El presente que el psicoanálisis descubre - Luis Chiozza - E-Book

El presente que el psicoanálisis descubre E-Book

Luis Chiozza

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Beschreibung

La experiencia constituida por un proceso psicoanalítico nos enfrenta, de tres maneras distintas, con "ese particular presente" que el progreso del procedimiento nos conduce a descubrir. En la primera de ellas, el logro que se alcanza, mediante el psicoanálisis, proviene de interpretar, entonces, de otro modo el presente cronológico, insertado entre un pasado y un futuro que "son" ahora, distintos del ayer, tal como en la actualidad los "vemos". En la segunda, se valora un presente kairológico, cuyo trascurso ya no depende de lo que marca el reloj, sino de la importancia de los acontecimientos que suceden. En la tercera, se accede a la consciencia de un presente "atemporal", dentro del cual lo que ha pasado no ha terminado de operar, y lo porvenir ya ha comenzado actualmente su influencia. La consciencia que adquirimos acerca de esos tres presentes distintos es un logro que proviene de la evolución del arte y la teoría implícitos en la forma de psicoanalizar. Prosiguiendo por ese camino, este libro se ocupa de la necesidad de sustituir las interpretaciones en el "aquí y ahora" por otras que incluyan precisamente aquello que al paciente le ocurre de manera ubicua. Es necesario subrayar, sin embargo, que ha sido la práctica, más que la teoría misma, lo que nos condujo a modificar la forma de concebir la teoría y la comprensión de la repercusión "afectiva" de los significados de las palabras, más que la captación intelectual de los significados semánticos de ellas. También es necesario destacar que las "ideas" son hipótesis que nos conducen hacia las tesis que asumimos, y su destino consiste en preparar el advenimiento.

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Luis ChiozzaOxana Nikitina

El presente que el psicoanálisis descubre

Acerca de Psicoanalizar. Arte y teoría

Chiozza, Luis

El presente que el psicoanálisis descubre : acerca de psicoanalizar, arte y teoría / Luis Chiozza ; Oxana Nikitina. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Libros del Zorzal, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-599-920-6

1. Psicoanálisis. I. Nikitina, Oxana II. Título

CDD 150.195

Diseño de tapa: Silvana Chiozza.

Imagen de portada: Juan Chiozza Parodi

© 2023. Libros del ZorzalBuenos Aires, Argentina<www.delzorzal.com>

ISBN 978-987-599-920-6

Comentarios y sugerencias: [email protected]

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin la autorización previa de la editorial o de los titulares de los derechos.

Impreso en Argentina / Printed in Argentina

Hecho el depósito que marca la ley 11723

Índice

Prólogo y epílogo | 5

Primera parte

Epistemología | 8

Capítulo I

Psicoanálisis y ciencia | 9

Capítulo II

El presente atemporal y el proceso terciario | 21

Segunda parte

La hipótesis Prometeo | 29

Capítulo III

Fantasías hepáticas | 30

Capítulo IV

Tres maneras de la vida | 40

Tercera parte

La hipótesis colmena | 52

Capítulo V

Las redes | 53

Capítulo VI

El complejo nodular | 61

Cuarta parte

Hipótesis holográfica | 71

Capítulo VII

Psicoanalizar, arte y teoría | 72

Capítulo VIII

La interpretación inclusiva | 82

Prólogo y epílogo

Cuando nos referimos a El presente que el psicoanálisis descubre, queda implícito que no se trata de “descubrirlo todo”, sino de adquirir una cierta y peculiar consciencia, quitando lo que cubre un “algo” particular que permanecía encubierto, generando la penuria que solemos atribuir a otros motivos.

Se trata, en cambio, de una tarea indeclinable cuyo “punto de urgencia” deriva de que no vale la pena postergarla, ya que, en otras palabras, nada de lo que pueda realizarse rendirá frutos mejores ni alivios duraderos que justifiquen su postergación.

La experiencia constituida por un proceso psicoanalítico nos enfrenta, de tres maneras distintas, con “ese particular presente” que el progreso del procedimiento nos conduce a descubrir.

