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La pastoral de Jacinto una comedia teatral de corte pastoral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo hasta llegar a la pérdida de identidad del protagonista.
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Seitenzahl: 99
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
La pastoral de JacintoCopyright © 1623, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618075
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
A DOÑA CATALINA MALDONADO COMENDADORA DE TORRES Y CAÑAMARES, MUJER DE HERNANDO DE ESPEJO, CABALLERO DEL HÁBITO DE SANTIAGO, CABALLERIZO DE LA REINA NUESTRA SEÑORA
La estimación que Vuestra Merced hace de mis escritos era bastante causa de agradecimiento, cuando las generosas partes de que la ha dotado el cielo no obligaran a su alabanza cuantas plumas profesan versos. El más lúcido adorno, después de las virtudes que resplandecen en Vuestra Merced, es el entendimiento, y la fuerza que con mayor blandura atrae nuestros ánimos, inclina los deseos y admira los sentidos: lumbre que Dios infunde al alma, le llamó el Filósofo. Y como entre las calidades de la luz no sea la menor el resplandecer, es imposible que se oculte, ni dejar de esparcir su claridad en todas sus acciones, que de la manera que el sol, teniendo por objeto las cosas doradas, vuelve más lustrosos rayos a sí mismo, el entendimiento –parte del alma– dilatado en las gracias exteriores, hace que con mayor claridad todo el sujeto resplandezca. A este, pues que como sol en Vuestra Majestad, adorna tantas excelencias que compiten con sus virtudes, ofrece mi corto caudal esta comedia, escrita en los años de mi juventud, con título de Pastoral de Jacinto, pareciéndome que con más honestidad se cubren los amorosos afectos de esta corteza rústica, como se ve en las églogas que los poetas griegos y latinos más honestos nos dejaron escritas, de quien no menos nuestros españoles sacaron tantas imitaciones. Por esta causa, y por hablar con mayor libertad, dulzura y gracia, entre las soledades, árboles y ríos y fuentes, lo que por ventura pasaba en los suntuosos palacios de los príncipes. El don es corto, y me lo parece más, cuando miro lo que debo al señor Hernando de Espejo y a sus hermanos. En él se mira la cortesía, en Vuestra Merced, la gracia; entre tantas luces, es imposible que se pierda mi buen deseo, ni que se deje de prometer esta fábula la protección y honra de la calidad de su nombre. Dios guarde a Vuestra Merced.
Su capellán,
Lope de Vega Carpio
Sale JACINTO, pastor.
JACINTO
Estos los sauces son, y esta la fuente,
los montes estos, y esta la ribera,
donde de Albania vi la vez primera
los bellos ojos, la serena frente.
5
Este es el río y esta la corriente,
y aquesta la segunda primavera,
que esmalta el verde soto, y reverbera
en el dorado toro el sol ardiente.
Árboles, ya mudó su fe constante;
10
mas, ¡oh, gran desvarío!, que este llano,
entonces monte le dejé sin duda;
luego no será justo que me espante
que mude parecer el pecho humano,
pasando el tiempo que los montes muda.
Sale ALBANIA.
ALBANIA
15
No me sigáis tan contento,
ganado, dejadme un hora
esparcir quejas al viento;
dejadme, que voy ahora
siguiendo mi pensamiento.
20
Paced los verdes hinojos,
y no mis tristes enojos,
que os serán veneno ardiente;
y agua os queda en esa fuente,
no queráis la de mis ojos.
25
Aquí entre aquestas malezas
quiero decir mis verdades,
y confesar las flaquezas,
porque son las soledades
regalos de las tristezas.
30
Sabrán estos claros ríos
de mis locos desvaríos
la causa, que en tanta mengua,
serán mis lágrimas lengua,
y voces los ojos míos.
35
Mas, ¡ay de mí!, ¿no es aquel,
cuando menos, el que causa
mi sentimiento cruel?
¡Oh, lágrimas, haced pausa,
que está vuestro centro en él!
40
Como es forzoso al llegar
los ríos que van a dar
censo al mar, pasarse luego,
parad, que aunque el alma es fuego,
es para vosotras mar.
