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Las famosas asturianas es una comedia teatral de corte histórico del autor Lope de Vega. Narrada en tono desenfadado y de comedia, se articula en torno al tributo de cien doncellas que los reyes asturianos tuvieron que pagar como tributo al Emirato de Córdoba en tiempos del rey Mauregato de Asturias.
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Seitenzahl: 87
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
Las famosas asturianasCopyright © 1623, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618181
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
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SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
De la antigua casa y nobleza de vuestra merced propuse a las musas la historia en acto cómico; y no habiéndome dado lugar el tiempo, con pleitos, materia casi, adversa a la quietud de su sagrado monte, dejé a más ocio disponer este deseo a la voluntad, y su efeto a la obligación; porque no es justo que cosas tan grandes no tengan el lugar que merecen, para ser tratadas con diferencia y respeto; y así, entre tanto, quise ofrecer a vuestra merced esta historia, que escribí en lenguaje antiguo para dar mayor propiedad a la verdad del suceso, y no con pequeño estudio, por imitarla en su natural idioma. Tuve en esta imaginación presente aquella puerta insigne de la gran ciudad de Burgos, a quien vuestra merced ha honrado tanto, que, como Roma dió la imagen a Scévola, por único, parece que ha puesto en manos de vuestra merced su antigua calidad y grandeza, jamás ofendida del tiempo, que deshace las grandes casas, pero no los blasones de sus dueños. Vuestra merced la reciba en feudo de mi rendimiento y obligación a tantas mercedes recebidas, y déle el cielo el lugar que su gran entendimiento, y cristiano celo tienen tan merecido y yo deseo.
Capellán de vuestra merced,
LOPE DE VEGA CARPIO.
La escena es en León y en otros puntos.
Plaza de León, con puerta de un monasterio.
(EL REY DON ALFONSO, retirándose; FISNANDO, ALARICO, FORTUNO y GENTE amotinada, tras él.)
REY ALFONSO
Al vueso rey facer tamaño tuerto,
non es de buenos nin de fijosdalgo.
FISNANDO
O muera, o le prended.
REY ALFONSO
Será más cierto
morir, traidores.
ALARICO
Non cuidéis en algo.
REY ALFONSO
5
Ya estoy, villanos, en sagrado puerto.
De las aras de Dios me agarro y valgo.
(Éntrase en el monasterio, y cierran.)
FISNANDO
Alfonso, hoy finará tu corto imperio.
ALARICO
Los monjes han cerrado el monasterio.
FISNANDO
¡Por la crisma bendita que posada
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traigo en la frente, que non deje el puesto,
nin de camisa he de cubrir la espada,
fasta que todo yaga descompuesto!
ALARICO
La puerta es fuerte, en fierros aforrada:
non se podrá desquicionar tan presto;
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y si los monjes puyan a la torre,
nuestra vida, a la fe, peligro corre.
FISNANDO
Pues ¿qué pueden facer los capilludos?
ALARICO
Tirar de en somo bien fornidos lanchos,
y asaz que son de gruesos y membrudos,
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y en se guarir los parapetos anchos.
FISNANDO
Non fuimos en matarle bien sesudos;
mas cuiden los Alfonsos y los Sanchos
que non han de reinar, nin sus injurias
sofrir los homes de León y Asturias.
NUÑO OSORIO, EL CAPITÁN TEUDO, FROILÁN, TENORIO, FISNANDO,ALARICO, FORTUNO, GENTE.
TEUDO
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¿Non llevaremos gente?
NUÑO OSORIO
Non me basto
a sofrenar, en viendo tan notorio
el daño a mi rey, Alfonso el Casto.
ALARICO
éste es el montañés don Nuño Osorio.
NUÑO OSORIO
Siempre mi sangre en su servicio gasto.
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¡Aquí, Teudo, Froilán; aquí, Tenorio!
¡Mueran estos traidores, y el rey viva!
(Pelean; los amotinados huyen.)
TEUDO
¡Verá cuál va la gente fugitiva!
NUÑO OSORIO
Por la casuella santa de Ildefonso,
que non ha de quedar vivo ninguno.
TEUDO
35
Pues a Fisnando cántenle un responso.
NUÑO OSORIO
Y a Alarico no menos, y a Fortuno.
TEUDO
Ya sale de la igreja el nueso Alfonso.
NUÑO OSORIO
¡Oh fidalgos! Non quede de vos uno
que non yaga a los pies de Alfonso el Bueno,
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de tanta gloria y bienandanza lleno.
EL REY, NUÑO, TEUDO, FROILÁN, TENORIO.
REY ALFONSO
Non vos humilledes tanto,
amigos, pues que por vos,
del querer del cielo en pos,
a tanto bien me levanto.
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Los vuesos brazos me dad;
que miembros de tal firmeza
farán bien con la cabeza
junta y unida igualdad.
NUÑO OSORIO
Rey nueso, cuanto nos honras,
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tanto a ti mismo levantas:
deja besar esas plantas;
que harto de asaz faces honras.
aquellos homes traidores
de abolengo de otros tales,
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¿cómo pueden ser leales,
no lo siendo sus mayores?
Todos los que ves aquí
son de aquellos asturianos,
cuyos abuelos cristianos
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molares facen allí,
por la pérdida de España;
éstos, ganando a León
con el valiente escuadrón
que salió de la montaña,
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ficieron rey a Pelayo,
a quien socedió Favila,
primero Alfonso, y Froíla,
de los africanos rayo,
aunque por los suyos muerto,
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por vengar a Vimarano;
que el ser Caín de su hermano
non era al cielo encobierto.
