El vaso de elección San Pablo - Lope de Vega - E-Book

El vaso de elección San Pablo E-Book

Лопе де Вега

0,0

Beschreibung

El vaso de elección de San Pablo es un drama teatral de corte bíblico del autor Lope de Vega. Narra la historia bíblica de la revelación de San Pablo, caído del caballo de camino a Damasco por intervención divina.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 84

Veröffentlichungsjahr: 2021

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lope de Vega

El vaso de elección San Pablo

 

Saga

El vaso de elección San PabloCopyright © 1963, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617412

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Acto I

Suena dentro ruido de alegría, y sale ELIUD, de camino.

ELIUD Yo llego a buena ocasión,

que estos que alegres cantando

vienen, pescadores son,

que, esta ribera alegrando,

ponen al mar atención. 5

Y el gran mar de Galilea parece que lisonjea

sus rústicas voces tanto,

que les paga en calma el canto

con apacible marca. 10

(Gritan dentro.)

La grita pasa adelante,

y aquí viene un pescador.

(Sale un PESCADOR con un azadón al hombro, y comienza a cavar.)

PESCADOR Aqueste sitio es bastante

para el tálamo.

ELIUD ¡Ah, señor!

PESCADOR ¿Quién es?

ELIUD Cierto caminante 15

que viene muy bien criado

y es preguntador cruel.

PESCADOR Vos seáis muy bien llegado;

que yo también soy fiel

respondedor.

ELIUD Bien hablado: 20

no se lo puedo negar.

PESCADOR Comenzad a preguntar

si prolijo habéis de ser;

que yo os pienso responder

sin que deje de cavar, 25

porque han de poner aquí

los novios.

ELIUD Eso entendí

preguntaros.

PESCADOR Y estará

vuestra pregunta de mí,

según eso, satisfecha. 30

ELIUD Aún falta más.

PESCADOR ¿No aprovecha

lo dicho?

ELIUD Quiero saber

el nombre de la mujer

y del novio.

PESCADOR Cuenta estrecha.

ELIUD No os pese; que semejantes 35

sucesos suelen servir

de alivio de caminantes.

PESCADOR En acabando de oír

sus nombres, quedáis como antes;

que quien vive en las ciudades, 40

mal los destas soledades

conocerá por los nombres;

mas de las mujeres y hombres

os diré nombres y edades,

para que vais satisfecho 45

y os dejéis de preguntar.

Ya aquesto a que vine es hecho.

ELIUD El cielo de mar a mar,

para premiar vuestro pecho,

siempre que la red caléis, 50

colme de vario pescado,

con que próspero quedéis.

PESCADOR El nombre del desposado

muchos años preguntéis.

Primeramente, es Simón 55

Pedro, un pescador de fama,

que él y su hermano lo son.

ELIUD ¿Cómo su hermano se llama?

PESCADOR Andrés, mozo de opinión.

que esta ribera del mar 60

de Galilea los tiene

por sus Neptunos, y a dar

todos sus peces les viene

en comenzando a pescar.

Los dos tienen un navío, 65

y están muy ricos los dos,

que con celestial rocío

les hace mil bienes Dios

por su virtud.

ELIUD Yo lo fío.

PESCADOR Treinta y nueve o cuarenta años 70

será de los dos la edad,

de muchos hombres extraños,

porque es gente de verdad

y de ningunos engaños.

Conociendo esto, le ha dado 75

Aristóbolo a su hija,

que es un ciudadano honrado

de Betsaida, y regocija

hoy todo el margen sagrado

del mar este casamiento. 80

Y no queda pescador

que con diverso instrumento

no dé a los novios honor

y al desposorio contento.

El Zebedeo y María 85

Salomé, su esposa amada,

apadrinan este día

los novios, que es gente honrada,

de noble sangre judía.

Vienen con ellos también 90

Juan y Jacobo, sus dos

amados hijos, a quien

ha de hacer mil bienes Dios,

porque son hombres de bien.

Treinta y tres años tendrá 95

Jacobo, y Juan veintitrés,

que, visto, parecerá

de la cabeza a los pies

que con pincel hecho está.

ELIUD De la novia habéis callado 100

la edad; sospecha me ha dado.

PESCADOR Veinte años puede tener.

ELIUD Pollas buenas han de ser

para un enfermo cuidado.

De esa edad nos las receta 105

el amor para comer.

PESCADOR Y hermosa como discreta,

y, sobre todo, mujer

en virtudes muy perfeta,

que es grande dicha encontrar, 110

ya que un hombre haya de dar

en aquese desvarío,

lo que encontró el amo mío:

Dios le dé pesca en el mar,

pues es tan buen pescador. 115

ELIUD El nombre quiero saber.

PESCADOR Perpetua, igual a su amor.

ELIUD Mal nombre para mujer;

para censo era mejor.

Mi dueño ha llegado ya. 120

Quedaos con Dios.

PESCADOR Dios os guarde.

La boda llegando va,

y con apacible tarde

el mar aplauso le da.

(Gritan.)

 

(Entren los pescadores que pudieren, y uno con un árbol, que esel tálamo; y luego JACOBO, ANDRÉS y JUAN, de pescadores,y PEDRO y PERPETUA de las manos, ella en cabello y vestidade aldeana, y de la mano de PERPETUA MARÍA SALOMÉ, también el cabello tendido, de manto azul, vestida a lo judío, yel ZEBEDEO, y ponen el tálamo, y cantan y bailan.)

MÚSICOS Tálamo de amor, 125

¡cuán bien que parecéis hoy!

