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Las cuentas del gran capitán es una comedia teatral de corte histórico del autor Lope de Vega. Se articula en torno a la anécdota de las cuentas que Fernando el Católico exigió que le presentase Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán, tras la campaña de Nápoles de 1506, y el ridículo al que el Gran Capitán sometió al rey como respuesta.
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Seitenzahl: 90
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
Las cuentas del gran capitán Copyright © 1638, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618259
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
-fol. 42r [48r]-
Salen ESPINELO y ALBERICO.
ESPINELO Puesto que su grandeza se atreviese
con el valor de su invencible estrella,
y de Alejandro la opinión tuviese
que por el nombre ya igualó con ella;
saldrá el gran Capitán, aunque le pese, 5
aquesta vez de Nápoles la bella,
-fol. 42v [48v]-
porque mis cartas van haciendo efeto.
ALBERICO No hay que advertir a un hombre tan discreto.
Pero parece que podréis primero
sacar, por más que la calumnia afirme, 10
a las estrellas fijas del crucero,
que en las esferas le llamaron firme.
Desengastar el Sol os considero,
de aquel esmalte azul, sin persuadirme,
que le saquéis de Nápoles, ni pueda 15
haber engaño que a su nombre exceda.
Corre del Norte al Sur la ilustre fama
de Gonzalo Fernández, de tal modo
que el grande a voces (como veis) le llama,
y ya lo es tanto que lo ocupa todo. 20
Y puesto que la envidia le desama,
y a sus persecuciones me acomodo;
confieso su virtud y su grandeza.
ESPINELO No hay en la tierra estado con firmeza,
puesto que va creciendo cada día 25
su autoridad y nombre en todo el suelo,
también mengua en su Rey por causa mía
el crédito que tiene de su celo.
La nave, que las aves desafía,
y con alas de lienzo excede el vuelo 30
de su pluma veloz, que al aire estiende,
una rémora débil la suspende.
Yo he escrito al rey Fernando de Castilla,
por muerte de Isabel, sin ella agora,
que aquestos reinos a Felipe humilla, 35
por Juana de su puesto Sol Aurora.
ALBERICO ¿Creeralo el Rey?
ESPINELO No hay amistad sencilla,
amor ni voluntad, que en sola un hora
no derribe en los príncipes al suelo,
cualquiera información, bueno o mal celo. 40
El Rey con esto sospechoso vive,
y del gran Capitán mil quejas forma,
que su inocencia, fe y lealtad le escribe,
con quien la fama universal conforma.
Mas la satisfación tan mal recibe, 45
y lo que toda Nápoles le informa;
-fol. 49r-
por el temor que de su yerno tiene,
que ya de Flandes a Castilla viene.
Que solo quiere que se vuelva a España,
y a don Alonso de Aragón envía 50
con el gobierno deste Reino.
ALBERICO Estraña
causa de competencia.
ESPINELO El Rey porfía
a quedarse en Castilla.
ALBERICO Amor le engaña,
por Isabel la posesión tenía,
si hereda Juana; justamente ha sido 55
el Rey, el Archiduque su marido.
Reine Felipe de Austria, que a su nieto
Carlos, no ha de quitarle el rey Fernando
el natural derecho.
ESPINELO Vive inquieto,
no dejar a Castilla procurando. 60
Aquí mi información halló su efeto,
y persuadiose el Rey, imaginando
que en el gran Capitán caber podría,
darle este Reino, al que a reinar venía.
ALBERICO No me espanto que el Rey lo haya creído 65
celoso de su yerno, y que en desgracia
de Fernando el Virrey haya caído,
aunque estuvo primero en tanta gracia.
ESPINELO Yo sé que ya le tengo persuadido,
que es desleal con fuerza y eficacia 70
tan fuerte, que podrá solo mi engaño
sacarle deste Reino con su daño.
(Sale un PAJE.)
