Barlán y Josafat - Lope de Vega - E-Book

Barlán y Josafat E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

Barlán y Josafat es un texto teatral del autor Lope de Vega, basado libremente en una leyenda medieval que cristianiza la historia de Buda y que trata del nacimiento y ascensión de un niño que alcanza a través de la piedad cristiana la sabiduría divina, a pesar de los poderes fácticos que se oponen a ello.-

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Lope de Vega

Barlán y Josafat

 

Saga

Barlán y Josafat Lope de VegaCover image: Shutterstock Copyright © 1641, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616323

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Personas que hablan en ella.

JOSAFAT,2 príncipe.ABENIR, rey.BARLÁN, ermitaño.CARDÁN, caballero.LEUCIPE, dama.DEMONIO, de galán.BATO, labrador.UN LITERERO. UN GENERAL. UN VIEJO. UN POBRE COJO. TRES MUJERES. UN ÁNGEL. BARAQUÍAS,3 galán.ANAXIMANDRO.4 FULBINO. TELÉMACO.5 BARQUERO. LAURENCIA, labradora.RUFINO, labrador.LISENO, labrador.OTRO LABRADOR. FABIO, músico.UN ALGUACIL.

[Acto I]

Salen el PRÍNCIPE JOSAFAT y CARDÁN, caballero.

 

JOSAFAT ¿Posible es que desta suerte

pasas tanto amor, Cardán?

CARDÁN Secretos que ansí lo están

tienen por sello la muerte.

Advierta, pues, vuestra Alteza, 5

que esta ha sido la ocasión.

JOSAFAT ¿Cuál hombre se vio en prisión

por ley de naturaleza?

Y más yo, que de tal Rey

soy hijo.

CARDÁN Para que viva 10

tu real persona cautiva

no hay, señor, culpa ni ley.

Pero no le aflija más

ese invicto corazón;

sabrá que esta no es prisión. 15

JOSAFAT En mayor engaño estás,

porque si toda mi vida

me ha tenido aquí encerrado,

¿por qué culpa hubiera dado

más castigo a un homicida? 20

Maestres me ha dado aquí

que me enseñan6 que hay un Dios

autor de dos mundos.

CARDÁN Dos.

JOSAFAT Con el celeste.

CARDÁN Es ansí.

JOSAFAT El celeste es invisible, 25

aunque no sus luces bellas,

como sol, luna y estrellas;

pero el terrestre visible.

Este, cuantos han nacido

le ven, sino solo yo, 30

que en naciendo me obligó

a que naciese escondido.

Caso estraño que he de ver

una flor y preguntar

cómo se suele crïar, 35

y dónde suele nacer.

Si me sirven a la mesa

una fruta o algún ave,

me ha de decir quien lo sabe,

y aun, de decirlo, le pesa, 40

el nombre y donde se cría,

y pudiéndolo yo ver,

como ciego he de tener

—fol. 238v→

la vista en la fantasía.

Siempre he de andar con ideas. 45

¿No veré qué es tierra y mar?

CARDÁN Yo te quiero declarar

eso que saber deseas,

como me tengas secreto.

JOSAFAT Tú mismo bien solicitas, 50

y mi prisión facilitas,

de que silencio prometo.

CARDÁN Gran príncipe Josafat,

cuyo raro entendimiento

admiran7 todos los sabios 55

que has tenido por maestros.

Tu padre, el Rey Abenir,

tiene su copioso reino

en una parte del mundo

de fértil y alegre suelo, 60

que llaman India, en el cual

ciudades, villas y pueblos

le reconocen y adoran

como a su señor supremo.

Ejércitos numerosos 65

se han defendido de aquellos

que, en otros Reinos, están

a sus grandezas opuestos.

Hanle dado mil vitorias,

y está su dichoso cetro 70

dilatado en toda el Asia

y de mar a mar por ellos.

Las riquezas que le adornan

muchos palacios soberbios,

nunca Darío, ni Alejandro, 75

Ciro, ni Gerges, las vieron.

Oro, piedras, perlas, plata

cubren paredes y techos,

y el suelo que va pisando,

brocados, persas y medos. 80

Pero toda esta grandeza

tuvo tu padre en desprecio,

respeto de que a sus dioses

se les guardase el respeto;

que unos ciertos hombres hay, 85

que a un cierto dios estranjero

adoran, y por serville

viven en montes y en yermos.

Estos tiene desterrados

con pregón público, y muertos 90

muchos que cubren los campos

con los divididos cuerpos.

Crece aquesta religión

de suerte que consejeros

y aun presidentes del Rey 95

se le han ido a los desiertos.

Mas tu padre, temeroso

de que estos monjes del yermo,

o cristianos que se llaman,

cristianos por su Dios nuevo, 100

que tiene por nombre Cristo,

no hiciesen en algún tiempo,

que siguieses la locura

con que maltratan sus cuerpos,

que es una ley que se funda 105

de rigurosos preceptos,

hizo que en este palacio

te crïasen con secreto.

Sus hábitos no son seda,

que son unos sacos hechos 110

ya de palma, ya de cerda,

ya de cuitados pellejos.

Por otra parte, señor,

era el faltalle heredero,

grave dolor de tu padre, 115

mas quiso el piadoso cielo

que nacieses, alegrando

tu dichoso nacimiento

con sacrificios los dioses,

que de más de mil becerros 120

calentó las blancas aras,

corriendo el humor sangriento.

Sin el número infinito

—fol. 239r→

de ovejas y de corderos,

la India del Gange toda 125

mil regocijos hicieron

en la tierra y en la mar

soldados y marineros.

