Libros históricos del Antiguo Testamento - Samuel Pagán - E-Book

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Samuel Pagán

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Beschreibung

Los libros históricos: Josué, Jueces, Samuel y Reyes, Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester describen lo sucedido a la llegada de los israelitas a Canaán. El análisis sobrio de esas narraciones revela perspectivas teológicas de importancia, que se fundamentan de manera destacada en la teología que se incluye en el libro del Deuteronomio. Estas narraciones revelan una singular teología, en la cual la misericordia divina juega un papel principal.

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LOS LIBROS HISTÓRICOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Interpretación eficaz hoy

Samuel Pagán

Nota biográfica del autor

SAMUEL PAGÁN es un académico puertorriqueño que se ha distinguido en el complicado y desafiante mundo de las traducciones de la Biblia. Y es uno de los eruditos latinoamericanos de más aprecio y reconocimiento internacional en las postrimerías del siglo XX y comienzos del XXI. Sus contribuciones al mundo del saber no han sido pocas: ha escrito y publicado más de cuarenta libros y cientos de artículos sobre asuntos bíblicos, teológicos y literarios; además, ha organizado, trabajado o editado varias Biblias de estudio en castellano, que han superado las líneas denominacionales y nacionales. En la actualidad sirve como profesor de Sagradas Escrituras y decano del Centro de Estudios Bíblicos en Jerusalén. Posee varios grados doctorales de universidades y seminarios de gran prestigio y reconocimiento académico.

Pagán ha sido reconocido en diversas partes del mundo, tanto en foros académicos y eclesiástico, como en contextos interreligiosos y gubernamentales por sus buenas aportaciones al conocimiento y por sus investigaciones y libros, que han ayudado de forma destacada a las traducciones, el estudio y la comprensión de la Biblia. Su labor literaria, investigativa y docente ha contribuido a la salud integral y al mejoramiento de la calidad de vida de millones de hombres y mujeres en el mundo de habla castellana. Junto a su esposa, la doctora Nohemí Pagán, viven en Kissimmee (Florida) y Jerusalén.

Dedicatoria

Dedico este libro en torno a la literatura histórica en la Biblia a los hermanos y las hermanas de las Iglesias Discípulos de Cristo de Hato Nuevo, Brooklyn, Santa Juanita, Miami y Bella Vista-Caná. Esas congregaciones contribuyeron de forma destacada en mi formación espiritual y profesional…

Gracias, muchas gracias, muchas veces…

Contenido

Portada

Portada interior

Nota biográfica del autor

Dedicatoria

Prefacio

Los libros históricos

Nuestro estudio

1. Recuentos de la historia de Israel

La conquista de Canaán

El período de los jueces

La monarquía en Israel

La monarquía dividida

Reyes de Judá e Israel

El exilio en Babilonia

Libros históricos y proféticos

Finalidad teológica y profética

Valoración histórica

Una singular y definitiva nota de esperanza

2. El libro de Josué

El libro y su mensaje

Josué

Entrada a la Tierra Prometida

Teología y estructura

La guerra santa

Las doce tribus de Israel

La teología de la renovación del pacto

Una palabra teológica adicional

3. El libro de los Jueces

El libro y su contenido

Estructura literaria y temática

Los jueces

Lista de los jueces

Jueces mayores

Jueces menores

La teología del libro

4. El libro de Rut

El libro

Las leyes de rescate y levirato

Teología

5. Los libros de Samuel

Los libros de Samuel

Autor, título, texto y estructura

Samuel, juez, sacerdote, profeta y político

El primer rey de Israel, Saúl

David, rey y fundador de una dinastía

La teología mesiánica

6. Los libros de los Reyes

Los libros de los Reyes

Título, autor, y fuentes literarias

El reino de Salomón

Los dos reinos: Israel en el norte y Judá en el sur

Los profetas Elías y Eliseo

El reino de Judá

Teología

7. Los libros de Esdras y Nehemías

La obra cronista

El libro Esdras-Nehemías

Estructura y contenido

Teología de la obra

8. El libro de Ester

El libro

Estructura y contenido

Teología

9. Los libros de Crónicas

Las Crónicas

Fuentes y género literario

Estructura y contenido

Teología

Bibliografía

Créditos

Prefacio

Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia;

porque de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de Israel confían; su nombre es Jehová de los ejércitos.

Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad.

Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,

te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

ISAÍAS 48.1-5

Los libros históricos

Una vez más me propongo estudiar, analizar y explicar la literatura histórica en la Biblia hebrea, o en nuestro Antiguo Testamento. ¡Ya lo he hecho en otras ocasiones! Y siempre es un gusto ponderar esta extraordinaria obra, que tiene valores teológicos y religiosos, virtudes espirituales y éticas, y que contribuye positivamente a las vivencias políticas y sociales, tanto en las iglesias y las sinagogas como en la sociedad contemporánea en general.