En la primera de ellas, el logro que se alcanza, mediante el psicoanálisis, proviene de interpretar, entonces, de otro modo el presente cronológico, insertado entre un pasado y un futuro que “son” ahora, distintos del ayer, tal como en la actualidad los “vemos”. En la segunda, se valora un presente kairológico, cuyo trascurso ya no depende de lo que marca el reloj, sino de la importancia de los acontecimientos que suceden. En la tercera, se accede a la consciencia de un presente “atemporal”, dentro del cual lo que ha pasado no ha terminado de operar, y lo porvenir ya ha comenzado actualmente su influencia.

La consciencia que adquirimos acerca de esos tres presentes distintos es un logro que proviene de la evolución del arte y la teoría implícitos en la forma de psicoanalizar. Luego de los errores que Freud revela en su epílogo del historial de Dora, la figura gigantesca de Melanie Klein realizó una contribución enorme al progreso de “la técnica”, propugnando el análisis permanente de la transferencia en el “aquí y ahora” de la sesión psicoanalítica. Sin embargo, tal como lo expresa Fidias Cesio en 1974 (en “Mi contribución al psicoanálisis”), dado que la interpretación en el “aquí y ahora” contradice la atemporalidad de lo inconsciente, “habría que encontrar” otra forma diferente, que armonizara con ella.

Prosiguiendo por ese camino, nos ocupamos, especialmente en la última parte de este libro, de la necesidad de sustituir las interpretaciones en el “aquí y ahora” por otras que incluyan precisamente aquello que al paciente le ocurre de manera ubicua. Es necesario subrayar, sin embargo, que ha sido la práctica, más que la teoría misma, lo que nos condujo a modificar la forma de concebir la teoría y la comprensión de la repercusión “afectiva” de los significados de las palabras, más que la captación intelectual de los significados semánticos de las palabras.

También es necesario subrayar que, tal como lo expresa Carlo Rovelli (en Che cos’è la scienza. La rivoluzione di Anassimandro [Qué es la ciencia. La revolución de Anaximandro]), las “ideas” son hipótesis que nos conducen hacia las tesis que asumimos, y su destino consiste en preparar el advenimiento de otras, mejores, que se alimentarán de sus despojos.

¿Por qué en la tapa del libro, diseñada por tu hija, elegiste un paisaje, pintado por tu padre, en dos cuadros que lo muestran en el crepúsculo y la aurora?

Porque, mientras trabajo identificado con la prolijidad de mi madre, forman parte de mi presente atemporal mi padre, mi hija… en un libro dedicado a mi hijo, psicoanalista él también. Vástagos de mi matrimonio con Paula.

Primera parte

Epistemología

Capítulo I

Psicoanálisis y ciencia

¿Qué es lo que te parece más singular de lo que escribís en Psicoanalizar, arte y teoría, comparándolo con los otros libros que has escrito?

En primer lugar, al contenido de este libro decidí sacarle todo aquello que hoy puede considerarse perimido, es decir, lo que tuvimos la necesidad de recorrer para poder descubrir que no otorgaba la posibilidad que prometía. En la teoría, para nada sirve insistir sobre los mismos errores. Tiene sentido, sin embargo, describir los jalones que ha recorrido la técnica psicoanalítica, no sólo porque, dado que continúan vivos en el psicoanalista que los ha incorporado, es mejor llevarlos a la consciencia, sino también porque hay veces en las que los avatares de la contratransferencia nos conducen a recurrir a ellos.

En segundo lugar, decidí no incluir nada que no fuera absolutamente esencial para cumplir con lo que quería trasmitir. En otras palabras: el meollo de lo que constituye el arte y la teoría que nos facultan para psicoanalizar.

En tercer lugar, pero no menos importante, dado que todo psicoanalista que se interese profundamente en lo que hace vuelve, como todo filósofo, sobre los mismos temas, si hay algo singular en las páginas que siguen, radica en contemplar lo mismo desde una concepción distinta.

¿Sobre qué temas volvés?

