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La vida y obra de uno de los más connotados humoristas que ha tenido nuestro país es abordada en este libro. Un gran ser humano con una gran cultura y don para hacer reír a cualquiera, sin herir a ningún ser humano, con un dominio muy grande del idioma y capaz de hacer chistes y cuentos que obligan a meditar a la audiencia. Muchos han opinado sobre la grandeza de Carlos Ruiz de la Tejera y mi empeño, con este libro, es ayudar a preservar su rico quehacer porque él constituye un ejemplo muy particular en la historia de Cuba. El Maestro del humor encumbró el monólogo La Guagua y lo hizo uno de los espectáculos más hilarantes de la escena criolla.
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Seitenzahl: 233
Veröffentlichungsjahr: 2024
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y conversión a ebook: Grupo Creativo Ruth Casa Editorial
© Oscar Oramas Oliva, 2024
© Sobre la presente edición:
Ruth Casa Editorial, 2024
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ISBN 9789962740605
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La vida y obra de uno de los más connotados humoristas que ha tenido nuestro país es abordada en este libro. Un gran ser humano con una gran cultura y don para hacer reír a cualquiera, sin herir a ningún ser humano, con un dominio muy grande del idioma y capaz de hacer chistes y cuentos que obligan a meditar a la audiencia. Muchos han opinado sobre la grandeza de Carlos Ruiz de la Tejera y mi empeño, con este libro, es ayudar a preservar su rico quehacer porque él constituye un ejemplo muy particular en la historia de Cuba. El Maestro del humor encumbró el monólogo La Guagua y lo hizo uno de los espectáculos más hilarantes de la escena criolla.
Oscar Oramas Oliva (Cienfuegos, 1936). Doctor en Ciencias Históricas por la Academia de Ciencias de Hungría y máster en Historia del Arte por la Universidad de La Habana. Diplomático, investigador y escritor. Embajador de Cuba en varios países: República de GuineaConakry(1966-1972), Malí, Guinea Ecuatorial, Angola (1975-1977) y Sao Tomé y Príncipe; embajador y representante permanente ante Naciones Unidas (1984-1990); vicepresidente de los Comités de Descolonización y Derechos Inalienables del Pueblo Palestino; funcionario a cargo de América Latina y el Caribe, de la secretaría de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, con sede primero en Ginebra y después en Bonn (1996-2005); director de África y viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) desde 1989 y miembro ejecutivo de la Cátedra Raúl Roa García del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Recibió en octubre de 2005 la Medalla Amílcar Cabral de Primer Grado otorgada por el Gobierno de la República de Cabo Verde; y mereció la Orden La sagrada Esperanza otorgada por la República de Angola y la Orden Nacional Das Colinas Do Boe de Guinea Bissau en noviembre de 2023.
Ha publicado numerosos libros, entre ellos:Angola: ha nacido una nueva generación(Editorial de Ciencias Sociales, 1978);Estados Unidos: la otra cara(Editora Política, 1987);La descolonización de África y sus líderes(Editora Política, 1990;Amílcar Cabral, más allá de su tiempo(Editorial Coté Femmes, 1998),El alma del cubano: su música(Editorial Prensa Latina, 2002);Los desafíos del sigloXXI(Editorial Gitanjali, 2003);Se busca un escritor(Editorial Texte&Pretextes, 2004);Miel de la vida: el bolero(Editorial Vinciguerra, 2004);Los ángeles también cantan, sobre la vida de la cantante Omara Portuondo(Ediciones Caserón, 2009);Por los caminos de África(Editorial Colección Sur, 2015),Músicae identidad. Impronta de la música en la identidad y la psicología social del cubano(Colección Sur, 2018);Countdown to Sunrise, Southern Africa, The last days of Apartheid(Editorial Académica Española, 2018);Bola de Nieve, un paradigma de la cultura cubana(Editorial Académica española, 2019);Siempre por los caminos de África(Editorial Wanafrica, 2019),Septeto Santiaguero(EGREM y UNEAC de Santiago de Cuba, 2021);La pandemia del coronavirus y el imperio del sigloXXI: cambios en las sociedades(Editorial Espai Marx, 2021);Encrucijadas de un archivo diplomático(Editorial Espai Marx, 2022);Doctor Agostinho Neto: un hombre excepcional de su tiempo(EditoraHistoria, 2022);África en la actualidad(Ruth Casa Editorial, 2023);Un ser humano imprescindible: Nelson Mandela (Ruth Casa Editorial, 2024). Además, colabora con diferentes sitios web, con la revista Política Internacional y otras publicaciones seriadas.