Nuestro acercamiento a esa singular literatura en este libro se fundamentará en el canon cristiano, que ubica esta sección de las Escrituras luego de la Torá o el Pentateuco. En el canon hebreo esa sección histórica se identifica como los nebi’im o los Profetas, y se describe en dos secciones: «profetas anteriores» y «profetas posteriores». Los primeros incluyen a Josué, Jueces, Samuel y Reyes; los segundos a Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce, que en la tradición cristiana se conocen mejor como profetas menores. En este libro estudiaremos la singular e importante obra histórica que enmarca los mensajes de grandes profetas como Elías, Eliseo y Natán, y prepara el camino para el estudio de los libros conocidos en las Biblias cristianas como profetas mayores y menores.

Llegaremos a esta literatura desde varias perspectivas. En primer lugar, vamos a presentar las peculiaridades temáticas, literarias y teológicas de los libros, al mismo tiempo que identificamos sus antecedentes y los diversos contextos históricos, sociológicos, políticos y religiosos que enmarcaron esta fundamental obra. Además, nos interesa explorar algunos temas teológicos e históricos que pueden servir de puente para traducir y transformar esos desafiantes mensajes históricos y proféticos en medio de las vivencias contemporáneas, tanto para los creyentes individuales como para las comunidades de fe y la sociedad en general.

Las lecturas teológicas de la historia de Israel generan fuerzas determinantes y extraordinarias que contribuyeron sustancialmente al desarrollo del judaísmo, y posteriormente al nacimiento y crecimiento de las iglesias. El énfasis que las personas que escribieron y redactaron esta literatura les dieron, por ejemplo, a los valores de la paz, la justicia, la dignidad y la esperanza constituyen una contribución destacada al desarrollo de una experiencia religiosa saludable, grata, transformadora y liberadora. Y varias de estas reflexiones teológicas sobre la historia del pueblo dieron fundamento teológico y temático a los mensajes de Jesús de Nazaret, le brindaron al apóstol Pablo el andamiaje educativo y filosófico para llevar a efecto su tarea misionera y le permitieron al vidente del Apocalipsis articular con sentido de dirección y seguridad su mensaje de esperanza y futuro.

Nuestro estudio

Dividiremos la obra en dos grandes secciones. En primer lugar, luego de la introducción, analizaremos los libros históricos, que en las Biblias hebreas se agrupan como la primera sección de los libros proféticos, mejor conocidos en las tradiciones judías como «profetas anteriores». Veremos cómo esas narraciones de la llegada de los israelitas a las tierras de Canaán se interpretan como el cumplimiento de las antiguas profecías dadas a los patriarcas y las matriarcas del pueblo.

Además, en nuestro estudio analizaremos cómo esas antiguas narraciones históricas de los comienzos de los israelitas en las tierras de Canaán revelan un singular e importante tipo de teología, en la cual la misericordia divina juega un papel preponderante y protagónico. Y esa singular teología, que incorpora valores y principios que se encuentran en el Pentateuco, es fundamental en el desarrollo teológico general de las Sagradas Escrituras.

Las narraciones épicas de la llegada y conquista de la llamada «Tierra Prometida» se imprimieron de forma indeleble en las mentes de los profetas, pues recurrían una y otra vez a esos relatos, que se entendían como una manifestación extraordinaria de la misericordia divina. Más que documentos meramente históricos que describen lo sucedido a la llegada de los israelitas a Canaán, se revelan, en el análisis sobrio de esas narraciones, perspectivas teológicas de importancia que se fundamentan de manera destacada en la teología que se incluye en el libro del Deuteronomio.

Posteriormente, en el período exílico, un nuevo esfuerzo histórico se lleva a efecto, y esas reflexiones se incluyen en la llamada «historia cronista». Y esa singular y novel «historia del pueblo de Israel» toma en consideración las narraciones que se incluyen en los esfuerzos deuteronomistas y revisa, añade o quita material, para afirmar un tipo de teología que respondiera con efectividad a la desgracia histórica de perder ante los ejércitos de Nabucodonosor, y la calamidad nacional del exilio en Babilonia. Y, en ese contexto de deportaciones y destierros, el tema del retorno a Jerusalén y la reconstrucción del Templo destruido era una necesidad histórica y teológica inmediata.

Una palabra final de gratitud es necesaria para concluir este prefacio. Muchas personas han colaborado, de forma directa e indirecta, en el nacimiento, la redacción, el desarrollo y la edición de este nuevo libro en torno a los profetas bíblicos. En primer lugar, es pertinente agradecer a los hermanos y las hermanas de una serie de congregaciones locales que facilitaron y bendijeron nuestra formación espiritual y profesional. A las siguientes congregaciones Discípulos de Cristo va nuestro agradecimiento sincero y público: Hato Nuevo, Santa Juanita y Bella Vista-Caná (Puerto Rico), Brooklyn (Nueva York) y Miami (Florida).

En medio de esas extraordinarias congregaciones estudié el mensaje de esta singular literatura histórica, y en esos contextos eclesiásticos íntimos aprendí la importancia de la revelación divina en medio de la historia humana, que es real, pertinente, visionaria y concreta, y que afirma con certeza que la paz solo se hace realidad cuando se fundamenta en la justicia.

