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Renato Guitart fue un joven santiaguero valiente y audaz que, sin nada material que le faltara en la vida, no pudo soportar que en su patria hubiese una dictadura. Hecho que lo condujo a sumarse a los revolucionarios nucleados en torno a Fidel Castro para llevar a cabo el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Del padre había heredado la tradición patriótica de la familia y desde niño vivió en su espíritu un sentimiento superior relativo a la patria, que más tarde se tradujo en radical intransigencia ante las diferencias sociales y la miseria de una parte considerable del pueblo. Pero en él también sobresalían la inteligencia, el carácter respetuoso, el trato afable, el entusiasmo y la incontenible rebeldía, que marcaron su conducta hasta su muerte. Sobre Renato, en carta a René Guitart desde el presidio Modelo, Fidel expresó: "Renato está y estará perennemente presente entre nosotros, y estará cada día más en el corazón de todos los cubanos; él, todo ideal, todo valor, todo dignidad, todo carácter, todo inolvidable ejemplo, era de los que sabían que nunca mueren los que caen por lo que él cayó.
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Seitenzahl: 287
Veröffentlichungsjahr: 2024
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
Edición: Malvis Molina Armas
Diseño y realización: José Ramón Lozano Fundora
Corrección: Catalina Díaz Martínez
Cotejo de citas: Jorge Renato Ibarra Guitart
Fotos:Fondo René Guitart Rodríguez y Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República
© Jorge Renato Ibarra Guitart, 2024
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2024
Ediciones Verde Olivo 1998 (Primera edición)
ISBN 9789597260370 (Segunda edición corregida y ampliada)
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, en ningún soporte sin la autorización por escrito de la editorial.
Ediciones Unhic
Muralla no. 71-A e/ Inquisidor y Oficios,
La Habana Vieja, La Habana, Cuba, CP 10100
E-mail: [email protected]
www.historiadores.cult.cu
Agradecimientos
La presente obra fue realizada en mis horas extras. No formó parte de mis obligaciones laborales cotidianas ni estuvo nunca integrada a proyectos investigativos de las instituciones a las que he pertenecido. Razón por la que manifiesto mi profundo agradecimiento a aquellas personas que me estimularon a vencer los obstáculos y facilitaron mi trabajo en medio de tantos compromisos inmediatos a los que debí responder.
En primer lugar, esta biografía debe buena parte de su información a la labor divulgativa realizada durante muchos años por René Guitart Rodríguez, padre de Renato. La mayoría de la papelería que le perteneció me la entregó su hijo, Pablo Guitart Fonseca, quien depositó en mí su confianza.
Otros miembros de la familia colaboraron de una forma u otra. Magdalena Guitart Rosell aportó su visión personal, así como documentos relacionados con la vida de Renato. Belén Guitart Torres me hizo llegar escritos originales de René y algunas fotos familiares. En tanto Darío y Jorge Guitart me ofrecieron testimonios de valor y también ayudaronen la localización de información. Mientras que Florentino Rosell y Emma Carbonell Rosell brindaron información sobre la ascendencia materna de Renato.
Mi especial gratitud al investigador José Leiva Mestres, por su decidida y entusiasta ayuda, además de permitirme consultar su archivo y trabajos inéditos.
Todos los entrevistados concedieron sus memorias y documentos personales con la mejor disposición. Igual actitud tuvo Isaac Jorge, antiguo profesor del colegio La Progresiva, quien además contribuyó con sus precisas orientaciones.
Debo también reconocer las atenciones y facilidades que mebrindó en Santiago de Cuba la Comisión de Historia del Comité Provincial del PCC, así como Antonio Fernández Arbelo, eficaz enlace y colaborador, y los directivos del Instituto Politécnico de Economía Félix Pena Díaz.
En el Instituto Superior de Cultura Física Manuel Fajardo, el vicerrector docente, Lázaro de la Paz, se interesó por la obra y ofreció algunas facilidades para su realización.
Además, constituyeron una valiosa fuente los trabajos de diversos periodistas que rescataron para la historia importantes testimonios.
Agradecido quedo asimismo a mi esposa, Alina Sánchez Vázquez, por su apoyo constante a mi labor investigativa; a León Choy y a mi hermana Alejandra Ibarra Guitart, por la mecanografía, y a Ramiro Sánchez Naranjo, por su oportuna ayuda.
No sufro ningún género de arrepentimiento, en la más completa
convicción de que me sacrifico por mi patria y cumplo con mi deber;
eso indiscutiblemente un gran estímulo. Más que mis penas personales, me entristece el recuerdo de mis buenos compañeros que cayeron
en la lucha. Pero los pueblos solo han avanzado así, a base del sacrificio de sus mejores hijos. Es una ley histórica y hay que aceptarla.
