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Mujer, llora y vencerás es una de las comedias teatrales de Pedro Calderón de la Barca, uno de los géneros dramáticos que más cultivó el autor, por detrás de los autos sacramentales. En ellas se suelen mezclar los enredos amorosos y familiares con los equívocos y las situaciones humorísticas.-
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Pedro Calderón de la Barca
LI.
Saga
Mujer, llora y vencerásCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499919
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
––––––––––
Tocan cajas y trompetas, y salen MadamaInes, Margarita, Laura y criados.
Mad. Porque el militar estruendo
De las trompas y las cajas
Con que Federico llega,
Haciendo á estos montes salva,
En demanda generosa,
Bien que no es fácil demanda,
De poner en libertad
Á su hermano, que la alta
Torre de aquel homenage,
Noble prisionero, guarda;
Porque el militar estruendo,
Vuelvo á decir, de las cajas
Y las trompas no blasone,
Que en mí algun rezelo causa,
Á vista de ambos prosiga
La batida de la caza,
En que estaba divertida.
Vean desde la campaña
El uno, y desde la almena
El otro, cuan poco ó nada
De uno me asusta el denuedo,
Si de otro la esperanza.
Y asi, pues os hallais todas
Con arcos, flechas y aljabas,
Id ocupando los puestos,
Que entre las espesas matas
De las fieras que buscamos
Son avenidas, y vayan
Monteros y cazadores
Corriendo al monte la estancia,
En tanto que de mis huestes
Adolfo la muestra pasa,
Y yo á distribuir el órden
Doy vuelta á la plaza de armas.
Marg. De Semiramis, señora,
Se cuenta, que á una batalla
Salió, el peine en el cabello,
Mostrando, que no embaraza
El sobresalto al aseo.
Laur. Solo tu valor de tanta
Novedad desprecio hiciera.
Uno. ¡Al llano, al monte, á la falda!
Otro. Ya sabuesos y lebreles
Impacientes desenlazan
La prision de las traillas.
Otro. Y ya la batida baja,
Hiriendo el aire, en respuesta
De esotros ecos.
Mad. No haga
Extrañeza á nadie ver
Mezclar en voces contrarias
Con aparatos de Marte
Venatorias de Diana.
Y ya que en ellas me halló
El ronco son de la marcha,
No he de dejarlas, porque
Vea del sol la luz clara,
Que de nada, como dije.
Se asusta ni sobresalta
Madama Ines de Turincia,
Hija de Lanzgrave de Asia.
[Vanse todos y queda sola Margarita
Marg. En tanto que complaciendo
Tan soberbia, altiva y vana
Accion, todas esparcidas
La siguen por sendas varias,
Yo á vista de aquella torre,
Pues no caerán en mi falta,
He de ver, si lograr puedo
La atrevida confianza,
Que á ver al Príncipe Enrique
Me ha traido, á cuya causa
Sirvo á Madama. No en vano
Parece que amor ampara
Tal vez al atrevimiento;
Pues si el placer no me engaña,
Junto al foso de la torre,
Á corta breve distancia,
Que debe de ser el coto,
Que le permiten las guardas,
Él es el que reclinado
Sobre una peña descansa,
No duerme, porque suspira.
¿Qué será lo que con tanta
Suspension de si le tiene
Tan ageno, que no alza
Los ojos, por mas que asombren
Esta y aquella montaña
De los clarines el son
Y el estruendo de la caza?
¿Entre objetos tan ruidosos
Hay tristezas tan calladas,
Que solo el suspiro sea
Quien le desmienta de estatua?
Llegaré á hablarle. Mas cielos,
Qué miro! ¡O cuanto adelanta
Al sentimiento la duda!
Retrato es el que arrebata
Su atencion tan suspendida,
Que dél la vista no aparta.
¡Qué dichosa fuera yo,
Si, sobre ausencia tan larga,
Fuera mio! Mal las señas
De aqui á percibir se alcanzan;
Y pues dispensa el letargo
El mudo ruido á mis plantas,
Llegue mas cerca.
SaleEnrique.
Enr. Divino
Imposible, á cuyas aras
Poca ofrenda es una vida,
Poco sacrificio un alma,
Admite, ya que no el don,
El voto con que idolatra
Tu imágen un peregrino,
Que entre deshechas borrascas
De amor y la fortuna,
Deidades del hombre vanas,
Hijo expósito del hado,
El hado arrojó á tus plantas.
