Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Sabes que estás ante una magnífica comedia de enredos amorosos cuando la firma el fénix de los ingenios, el ilustre Lope de Vega.«El acero de Madrid» cuenta la historia de Lisardo y Belisa, dos jóvenes enamorados que hacen todo lo posible para estar juntos. El paisaje urbano de Madrid se convierte en el testigo de los fingimientos y malentendidos que los jóvenes llevan a cabo para burlar la voluntad de los tutores y triunfar en el amor.-
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 92
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Lope de Vega
Saga
El acero de Madrid
Copyright © 1608, 2022 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726749120
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
Hablan en ella las personas siguientes:
Lisardo
Riselo
Leonor, esclava
Octavio
Gerardo
Prudencio, viejo
Florencio
caballeros
Belisa, su hija
Beltrán
Músicos
Teodora, tía de Belisa
Salucio
criados
Marcela, dama
Salen Lisardo y Riselo
Lisardo Desde aquí la podéis ver.
Riselo Notable ha estado la iglesia.
Lisardo Este Día de la Cruz
ponen cuidado en la fiesta.
Riselo Si viérades a Sevilla, 5
lo dijérades de veras.
Lisardo Ya he sabido que ese día
celebran por excelencia.
Ya sale, y sale el aurora,
que esta grada en que pasean 10
es la prisión de la noche
en columnas y cadenas.
Cantad lisonjeras, aves
de las jaulas de esas rejas;
calles de Madrid, volveos 15
prados y alfombras de seda;
caballos de aquestos coches,
como animales y fieras,
haced regocijo al alba,
que sale vertiendo perlas. 20
Riselo ¡Qué bien pintada mañana!
Lisardo Es todo amante poeta.
Riselo Pues, por Dios, que son las doce;
que a más de las once y media
acabaron el sermón, 25
y si vuestra dama bella
viene a ser alba a las doce,
harto más parece siesta;
y si porque sale es alba,
ya por lo menos no es fresca, 30
que a las doce, y tres de mayo,
antes secará las yerbas.
Lisardo ¡Quedo, por Dios!... ¡Esta es!
SalenBelisa yTeodora con mantos. LaTeodora es tía deBelisa y ha de traer un hábito de beata, manga en punta, con una imagen de la Concepción en el escapulario.
Teodora Lleva cordura y modestia:
cordura, en andar despacio, 35
modestia, en que solo veas
la misma tierra que pisas.
Belisa Ya hago lo que me enseñas.
Teodora ¿Cómo miraste aquel hombre?
Belisa ¿No me dijiste que viera 40
sola la tierra? Pues dime,
aquel hombre, ¿no es de tierra?
Teodora Yo la que pisas te digo.
Belisa La que piso va cubierta
de la saya y los chapines. 45
Teodora ¡Qué palabras de doncella!
Por el siglo de tu madre,
que yo te quite esas tretas.
¿Otra vez le miras?
Belisa ¿Yo?
Teodora Luego, ¿no le hiciste señas? 50
Belisa Fui a caer, como me turbas
con demandas y respuestas,
y miré quién me tuviese.
Riselo ¡Cayó! ¡Llegad a tenerla!
Lisardo Perdone, vuesa merced, 55
el guante.
Teodora ¿Hay cosa como esta?
Belisa Bésoos las manos, señor,
que, si no es por vos, cayera.
Lisardo Cayera un ángel, señora,
y cayeran las estrellas, 60
a quien da más lumbre el sol.
Teodora Y yo cayera en la cuenta.
Id, caballero, con Dios.
Lisardo Él os guarde. (Y me defienda
de condición tan estraña.) 65
Teodora Ya caíste. Irás contenta
de que te dieron la mano.
Belisa Y tú lo irás de que tengas
con qué pudrirme seis días.
Teodora ¿A qué vuelves la cabeza? 70
Belisa Pues, ¿no te parece que es
advertencia muy discreta
mirar adónde caí,
para que otra vez no vuelva
a tropezar en lo mismo? 75
Teodora ¡Ay, mala pascua te venga!
¡Y cómo entiendo tus mañas!
¿Otra vez? ¿Y dirás que esta
no miraste el mancebito?
Belisa Es verdad.