Al arquitecto Osmany Cienfuegos,
quien siendo ministro de la Construcción,
autorizó que el ingeniero Carlos Ruiz de la Tejera deviniera artista.1
1 Conversación del autor con Jesús del Valle,Tatica.
Mi agradecimiento más profundo a Tatica, cuya ayuda ha sido fundamental para poder realizar este esfuerzo; me brindó información, facilitó recortes de periódicos y fotos, y de esta manera contribuyó a rendirle homenaje a su compañero de trabajo y amigo.
Pero también debo agradecer mucho a quien me indujo a adentrarme en la vida y obra de Carlos Ruiz de la Tejera, Luis Morejón, compañero y amigo, de vida muy intensa, tanta, que se podría escribir una biografía fascinante. Él me incentivó para hacer el libro que nunca escribí sobre el destacado artista, del cual era un ferviente admirador, y, además, muy allegado a ese mundo de grandes talentos criollos, con quienes cultivó una amistad sin igual. Luis, cienfueguero como yo, fue limpiabotas en su juventud, revolucionario, artillero, diplomático en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), licenciado en Derecho, director para América Latina del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), en la época del legendario René Rodríguez Cruz, y lector de muchas horas de vuelo. Admirador de José Saramago comparte su reflexión: «Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia».2 Esta mirada sobre Carlos Ruiz de la Tejera contribuye a fortalecer el imaginario popular de su obra, inspirada en mis lecturas sobre los testimonios de muchas personas.
2Conferencia de José Saramago tituladaDe la sombra a la luz.
Un gran reconocimiento a la amiga de siempre, Melania Otero, por sus inapreciables aportes.
Por último, y no menos importante, quiero agradecer a los funcionarios y trabajadores de la Biblioteca Nacional José Martí porque permitieron nutrirme de sus archivos.
«El hecho de escribir es ya el hecho de romper esa soledad; ese instante en que usted escribe es un instante de comunión con las personas y con la vida».3
3 Texto de Jaime Sabines Gutiérrez, poeta y político mexicano, reconocido como uno de los grandes poetas mexicanos del siglo XX.
Solo la persona que ha experimentado oscuridad,
la guerra y la paz, el ascenso y la caída,
solo esa persona ha experimentado verdaderamente la vida.
Stefan Zweig4
4 Stefan Zweig, mi autor favorito de la adolescencia, de nacionalidad austriaca, considerado un ícono de la literatura universal, y cuyo 142 aniversario se está celebrando con la publicación de sus obras.
Buscando una definición de la palabra humor en Wikipedia, encontré la que aparece en los párrafos siguientes, y algunos dirán que he ido por las ramas y no al tronco del árbol, pero vayan despacio y lean, hasta llegar al bosque de uno de los humoristas cubanos más versátiles y originales de todos los tiempos: Carlos Luis de la Tejera.
Lo gracioso o cómico (del griego κωμός: «alegre representación, festín, cántico») y el humor en sí mismo es una categoría de la estética que expresa la disconformidad (total o parcial), históricamente condicionada, de un fenómeno social dado, de la actividad y conducta de las personas, de su mentalidad y costumbres, respecto al curso objetivo de las cosas y al ideal estético de las fuerzas sociales progresivas.
Una variedad de lo cómico es, por ejemplo, el intento de lo feo, históricamente condenado como asocial e inhumano, de presentarse hipócritamente como bello, progresista y humano. «La comicidad puede manifestarse de distintas maneras: en la falta de correspondencia entre lo nuevo y lo viejo, entre el contenido y la forma, entre el fin y los medios, entre la acción y las circunstancias, entre la esencia real de una persona y la opinión que ella tenga de sí misma».5 Lo cierto es que el humor demanda una alta creatividad, un considerable rigor investigativo y de compromiso social.