Carta de Fidel Castro a su hermano Ramón
5 de septiembre de 1953
Capítulo IInfancia y adolescencia
Las familias Guitart y Rosell
A fines del siglo xix y comienzos del xx ocurrieron en Cuba importantes transformaciones. La guerra del 95 había conmovido al país de un extremo a otro; el empeño patriótico de los mambises, que se enfrentó a la obstinada política española de gastar hasta el último hombre y la última peseta para conservar las únicas colonias que le quedaban en América —Cuba y Puerto Rico—, logró la independencia, pero la nación cubana emergió como república mediatizada bajo el yugo de la Enmienda Platt impuesta por Estados Unidos.
Como resultado de profundos traumatismos políticos y económicos se generó un creciente empobrecimiento de las grandes masas. Cuba quedó hipotecada y abierta a los monopolios extranjeros, particularmente norteamericanos. A partir de entonces la república se caracterizó por su servil dependencia de Estados Unidos y la sucesión de gobiernos corruptos que se cebaban en el tesoro nacional, mientras la estructura socioclasista conformada impedía la reafirmación de los valores nacionales.
El contexto en que se desenvolvieron los avatares de las familias Guitart y Rosell les impuso una dura realidad al tener que hacer frente a tareas gigantescas para sobrevivir; y de sobrevivir a prosperar, otra larga cadena de sacrificios y búsqueda. ¿Cómo acceder a las limitadas oportunidades que abrió el capitalismo en un país dependiente como Cuba?, la historia del progreso de los Guitart y los Rosell es la de seres que, partiendo de una situación económica precaria, se unen, ayudan y, con una tenacidad y sacrificios superiores, imponen su voluntad en medio de una sociedad egoísta.
René Pablo de Jesús Guitart Rodríguez nació el 18 de junio de 1899 en la ciudad de Cárdenas, provincia de Matanzas.1 Su padre, Miguel Guitart y Arocha, mecánico de profesión, era maquinista de los trenes que mantenían el servicio entre Cárdenas y La Habana. Su madre, Flora Rodríguez Casanova, murió cuando él tenía siete años. Los descendientes del matrimonio Guitart-Rodríguez fueron, de mayor a menor: Miguel Joaquín, Francisca (conocida como Nena), Luis, Raúl Pedro, Zoila, Consuelo, Mario y René. Según Jorge Guitart, primo de Renato, el fundador de la familia en Cuba fue Francisco Guitart, quien se estableció en la década del 40 del siglo xix en Cárdenas,2 procedente de Cataluña, España.
1 René Pablo de Jesús Guitart Rodríguez. Según certificación de nacimiento expedida por el Registro Estado Civil de Cárdenas, Matanzas, nació el 18 de junio de 1899. Tomo 22, Folio 90 vto. Fondo René Guitart Rodríguez, al cuidado del autor.
2 Mensaje de correo electrónico de Jorge Miguel Guitart Toro a Jorge Renato Ibarra Guitart, 3 de junio de 2010. Fondo René Guitart Rodríguez, al cuidado del autor.
Los hijos crecieron bajo el influjo patriótico del padre, para quien el progreso no se ceñía exclusivamente a adaptarse a la dura competencia generada por el capitalismo dependiente en Cuba, ya que consideraba necesario combatir a fondo los flagelos de aquella sociedad. Entendíaque el patriotismo era cosa de hechos, no de palabras, y tenía por enemigo alque obrara contra Cuba. Le dolían las malas acciones de los políticos y la intromisión extranjera en los asuntos cubanos.3
3 Mary Cruz: Renato Guitart; héroe santiaguero del Moncada. (Folleto sin foliar).
Las perspectivas de progreso de los Guitart estuvieron limitadas por la muerte temprana de Flora y la humilde condición de Miguel. La familia tendría que vencer recias dificultades para labrarse un mejor destino. Las hermanas mayores, Nena, Zoila y Consuelo, se hicieron cargo de Mario y René, quienes eran apenas unos niños a la muerte de su madre, pero compartían los deberes domésticos: tenían la obligación “de fregar todo lo de la cocina, poner la mesa y barrer la casa”.4
4 Autobiografía de René Guitart Rodríguez, en su fondo personal.
René Guitart cursó la enseñanza elemental en una escuela pública y a los nueve años ingresó en el colegio presbiteriano La Progresiva, donde se le concedió una beca porque su padre no podía asumir los gastos de su educación. Sin embargo, a los 13 años tuvo que suspender los estudios por la imperiosa necesidad de trabajar para ayudar a su familia.
La situación económica de los Guitart se deterioró porque Miguel sufrió un accidente laboral cuando el tren en que trabajaba como maquinista descarriló y el vapor de la locomotora le quemó la mano izquierda, lo que le provocó una parálisis. Razón por la cual lo despidieron sin contemplaciones, ya que no existía ley alguna que protegiera a los trabajadores frente a accidentes en el trabajo.
