informal con la presencia de varios compañeros, entre ellos: Ciro Rodríguez Reytor, Luis Carlos Ge Castillo y Jorge Gutiérrez Manganelle, —todos estudiantes de la escuela Granja Infantil Experimental Piloto de Estudio y Trabajo Sierra Cojímar, en La Habana—, les compartí a las hermanas Griselda y Celia Sánchez Manduley mi interés de escribir sobre la historia de Las Coloradas, y la última respondió:

—¡Cuando lo hagas, lo traes, a Fidel le va a gustar mucho!

Por diversas causas, no fue escrito hasta hoy; conestas páginas le profeso agradecimiento, lealtad y respeto.

Se reseñan diversos acontecimientos y anécdotas de gran valor histórico que antecedieron y precedieron al desembarco: la estancia de los niños campesinos en la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, primera gran obra educacional de la Revolución, la celebración del 26 de Julio del propio año, entre otros. Y por primera vez se demostró la validez de la nueva educación que garantizó el gobierno revolucionario.

Fueron entrevistadas 36 personas que nacieron en las primeras décadas del siglo XX, y que tuvieron la suerte de haber nacido y vivido en este terruño durante muchos años (ver anexos 1 y 2).

En esta etapa, Las Coloradas crece de manera vertiginosa; su extensión topográfica y poblacional cambia constantemente en imagen y composición social. El poblado aumentó su cantidad de habitantes y fueron muchas las obras hechas por la Revolución: carreteras, escuelas, bibliotecas, cooperativas, instituciones agrícolas diversificadasy planes frutales que generaron fuentes de empleo, además deconsultorios del Médico de la Familia, policlínicos, salas de video y televisión, viviendas confortables, un acueducto y redes eléctricas; esto determinó que el nivel de escolaridad promedio fuera de noveno grado.

El lector podrá descubrir la expresión, modos de vida y experiencias de muchas familias humildes.

Con este libro se intenta sintetizar el panorama de una región 60 años atrás. Resaltar la memoria histórica local es el objetivo propuesto.

Sirva este testimonio de vida como un merecido homenaje a todos los que dieron sus vidas por la libertad de Cuba, y también a los continuadores que trabajan y se esfuerzan diariamente por mantener las conquistas de la Revolución Cubana.

 

Características del área geográfica. Flora y fauna

Nací en 1946, en Las Coloradas, Niquero, provincia Granma. Caminé más de setenta años por un lugar que me dio espacio y vida; de allí también son mis bisabuelos, abuelos, y padres, además de otros coterráneos que desde quince décadas atrás habitaron el lugar.

En la cadena genealógica nos transmitieron de generación en generación, habilidades, conocimientos y costumbres. En el terruño y su hermosa playa llena de accidentes geográficos, acontecieron historias trascendentales que conmovieron el país y el mundo.

Desde finales del siglo XIX las generaciones de coloraenses conocieron cada rincón de su terruño: árboles, caminos, veredas,1 montes, maleza y mar, fincas con una exuberante flora y fauna, cabezos, blanquizales, peces, y también a hombres y mujeres que vivieron hasta hoy, dotados de conocimientos prácticos a través del tiempo.

En Las Coloradas, como en cualquier otro lugar, existieron puntos de referencias definidos porsus pobladores, para distinguir mejor las áreas de trabajo, aunque esto lógicamente formara parte del punto principal que fue el barrio.

Desde hace siglo y medio la familia Rodríguez habitó en un punto denominado La Playa, que en su parte más alta tenía una gran población de palmas reales ya desaparecida; allí se encuentra hoy la Villa del Campismo Popular. Los Herrera, Acuña y otras familias vivieron en El Torno2oLaguna de los Cangrejos, donde hoy se localiza el monumento alGranma, mientras que en los demás asentamientos o caseríos habitaban los Vega, Alcalá y Figueredo. Todavía allí se recuerda a Juan Rodríguez Figueredo (1846-1965) con sus 119 años; a Isidoro Vega con más de 100 años de vida; a Nicolás y a Ángel Alcalá fallecidos en la década del 60; a nuestros padres y tíos que nacieron entre 1901 y 1911, y alcanzaron los 80 y hasta 95 años. Todos eran naturales del barrio, a pesar de que en algunas inscripciones de nacimiento aparecen registrados en zonas como: Coloraita, Marea, Belic, Soledad y Vicana.