5 M. M. Rosental y P. F. Ludin: «Lo cómico», Diccionario filosófico, Ed. Pueblos Unidos, Montevideo, 1965.
En esta línea Francisco Giner de los Ríos (1876)6 afirmó que el fundamento de la inmensa variedad de lo humorístico es el contraste, esto es, la conciencia de una contradicción, desajuste o desproporción que desbarata la realidad objetiva o conveniente de las cosas; pero aun así considera que es una definición insuficiente, por más que ya el comediógrafo francés Molière señalara en la Lettre sur la comédie de l›Imposteur, publicada anónima en 1667: «Para conocer lo cómico es preciso conocer lo racional, de lo cual lo cómico señala ausencia; y debemos ver en qué consiste lo racional... La incongruencia es el corazón de lo cómico... Y de esto se sigue que toda mentira, disfraz, engaño, disimulo, todo cuanto en el exterior se muestra diferente de la realidad, toda contradicción de hecho entre acciones que proceden de una misma fuente, todo esto es en esencia cómico».7
6 Pedagogo, filósofo y ensayista español. Discípulo de Julián Sanz del Río, creador y director de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), impulsó también proyectos complementarios como el Museo Pedagógico Nacional (1882-1941), la Junta para Ampliación de Estudios (1907-1938), la Residencia de Estudiantes (1910-1939) y las Colonias Escolares, y proyectos que se materializarán años después de su muerte, como las Misiones Pedagógicas (1931-1937), concebidas en su origen como Misiones Ambulantes. En su planteamiento de la universidad ideal Francisco Giner propuso que, como tal institución, fuera «no solo una corporación de estudiantes y sabios, sino una potencia ética de la vida».
7 Tomado textualmente de Wikipedia.
Por su parte, Sigmund Freud señaló:
En mi escrito sobreElchiste y su relación con lo inconsciente(1905) traté del humor, en verdad, solo desde el punto de vista económico. Me pareció haber hallado la fuente del placer procurado por el humor, y haber demostrado, según creo, que la ganancia de placer humorístico proviene del ahorro de un gasto de sentimiento.
El proceso humorístico puede consumarse de dos maneras: en una única persona, que adopta ella misma la actitud humorística, mientras a la segunda persona le corresponde el papel del espectador y usufructuario, o bien entre dos personas, una de las cuales no tiene participación alguna en el proceso humorístico, pero la segunda la hace objeto de su consideración humorística. Para detenernos en el más grosero ejemplo, cuando el delincuente que es llevado al cadalso un lunes manifiesta: «¡Vaya, empieza bien la semana!», desarrolla él mismo el humor, el proceso humorístico se consuma en su persona y es evidente que le aporta cierta complacencia. A mí, el oyente no involucrado, me alcanza en cierto modo un efecto a distancia de la operación humorística del criminal; registro, quizá de manera semejante a él, la ganancia de placer humorístico.