PAJE El Virrey, mi señor, me mandó agora,
que os llamase a los dos.
ALBERICO Los dos iremos
a ver lo que nos manda su Excelencia. 75
(Vase el PAJE.)
Cosa que haya entendido nuestro trato.
ESPINELO Bueno fuera que el Rey le diera aviso.
ALBERICO ¿No puede ser?
ESPINELO Es imposible caso.
ALBERICO Nunca tanto os fiéis de la mentira,
que luego se conoce si se mira 80
como moneda falsa, que por eso,
aunque finge el color, no finge el peso.
(Vanse.)
-fol. 49v-
(Salen POMPEYA y JULIA, damas.)
JULIA Ya tan española estás,
que todos lo echan de ver.
POMPEYA Mucho más lo pienso ser, 85
si tu licencia me das.
JULIA Yo no hablo con malicia,
ni he codiciado a don Juan,
si bien por cuerdo y galán
pone en tus ojos codicia. 90
POMPEYA Más me agrada que Fabricio,
yo te digo la verdad.
Pero de mi voluntad
es este el primer indicio.
Que de los pasos de amor, 95
aún no he tocado el segundo,
ni en sus pensamientos fundo
principios de mi favor.
Que si del gran Capitán
es, como sabes, sobrino; 100
también es Fabricio Urfino
tan noble como don Juan.
JULIA ¿Para qué buscas rodeos
en cosas tan declaradas?
A España, de quien te agradas, 105
te llevan siempre deseos.
Siempre ha de ser vitoriosa
España, siempre mejor;
más en ti señal de amor
que en mí de que estoy celosa. 110
Nunca de alabar te olvidas
sus triunfos y sus despojos;
que aun las niñas de los ojos
tienes de español vestidas.
POMPEYA Como hablo con don Juan, 115
y que se acerque le dejo,
y son los ojos espejo,
vese su traje galán.
Habla tú también con él,
y vestirás de español 120
tus niñas, aunque en el Sol
nadie se ha mirado bien.
JULIA ¿Burlas, Pompeya?
POMPEYA No creo,
que me he burlado contigo
después que tratas conmigo. 125
JULIA Como eso puede un deseo.
Don Juan viene a meter paz.
POMPEYA Aquí no hay guerra ninguna;
que si es mujer la fortuna,
amor es niño y rapaz. 130
(Sale DON JUAN DE CÓRDOBA.)
DON JUAN Diome aviso desta junta
Mendoza, y quise gozar
tan buena visita, y dar
respuesta a vuestra pregunta,
que va en aqueste papel. 135
POMPEYA Siéntese Vueseñoría,
que aunque es la pregunta mía
no quiero respuesta en él.
DON JUAN También os la quiero dar
a boca, si sois servida. 140
JULIA (Aparte.)
De celos estoy perdida.
POMPEYA Pues quiero el papel guardar
para mejor ocasión.
(Da DON JUAN un papel a POMPEYA, y siéntanse los tres.)
JULIA Respuesta a pregunta.
POMPEYA Sí.
JULIA Veamos.
POMPEYA No es para ti, 145
que cosas de España son.
JULIA También tengo yo deseo
de la grandeza de España:
muestra a ver.
POMPEYA Ya estás estraña.
-fol. 50r-
DON JUAN Que se burla Julia creo. 150
Aquí tengo el borrador,
si es de mi ingenio el cuidado,
que aquel papel es traslado.
JULIA (Aparte.)
Declarado está su amor.
DON JUAN Pompeya me preguntó. 155
JULIA Esperad, dígalo ella,
por ver si viene con ella
esta respuesta.
DON JUAN Eso no,
que es poner en mi verdad
falta; y vos no sois jüez 160
de preguntas, ni esta vez
de saber mi voluntad.
Digo que me preguntó
qué era amor, y respondí
en este Soneto así. 165
POMPEYA Ya quise decirlo yo;
mas por no ser descortés,
hablando el señor don Juan,
quise callar.
