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El vaso de elección de San Pablo es un drama teatral de corte bíblico del autor Lope de Vega. Narra la historia bíblica de la revelación de San Pablo, caído del caballo de camino a Damasco por intervención divina.
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Seitenzahl: 84
Veröffentlichungsjahr: 2021
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Lope de Vega
Saga
El vaso de elección San PabloCopyright © 1963, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617412
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Suena dentro ruido de alegría, y sale ELIUD, de camino.
ELIUD Yo llego a buena ocasión,
que estos que alegres cantando
vienen, pescadores son,
que, esta ribera alegrando,
ponen al mar atención. 5
Y el gran mar de Galilea parece que lisonjea
sus rústicas voces tanto,
que les paga en calma el canto
con apacible marca. 10
(Gritan dentro.)
La grita pasa adelante,
y aquí viene un pescador.
(Sale un PESCADOR con un azadón al hombro, y comienza a cavar.)
PESCADOR Aqueste sitio es bastante
para el tálamo.
ELIUD ¡Ah, señor!
PESCADOR ¿Quién es?
ELIUD Cierto caminante 15
que viene muy bien criado
y es preguntador cruel.
PESCADOR Vos seáis muy bien llegado;
que yo también soy fiel
respondedor.
ELIUD Bien hablado: 20
no se lo puedo negar.
PESCADOR Comenzad a preguntar
si prolijo habéis de ser;
que yo os pienso responder
sin que deje de cavar, 25
porque han de poner aquí
los novios.
ELIUD Eso entendí
preguntaros.
PESCADOR Y estará
vuestra pregunta de mí,
según eso, satisfecha. 30
ELIUD Aún falta más.
PESCADOR ¿No aprovecha
lo dicho?
ELIUD Quiero saber
el nombre de la mujer
y del novio.
PESCADOR Cuenta estrecha.
ELIUD No os pese; que semejantes 35
sucesos suelen servir
de alivio de caminantes.
PESCADOR En acabando de oír
sus nombres, quedáis como antes;
que quien vive en las ciudades, 40
mal los destas soledades
conocerá por los nombres;
mas de las mujeres y hombres
os diré nombres y edades,
para que vais satisfecho 45
y os dejéis de preguntar.
Ya aquesto a que vine es hecho.
ELIUD El cielo de mar a mar,
para premiar vuestro pecho,
siempre que la red caléis, 50
colme de vario pescado,
con que próspero quedéis.
PESCADOR El nombre del desposado
muchos años preguntéis.
Primeramente, es Simón 55
Pedro, un pescador de fama,
que él y su hermano lo son.
ELIUD ¿Cómo su hermano se llama?
PESCADOR Andrés, mozo de opinión.
que esta ribera del mar 60
de Galilea los tiene
por sus Neptunos, y a dar
todos sus peces les viene
en comenzando a pescar.
Los dos tienen un navío, 65
y están muy ricos los dos,
que con celestial rocío
les hace mil bienes Dios
por su virtud.
ELIUD Yo lo fío.
PESCADOR Treinta y nueve o cuarenta años 70
será de los dos la edad,
de muchos hombres extraños,
porque es gente de verdad
y de ningunos engaños.
Conociendo esto, le ha dado 75
Aristóbolo a su hija,
que es un ciudadano honrado
de Betsaida, y regocija
hoy todo el margen sagrado
del mar este casamiento. 80
Y no queda pescador
que con diverso instrumento
no dé a los novios honor
y al desposorio contento.
El Zebedeo y María 85
Salomé, su esposa amada,
apadrinan este día
los novios, que es gente honrada,
de noble sangre judía.
Vienen con ellos también 90
Juan y Jacobo, sus dos
amados hijos, a quien
ha de hacer mil bienes Dios,
porque son hombres de bien.
Treinta y tres años tendrá 95
Jacobo, y Juan veintitrés,
que, visto, parecerá
de la cabeza a los pies
que con pincel hecho está.
ELIUD De la novia habéis callado 100
la edad; sospecha me ha dado.
PESCADOR Veinte años puede tener.
ELIUD Pollas buenas han de ser
para un enfermo cuidado.
De esa edad nos las receta 105
el amor para comer.
PESCADOR Y hermosa como discreta,
y, sobre todo, mujer
en virtudes muy perfeta,
que es grande dicha encontrar, 110
ya que un hombre haya de dar
en aquese desvarío,
lo que encontró el amo mío:
Dios le dé pesca en el mar,
pues es tan buen pescador. 115
ELIUD El nombre quiero saber.
PESCADOR Perpetua, igual a su amor.
ELIUD Mal nombre para mujer;
para censo era mejor.
Mi dueño ha llegado ya. 120
Quedaos con Dios.
PESCADOR Dios os guarde.
La boda llegando va,
y con apacible tarde
el mar aplauso le da.
(Gritan.)
(Entren los pescadores que pudieren, y uno con un árbol, que esel tálamo; y luego JACOBO, ANDRÉS y JUAN, de pescadores,y PEDRO y PERPETUA de las manos, ella en cabello y vestidade aldeana, y de la mano de PERPETUA MARÍA SALOMÉ, también el cabello tendido, de manto azul, vestida a lo judío, yel ZEBEDEO, y ponen el tálamo, y cantan y bailan.)
MÚSICOS Tálamo de amor, 125
¡cuán bien que parecéis hoy!
UNO SOLO No parece el alba,
no parece el sol,
no parece el Mayo
la mitad que vos. 130
Siempre a vuestros ojos
cante el ruiseñor
canciones de amor
y de celos no.