El segundo caso se presenta cuando, por ejemplo, un literato o un pintor describen con humorismo los modales de personas reales o inventadas. No hace falta que estas últimas muestren humor ninguno, la actitud humorística es asunto exclusivo de quien las toma por objeto y, como en el caso anterior, el lector o espectador pasa a participar del goce del humor. Resumiendo, entonces, uno puede dirigir la actitud humorística —no importa en qué consista ella hacia su propia persona o hacia una persona ajena—; cabe suponer que brinda una ganancia de placer a quien lo hace, y que al espectador no involucrado le corresponde una pareja ganancia de placer. El mejor modo que tenemos de asir la génesis de la ganancia humorística es volvernos al proceso que sobreviene en el espectador ante el cual otro desarrolla humor. Ve a ese otro en una situación que, previsiblemente, habrá de producir los indicios de un afecto: se enojará o quejará, exteriorizará dolor, se aterrorizará, espantará, acaso hasta se desesperará, y el espectador-oyente está pronto a seguirlo en eso, a dejar que nazcan en él idénticas mociones de sentimiento. Pero ese apronte de sentimiento recibe un desengaño, el otro no exterioriza afecto alguno, sino que hace una broma; pues bien: del gasto de sentimiento ahorrado proviene el placer humorístico del oyente. Uno llega con facilidad hasta ese punto; pero en seguida se dice que el proceso que tiene lugar en el otro, en el «humorista», es el que merece la mayor atención. No hay ninguna duda de que la esencia del humor consiste enahorrarselos afectos a que habría dado ocasión la situación y en saltarse mediante una broma la posibilidad de tales exteriorizaciones de sentimiento. En esa medida el proceso del humorista tiene que coincidir con el del oyente; mejor dicho: el proceso que adviene en este tiene que haber copiado al del humorista. Ahora bien, ¿cómo produce el humorista aquella actitud psíquica que le vuelve superfluo el desprendimiento de afecto, qué ocurre dinámicamente en él a raíz de «la actitud humorística»? Es evidente que la solución del problema debe buscarse en el humorista; en el oyente solo cabe suponer un eco, una copia de ese proceso desconocido. Es tiempo de que nos familiaricemos con algunos caracteres del humor. El humor no tiene solo algo de liberador, como el chiste y lo cómico, sino también algo de grandioso y patético, rasgos estos que no se encuentran en las otras dos clases de ganancia de placer derivada de una actividad intelectual. Es evidente que lo grandioso reside en el triunfo del narcisismo, en la intocabilidad del yo triunfalmente aseverada. El yo rehúsa sentir las afrentas que le ocasiona la realidad; rehúsa dejarse constreñir al sufrimiento, se empecina en que los traumas del mundo exterior no pueden tocarlo, y aun muestra que solo son para él ocasiones de ganancia de placer.8
8 Sigmund Freud: Obras completas, 3 t., Ed. El Ateneo, Buenos Aires, 2005.
En la cultura cubana es indudable que «el chiste oral», expresión del sentido del humor, es un componente de la tradición popular, resultado del proceso de transculturación-fusión9 de dos raíces esenciales, procedentes una de España y otra de África, ambas caracterizadas por la pluriculturalidad en que cristalizó nuestra nacionalidad a mediados del siglo XX. El humor en Cuba, cuenta con una larga tradición de reconocida calidad. Muchos son los personajes que han descollado en ese campo.
9 Proceso ininterrumpido; es asimilar sin perder la raíz propia. Es la emergencia de algo cualitativamente nuevo, de una nueva realidad propia, con autoconciencia de sí, donde cada elemento o componente aporta de sí, y donde su identidad inicial desaparece para dar lugar a una nueva identidad. Desde que las personas nacen hasta que mueren están en un proceso constante de transculturación.
Aunque el propósito de estas notas no es una exégesis del modo de ser del cubano —para lo cual es de lectura imprescindible la obra de la Dra. Carolina de la Torre—, sí resulta oportuno puntualizar que en el proceso de configuración de nuestra identidad cultural como pueblo nuevo, la impronta de las costumbres de diferentes regiones españolas, amalgamadas en suelo cubano, así como de la literatura costumbrista peninsular, representaron aportes fundamentales al perfil psicosocial del criollo y a su vertebración cultural definitiva: idioma, código moral judeo-cristiano, modo de organización familiar, instituciones sociales, etc. Y, dentro de ese corpus, es natural el haberse asimilado el uso del ingenio humorístico oral, como ocurriera con el piropo, con el pregón y con el refranero».10
10La Jiribilla, 11 de septiembre de 2020.
Por eso se dice a justo título: «con la lengua se tropieza más seguido que con los pies».
