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Barlán y Josafat es un texto teatral del autor Lope de Vega, basado libremente en una leyenda medieval que cristianiza la historia de Buda y que trata del nacimiento y ascensión de un niño que alcanza a través de la piedad cristiana la sabiduría divina, a pesar de los poderes fácticos que se oponen a ello.-
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Lope de Vega
Saga
Barlán y Josafat Lope de VegaCover image: Shutterstock Copyright © 1641, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616323
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
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Personas que hablan en ella.
Salen el PRÍNCIPE JOSAFAT y CARDÁN, caballero.
JOSAFAT ¿Posible es que desta suerte
pasas tanto amor, Cardán?
CARDÁN Secretos que ansí lo están
tienen por sello la muerte.
Advierta, pues, vuestra Alteza, 5
que esta ha sido la ocasión.
JOSAFAT ¿Cuál hombre se vio en prisión
por ley de naturaleza?
Y más yo, que de tal Rey
soy hijo.
CARDÁN Para que viva 10
tu real persona cautiva
no hay, señor, culpa ni ley.
Pero no le aflija más
ese invicto corazón;
sabrá que esta no es prisión. 15
JOSAFAT En mayor engaño estás,
porque si toda mi vida
me ha tenido aquí encerrado,
¿por qué culpa hubiera dado
más castigo a un homicida? 20
Maestres me ha dado aquí
que me enseñan6 que hay un Dios
autor de dos mundos.
CARDÁN Dos.
JOSAFAT Con el celeste.
CARDÁN Es ansí.
JOSAFAT El celeste es invisible, 25
aunque no sus luces bellas,
como sol, luna y estrellas;
pero el terrestre visible.
Este, cuantos han nacido
le ven, sino solo yo, 30
que en naciendo me obligó
a que naciese escondido.
Caso estraño que he de ver
una flor y preguntar
cómo se suele crïar, 35
y dónde suele nacer.
Si me sirven a la mesa
una fruta o algún ave,
me ha de decir quien lo sabe,
y aun, de decirlo, le pesa, 40
el nombre y donde se cría,
y pudiéndolo yo ver,
como ciego he de tener
—fol. 238v→
la vista en la fantasía.
Siempre he de andar con ideas. 45
¿No veré qué es tierra y mar?
CARDÁN Yo te quiero declarar
eso que saber deseas,
como me tengas secreto.
JOSAFAT Tú mismo bien solicitas, 50
y mi prisión facilitas,
de que silencio prometo.
CARDÁN Gran príncipe Josafat,
cuyo raro entendimiento
admiran7 todos los sabios 55
que has tenido por maestros.
Tu padre, el Rey Abenir,
tiene su copioso reino
en una parte del mundo
de fértil y alegre suelo, 60
que llaman India, en el cual
ciudades, villas y pueblos
le reconocen y adoran
como a su señor supremo.
Ejércitos numerosos 65
se han defendido de aquellos
que, en otros Reinos, están
a sus grandezas opuestos.
Hanle dado mil vitorias,
y está su dichoso cetro 70
dilatado en toda el Asia
y de mar a mar por ellos.
Las riquezas que le adornan
muchos palacios soberbios,
nunca Darío, ni Alejandro, 75
Ciro, ni Gerges, las vieron.
Oro, piedras, perlas, plata
cubren paredes y techos,
y el suelo que va pisando,
brocados, persas y medos. 80
Pero toda esta grandeza
tuvo tu padre en desprecio,
respeto de que a sus dioses
se les guardase el respeto;
que unos ciertos hombres hay, 85
que a un cierto dios estranjero
adoran, y por serville
viven en montes y en yermos.
Estos tiene desterrados
con pregón público, y muertos 90
muchos que cubren los campos
con los divididos cuerpos.
Crece aquesta religión
de suerte que consejeros
y aun presidentes del Rey 95
se le han ido a los desiertos.
Mas tu padre, temeroso
de que estos monjes del yermo,
o cristianos que se llaman,
cristianos por su Dios nuevo, 100
que tiene por nombre Cristo,
no hiciesen en algún tiempo,
que siguieses la locura
con que maltratan sus cuerpos,
que es una ley que se funda 105
de rigurosos preceptos,
hizo que en este palacio
te crïasen con secreto.
Sus hábitos no son seda,
que son unos sacos hechos 110
ya de palma, ya de cerda,
ya de cuitados pellejos.
Por otra parte, señor,
era el faltalle heredero,
grave dolor de tu padre, 115
mas quiso el piadoso cielo
que nacieses, alegrando
tu dichoso nacimiento
con sacrificios los dioses,
que de más de mil becerros 120
calentó las blancas aras,
corriendo el humor sangriento.
Sin el número infinito
—fol. 239r→
de ovejas y de corderos,
la India del Gange toda 125
mil regocijos hicieron
en la tierra y en la mar
soldados y marineros.
Los vasallos más leales,
y los más sabios maestros 130
no quieren8 que te digamos
cosa triste, previniendo
que aun no sepas que hay morir,
ni tengas conocimiento
de cosa que te dé pena, 135
mas como tu raro ingenio
a los maestros excede,
vence el natural deseo
el cuidado de tu padre,
a quien humilde te ruego 140
no digas que yo te he dicho
la causa de haberte puesto
en la prisión donde estás,
pues que por mejores medios
le persuadirás que mande 145
que salgas a ver el cielo.
