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En esta biografía testimonial, quiero reflejar, el sentimiento de los seres Humanos que atravesamos por la violencia familiar y el abuso infantil. Quizás al leer esta primera parte del resto de mi vida, puedan comprender algunas de las preguntas que generalmente se hacen con respecto a estos temas. Los que tienen la felicidad de no haberlo vivido personalmente y también para los que están atravesando esta situación, puedan comprender los porque y quizás vean una salida a la misma. Simplemente aprendiendo a amarnos, no dejarnos cosificar y empoderarnos en el amor y el respeto. Vinimos a este plano a ser felices. ¿Porque no serlo? Ojala no deban pasar por estas fases que describo en el libro, para verlo y recordar que somos seres valiosos y merecemos amar y ser amados. Que la violencia jamás puede hacernos felices ni valorados.
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Seitenzahl: 59
Veröffentlichungsjahr: 2017
sonia b. rodríguez
PARA NO OLVIDARME DE VIVIR
Testimonio de una sobreviviente
Editorial Autores de Argentina
Rodríguez, Sonia Beatríz
Para no olvidarme de vivir / Sonia Beatríz Rodríguez. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-711-824-7
1. Biografía. 2. Narrativa. 3. Literatura. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail:[email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Diseño de maquetado: Inés Rossano
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
índice
mi historia
adolescencia
presentación
el noviazgo
regreso a buenos aires
1º embarazo
mudanza y 3º hijo
la separación
Sentir que estoy viva, es una gloriosa sensación, que me lleva a poner en letras una buena parte de mi vida.
Ojala estas líneas escritas con amor hacia la humanidad y en pos de la No Violencia, puedan alumbrar el camino de otros seres Humanos, que hayan pasado o estén pasando por algunas o todas las experiencias, vividas por mí.
Las cuales narro en estas páginas con el fin de aportar mi granito de arena a esta Pandemia, que significa la Violencia Familiar y el Abuso Infantil, sin por ello entrar en detalles morbosos, que no aportan al testimonio en si
Mi agradecimiento y dedicatoria:
Mis tres hijos, Mis padres, Hermano, cuñada y mi actual esposo Juan Carlos.
Y demás familiares y amigos que estuvieron conmigo en este camino a la recuperación de mi estima.
A la Asociación Argentina de Prevención de la Violencia Familiar.En ella a:
Lic. Graciela B. Ferreyra
Lic. Cristina Bertelli
Lic. Beatríz Perreti
Lic. Beatríz Fontana
Lic. Zelmira Ardiles
Lic. Mario Payarola
Lic. Alicia Varela
Quiero que les quede esta imagen (una sencilla fotocopia), para explicarles cuanto significo en mi vida, esta escalera.
Desde el momento que la recibí en mis manos. En el Año 1995, en uno de los grupos de AAPVF. En sus comienzos, Nos reuníamos en la calle Luis Sáenz Peña y Humberto Primo. Capital Federal Rep. Argentina
Fue después de la muerte de Alicia Muñiz en manos de el Boxeador Carlos Monzón, me dio por pensar que, mi vida podría terminar de una manera muy similar.
Y me comentaron que había un grupo de Psicólogas y Psicólogos, que se reunían, solo por amor al Prójimo ayudando a adultos y niños que sufrían abuso y violencia.
Quizás vean desprolijo mi relato, empecé casi por el final…O mejor dicho por el principio de mi nueva vida.
Tiene sentido aclararles este comienzo y final a la vez de mis vivencias.
Para que puedan comprender el antes y el después de mi historia de vida.
A partir de el comienzo del relato de mi testimonio de vida, no nombraré a mis hijos por su nombre, serán el mayor, el del medio y el menor, así como su padre será llamado, sin nombrarlo, Primero Príncipe Azul en la época noviazgo, el primogénito y luego el padre de mis hijos, por respeto mis hijos y a la partida de su padre de este plano terrenal.