Marg. Qué oigo, y qué miro? Ay de mí!
¡Qué fácil se desengaña
La presuncion de una duda!
¿Quién creyera, que mis ansias
Á tropezar con mis zelos
Al primer paso me traigan?
De Madama es, si no miente
Á los ojos la distancia.
¿Mas para mi desengaño,
Qué mi sufrimiento aguarda? —
Suelta, tirano!
Enr. Qué es esto?
¿Quién del corazon me arranca
La mitad del alma?
Marg. Quien
Hoy liberal y avara,
Para que sientas, te deja
Esotra mitad del alma.
Enr. Margarita, tú? pues cómo?
Cuando aqui, si yo……
Marg. No hagas
Con retóricos primores
La turbacion elegancia;
Que bien conocer se deja,
Que al oir, como quedabas
Prisionero de Turincia,
Perdida aquella batalla,
Que fue tu ruina y la mia,
Busqué modos, hallé trazas
De venir á verte; el como
No es ahora de importancia;
Pues el saber por ahora,
Que á Madama sirvo, basta.
Desmandada de la tropa,
Que por esos montes anda,
Llegué á esta torre, buscando
Ocasion, en que ganaran
Mis afectos las albricias
De que Federico trata
Tu libertad. Mas no es nuevo
En quien infelice ama,
Ver morir una fineza
Á manos de una mudanza.
En fin, idólatra amante
De otra hermosura, te halla
Mi amor tan suspenso, que
Pude......
Enr. Margarita, calla;
Que no sabes quien te escucha.
Y si es asi, que una estampa,
Que acaso llegó á mi mano,
Si sabe que en ella para,
Será inútil el socorro
Que mi libertad aguarda;
Pues la altivez, la soberbia,
La vanidad y arrogancia
De su dueño, han de quitarme
Mil vidas.
Marg. ¿Y qué mas rara
Dicha, que poder lograr
De mi agravio mi venganza?
Y asi iré con el retrato
Donde, no faltando maña,
Que á mí me disculpe, á tí
Te culpe y te......
Enr. Espera, aguarda!
Que no has de llevarle.
Marg. ¿Cómo
Que no he de llevarle?
Enr. Es clara
Cosa, pues á mi poder
Le has de volver.
Marg.No me hagas,
Que, atropellándolo todo,
Diga á voces......
Enr. Mira!
Marg. Aparta!
Que, tirano amante,......
Enr. El labio
Cierra.
Marg. Á mi obligacion faltas.
Enr. Suspende la voz.
Marg. Osado
Prisionero,......
Enr. Ten el habla.
Marg. ¿Á Madama......
Enr. No la nombres.
Marg. Adoras?
Enr. La lengua......
Voz [dent.] ¡Ataja,
Ataja por la ladera!
Que herida la fiera baja
Á la vuelta de la torre.
Dentro MadamaInes .
Mad. Yo he de seguirla y matarla.
SalePatin .
Pat. En alcance, señor, de una
Fiera, que sale acosada
Del monte, Madama Ines,
Si es que hay Ineses Madamas,
Viene hácia aqui. Á la prision
Te retira, no el que salgas
Á este umbral haga delito
La licencia de las guardas.
Enr. No hará; que hasta aqui no rompo
Sus órdenes.
Marg. Si me halla
Á mí aqui, haré sospechosas
Las zelosas acechanzas
De que he de valerme.
Enr. Espera;
Que no has de ausentarte, ingrata,
Con esa prenda.
Pat. Qué miro!
Enr. Si es mi mal, de qué te espantas?
Marg.¿Será mejor que me vea?
Enr. Serálo, que entre las ramas
De la hiedra deste muro
Te escondas, mientras que pasa.
Marg. Fuerza será; porque ya
No es posible que me vaya,
Sin que me vea. [Escóndesc.
Pat. Qué es esto?
¿Qué no imaginada traza
Aqui á Margarita trajo?
Enr. Patin, no preguntes nada,
Sino escóndete con ella,
Y no dejes que de ahí salga.
Que si un siglo fuera poco
Volúmen á mis desgracias,
Quisiera, el pequeño instante,
Que permite aquesta extraña
Grita, diciendo......
Voces [dent.] Á la torre!