Los primeros signos de una autopercepción distintiva se revelan, como se conoce, en la poesía de José María Heredia, uno de los grandes poetas románticos hispanoamericanos, quien le cantó a nuestro cielo y a nuestras palmas, y exalta la belleza del paisaje cubano. «Le cantó, con majestad desconocida, a la mujer, al peligro y a las palmas», escribió Martí.11 «Cultura de resistencia, la nuestra», así la calificó ese otro gran cubano que fue Rogelio Martínez Furé. Una compilación de estampas costumbristas fue publicada por varios autores en 1852, en La Habana, bajo el título de Los cubanos pintados por sí mismos, contribuyendo así a la legitimación de una nacionalidad «sentida como distinta» de cualquier otra. Cuba: vibraciones del chiste oral.
11«Heredia: Discurso pronunciado en Hardman Hall», Nueva York, 30 de noviembre de 1889, en José Martí:Obras completas, t. V, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1976.
A lo largo del proceso de cristalización de nuestra nacionalidad, el chiste fue un arma política y de compensación psicológica de una autoestima minimizada por un elemento extraño a nuestra cubanía: el colonizador español y después el control neocolonial de los Estados Unidos. El surgimiento del personaje Liborio como representativo del pueblo cubano y las décimas campesinas publicadas en La política cómica, testimonian la frustración del ideal de soberanía plena y la compensación de ese estado de ánimo, apelando al humorismo gráfico y literario en la mencionada publicación periódica, señala Enrique Soldevilla Enríquez:
Teniendo como telón de fondo estas observaciones del investigador Sigmund Freud, nos adentramos en el estudio de Carlos Ruiz de la Tejera, ser humano de un humor inteligente, de una cubanía exquisita y quien, con el paso de los años, se convertiría en una suerte de cronista social con un agudo toque de humor. Estaba dotado de una imaginación exuberante y poesía. No hay que compararlo con otros, el sin ser un Charles Chaplin, es uno de los mejores y original de Cuba. Tenía una personalidad muy propia y por ello descolló, en un país, donde hemos tenido personas de la talla de Chicharito y Sopeira o Garrido y Piñeiro, Guillermo Álvarez Guedes, Leopoldo Fernández, Carlos Moctezuma interpretando el papel de Ñico Rutina. Alexis Valdés, Octavio Armando Rodríguez, Churrisco, Antolín el Pichón, Osvaldo Doimeadiós, Nelson Gudín, el Bacán, Luis Silva, Pánfilo, Argelio García Rodríguez, Chaflán, Enrique Arredondo, Bernabé, Orlando Manrufo, Mariconchi, Andy Vazquez, Facundo, Carlos Gonzalvo, Mente’pollo, Otto Ortiz, La leña del humor de Santa Clara, Julio César Rodríguez, El habanero, Ángel Ramiz, El cabo Pantera… entre otros. Es imposible negar los extraordinarios cómicos cubanos de todos los tiempos, y sus influencias primigenias, con clara influencia del teatro vernáculo cubano, del costumbrismo criollo. ¿Cómo olvidar los grandes como Detrás de la fachada y San Nicolás del Peladero?12
12La Jiribilla,11 de septiembre de 2020.
El reconocido actor y humorista cubano Luis Enrique Amador Quiñones, actual decano de la facultad de Arte Teatral del Instituto Superior de Arte (ISA), quien además fuera director del Centro Promotor del Humor por varios años, hace una valoración de la importancia del humorismo en la cultura nacional y el proceso formativo de la nación, dijo al diario Juventud Rebelde sobre la interrelación de humor, cultura nacional, acervo cultural, patrimonio cultural:
Me estás hablando de varias cosas diferentes, que a su vez tributan al mismo concepto, todas tienen un mismo propósito: la perpetuidad del proceso formativo de la nación. No hay manera de apartar el humor de ese proceso al que ha aportado grandes dosis de nuestras esencias, sin contar que el humor, el buen humor cubano, en cada contexto de nuestra cultura ha sido, como expresó en algún momento el investigador puertorriqueño Luis Muñiz, la arqueología del presente…13
13 Jorge Alberto Piñero, JAPE, en Juventud Rebelde, viernes, 20 de octubre de 2023.
Nacer en Cuba significa, también, ser portadores de un extraordinario sentido del humor desarrollado con agudeza de la mano de creadores y públicos, porque, no le quepa duda a nadie, el humor no es el trabajo de un guionista, o de un grupo de actores, ni siquiera de un equipo creativo; es el resultado de un ejercicio del sistema de comunicación-percepción-creación artística, que en esta manifestación se degusta especialmente con el aplauso, la risa, la sonrisa y hasta el estado de gracia.14
14 «Humor cubano contemporáneo: Mirada en todos los sentidos», La Polémica, 12 de agosto de 2019.