Vuestras ramas vista 135
en cada ocasión,
el Mayo de fruta
y el Abril de flor.
MÚSICOS Tálamo de amor,
¡qué bien que parecéis hoy! 140
ZEBEDEO Ya está el tálamo en el puesto;
los novios se sienten, pues,
como es costumbre, y después
por su orden todo el resto.
Y no quede castañeta 145
que hoy no se rompa, ni son
que no diga de Simón
la ventura: el que es poeta,
versos haga de repente;
el que toca, de contento 150
loco deje el instrumento
para otro día siguiente;
el que de bailar se precia.
mudanzas haga a porfía;
que no hay cosa de alegría 155
en los desposorios necia:
que a fe que si me cogiera
a mí un poco atrás la edad...
PEDRO Compadre, la voluntad
estimo.
ZEBEDEO ¡Pardiez! si hiciera 160
de mejor gana que cuando
con María Salomé,
compadre, me desposé.
Mas a Jacob y a Juan mando
que bailen en mi lugar, 165
porque no falte el placer.
MARÍA Zebedeo, obedecer
SALOMÉ sabrán, pero no bailar;
que son rústicos en eso.
ANDRÉS Aquí zagales están 170
que por todos bailarán
hasta que queden sin seso.
Yo con mi hermano Simón
y con Perpetua, mi hermana,
bailar pienso una semana. 175
PEDRO Pues, Andrés, vaya de son.
Bien hayas tú, que celebras
con tal gozo y alegría
de mi desposorio el día,
y a la fortuna le quiebras 180
los ojos de regocijo,
pues no ha sido mi ventura,
Andrés, para más cordura,
ni el bien que contento elijo.
Dichoso mil veces yo, 185
Perpetua, que merecí
tu mano, que para mí
el cielo predestinó,
porque antes de hacernos Dios,
tanto sin ser nos quisimos, 190
que dentro en su mente fuimos
para en uno ambos a dos.
Allí amores te decía,
allí la mano me dabas,
y conmigo celebrabas 195
la ventura deste día.
Y hoy que ha llegado, no hay cosa
que con mi dichoso estado
no se haya regocijado
viéndote, Perpetua hermosa. 200
Mira el mar de Galilea
que su término forzoso,
no pudiendo de furioso,
de alegre pasar desea,
rompiendo al cielo la fe; 205
y puede ser que presuma
querer cotejar su espuma
con la nieve de tu pie.
Mira los peces saltando
con las escamadas colas, 210
y las peñas con las olas
parece que están jugando.
Y no hay marítimo risco
en el mar de Galilea
que no arroje por grajea 215
de fuente de ovas marisco.
Que para que en él te quedes
te hace, esposa, el mar sagrado
mil presentes de pescado
siendo tus ojos las redes. 220
Que para tu celestial
garganta, en llegando a verte,
feudo eterno ha de ofrecerte
de perlas y de coral.
Mi nao, que en la espuma cana 225
como pavón se enloquece,
corona del mar parece
y oriente de la mañana.
Y a la aurora desafía,
porque con tus bellos soles 230
ha de tener dos faroles
que han de dar más luz que el día.
Y no temiendo los bancos
del mar, con mil gallardetes,
por mesanas y trinquetes 235
muestra los costados blancos.
Al fin, nao, mar, peces, peñas,
y cuantos viéndome están,
todos parabién me dan
o con lenguas o con señas. 240
Y yo en aquesta ocasión,
mirando gloria tan alta,
aunque la razón les falta,
digo que tienen razón.
Tanto en ellos ha podido 245
y en mí el bien de mi cuidado,
que ellos sentido han cobrado
y yo solo le he perdido.
PERPETUA Estimo tu voluntad
y tu amor, como es razón, 250
y entiendo que en mí, Simón,
vive la propia verdad.
Por la mujer más dichosa
me tengo que puede haber
en haber venido a ser, 255
Simón, tu mujer y esposa.
Y no hay sentido que en mí
esta dicha no celebre,
y a solas no se requiebre
después que te ha dado el sí. 260
Los ojos dicen que ven
por los tuyos, y que son
por donde hasta el corazón
dio el alma entrada a este bien.
A los oídos no suena 265
música como tu voz,
que entra el alma más veloz
cual si fuese de sirena.
Dice el olfato que el mayo,
con tan grande variedad, 270
no le huele la mitad,
Pedro, que tu tosco sayo.
El gusto, que no ha comido
tal cosa como tu amor;
pues de las manos, mejor 275
dirás tú lo que han sentido.
Pues con llamallas tú nieve,
brasas de amor se han tornado
después, Pedro, que han tocado
las tuyas, que un fuego llueve 280
desde el corazón aquí,
que no sé si son antojos,
que me sale por los ojos
y que me deja sin mí.
Yo, a la fe, no sé qué son, 285
si son de amor maravillas,
haciéndome están cosquillas
en el mismo corazón.
JACOBO Ruego a Dios que muchos años
os gocéis los dos, amén, 290
y que os dé Dios tanto bien
que no conozcáis los daños.
Cuando la red caléis, sea
la pesca tal, que el navío
deje de peces vacío 295
todo el mar de Galilea.
Y cuando a estas peñas salga
el pescado, cada cual
vomite una piedra tal,
que más que Betsaida valga. 300
Conque a coronarte vengas
por no vista maravilla,
y siendo rey desta orilla,
el dominio del mar tengas.
Y tanto alcance la fe, 305
Pedro, que guardas al cielo,
que con corona en el suelo
el mundo te bese el pie.