Por otro lado, los hermanos mayores, Miguel Joaquín, Luis y Raúl Pedro, debieron ausentarse de Cárdenas. Miguel Joaquín sufría de escrófulas y, con el dinero colectado por algunos amigos, fue a vivir a México para combatir su padecimiento. Luis y Raúl Pedro ganaron una beca del Ayuntamiento para cursar estudios en colegios norteamericanos por tres años, llegaron a los Estados Unidos el 25 de abril de 1910.5
5 La fecha de su ingreso en los Estados Unidos la refiere Jorge Guitart, quien dice haber visto los registros de su entrada a ese país. Mensaje de correo electrónico de Jorge Miguel Guitart Toro a Jorge Renato Ibarra Guitart, 3 de junio de 2010. Fondo René Guitart Rodríguez, al cuidado del autor.
René contó que su padre “supo sacrificarse y se impuso enérgicamente” para que sus hijos mayores partieran al extranjero. Fue así que ejerció varios oficios de manera simultánea: cobrador de la Colonia Española y de cuentas de establecimientos, así como agente suscriptor del periódico de Cárdenas. No obstante, sus ingresos no resultaban suficientes, por lo que Mario y René tuvieron que interrumpir los estudios para comenzar a trabajar; el primero de mensajero en el Banco Español y el segundo de mozo de limpieza y mensajero en el bufete de abogados de Jones y Castro.
A principios de siglo circulaban en Cuba varias monedas extranjeras: la norteamericana, de mayor poder adquisitivo, la española y la francesa. Los trabajadores pagados con las dos últimas eran víctimas de la especulación por parte de sus patronos. Dicha situación dio origen a la Huelga de la Moneda, en julio de 1907, realizada por los obreros tabacaleros de La Habana, quienes exigieron y lograron que se les retribuyese en moneda norteamericana su salario.
Sin embargo, la situación opresiva se mantuvo para el resto de los trabajadores del país, y en el bufete de abogados de Jones y Castro René laboraba diez horas diarias para recibir mensualmente “una moneda de oro francesa, que llamaban Luis y tenía un valor de $ 4.24”.6 Al respecto agregaba: “Trabajé tan bien los primeros seis meses que mis patrones, que eran tacaños con exageración, me aumentaron el sueldo y me pagaban con otra moneda también de oro, española, que la llamaban centén y cuyo valor era de $ 5.24 […]”.7
6 Autobiografía de René Guitart Rodríguez, en su fondo personal.
7Ibidem.
Fue entonces cuando la iniciativa de René rebasó el modelo tradicional de comportamiento para un empleado de su categoría. El bufete poseía una máquina de escribir y, aunque le habían advertido que no podía tocarla, “decidí secretamente aprender a escribir en aquella maquinita […] y logré rapidez y agilidad, pero sólo con dos dedos de cada mano”.8 Además, matriculó un curso nocturno de gramática en el colegio La Progresiva, gracias al aprecio de uno de sus maestros, lo que le permitió adquirir buena ortografía.
8Ibidem.
Posteriormente se desempeñó como mecanógrafo en la notaría del abogado Ernesto Juan Castro, donde ganaba 30 pesos mensuales, y luego obtuvo un puesto en el almacén de víveres españoles Abregón, Arenal y Cía., al que renunció porque debía trabajar de seis de la mañana a diez de la noche. Al cum-plir 15 años consiguió un empleo en el consulado español, sobre el cual señaló: “La colonia española en Cárdenas era numerosa y había gran cúmulo de trabajo allí. El cónsul, que se llamaba González Tuya, era un español déspota y exigente y hasta tenía que hacer todos los mandados de su casa […] Me pagaban $ 40.00 mensuales”.9
9Ibidem.
Hastiado de ser explotado por funcionarios y comerciantes, decidió alejarse del centro urbanístico cardenense y probar suerte en los centrales azucareros, donde los monopolios norteamericanos cifraban sus mayores esperanzas de lucro en el período de la I Guerra Mundial.
La coyuntura de la guerra dejó jugosas ganancias a entidades estadounidenses como la Sugar Equalization Board, cuya función era abastecer de azúcar a los aliados que luchaban contra Alemania, el Imperio austrohúngaro y Turquía. Al propio tiempo, la oligarquía cubana tuvo su “danza de los millones”, aunque eventual y artificial. Estas circunstancias beneficiaron al menor de los Guitart: “A los 17 años acepté un trabajo en el central Carolina, cerca de Coliseo, como mecanógrafo, con un sueldo de $ 100.00, casa y luz gratis, pero tenía que pagarme mis comidas en la fonda del ingenio”.10
10Ibidem.