Teodora ¡Y lo confiesas! 80
Belisa Si me dio la mano allí,
¿no quieres que lo agradezca?
Teodora Anda, que entrarás en casa.
Belisa ¡Oh, lo que harás de quimeras!
Vanse.
Riselo Ya traspusieron la calle. 85
Lisardo ¡Ay de mí!
Riselo ¿Quién es aquella
arpía que la convierte?
Lisardo Una tía, que pudiera
ser agüela de la Envidia,
porque es entre fraila y dueña: 90
águila, de medio arriba;
de medio abajo, culebra.
Todos mis intentos muda,
ni hablarla ni verla deja,
escribir es imposible: 95
con más ojos que Argos vela.
SaleBeltrán, criado deLisardo.
Beltrán Aguardé que te apartases
de aquella Circe crüel,
para que cierto papel
a diamantes me feriases; 100
y es de balde, aunque me dieras
por cada letra un diamante.
Lisardo ¿Es burla, Beltrán?
Beltrán ¿Delante
de Riselo burla esperas?
Lo menos he referido; 105
tal favor viene con él,
que la funda del papel
se vale lo que te pido.
Muéstrale un guante.
Al salir me vio Belisa,
hízome con una estrella 110
señas, tan linda, que en ella
vieras del alba la risa.
Llegó a la pila del agua,
fingió quererla tomar
y, volviéndome a mirar, 115
—mira el enredo que fragua—,
metió un papel en un guante
y de la cruz le colgó
como perdido, a quien yo
luego me puse delante. 120
«Mío es», dije a la gente
que a tomar agua llegaba,
y el sol, que ya caminaba,
volvió la luz a su Oriente.
Rïose de la presteza 125
y gracia con que tomé
el guante.
Lisardo Muestra y diré
que ha igualado a su belleza
su divina discreción.
Beltrán Pues, ¿no lo agradeces más? 130
Lisardo A este guante deberás
calzas, ropilla y jubón.
Beltrán ¡Oh, milagro soberano
y de ningún hombre oído,
que un guante hiciese un vestido, 135
siendo oficio de la mano!
Y el papel, ¿qué das por él?
Lisardo Camisas por él tendrás.
Beltrán ¡Oh, papel, que has hecho más
que un molino de papel! 140
Y tan semejante fuiste
que os quedáis los dos parejos,
pues todos mis lienzos viejos
limpios y nuevos hiciste.
Lisardo Guante, si con vos no hago 145
locuras, es porque quiero
ver este papel primero;
perdonadme si no os pago
el ser cubierta importante
de este precioso favor; 150
pobre estaba, pues amor
pidió limosna en tal guante.
Pero, ¿qué mucho que en él
venga el papel que me envía,
pues allá también cubría 155
una mano de papel?
Y pues por ella le gano,
y de mano tanta fe,
con justa causa diré
que es pliego de aquella mano. 160
Beltrán Encareces con razón
la mano por su hermosura
y su fe, pues te asegura
que es papel del corazón.
Lee, señor, por tu vida. 165
Lisardo Leo poniendo en mis ojos
de tanto amor los antojos,
pues hay alma que los pida.
Lea el papel.
«Mientras duerme la envidia de esta tía,
y la esclavilla, si despierta, vela, 170
te escribo a media noche, lumbre mía;
y pues vivir no puedo sin cautela,
oye dos cosas que el amor piadoso
para nuestro remedio me revela.
Yo voy fingiendo, mi querido esposo, 175
que estoy descolorida y opilada
para engañar un padre tan celoso
y una tía tan mal intencionada.
Busca un médico amigo que me vea,
y avísale de todo si te agrada. 180
Este dirá que solo quien pasea
con el acero, aqueste mes de mayo,
sana de aqueste mal. Porque lo crea,
yo fingiré también algún desmayo;
darame los jarabes de livianas 185
cosas, aunque mi amor no teme un rayo.
Saldré con este achaque las mañanas,
tal vez a Atocha, al Prado y tal al Soto,
que por ti juzgaré las cuestas llanas.
Y, por si aqueste velador piloto 190
de mi nave medrosa va conmigo,
no te espantes del hábito devoto:
llévate al lado algún discreto amigo
y dile que con ella finja amores;
quizá me dejará que hable contigo. 195
Esto me enseña amor, que mis temores
vence con su poder; que amar aprisa
no sufre espacio. Si los hay mejores,
dime tú los remedios. Tu Belisa».
