Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos - Lope de Vega - E-Book

Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

Rimas humanas y divinas del licenciado Burguillos es el último poemario que llegó a publicar el autor Lope de Vega, y que abarca poemas humorísticos, serios, desengañados, satíricos, jocosos, religiosos e incluso filosóficos.-

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Lope de Vega

Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos

Ramón González (Ed. Lit.)

Saga

Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos

 

Copyright © 1634, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726618778

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

- 1 -

Desconfianza de sus versos

Los que en sonoro verso y dulce rima

hacéis concepto de escuchar poeta

versificante en forma de estafeta,

que a toda dirección número imprima:

 

oíd de un Caos la materia prima, 5

no culta como cifras de receta,

que en lengua pura, fácil, limpia y neta

yo invento, Amor escribe, el tiempo lima.

 

Estas, en fin, reliquias de la llama,

dulce que me abrasó, si de provecho 10

no fueran a la venta, ni a la fama,

 

sea mi dicha tal, que a su despecho

me traiga en el cartón quien me dé fama,

que basta por laurel su hermoso pecho.

- 2 -

Propone lo que ha de cantar en fe de los méritos del sujeto

Celebró de Amarilis la hermosura

Virgilio en su Bucólica divina,

Propercio de su Cintia, y de Corina

Ovidio en oro, en rosa, en nieve pura.

 

Catulo de su Lesbia la escultura 5

a la inmortalidad pórfido inclina,

Petrarca por el mundo peregrina

constituyo de Laura la figura.

 

Yo, pues amor me manda que presuma

de la humilde prisión de tus cabellos, 10

Poeta Montañés, con ruda pluma,

 

Juana, celebraré tus ojos bellos,

que vale más de tu jabón la espuma,

que todas ellas, y que todos ellos.

- 3 -

Dedicatoria de la lira, con que piensa celebrar su belleza

A ti la lira, a ti de Delfo y Delo,

Juana, la voz, los versos y la fama,

que mientras más tu hielo me desama,

más arde amor en su inmortal desvelo.

 

Criome ardiente salamandra el cielo, 5

como Sirena a ti, menos la escama,

para ser mariposa no eres llama,

fuerza será mariposar en hielo.

 

Mi amor es fuego elemental segundo,

de Scitia tu desdén los hielos bebe, 10

tal imposible a mi esperanza fundo.

 

Pues a decir que fuéramos se atreve,

cuando no los hubiera en todo el mundo,

yo Amor, Juana desdén, su pecho nieve.

- 4 -

Disculpa la humildad del estilo con la diversión de alguna pena

Versos de almíbar y de miel rosada

Amor me pide, siempre que me topa,

y dame acíbar en la dulce copa

de un partido clavel, gloria penada.

 

Yo cantaré con lira destemplada, 5

o Sirena bellísima de Europa,

tu enfaldo ilustre, tu jabón, tu ropa

del patrio río en su cristal bañada.

 

Quien no me entiende, como yo me entiendo,

sepa, dejando lo Aristarco aparte, 10

que del profano vulgo me defiendo.

 

Bien fuera justo del Flamenco Marte

cantar las iras, pero yo pretendo

templar tristezas, despreciando el arte.

- 5 -

Sobre los laureles poéticos

Llevome Febo a su Parnaso un día,

y vi por el cristal de unos canceles

a Homero y a Virgilio con doseles,

leyendo filosófica poesía.

 

Vi luego la importuna infantería 5

de poetas fantásticos noveles,

pidiendo por, principio más laureles

que anima Dafnes y que Apolo cría.

 

Pedile yo también por estudiante,

y díjome un bedel: «Burguillos, quedo: 10

que no sois digno de laurel triunfante.»

 

«¿Por qué?», le dije; y respondió sin miedo:

«Porque los lleva todos un tratante

para hacer escabeches en Laredo.»

- 6 -

Pésale de ser poeta y se le debe creer, habla con el Parnaso

Excelso monte, cuya verde cumbre

pisó difícil poca planta humana,

aunque fuera mejor que fuera llana,

para subir con menos pesadumbre.

 

Tú que del sol a la celeste lumbre 5

derrites loco la guedeja cana,

y por la hierba de color de rama

deslizas tu risueña mansedumbre.

 

A tu fuente conducen mi persona

Poeta en pelo, mientras tengo silla, 10

vanos deseos de inmortal corona.

 

Que para Don Quijote de Castilla,

desdichas me trajeron a Helicona,

pudiéndome quedar en la Membrilla.

- 7 -

En elogio a doña Juana de Guardo

Bien pudo yo pintar una hermosura,

y de otras cinco retratar a Elena;

pues a Filis también, siendo morena,

ángel Lope llamó de nieve pura.

 

Bien puedo yo fingir una escultura 5

que disculpe mi amor, y en dulce vena

convertir a Filene en Filomena,

brillando claros en la sombra oscura.

 

Mas puede ser que algún lector extrañe

estas musas de amor hiperboleas, 10

y viéndolas después se desengañe,

 

pues si ha de hallar algunas partes feas,

Juana, no quiera Dios que a nadie engañe:

basta que para mí tan linda seas.

- 8 -

Alude a la saeta de Philipo, padre de Alexandro, que le sacó de los ojos Critóbulo, excelente médico

Púsose Amor en la nariz el dedo,

jurando por la vida de Acidalia,

castigar mi rigor, aunque a Tesalia

fuese por hierbas para algún enredo.