JULIA (Aparte.
No podrán
mis celos callar después.) 170
¿No dijisteis que el papel
era de cosas de España?
DON JUAN Pues en eso no os engaña,
si es amor cuanto hay en él.
JULIA ¿Solo en España hay Amor? 175
POMPEYA Si sus grandezas están,
Julia, todas en don Juan
por su sangre y su valor;
tratando su amor aquí,
de cosas de España trata. 180
JULIA ¿Pues ama?
POMPEYA A quien no es ingrata.
JULIA ¿A quien no es ingrata?
POMPEYA Sí.
JULIA (Aparte.)
Basta, que aún vengo yo a ser
alcagüeta entre los dos.
DON JUAN ¿No escucháis?
JULIA Hablando vos 185
será fuerza enmudecer.
DON JUAN (Lee.)
La opinión general pinta desnudo
al ciego Amor, y en esto no se engaña;
que cuando de intereses se acompaña,
ni lo es, ni lo será, ni serlo pudo. 190
Dicen, que es gala al tosco, ingenio al rudo,
propia amistad, correspondencia estraña,
mano al avaro, y al inhábil maña,
freno al soberbio, y al cobarde escudo.
Dicen, que es un afecto, que conquista 195
la hermosura en quien hace el alma empleo,
sin que prudencia humana le resista.
Yo digo, que es Amor (y en mí lo veo)
un animal que le engendró la vista,
dio vida el trato, y manos el deseo. 200
JULIA A ver el papel, que entiendo
que lo decís de memoria.
DON JUAN Viene Fabricio.
JULIA (Aparte.)
La historia
de su amor voy conociendo.
Necia esperanza me engaña. 205
-fol. 50v-
(Sale FABRICIO URFINO.)
FABRICIO No vengo a buena ocasión,
pues vuestra conversación
ocupa el valor de España.
DON JUAN Siempre vos, señor Fabricio,
en toda parte tenéis 210
el lugar que merecéis.
FABRICIO El desta casa codicio,
como la de más valor.
(Siéntase.)
¿Qué se trataba?
DON JUAN Leía
un soneto.
FABRICIO Trataría 215
dulces efetos de amor.
DON JUAN No trataba sus efetos,
sino sus difiniciones.
FABRICIO Tiene mil aplicaciones,
y diferentes concetos. 220
Yo nunca supe escribir;
pero a ninguno daré
ventaja en la firme fe
con que he sabido sentir.
DON JUAN Quien ama siente, y al paso 225
de amor es el sentimiento;
sino es, que al entendimiento
deis esta excelencia acaso.
Y si es ansí, alabaréis
lo que ahora nos decís, 230
que con ventaja sentís,
por la que en saber tenéis.
FABRICIO Fuera error, señor don Juan,
alabar mi entendimiento.
Doy ventaja al sentimiento 235
por la ocasión que me dan.
Amo un divino sujeto.
POMPEYA Señor Fabricio, si nace
del sujeto lo que hace
sentir, y no el ser discreto; 240
quiero un argumento hacer.
FABRICIO Señora Pompeya, estoy
rendida, ventaja os doy,
pero a ninguno en querer.
POMPEYA Si amase el mismo sujeto 245
otro amante, ¿sentiría
lo mismo que vos?
FABRICIO Sí haría,
siendo de su causa efeto.
POMPEYA Luego a nadie aventajáis
en sentir.
FABRICIO Debe de haber 250
a quién de favorecer,
Pompeya hermosa, gustáis.
Que aunque presidir aquí
tan justamente podéis;
la causa que defendéis 255
os la ha dado contra mí.
DON JUAN No defiende la señora
Pompeya causa ninguna;
que si defendiera alguna,
fuera la vuestra; y si agora 260
tuve yo necesidad
de defensa, fue por ser
ignorante y conocer
vuestra rara habilidad.
Las armas he profesado 265