¿Qué te parece?
Riselo Que creo 200
que su amor y discreción
no tienen comparación,
si no es su mismo deseo.
¡Lindo remedio!
Lisardo Estremado.
Pero, ¿dónde habrá dotor 205
que ayude a mi justo amor?
Riselo Justamente habéis dudado.
Aunque más amigo sea,
ninguno lo querrá hacer,
aunque le conste el saber 210
el buen fin que se desea.
Es el médico el oficio
de más confïanza.
Beltrán Amor
dio el medio y dará el doctor.
Lisardo ¿Tienes perdido el jüicio? 215
Beltrán Ponedme a mí, si queréis,
un hábito doctoral,
que yo sé que no haré mal
lo que los dos pretendéis:
un poco sé de latín 220
de los récipes, y haré,
con esto poco que sé,
que tenga salud.
Lisardo En fin,
has de encajar tus locuras,
Beltrán, en toda ocasión. 225
Riselo Por Dios, que tiene razón:
amor es todo aventuras.
Entre estos encantamentos
ejecuta un disparate.
Lisardo ¿No ves que es este un orate? 230
Destruirá mis pensamientos.
Riselo ¿Cómo?
Lisardo En medio de tener
puesta en su punto la cura,
hará la cura locura
con que me echase a perder. 235
Beltrán ¿Yo? Pues, ¿tiene Dios crïado
disimulo como el mío?
Lisardo Dijeras «...mulo», y yo fío
que lo hubieras acertado.
Beltrán Prueba, intenta.
Riselo No temáis, 240
que Beltrán tendrá más seso
viendo que importa al suceso.
Lisardo Ahora bien, ¿los dos estáis
de ese parecer? Yo digo
que sea. Vente a vestir... 245
Pero, ¿quién ha de decir
que le envía?
Riselo Algún amigo.
Lisardo ¿De quién?
Riselo Del padre.
Lisardo Eso no,
sino amiga de Belisa,
a quien hoy la misma, en misa, 250
su enfermedad le contó.
Riselo Vamos.
Lisardo Todas las razones
te pienso hacer estudiar.
Beltrán ¿Mas que me vengo a quedar
con doctor de opilaciones? 255
Vanse, y salganPrudencio, viejo, yOtavio, de camino, ySalucio, criado, con fieltro y maleta.
Prudencio Dadme otra vez los brazos como deudo,
que la primera vez fue como amigo.
Octavio Una y mil veces, mi señor Prudencio,
que miro en vos el rostro de mi padre.
Prudencio ¿Con salud queda, en fin? 260
Octavio Para serviros.
Lleva tú la maleta a la posada,
Salucio.
Prudencio ¿Qué posada? ¿Tal agravio
queréis hacer a nuestra casa, Octavio?
¡Hola! ¿Leonor? ¿No hay un crïado en casa?
SaleLeonor, esclava.
Leonor ¿Qué mandas?
Prudencio Toma luego aquesa ropa 265
y llama esa muchacha y a su tía.
Di que está aquí su primo.
Leonor Muestre, amigo.
Salucio Quien a vuestra merced da la maleta,
le diera...
Leonor Diga.
Salucio ... toda la estafeta.
Octavio Bien me parece este lugar.
Prudencio Es cifra 270
de todo lo mejor que tiene España.
Danle gran majestad aquestas calles,
y el aire saludable que las baña
es el más importante cortesano.
Octavio Notables edificios.
Prudencio Vanse haciendo. 275
SalenTeodora yBelisa.
Teodora Dadme, señor, las manos.
Octavia ¡Oh, señora!
Prudencio Vuestro sobrino regalad, Teodora.
Tu primo abraza, tú.
Belisa Seáis bienvenido.
Octavio Vos, mi señora, con el mismo hallada.
Por vuestro esclavo me tened, que es justo. 280
Belisa Por mi señor os tengo.
Prudencio Tan buen huésped
ha de honrar esta casa muchos días.
Octavio Según la voluntad con que entro en ella
y la merced tan grande que recibo,
ya no me pesa del temor que todos 285
me pusieron en esto del despacho,