El humor en el cubano tiene un sentido crítico de la realidad circundante, lo que demuestra ingenio, la conocida llamada chispa del cubano. Recuerdo con enorme gratitud, las tertulias de ese grande de la literatura nacional, Pablo Armando Fernández, y el inagotable caudal de sus chistes, o su risa sincera ante un chiste, de esos que proliferan en nuestra capital, los que en ocasiones son mordaces y llenos de una carga emotiva enorme. Siempre en esos casos y en el de personas de cualquier índole que llegan a la casa, el café, aromática bebida, símbolo de hospitalidad y buen gusto, está presente. En esos cenáculos reinaba el principio bíblico: «Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres».15Pero en ellos, se mencionaba a Carlos Ruiz y su enorme talento, para decir las cosas y bien dichas. Pablo lo admiraba mucho y reía con sus monólogos, decía que ese actor era muy culto y había leído mucho como mostraban sus parlamentos en el teatro, era de los queencontraban como lector una suerte de descanso, un tipo de verdad quizá más abstracta, pero que casi pudo palpar.
15 El evangelio, según San Juan. Es el tercero y más extenso de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento bíblico. Relata la vida de Jesús de Nazaret, centrándose especialmente en su nacimiento, ministerio público, muerte, resurrección y termina con el relato de su ascensión.
En 2015, Eider Luis Pérez, director del grupo humorístico Etcétera, señaló muy atinadamente: «la idea es sacar adelante el humor dentro del panorama de la cultura cubana, que se posicione y se entienda la importancia que ha tenido y tiene dentro de todo el sistema cultural de la nación. De hecho, los Premios Nacionales del humor los han recibido artistas de diferentes ramas porque el humor transversaliza la identidad del cubano. A veces ha sido un poco menospreciado y subvalorado, pero realmente es una de las formas de expresión que más nos identifica a nosotros».
La enciclopedia EcuRedseñala y acepto:
El buen humor va más allá del mero entretenimiento: sugiere, educa, critica, reflexiona; sirve de válvula de escape para refrescar el vértigo de la sociedad, provoca a la inteligencia y trasciende a su tiempo. Siempre he dudado de la seriedad de esas personas que se lo toman todo en serio, desde un velorio hasta un cumpleaños, desde un ciclón hasta un baño en la playa; de esos que piensan que para enfrentar una tarea responsablemente hay que tener cara de criminal, no admitir una broma, desterrar el más mínimo chiste.
De esta manera certificó el exquisito cronista Manuel González Bello, el valor que le confería a esos momentos donde el espíritu se relaja, libera tensiones, disfruta del agradable arqueo de los labios, muchas veces agradecido por el cuerpo. Concuerdo con su filosofía: reír es importante.
Como fórmula casi infalible acudimos al humor, en cualquiera de sus variantes, para alegrar el espíritu y ahuyentar a ese huraño fantasma llamado amargura. Pero existe en algunas personas un concepto erróneo acerca de los programas humorísticos. Es común, para ellas, relacionarlos con trivialidad, simpleza, como si fueran actos condenados a morir una vez culminado el embriagador efecto de la carcajada. El buen humor, el que lleva a la risa y la reflexión, el que se ha convertido en verdadero cronista, de este y de todos los tiempos, sigue vivo como el primer día en nuestro país.
La práctica demuestra que tal análisis carece de fundamento y solo se sustenta en la cortedad de luz y el razonamiento ligero. Es cierto, el humor siempre es cómico, aunque no en todos los casos lo cómico merece el calificativo de humor. Este, cuando es bueno, va más allá del mero entretenimiento: sugiere, educa, critica, reflexiona; sirve de válvula de escape para refrescar el vértigo de la sociedad, provoca a la inteligencia y trasciende a su tiempo.