El radio de acción de Las Coloradas en aquella época cubría 2500 m; nace en El Torno, denominado así por los oriundos, el origen del término es probablemente derivado de la palabra «entorno». En el pantano hay frondosas güiras donde cientos de cangrejos se concentran para comer las bacterias que pululan entre el fango y el agua, constituyendo el límite, a medio kilómetro, la casa de René Reytor donde comienza el caserío del Bereón (deshabitado actualmente). Después le sigue Monte Gordo,3 el Guafe4 y Cabo Cruz; siguiendo la parte terrestre limítrofe en el Alto de los Cedros con el Guano5 y Júcaro que en la actualidad forman parte del barrio en cuestión, denominado así por un pequeño desnivel del terreno donde crecieron con gran vitalidad un grupo de estos árboles que ya no existen.

En 1916, allí se estableció Magdalena Reytor procedente de Niquero, en el mismo sitio donde hoy se encuentra el Campamento de Exploradores Marinos. Le siguen otros asentamientos tales como Palma de la Cruz6y Belic.

Por la parte más alta hacia los bosques del territorio existían diferentes fincas y linderos como El Mijial, medidos por las compañías madereras y ganaderas; también algunas casas aisladas hasta salir por un sendero llamado Camino de Arriba, que se conecta con el Camino Real precisamente en El Torno. Por estos parajes vivió Zoilo Pérez (asesinado por los casquitos por ayudar a los expedicionarios), Julio Miján, Julio Torriente, Mariana Cañada (en su casa hubo un campo improvisado de pelota en el que se hacían competencias entre los pobladores), Nino, Ramón Ojeda, Pedro Luis Sánchez, Ricardo Analla, Demetreo Tamayo, y se ubica el Ranchón donde bebieron agua los expedicionarios.

En El Torno por donde salieron los expedicionarios del yate Granma hasta tierra firme, a casi un kilómetro de distancia, vivían Clemente Guevara Figueredo, Juan Peña, Pedro Herrera Salazar, René Reytor Hernández, Eugenio Acuña (veterano de la guerra de 1895); a unos 150 m Maximiliano Herrera Salazar (Marzo) cerca del punto exacto donde está el monumento, Antonio Martínez, Juan Herrera Salazar (Juanga), Consuelo Ballester y Miguel Fernández. Y a 10 o 12 m del lugar por donde salió Fidel Castro desde los Cayuelos, Ángel Pérez Rosabal, primer campesino que ayudó a los expedicionarios.

Se evidencia entonces, que los puntos más significativos de Las Coloradas por la vía terrestre fueron: Alto de los Cedros, La Playa, El Torno o Laguna de los Cangrejos, El Mijial y los caminos que construyeron lugareños en diferentes etapas para extraer madera, carbón y otros productos naturales.

Por el área de La Marina está el Jucarito o la Punta de Las Coloradas, la cual abarca La Laguna, El Estero, Los Pequeños Cayuelos y Los Cayuelos donde encalló elGranma, el 2 de diciembre de 1956; después está Punta Purgatorio. En toda la zona se trabajó en la pesca, la extracción de cáscara de mangle y de carbón vegetal; las poblaciones de árboles más significativas de la ciénaga eran el mangle rojo y prieto, la llana y el júcaro.

Lo que sabemos sobre el surgimiento del nombre Las Coloradas es gracias a nuestros ancestros y otros oriundos del lugar. Se debe en gran medida a que muy próximo a la playa, en la parte más alta, decenas de bibijagüeros extraían de la tierra gran cantidad de barro, el cual al mojarse desprendía un color rojo intenso, que en tiempo de primavera corría hacia el mar para teñir el agua. Con el mangle rojo sucedía lo mismo, pero primero había que pelarlo; en estado natural su color es similar al de la miel de abeja. Cuando éramos niños y adolescentes muchas veces disfrutamos estos fenómenos. Por esto, a partir de la década de los años veinte existió un embarcadero que nombraron Los Colorados.

Entre 1955 y 1958 cruzamos de la tierra firme a Los Cayuelos por toda la hierba y el mangle buscando nidos y pescando. Todas las áreas, fincas y linderos fueron medidos desde antaño por las compañías que explotaban los terrenos y a sushabitantes. Desde Niquero hasta la playa hay 17 km; de Niquero a El Torno 19 km; de Las Coloradas a Cabo Cruz 9 km; de la playa a Los Cayuelos doskilómetros; y de tierra firme del Torno a LosCayuelos dos kilómetros y un cuarto. Estas medidas se han modificado, pues el barrio extendió su territorio con el paso de los años.

La parte baja de Las Coloradas se extiende desde la costa hasta tierra firme; tiene una extensiónaproximada de dos kilómetros. Está compuesta porhie