La reciente lectura de Che cos’è la scienza. La rivoluzione di Anassimandro, de Carlo Rovelli, me condujo a reconsiderar, desde un punto de vista distinto, el trabajo realizado durante muchos años en colaboración con un grupo de colegas, en la Asociación Psicoanalítica Argentina (apa), el Centro de Investigación en Psicoanálisis y Medicina Psicosomática y la Fundación Luis Chiozza.

Hoy, retrospectivamente, es posible identificar una hipótesis, que podemos denominar “hipótesis Prometeo”, en el contenido del libro Psicoanálisis de los trastornos hepáticos (publicado en 1963, cuando egresaba como alumno del Instituto de Psicoanálisis), que nos llevó a descubrir fantasías inconscientes específicas de los distintos órganos que nos constituyen.

Además, es posible reunir, en una “hipótesis colmena”, el conjunto de trabajos que no sólo nos condujeron a afirmar que vivimos “cableados” con nuestros semejantes y con los otros organismos vivos, en un ecosistema cuya inteligencia nos trasciende, sino también que, dado que somos seres pluricelulares, estamos constituidos por un ensamble de microorganismos procariotas que, dentro y fuera de nuestras células, ejercen las funciones que nos mantienen vivos.

También se puede, por fin, reunir en una hipótesis el conjunto de ideas que nos permiten concebir la “forma” en que existe una actividad que, entre todas aquellas que el hombre realiza viviendo, configura ese particular ejercicio que denominamos psicoanalizar. Elegimos designar a esa tercera hipótesis (acerca del psicoanalizar) “hipótesis holográfica”, porque, sin necesidad de detenernos en esclarecer cómo se produce “físicamente” un holograma, nos limitamos a utilizarlo como una adecuada metáfora, “sensorialmente rica”, de algo que “está ahí”, enfrente de nosotros, y que resulta, sin embargo, inaferrable.

¿Tres “nuevas” hipótesis, entonces?

La hipótesis Prometeo, la hipótesis colmena y la hipótesis holográfica condujeron hacia algunas de las tesis cuya justificación, lejos de surgir de una anacrónica pretensión de verdad, debe buscarse en los desarrollos fructíferos a los cuales nos llevaron en los sesenta años trascurridos.

Es necesario comprender que, para la justificación de una teoría, importa más la cantidad de hallazgos valiosos que produce que su eventual comprobación. Gracias a lo que hoy llamamos hipótesis Prometeo, logramos importantes desarrollos sobre fantasías específicas de órganos distintos. En cuanto a la hipótesis colmena, nos ha llevado a reconsiderar la relación entre el yo, el ello y el superyó, que Freud a veces denominaba agencias y otras veces, instancias. Mientras que la hipótesis holográfica nos ayudó a mejorar el arte y la técnica de psicoanalizar.

La ciencia procede construyendo hipótesis que conducen hacia tesis. Reparemos en que siempre se ha pensado en una tesis como algo que reclamaba su demostración, pero los conceptos cambiaron. Recordemos, por ejemplo, que Karl Popper, el insigne epistemólogo, sostuvo que no existen teorías verdaderas, sino teorías mejores y peores según la cantidad de hechos que se pueden explicar con la menor cantidad de principios. Afirmaba que lo importante de una teoría no residía en su demostración, sino en que pudiera ser “falseada”. Es decir, que se pudiera explorar, encontrar sus errores y formularla mejor. Podemos decir, entonces, que el destino de una buena teoría es su posibilidad de abrir una puerta que conduzca hacia su posterior sustitución.

¿Como hizo Freud, por ejemplo, con su metapsicología? ¿Podrías dar un ejemplo de una hipótesis y una tesis freudiana que hayan dado sus frutos?

A partir de Charcot, Freud sostuvo que la histeria no era el producto de una degeneración del sistema nervioso. Reparemos en que “neurosis” significa “en su origen” degeneración nerviosa, y “psicosis”, degeneración psíquica. Freud, en cambio, construyó una hipótesis sobre la neurosis, que dio lugar a un desarrollo fructífero.