Según Robert C. Elliot en la Enciclopedia Británica 2004, sátira: es un género literario y a su vez un recurso que encontramos en las artes gráficas y escénicas —esta última rama es el caso que nos ocupa—; también aduce que los vicios individuales o colectivos, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto en ella por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos.
Carlos Ruiz, quien fuera uno de sus grandes cultores, nos acerca a uno de los rasgos distintivos de nuestro humor escénico de todos los tiempos al ponderar lo reflexivo sin apartar lo cómico.
Y para concluir la entrada al tema, permítanme referirme a lo expresado por la narradora y poetisa Laidi Fernández de Juan, de manera tan meridiana:
En aras de sintetizar esta aproximación al humor cubano, obviamente existente, aunque con los peculiares visos de burla ya establecidos (y ciñéndome al humor literario), volveré al autor de Indagación del choteo. Considero altamente significativa, en términos tanto académicos como reflexivos, una de sus explicaciones a la mofa que nos tipifica como pueblo: «El cubano no quiere aparecer sometido ni siquiera a su propia emoción, y el choteo viene a ser un acto de pudor, un pliegue de jocosidad que nos echamos encima para esconder nuestra tristeza íntima, por miedo a aparecer tiernos o espirituales». En otras palabras: es fácil inferir que lejos de ser tan cómicos como creemos, somos profundamente melancólicos, emotivos, e incluso tristes. El choteo cubano tiene un estilo muy propio. O al menos, exageradamente no serios («Lo que nos sucede a nosotros los cubanos es precisamente que nos tomamos demasiado en serio», había dicho Mañach en 1923, y «De tomarlo todo en broma, hemos pasado a tomarlo todo en serio», afirmó Secades dos décadas más tarde).
El propio escritor Héctor Zumbado,16 maestro del humorismo, reflejaba exquisita ternura en algunas de sus narraciones, como puede constatarse en los maravillosos cuentos «El tipo que creía en el sol», de 1981, y en «Seis humoristas en Angola», de un año más tarde.
16Héctor Zumbado Argueta (La Habana, 1932-2016). Periodista y escritor, devenido en artífice de la sátira costumbrista en Cuba, autor de¡Compañía atención!, Limonada Joe, Amor a primer añejo, Reflexiones, El American way, ¡Esto le zumba!, Prosas en ajiaco, La Bodeguita del Medio, Kitsch, kitsch, ¡bang, bang!, entre otras obras. Premio Nacional de Humorismo en el año 2000. Estuvo vinculado al Directorio Revolucionario en la etapa insurreccional. En 1961 fue nombrado jefe de Publicidad del Instituto Industria Turística. Trabajó como periodista enJuventud Rebelde,Revolución y Cultura, La Gaceta de Cuba, Bohemia,Prensa Latina y otros.
Tal vez debido al interés por ocultar nuestra sensibilidad melancólica, nos disfrazamos de superficiales, de hirientes, de personajes sarcásticos cuyo ánimo es aparentemente inquebrantable, y así nos ven los demás. En cualquier caso, el choteo, efectivamente, prevalece como expresión cubana de humor, aunque solo nosotros seamos conscientes de que, tras esa máscara irrespetuosa, escondemos emociones, nudos en el pecho, y alguna que otra lágrima. Y a nadie que no haya nacido en esta tierra le confesamos nuestro erizamiento al escuchar el Himno Nacional, por ejemplo. ¿Resulta entonces que al final, lejos de ser graciosos, resultamos portadores de una carga emotiva de difícil comprensión? Al parecer, sí. Pero… ¿qué se puede hacer con el Humor, si es cosa de él?17
17 La Jiribilla, http://www.lajiribilla.cu›existe-un-humor-cubano
Y con todo este telón de fondo iniciamos el viaje al interior de la vida y obra de Carlos Ruiz de la Tejera.