 

Y Juana por la puente de Toledo 5

más en Holanda, que en Tabí de Italia

pasó con cuatro puntos de sandalia;

máteme Amor, si medio punto excedo.

 

Del pie a mis ojos, de su pie despojos,

tal flecha de oro entonces enarbola, 10

como la que a Felipe daba en ojos.

 

Pero halló el Macedón farmacopola,

yo no, que con la flecha por los ojos

remedio espero de la muerte sola.

- 9 -

Dice el mes que se enamoró

Érase el mes de más hermosos días,

y por quien más los campos entretienen,

señora, cuando os vi, para que penen

tantas necias de amor filaterías.

 

Imposibles esperan mis porfías: 5

que, como los favores se detienen,

vos triunfaréis cruel, pues a ser vienen

las glorias vuestras y las penas mías.

 

No salió malo este versillo octavo;

ninguna de las musas se alborote 10

si antes del fin el sonetazo alabo.

 

Ya saco la sentencia del cogote;

pero, si como pienso, no le acabo,

echárale después un estrambote.

- 10 -

Describe un monte

Caen de un monte a un valle entre pizarras

guarnecidas de frágiles helechos,

a su margen carámbanos deshechos,

que cercan olmos y silvestres parras.

 

Nadan en su cristal ninfas bizarras, 5

compitiendo con él cándidos pechos,

dulces naves de amor, en más estrechos

que las que salen de españolas barras.

 

Tiene este monte por vasallo a un prado,

que para tantas flores le importuna 10

sangre las venas de su pecho helado;

 

y en este monte y líquida laguna,

para decir verdad como hombre honrado,

jamás me sucedió cosa ninguna.

- 11 -

Turbación del poeta al verse favorecido

Dormido Manzanares discurría

en blanda cama de menuda arena,

coronado de juncia y de verbena,

que entre las verdes alamedas cría;

 

cuando la bella pastorcilla mía, 5

tan sirena de amor como serena,

sentada y sola en la ribera amena,

tanto cuanto lavaba nieve hacía.

 

Pídele yo que el cuello me lavase,

y ella, sacando el rostro del cabello, 10

me dijo que uno de otro me quitase;

 

pero turbado de su rostro bello,

al pedirme que el cuello le arrojase,

así del alma, por asir del cuello.

- 12 -

Satisfacciones de celos

Si entré, si vi, si hablé, señora mía,

no tuve pensamiento de mudarme;

máteme un necio a puro visitarme,

y escuche malos versos todo un día.

 

Cuando de hacerlos tenga fantasía, 5

dispuesto el genio, para no faltarme

cerca de donde suelo retirarme,

un ministril se enseñe a chirimía.

 

Cerquen los ojos, que os están mirando,

legiones de poéticos mochuelos, 10

de aquellos que murmuren imitando.

 

¡Oh si os mudasen de rigor los cielos!

Porque no puede ser (o fue burlando)

que quien no tiene amor pidiese celos.

- 13 -

Lo que hiciera Paris si viera a Juana

Como si fuera cándida escultura

en lustroso marfil de Bonarrota,

a París pide Venus en pelota

la debida manzana a su hermosura.

 

En perspectiva Palas su figura 5

muestra, por más honesta, más remota;

Juno sus altos méritos acota

en parte de la selva más oscura;

 

pero el pastor a Venus la manzana

de oro le rinde, más galán que honesto, 10

aunque saliera su esperanza vana.

 

Pues cuarta diosa, en el discorde puesto,

no sólo a ti te diera, hermosa Juana,

una manzana, pero todo un cesto.

- 14 -

A la ira con que una noche le cerró la puerta

¿Qué estrella saturnal, tirana hermosa,

se opuso, en vez de Venus, a la luna,

que me respondes grave e importuna,

siendo con todos fácil y amorosa?

 

Cerrásteme la puerta rigurosa, 5

donde me viste sin piedad alguna,

hasta que a Febo en su dorada cuna

llamó la aurora en la primera rosa.

 

¿Qué fuerza imaginó tu desatino,

aunque fueras de vidrio de Venecia, 10

tan fácil, delicado y cristalino?

 

O me tienes por loco o eres necia:

que si soberbio soy para Tarquino,

ni tú romana para ser Lucrecia.

- 15 -

A un peine que no sabía el poeta si era de boj, o de marfil

Surca del mar de amor las rubias ondas

barco de Barcelona, y por los bellos

lazos navega altivo, aunque por ellos

tal vez te muestres, y tal vez te escondas.

 

Ya no flechas, Amor, doradas ondas 5

teje de sus espléndidos cabellos;

tú con los dientes no le quites de ellos

para que a tanta dicha correspondan.

 

Desenvuelve los rizos con decoro,

los paralelos de mi sol desata, 10

boj, o colmillo de elefante Moro

 

Y en tanto que esparcidos los dilata,

forma por la madeja sendas de oro,

antes que el tiempo los convierta en plata.

- 16 -

Quéjase del poco respeto que Juana tiene a sus letras, en que se ve la necedad de los que aman

Aquí de Amor, que mata la dureza

de Juana, sin respeto de su grado,

el más impertinente Licenciado,

que en sus leyes formó naturaleza.