En medio de esos buenos hermanos, hermanas y comunidades de fe ensayé los primeros mensajes que cincelaron permanentemente mi teología, y recibí las respuestas iniciales a mis reflexiones teológicas incipientes.

Gracias… Muchas gracias… Muchas veces…

Además, le agradezco a Alfonso Triviño, de Editorial CLIE, la invitación a escribir este libro. Hemos comenzado una buena relación literaria y editorial, que esperamos supere los linderos del tiempo. CLIE ha entendido la importancia de publicar libros que desafíen la inteligencia y que también afirmen la fe. Gracias…

Y a Nohemí, que siempre escucha mis conferencias y mensajes, lee pacientemente mis escritos y libros y evalúa con criticidad y amor mis reflexiones y teologías… A ella va mi más honda expresión de gratitud. Gracias…

Culmino este prefacio aludiendo a las magníficas palabras del poeta y profeta bíblico, que afirma con claridad y seguridad la capacidad divina de comunicación: «Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad».

Dr. Samuel Pagán

Semana Santa 2016

1

Recuentos de la historia de Israel

¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?

Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.

Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?

AMÓS 3.6-8

La conquista de Canaán

De acuerdo con las narraciones del Pentateuco, luego de la muerte de Moisés (Dt 34) el liderato nacional recayó en manos de Josué, cuyo objetivo primordial era llevar a los israelitas hasta Canaán, que, desde la perspectiva de las tradiciones patriarcales, ya era conocida como la «Tierra Prometida». Marcó el inicio de ese proceso el cruce del río Jordán —desde la región ocupada por la actual Jordania a Israel y Palestina—, que guarda ciertos paralelos con el cruce de Moisés a través del mar Rojo (Jos 1-3; Ex 14-15).

La llamada «conquista» del territorio cananeo fue un proceso difícil, largo y complejo (Jue 1), que en ocasiones se llevó a efecto de manera pacífica, pero que en otros momentos incluyó hostilidades, conflictos y guerras (Jue 4-5). Ese fue un período de fundamental importancia en la historia bíblica, pues los israelitas pasaron de ser una comunidad nómada o seminómada a convertirse en un pueblo asentado en las tierras con las cuales se relacionarían el resto de su historia nacional.

Los pueblos que los israelitas encontraron en Canaán tenían en común una ascendencia semita, pero también mostraban elementos culturales distintivos e historias nacionales definidas. Por esa razón, en ocasiones, las luchas fueron intensas, pues estaban en juego no solo los terrenos y los pueblos necesarios para vivir y desarrollar una nación, sino la identidad cultural, que brinda a las comunidades sentido de historia y cohesión, así como salud emocional, espiritual y social. Con el tiempo muchas de las comunidades cananeas se fundieron con los grupos israelitas que comenzaban a poblar y colonizar la región (Jue 9).

Mientras que en Canaán los israelitas estaban en pleno proceso de asentarse en la región, habían comenzado una serie importante de cambios políticos en el resto del Oriente Medio. Las grandes potencias de Egipto y Babilonia comenzaban a ceder sus poderes a nuevos pueblos que intentaban sustituirlos en la implantación de políticas internacionales. Esos cambios y transiciones de poder, en el contexto mayor del Creciente Fértil, permitieron a los pueblos más pequeños como los de Canaán desarrollar sus propias iniciativas y adquirir cierta independencia económica, política y militar.

De esos cambios internacionales que dejaron un cierto vacío político en Canaán se beneficiaron los recién llegados grupos de israelitas. Desde la perspectiva de la profesión religiosa, los pueblos cananeos tenían un panteón bastante desarrollado, que incluía una serie importante de celebraciones y reconocimientos en honor al dios Baal y a las diosas Aserá y Astarté. Además, tenían un panorama complejo de divinidades menores que primordialmente se relacionaban con la fertilidad. En esencia, las religiones cananeras eran agrarias que adoraban a Baal como dios principal y señor de la tierra.

El período de los jueces

El llamado «período de los jueces» en la historia bíblica comienza con la muerte de Josué (Jos 24.29-32) y con la reorganización de los grupos israelitas que se habían asentado en las tierras Canaán. La característica política, social y administrativa fundamental de este período (c. 1200-1050 a. C.) es posiblemente la restructuración social de los israelitas que llegaron de Egipto, más los que se les habían unido en Canaán en diversos grupos tribales de naturaleza casi independientes. Ese era un tipo de modelo administrativo que se vivía en la región cananea antes de la llegada de los israelitas.

Y en ese contexto de independencia parcial de los grupos, ahora separados por regiones y tribus, en ocasiones se levantaban líderes para unirlos y enfrentar dificultades sociopolíticas y económicas, y desafíos en común. Esos líderes son conocidos como «jueces», aunque su finalidad no estaba cautiva necesariamente en las tareas de interpretación y aplicación de las leyes. Un buen ejemplo de los poemas y las épicas que celebran los triunfos de estas uniones militares estratégicas entre las tribus es el singular cántico de Débora (Jue 5), que afirma y disfruta la victoria definitiva de los grupos israelitas sobre las antiguas milicias cananeas.