UNO SOLO No parece el alba,

no parece el sol,

no parece el Mayo

la mitad que vos. 130

Siempre a vuestros ojos

cante el ruiseñor

canciones de amor

y de celos no.

Vuestras ramas vista 135

en cada ocasión,

el Mayo de fruta

y el Abril de flor.

MÚSICOS Tálamo de amor,

¡qué bien que parecéis hoy! 140

ZEBEDEO Ya está el tálamo en el puesto;

los novios se sienten, pues,

como es costumbre, y después

por su orden todo el resto.

Y no quede castañeta 145

que hoy no se rompa, ni son

que no diga de Simón

la ventura: el que es poeta,

versos haga de repente;

el que toca, de contento 150

loco deje el instrumento

para otro día siguiente;

el que de bailar se precia.

mudanzas haga a porfía;

que no hay cosa de alegría 155

en los desposorios necia:

que a fe que si me cogiera

a mí un poco atrás la edad...

PEDRO Compadre, la voluntad

estimo.

ZEBEDEO ¡Pardiez! si hiciera 160

de mejor gana que cuando

con María Salomé,

compadre, me desposé.

Mas a Jacob y a Juan mando

que bailen en mi lugar, 165

porque no falte el placer.

MARÍA Zebedeo, obedecer

SALOMÉ sabrán, pero no bailar;

que son rústicos en eso.

ANDRÉS Aquí zagales están 170

que por todos bailarán

hasta que queden sin seso.

Yo con mi hermano Simón

y con Perpetua, mi hermana,

bailar pienso una semana. 175

PEDRO Pues, Andrés, vaya de son.

Bien hayas tú, que celebras

con tal gozo y alegría

de mi desposorio el día,

y a la fortuna le quiebras 180

los ojos de regocijo,

pues no ha sido mi ventura,

Andrés, para más cordura,

ni el bien que contento elijo.

Dichoso mil veces yo, 185

Perpetua, que merecí

tu mano, que para mí

el cielo predestinó,

porque antes de hacernos Dios,

tanto sin ser nos quisimos, 190

que dentro en su mente fuimos

para en uno ambos a dos.

Allí amores te decía,

allí la mano me dabas,

y conmigo celebrabas 195

la ventura deste día.

Y hoy que ha llegado, no hay cosa

que con mi dichoso estado

no se haya regocijado

viéndote, Perpetua hermosa. 200

Mira el mar de Galilea

que su término forzoso,

no pudiendo de furioso,

de alegre pasar desea,

rompiendo al cielo la fe; 205

y puede ser que presuma

querer cotejar su espuma

con la nieve de tu pie.

Mira los peces saltando

con las escamadas colas, 210

y las peñas con las olas

parece que están jugando.

Y no hay marítimo risco

en el mar de Galilea

que no arroje por grajea 215

de fuente de ovas marisco.

Que para que en él te quedes

te hace, esposa, el mar sagrado

mil presentes de pescado

siendo tus ojos las redes. 220

Que para tu celestial

garganta, en llegando a verte,

feudo eterno ha de ofrecerte

de perlas y de coral.

Mi nao, que en la espuma cana 225

como pavón se enloquece,

corona del mar parece

y oriente de la mañana.

Y a la aurora desafía,

porque con tus bellos soles 230

ha de tener dos faroles

que han de dar más luz que el día.

Y no temiendo los bancos

del mar, con mil gallardetes,

por mesanas y trinquetes 235

muestra los costados blancos.

Al fin, nao, mar, peces, peñas,

y cuantos viéndome están,

todos parabién me dan

o con lenguas o con señas. 240

Y yo en aquesta ocasión,

mirando gloria tan alta,

aunque la razón les falta,

digo que tienen razón.

Tanto en ellos ha podido 245

y en mí el bien de mi cuidado,

que ellos sentido han cobrado

y yo solo le he perdido.

PERPETUA Estimo tu voluntad

y tu amor, como es razón, 250

y entiendo que en mí, Simón,

vive la propia verdad.

Por la mujer más dichosa

me tengo que puede haber

en haber venido a ser, 255

Simón, tu mujer y esposa.

Y no hay sentido que en mí

esta dicha no celebre,

y a solas no se requiebre

después que te ha dado el sí. 260

Los ojos dicen que ven

por los tuyos, y que son

por donde hasta el corazón

dio el alma entrada a este bien.

A los oídos no suena 265

música como tu voz,

que entra el alma más veloz

cual si fuese de sirena.

Dice el olfato que el mayo,

con tan grande variedad, 270

no le huele la mitad,

Pedro, que tu tosco sayo.

El gusto, que no ha comido

tal cosa como tu amor;

pues de las manos, mejor 275

dirás tú lo que han sentido.

Pues con llamallas tú nieve,

brasas de amor se han tornado

después, Pedro, que han tocado

las tuyas, que un fuego llueve 280

desde el corazón aquí,

que no sé si son antojos,

que me sale por los ojos

y que me deja sin mí.

Yo, a la fe, no sé qué son, 285

si son de amor maravillas,

haciéndome están cosquillas

en el mismo corazón.

JACOBO Ruego a Dios que muchos años

os gocéis los dos, amén, 290

y que os dé Dios tanto bien

que no conozcáis los daños.

Cuando la red caléis, sea

la pesca tal, que el navío

deje de peces vacío 295

todo el mar de Galilea.

Y cuando a estas peñas salga

el pescado, cada cual

vomite una piedra tal,

que más que Betsaida valga. 300

Conque a coronarte vengas

por no vista maravilla,

y siendo rey desta orilla,

el dominio del mar tengas.

Y tanto alcance la fe, 305

Pedro, que guardas al cielo,

que con corona en el suelo

el mundo te bese el pie.