Reinaron Aurelio y Silo,
y aunque a Dosinda pesó,
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Mauregato socedió,
bastardo y de tal estilo
(¡mala su memoria sea!),
que atal tributo dejó
de cien doncellas, que yo
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non quiera Dios que lo vea.
La merindad de Pravía
le sopoltó que debiera
fincar en mala foguera,
polvos al aire aquel día.
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Bermudo en pos del que digo,
por estar vos desterrado
en Navarra, fue llamado
al reino entonces conmigo;
mas él, que craro sabía
90
que érades vos heredero
legítimo y verdadero,
que por padre vos venía,
en Safagún se vistió
la cogulla de Benito,
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y renunció por escrito
el reino, que vos, donó.
Según esto, si sos vos
fijo del rey don Froíla,
¿qué vos cansa y aniquila
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ése, que mal faga Dios?
A vos, Alfonso, os atañe:
quien vos lo niega es traidor.
REY ALFONSO
Con tan nobre defensor
non hay traición que me dañe.
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Páguevoslo Dios, amén,
buen alcaide de León.
NUÑO OSORIO
Yo vos beso por el don
la mano, y el pie también.
Fágavos Dios, rey sesudo,
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tan temido y acatado,
que tenga el vueso reinado
al más envidioso mudo.
Seáis de Dios temeroso
y celador de su ley;
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que non puede ser buen rey
sin ser de Dios pavoroso.
Veáis las vuesas banderas
sobre las aguas del Tajo,
aunque vos cueste trabajo
120
el conquerir sus fronteras.
y si vos socede bien,
lleguen a Guadalquivir,
y aun al mar oso decir,
que puedan nadar también.
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Crezca vuesa renta al año
treinta mil maravedís.
REY ALFONSO
Todo el bien que me decís
non será por vueso daño;
que vos juro, el buen Osorio,
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que vos amo asaz y quiero
por antiguo caballero,
de Solar y hecho notorio,
y por vuestra gran lealtad,
y porque aquí me habéis dado
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la vida, y aventurado
la vuesa a mi libertad;
que si no fuera por vos,
rompieran el monasterio,
de nuestro honor vituperio
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y poco pavor de Dios.
Y tórnovos a endonar,
por lo que me bendecís,
quinientos maravedís
de renta al vueso yantar.
NUÑO OSORIO
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Y yo a besaros los pies
REY ALFONSO
A Teudo, mi capitán,
doble sueldo le darán.
NUÑO OSORIO
Leal y fidalgo es
TEUDO
El cielo os dé larga vida.
NUÑO OSORIO
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Vamos; que os quiero facer
fiestas.
TEUDO
Hoy os ha de ver
con la corona somida
hasta los ojos León,
porque mostréis en la faz
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que vos ha ofendido asaz
la mengua de su traición.
NUÑO OSORIO
Como al cuerpo los sentidos,
son al gobierno los nervios,
el castigar los soberbios
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y el perdonar los rendidos.
Tomemos muesos caballos,
y la fiesta se aperciba.
¡Viva Alfonso el Casto!
LOS OTROS
¡Viva!
REY ALFONSO
Guárdevos Dios, mis vasallos.
(Vanse.)
Monte.
DOÑA SANCHA, sola, con montera de caza, vaquero y venablo.
DOÑA SANCHA
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¿Cuidaste que temía,
oso feroz, peludo,
tu catadura fiera doña Sancha?
¿Cuidaste que fuía,
pues non facerlo pudo
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el africano, que su campo ensancha?
La verde yerba mancha
tu fiero humor sangriento,
faciéndote de grana
la parda y roja lana,
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indicio de mi brazo y ardimiento;
que destas bizarrías
están colmadas las fazañas mías.
Non será tu cabeza
la primera que entolde
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el dintel de la puerta de mi casa,
puesto que tu fiereza
vendrá como de molde
al arco que de reja a reja pasa.
Calor del sol me abrasa,
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sin el del ejercicio:
faced, árboles, sombra,
y vos, yerbas, alfombra;
que non hay en las cortes edificio
como le facen juntas
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de los trabados álamos las puntas.
¡Oh cristalinas fuentes,
donde suelo tocarme,
por haceros espejos de mi cara,
con cercos relocientes
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de yerba, en que sentarme,
y tanta flor en que la vista para!
Cuida Laín de Lara,
que en estrado le atiendo
en cuadras de mi casa,
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porque con él me casa
mi padre; y yo, que aun de le ver me ofendo,
ando por estas flores
cazando fieras y olvidando amores.
Non ál que el verme libre
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piensa mi pensamiento;
lo ál arrojo de mi alma lueñe.
El dardo el brazo vibre,
y al oso corpulento
en tierra el cuento la cuchilla enseñe.
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Laín de Lara sueñe
sus fingidos placeres;
que yo por bosques quiero
teñir el blanco acero:
que non se amañan todas las mujeres
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a desfilar vainillas,
que facen a los homes lechuguillas.
LAÍN DE LARA, con una ballesta; DOÑA SANCHA.
LAÍN DE LARA
(Sin ver a DOÑA SANCHA.)
Con armas cazadoras
de fieras alimañas,
¿quién vió jamás venir a caza fembras?
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Las viras matadoras
en ásperas montañas
osos matan, amor, si bien te miembras;
mas tú, cruel, que siembras
ya por tan luengos días
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