Los vasallos más leales,

y los más sabios maestros 130

no quieren8 que te digamos

cosa triste, previniendo

que aun no sepas que hay morir,

ni tengas conocimiento

de cosa que te dé pena, 135

mas como tu raro ingenio

a los maestros excede,

vence el natural deseo

el cuidado de tu padre,

a quien humilde te ruego 140

no digas que yo te he dicho

la causa de haberte puesto

en la prisión donde estás,

pues que por mejores medios

le persuadirás que mande 145

que salgas a ver el cielo.

JOSAFAT Muy agradecido estoy

a la amistad que me muestras,

y las amistades nuestras

se confirman desde hoy. 150

Que si llega a posesión

deste reino mi esperanza,

en la parte que te alcanza

verás la satisfación.

CARDÁN Tu padre viene.

JOSAFAT Cardán, 155

disimula.

CARDÁN Eso te ruego.

 

(Sale ABENIR y criados.)

 

REY ¿Hijo?

JOSAFAT Temeroso llego.

REY ¿Dónde tus ayos están?

JOSAFAT Conociendo mi tristeza,

señor, y poca salud, 160

nacida de la inquietud,

fuerza de naturaleza,

un poco se han retirado.

REY ¿Tristeza tú, qué es aquesto?

¿Quién en tus labios ha puesto 165

un vocablo tan pesado?

Ni el nombre pensaba yo,

que de tristeza sabías,

cuanto más que la tenías;

mas, ¿quién la causa te dio?, 170

viven los cielos, que luego

lo ponga en un fuego vivo.

JOSAFAT Tristeza, señor, recibo,

y justo desasosiego

de verme preso sin causa. 175

¿En qué, señor, te ofendí,

qué es lo que temes de mí,

que tanto rigor te causa?

Nace el corderillo tierno,

y salta luego en el prado, 180

porque apenas destetado

sufre el natural gobierno.

Un ave arroja del nido,

aun antes de tener alas,

el pollo a las claras salas 185

del aire, y vuela atrevido.

¿A quién después que nació

se negó la luz del cielo?,

pues al que nace en el suelo

se dice que a luz salió. 190

Mas no se dirá por mí,

que ha tanto que soy nacido,

y nunca a luz he salido,

que a las tinieblas salí.

REY Hijo, no te aflijas más, 195

ni eso te cause tristeza;

veo que naturaleza

te enseña, ya en tiempo estás,

que de ti fiar podré

la causa deste secreto. 200

Licencia te doy.

JOSAFAT Efeto

de tu amor.

REY Sabrás que fue

—fol. 239v→

para que tu educación

fuese verdaderamente

real, y la común gente 205

no te causase afición.

Bastantemente enseñado

sales; éntrate a vestir,

para que puedas salir

a mirar y a ser mirado, 210

y aun a dar admiración.

JOSAFAT Beso tus reales pies,

que muy de quien eres es

esa justa permisión.

(Vase.)

REY Hola.

CARDÁN Señor.

REY Advertid 215

por qué parte le sacáis,

de la guarda que ordenáis

como un muro le ceñid.

No vea el Príncipe cosa

que pueda darle tristeza, 220

defeto en naturaleza,

ni otra pasión enojosa.

Vaya música delante,

danzas, fiestas, regocijos,

y de mis grandes los hijos, 225

cuya grandeza le espante.

Cuelguen las calles de seda,

sus riquezas saquen todos.

CARDÁN Haranse de varios modos,

para que servido seas, 230

al Príncipe, mi señor,

mil regocijos y fiestas.

REY ¡Ay hijo, lo que me cuestas

de cuidado y de temor!

Pero también era justo 235

que sepas lo que has sabido

por elección, aunque ha sido

para mí de tal disgusto.

¡Hola!

CARDÁN Señor.

REY Ahora es bien

poner más fieras las manos 240

en esos monjes cristianos,

nuevos soldados prevén,

que discurran por los altos

montes y ásperos desiertos.

CARDÁN La mayor parte son muertos, 245

los demás, de fuerzas faltos,

huyen al Cristo, en que están

aún no seguros de ti.

REY ¡ Que estos se atrevan a mí!

CARDÁN Ya, señor, ¿cómo podrán? 250

REY ¿Cómo podrán? ¿Pues no ves

que de uno solo que queda

nacen cien mil?

CARDÁN Aunque pueda

como mala yerba que es,

echar algunos renuevos, 255

presto en el rigor que dices

se arrancarán las raíces.

REY Van engañando a mancebos

simples y temo algún daño.

CARDÁN Matarlos, que lo merecen. 260

REY Con sangre regados crecen,

y se fomenta su engaño.

¿Qué hallan estos en su Cristo,

qué favor, qué amparo y luz?

CARDÁN Siguen su muerte y su cruz. 265

REY Él, dicen que fue malquisto

de su patria y de su gente.

CARDÁN Sí, pero dicen también

que era Dios.

REY La voz detén.

CARDÁN Y engendrado eternamente 270

de su Padre Dios, como él,

y que de hombre se vistió

no sé para qué.

REY Ni yo,

enojado estoy con él,

y con sus fieros cristianos, 275

pues crezca el bando importuno,

que no ha de quedar ninguno,

por los dioses soberanos.

 

(Vanse y suena música y salen labradores.)

 

[LABRADOR] 1.º Echa por acá, Ginés,

—fol. 240r→

que por acá va la danza. 280

Es de manera la gente,

que ahogan a cuantos pasan.

[LABRADOR] 2.º ¿No es el Príncipe muy lindo9 ?

[LABRADOR] 3.º No sé por qué le guardaba

su padre. 285

[LABRADOR]