Mi Historia
Día 2 de mayo 1952 pasado el medio día, en un barrio al Oeste de Montevideo.
Un nacimiento por parto en casa de mis padres, sin contratiempos (algo que siempre me aclaro mi madre) vi la luz por primera vez en esta vida.
Rodeada de amor de una manera muy natural, guiado por una matrona, ese era el termino con que definían a la partera.
Fui una niña querida, cuidada y esperada, lo cual significo una feliz infancia, en la que mis padres usaban sus espacios privados para sanear las desacuerdos conyugales. Con tanto respeto que hasta que fui adulta, pensé que Jamás habían existido tales diferencias
Esta niñez tan plena fue vivida por mí, hasta después de cumplir 5 años cuando mi madre se embarazo nuevamente, lo cual me trajo una nueva alegría ya que iba a tener una hermanita para jugar ( recuerden en esa época no se hacían ecografías) a mis seis años nació, mi hermanito …como verán que me había equivocado de sexo.
Y fue muy llamativo para mi ir a ver a mi mama y a el nuevo integrante de la familia a una Clínica (se había complicado el parto y mi madre necesito internación) O sea me encontré con un hermoso bebe todo vestido de celeste y una (para mí) muy alta cuna, por lo cual mi padre muy orgulloso de su hijo “Varón” me levanto en alzas para que lo viera…Si bien jamás sentí anteriormente de su nacimiento ninguna discriminación, ni sabía en ese momento cuanto iba a cambiar mi vida.
Mis padres como les pasa a todos los papas que tiene hijos mayores, deben dedicarle más atención al recién nacido y eso lo entendí cuando me toco a mi ser madre, solo que a los 6 años era muy difícil de aceptar.
Yo sentía mucho amor por ese pequeño atadito celeste siempre celeste y quería jugar con mi hermano como si se tratara de un juguete, entretenimiento que por supuesto fue limitado por mis padres, y empecé a sentirme desplazada.
Mis padres trabajaban en horarios diferentes, e intercambiaban cuidados del hogar, para ocuparse de mi hermano y de mí.
Por esa época para distraerse, en casa de mis padres, se hacían reuniones entre vecinos y amigos, para jugar cartas, lotería (Bingo) etc. y a su vez iban con nosotros a la casa de unos vecinos muy cercanos, a socializar y retribuir las visitas.
En las reuniones cuando estábamos todos juntos un señor de los que se hacía llamar “tio” y era hermano de estos vecinos, empezó a frecuentar mi casa, en horarios que no eran las reuniones, con la excusa de que en la casa del hermano no encontraba a nadie y era el horario que mi padre estaba solo en casa con mi hermano y yo Turno de la tarde en que trabajaba nuestra madre, y nuestro padre la suplantaba en sus tareas.
Cosa no muy común en esa época mi padre siempre fue muy colaborador en las tareas hogareñas y el cuidado de los hijos.
Volvemos a las visitas del que llamaremos desde ahora “Tio Peco”, el cual no disimulaba su preferencia por mí.
Y le pedía a mi padre, que le permitiera llevarme al kiosco de golosinas o a la Panadería etc.
Lo cual, mi padre se lo permitía, por la confianza que le generaba este Señor muy agradable y simpático que también era padre de hijos e hijas adolescentes.
En ese entonces comenzó el abuso hacia mí, por supuesto en ese momento y a la edad de 6 años no lo percibía así solo sentía una sensación al principio de asco y como de algo malo, obscuro, además de la decepción, del sentimiento hacia un “tío” la manera que aprovechaba las circunstancias de estar lejos de la vista o el cuidado de mi padre.
También sucedía en nuestra casa, cuando mi padre iba al Baño, o a los fondos de la vivienda, inclusive empezó a sentir más confianza y me sentaba en su falda, hasta delante de mi padre, y sentía sus manos ásperas bajo mi pollerita.