JOSAFAT Muy agradecido estoy
a la amistad que me muestras,
y las amistades nuestras
se confirman desde hoy. 150
Que si llega a posesión
deste reino mi esperanza,
en la parte que te alcanza
verás la satisfación.
CARDÁN Tu padre viene.
JOSAFAT Cardán, 155
disimula.
CARDÁN Eso te ruego.
(Sale ABENIR y criados.)
REY ¿Hijo?
JOSAFAT Temeroso llego.
REY ¿Dónde tus ayos están?
JOSAFAT Conociendo mi tristeza,
señor, y poca salud, 160
nacida de la inquietud,
fuerza de naturaleza,
un poco se han retirado.
REY ¿Tristeza tú, qué es aquesto?
¿Quién en tus labios ha puesto 165
un vocablo tan pesado?
Ni el nombre pensaba yo,
que de tristeza sabías,
cuanto más que la tenías;
mas, ¿quién la causa te dio?, 170
viven los cielos, que luego
lo ponga en un fuego vivo.
JOSAFAT Tristeza, señor, recibo,
y justo desasosiego
de verme preso sin causa. 175
¿En qué, señor, te ofendí,
qué es lo que temes de mí,
que tanto rigor te causa?
Nace el corderillo tierno,
y salta luego en el prado, 180
porque apenas destetado
sufre el natural gobierno.
Un ave arroja del nido,
aun antes de tener alas,
el pollo a las claras salas 185
del aire, y vuela atrevido.
¿A quién después que nació
se negó la luz del cielo?,
pues al que nace en el suelo
se dice que a luz salió. 190
Mas no se dirá por mí,
que ha tanto que soy nacido,
y nunca a luz he salido,
que a las tinieblas salí.
REY Hijo, no te aflijas más, 195
ni eso te cause tristeza;
veo que naturaleza
te enseña, ya en tiempo estás,
que de ti fiar podré
la causa deste secreto. 200
Licencia te doy.
JOSAFAT Efeto
de tu amor.
REY Sabrás que fue
—fol. 239v→
para que tu educación
fuese verdaderamente
real, y la común gente 205
no te causase afición.
Bastantemente enseñado
sales; éntrate a vestir,
para que puedas salir
a mirar y a ser mirado, 210
y aun a dar admiración.
JOSAFAT Beso tus reales pies,
que muy de quien eres es
esa justa permisión.
(Vase.)
REY Hola.
CARDÁN Señor.
REY Advertid 215
por qué parte le sacáis,
de la guarda que ordenáis
como un muro le ceñid.
No vea el Príncipe cosa
que pueda darle tristeza, 220
defeto en naturaleza,
ni otra pasión enojosa.
Vaya música delante,
danzas, fiestas, regocijos,
y de mis grandes los hijos, 225
cuya grandeza le espante.
Cuelguen las calles de seda,
sus riquezas saquen todos.
CARDÁN Haranse de varios modos,
para que servido seas, 230
al Príncipe, mi señor,
mil regocijos y fiestas.
REY ¡Ay hijo, lo que me cuestas
de cuidado y de temor!
Pero también era justo 235
que sepas lo que has sabido
por elección, aunque ha sido
para mí de tal disgusto.
¡Hola!
CARDÁN Señor.
REY Ahora es bien
poner más fieras las manos 240
en esos monjes cristianos,
nuevos soldados prevén,
que discurran por los altos
montes y ásperos desiertos.
CARDÁN La mayor parte son muertos, 245
los demás, de fuerzas faltos,
huyen al Cristo, en que están
aún no seguros de ti.
REY ¡ Que estos se atrevan a mí!
CARDÁN Ya, señor, ¿cómo podrán? 250
REY ¿Cómo podrán? ¿Pues no ves
que de uno solo que queda
nacen cien mil?
CARDÁN Aunque pueda
como mala yerba que es,
echar algunos renuevos, 255
presto en el rigor que dices
se arrancarán las raíces.
REY Van engañando a mancebos
simples y temo algún daño.
CARDÁN Matarlos, que lo merecen. 260
REY Con sangre regados crecen,
y se fomenta su engaño.
¿Qué hallan estos en su Cristo,
qué favor, qué amparo y luz?
CARDÁN Siguen su muerte y su cruz. 265
REY Él, dicen que fue malquisto
de su patria y de su gente.
CARDÁN Sí, pero dicen también
que era Dios.
REY La voz detén.
CARDÁN Y engendrado eternamente 270
de su Padre Dios, como él,
y que de hombre se vistió
no sé para qué.
REY Ni yo,
enojado estoy con él,
y con sus fieros cristianos, 275
pues crezca el bando importuno,
que no ha de quedar ninguno,
por los dioses soberanos.
(Vanse y suena música y salen labradores.)
[LABRADOR] 1.º Echa por acá, Ginés,
—fol. 240r→
que por acá va la danza. 280
Es de manera la gente,
que ahogan a cuantos pasan.
[LABRADOR] 2.º ¿No es el Príncipe muy lindo9 ?
[LABRADOR] 3.º No sé por qué le guardaba
su padre. 285
[LABRADOR]