Pat. Solo de añadir les falta:
Á la torre, Paladines.
Dentro MadamaInes .
Mad. Aunque el viento te dé alas,
Te alcanzaré; y pues alli [Sale.
Se mueven troncos y plantas,
Alli se oculta sin duda;
Y en ella tengo......
Enr. Repara;
Que, aunque alli la fiera está,
Que de tu riesgo se ampara
En las redes desas hojas,
No será accion tan bizarra
Emplear de tus acciones
El triunfo en una villana
Rustiquez, como en un noble
Rendimiento, que á tus plantas
Sabrá agradecer la dicha
De ser tú la que le mata.
Mad. Si pensara que podia
Encontrarte aqui, excusara
El empeño de seguir
Su huella.
Enr. Y si yo pensara,
Que el verme podia ofenderte,
Hiciera mas, pues dejara
Verte, porque no me vieras,
Aunque en esto aventurara
Los privilegios, que goza
El preso que vé la cara
De su Rey.
Mad. Mejor en otro
Podrás fundar la esperanza,
Pues ya Federico llega,
Dando vista á estas murallas,
En fe de tu libertad.
Enr. Discúlpele en la ignorancia
De presumir, que me obliga,
Y no saber que me agravia,
El ser los dos tan hermanos
Y amigos, que unas entrañas
Mismas, un mismo concepto
Nos dieron union tan rara,
Que, aunque dos almas, dos vidas
Nos informaron, entrambas
Fueron tan unas, que entiendo
Que dieron equivocadas
Á él el alma de mi vida,
Y á mí de su vida el alma.
Tan finos nacimos pues,
Que, al mirar del sol las claras
Primeras luces, pusimos
Aquel ser, que el ser nos daba,
Al riesgo; porque acudiendo
Las matronas y criadas
Á su reparo, dejaron,
Afligidas y turbadas,
De señalar al primero,
Creciendo en igualdad tanta,
Que hasta hoy no se sabe cual
Heredero es de la casa,
Patrimonio ó estado nuestro;
Experiencia tan extraña,
Que no se vió, hasta en nosotros,
Haber paz donde dos mandan.
Solo lo que en los dos tuvo
Un algo de repugnancia
Fueron los genios, dado él
Á las letras, yo á las armas.
Y asi, el dia que tu padre,
Glorioso Archiduque de Austria,
De Turincia, con el noble
Blason de Lanzgrave de Asia,
Pasó desta vida, donde
En mejor vida descansa,
Siendo, como es, su dictado
Dignidad, que en Alemania
Responde á Gobernador
Ó Juez, á cuya causa,
Por tocarme á mí, á este fin,
Despues de hacerte la salva
Digna á tu respeto, vine,
Que ya se sabe que paran
Derechos de soberanos
Príncipes en la campaña,
Donde las últimas leyes
Son la pólvora y las balas,
Á tomar la posesion,
Que nos toca hereditaria,
Por ser de su hermano hijos,
En quien es fuerza recaigan
Los primeros llamamientos;
Y siendo asi......
Mad. Basta, basta;
Que en decirme lo que sé
Ociosamente te cansas.
Si no puedo ignorar yo,
Que reducida á batalla
La ley, tus tropas deshechas,
Tus huestes desordenadas,
Quedaste mi prisionero,
Para qué es decirlo?
Enr. Para
Disculpar aqui á mi hermano,
De que hoy, señora, le traigan
Primera causa y segunda.
Mad. Si yo el venir le culpara,
Fuera bien; mas no tan solo
Culpo en él accion tan alta,
Mas se la agradezco, pues
Viene á añadir á mi fama
Ese triunfo mas, supuesto
Que apenas me verá el alba
Sobre el polaco corcel,
Que á compas el freno tasca
De la trompeta, cobrar
La noticia de la planta
Al estribo, de la rienda
Al tiento la mano blanca,
Del fuste, el borren, la cuja,
Trenzado el arnes, calada
La sobrevista, blandiendo
Del errado fresno el asta;
Cuando en repetidas voces
Popular aplauso al aura
Prorumpa en festivos ecos,
Diciendo:......
Unos [dent.] Viva Madama!
Otros. Y muera un aleve!
Todos. Muera!
Mad. Qué escucho?
SaleAdolfo .
Adol. El cielo me valga!
Mad.