JACINTO
45
Como después de pasados
el torbellino y la nube,
del viento desbaratados,
sale el sol, y el cielo sube
lleno de rayos dorados,
50
así como el sol hermoso
de Albania tienen reposo
las tempestades del alma,
volviendo a su alegre calma
mi pensamiento amoroso.
55
Dos años ha que la vi,
siendo huésped en su choza,
y otros tantos que le di
la libertad que se goza
de haberse perdido así.
60
No fui yo Paris troyano,
que fue huésped y tirano,
antes el alma dejé,
que si alguna cosa hurté,
fue esperanza y viento vano.
65
Largas ausencias han hecho
pruebas en mi mucho amor,
que quieren verle deshecho;
pero no tienen valor
para borralle del pecho.
70
Enamorado partí
y perdido vuelvo aquí,
con aquel mismo deseo
del bien que presente veo,
y del mal que ausente vi.
75
Si osare decir mi mal
a quien es la causa de él...
Mas será en tormento igual
una respuesta cruel,
dar agua al que está mortal.
80
Si no ha de creer mi daño,
por desdén ni desengaño,
publíquese mi dolor,
que mil veces el amor
pone el provecho en el daño.
85
¡Albania!
ALBANIA
¡Jacinto mío!
JACINTO
Guarde el cielo esa hermosura
por quien al cielo bendigo.
ALBANIA
Y a ti te dé más ventura
que ahora viene conmigo.
90
Aunque no he traído poca,
si la verdad me provoca,
pues que te hablo y te veo.
JACINTO
Hurtado me ha tu deseo
las palabras de la boca.
95
Que a fe que soy desdichado,
y en hallarte tan dichoso,
que al rey de más alto estado
no puede estar envidioso
el bien de haberte mirado.
100
Hermosa estás y lozana;
no he visto yo la mañana
de más colores vestida
dar al tiempo luz y vida,
y al campo aljófar y grana.
105
No he visto yo el mediodía
con más puro claro sol,
ni cuando de él se desvía,
tarde con tan arrebol
en esta vega sombría.
110
La noche, con sus estrellas,
no iguala las tuyas bellas,
ni la primavera hermosa,
cuando con plantas de rosa
las viene poniendo en ellas.
115
El invierno con la nieve
en esta sierra tan propia,
a igualarte no se atreve,
ni el otoño con la copia
que el trigo y la fruta llueve.
120
No es el estío tan bello
cuando rinde al yugo el cuello
para el arado el novillo,
y al durazgo y al membrillo
da color y quita el vello.
125
Así que ya al alma mía
pareces con ese brío:
alba, tarde, noche, día,
primavera, otoño, estío,
y nieve de invierno fría.
130
¿Cómo estás?
ALBANIA
Oyendo estoy
tus lisonjas.
JACINTO
Yo te doy
menos méritos que tienes.
ALBANIA
¿Úsase allá donde vienes?
JACINTO
Sí.
ALBANIA
¿Qué?
JACINTO
Venir donde voy.
ALBANIA
135
¿A dónde vienes?
JACINTO
A ti.
ALBANIA
¿Pues quién soy yo?
JACINTO
Tú, la esfera
del fuego donde salí,
que en ti sola el alma espera
hallar su centro.
ALBANIA
¿Tú, en mí?
JACINTO
140
Yo, en ti, que te quise bien,
y memorias de dos años
renacen cuando te ven.
ALBANIA
Para mí, Jacinto, engaños,
y verdades.
JACINTO
¿Para quién?
145
Habla, di lo que quisieres.
ALBANIA
No quiero, que sé quién eres,
y temo el burlar contigo.
JACINTO
¿Quieres bien?
ALBANIA
A un enemigo.
JACINTO
¿De mí? Pues que tú le quieres.
150
¿Era acaso aquel pastor
con quien tratabas casarte?
ALBANIA
Si jamás le tuve amor,
viva de aquí no me aparte...
JACINTO
¿Quieres hacerme un favor?
ALBANIA
155
¿Y es?
JACINTO
Primero que lo intentes
jura.
ALBANIA
Los montes presentes
por testigos quiero dar.
¡Di!
JACINTO
Que no te has de enojar
si te dijere que mientes.
ALBANIA
160
Pues ¿hay algo contra mí?
JACINTO
Eso que la fama suena,
y que yo con él te vi.
ALBANIA
No todas veces es buena
la fama.
JACINTO
Mis ojos sí.
ALBANIA
165
Ellos también se engañaron,
que en otra parte los tengo
donde más mal me pagaron.
JACINTO
No soy yo, que ahora vengo,
aunque soy quien abrasaron,
170
pero, Albania, di: ¿quién es,
para humillarme a los pies
del más bienaventurado
que lleva al tajo ganado?
ALBANIA
Tiene tres sílabas.
JACINTO
¿Tres?
175
Dime una letra siquiera.
ALBANIA
Un ‟J” grande es la primera.
JACINTO
¿Y luego?
ALBANIA
Luego una ‟A”,
‟C”, ‟I”, ‟N”, ‟T”, ‟O”.
JACINTO
¡Ya!
‟Jacinto”
ALBANIA
Ese adoro.
JACINTO
Espera,
180
aguarda.
ALBANIA
No hay que aguardar.
Vase ALBANIA.
JACINTO
Vuelve a decirme mejor
las letras que he de estudiar;
que soy tan niño en tu amor,
que no sé deletrear.
185
Vuelve, y júntame estas partes
porque de mí no te apartes,
si es que te agradan las mías,
que el alma donde escribías,
cuando te partes me partes.
190
No rasgues este fiel
papel blanco en que imprimí
el nombre que queda en él,
que te rasgarás a ti,
que el corazón eres de él.
195
Mas por favor tan sucinto,
ya tan alegre me pinto;
¡cosa que hubiese en el valle
otro de más brío y talle
que se llamase Jacinto!
200
Que ella no me dijo más
de que a Jacinto quería.
Salen DORIANO y FRONDELIO.
FRONDELIO
En gracioso engaño estás,
pero de aquesta porfía,
justa disculpa tendrás.
DORIANO
205
De un mal tan bien empleado
no puede ser justamente
mi pensamiento ocupado.
JACINTO
Pastores que Dios aumente,
¿sois vecino de este prado?
DORIANO
210
Pues que no me has conocido,
bien sé que eres y has sido
peregrino en esta tierra.
JACINTO
De Béjar vivo en la sierra,
puesto que aquí fui nacido,
215
adonde es pequeña fuente
el Tormes, que crece tanto;
dos años estuve ausente,
creciendo con tierno llanto
su nacimiento y corriente.
220
Y en horas tan mal gastadas
apacenté dos manadas
de ovejas y de novillos
entre los secos tomillos
de sus pizarras moradas.
225
Vengo en busca de un pastor,
que si el nombre o señas digo,
conoceréis su valor.
DORIANO
Con el nombre yo me obligo
darte sus señas mejor,
230
porque desde aquel lugar
donde se viene a juntar
con Tajo el rubio Jarama
no vive pastor de fama
que no te pueda nombrar.
JACINTO
235
No quiero saber de este hombre,
sino si ahora está aquí.
DORIANO
Di el nombre.
JACINTO
¿Basta que nombre
su nombre?
DORIANO
Digo que sí.
JACINTO
Pues es Jacinto su nombre.
240
¿Hay de aqueste nombre alguno?
DORIANO
¡Y cómo si le hay! Hay uno
que, de su igual, pocos hay.
JACINTO
¿Es famoso?
DORIANO
¡Y cómo!
JACINTO
¡Ay!
DORIANO
No se le iguala ninguno.
JACINTO
245
(Claro estaba de entender
que mi enemiga tendría
un Jacinto a quien querer.
¡Ay, loca esperanza mía,
qué presto os vine a perder!
250
Pues el Jacinto no soy
que ella quiere, muerto estoy
a manos de su verdad.)
¡Pastores, con Dios quedad,
que a Jacinto a buscar voy!
Vase JACINTO.
FRONDELIO
255
¿Quién es ese forastero?
DORIANO
Si acaso no preguntara
por ese pastor primero,
que era Jacinto pensara,
y desengañarme espero;
260
que ha dos años que le vi,
y es el mismo, o yo perdí
de su rostro la memoria.
FRONDELIO
Pues fuera graciosa historia
venir a engañarse así.
265
Si es Jacinto, ¿con qué intento
te pregunta por sí mismo?
DORIANO