Con el comienzo de la zafra, el dueño del central, don Manuel Flores Pedroso, marqués de Apodaca, se interesó en el trabajo que venía desempeñando René, no solo como mecanógrafo, sino en las tareas de liquidaciones y pagos. Le propuso asumir la responsabilidad del tráfico para los abastecimientos de caña al ingenio por un sueldo de 150 pesos, salario holgado para aquel entonces que le brindó la satisfacción de ayudar a su padre. No obstante, en 1919 renunció “ya que sentía la nostalgia de mi familia, mis amigos y el ambiente de Cárdenas que mi juventud requería, pues la vida en aquellas soledades me resultaba intolerable”.11
11Ibidem.
Al llegar a Cárdenas, la sucursal del Banco Nacional, recién abierta en la ciudad, ofertaba una plaza de cajero que René ganó después de cumplir con los exámenes establecidos. Nuevamente comenzó a recibir 150 pesos al mes, pues entre 1918 y 1919 el precio del azúcar en el mercado norteamericano tuvo un alza considerable, circunstancia que favoreció las inversiones azucareras, y a la banca, sobre todo durante 1919 y 1920, la que implementó una política de financiamiento a corto plazo basada en las altas cotizaciones del azúcar, que de manera indirecta benefició a sus empleados.
A partir de junio de 1920 los precios del azúcar comenzaron a bajar de modo abrupto, lo que condujo al pánico bancario de octubre de ese año, el cual no pudo ser controlado porque el dinero había sido adelantado en préstamos a los azucareros y la mayoría de los bancos tuvo que suspender los pagos.
Bajo estas circunstancias, la dependencia económica de Cuba con respecto a Estados Unidos volvió a ponerse de manifiesto: los bancos extranjeros, sobre todo norteamericanos, se aprovecharon de la situación para eliminar a sus homólogos cubanos y españoles. En marzo de 1921 la banca nacional se declaró en quiebra y en mayo cerraron muchas de sus oficinas. La experiencia de René es ilustrativa de aquel momento amargo:
El 10 de octubre de 1920 fue la quiebra de los bancos cubanos, como el Nacional, el Banco Español y otro que no recuerdo, creo que el Internacional. Me mantuve en mi puesto durante seis meses hasta que se liquidaron los adeudos y depósitos y quedé cesante. En Cárdenas quedó abierta la sucursal del Royal Bank of Canadá, que no fue afectada por aquella crisis económica que se desató sobre Cuba a la terminación de la Primera Guerra Mundial.12
12Ibidem.
Vinieron tiempos mejores. El progresivo desarrollo de la actividad comercial en Cárdenas permitió que algunos de los hermanos Guitart se unieran para operar de manera independiente. Luis Guitart, de regreso de Estados Unidos, fundó una oficina de comisiones y representaciones, a ella ingresó René:
Con un ahorro que tenía, sobre $ 2,000.00, me incorporé a la oficina de Luis. Hice viajes a La Habana y logré algunas buenas agencias como la Sabatés y Co., fabricantes de jabón, velas, etc., cuya distribución hacíamos en las bodegas de Cárdenas. Teníamos dos agencias de almacenes de víveres de [La] Habana de los cuales vendíamos, ya que el puerto de Cárdenas estaba en total decadencia y el de Habana, por sus facilidades como puerto interior recibía las importaciones a un menor costo, con la ventaja de que se acababa de reconstruir la carretera de Habana a Matanzas, que tenía un ramal a Cárdenas, y los camiones y el ferrocarril ofrecían fletes ventajosos.13
13Ibidem.
El régimen capitalista había proporcionado una mayor integración económica entre las distintas regiones del país, pero dicho beneficio no fue empleado a favor de las grandes mayorías. Sin embargo, hubo pequeños comerciantes que las supieron aprovechar muy bien, entre ellos René, quien pudo ascender de estrato social.
El menor de los hermanos Guitart mostró una habilidad e inteligencia naturales que le permitieron dotarse de los recursos necesarios para construir su propia familia y actuar con mayor independencia económica y social. Se casó en primeras nupcias con Dolores Alemán y Céspedes, unión que se mantuvo de 1928 a 1929, sin que de ella quedase descendencia.
La madre de Renato, Dinorah Lucía Ana Rosell Franco, pertenecía a una familia radicada en Santiago de Cuba. Su padre, Florentino Rosell y Durette, era un experto jurisconsulto en leyes que, a pesar de no contar con el debido título, supo asesorar a los dueños de negocios que reclamaron sus servicios. Al respecto, hemos podido establecer que Florentino ejerció como representante de la Nipe Bay Company y que hacia 1913 intervino en la negociación de esta compañía con el gobierno de José Miguel Gómez para la entrada de braceros antillanos por el puerto de Santiago de Cuba.14
14 Katiuska Blanco Castiñeira: Todo el tiempo de los cedros, p. 130.
Dinorah, nacida el 14 de septiembre de 1904, era la menor de los 11 hijos del matrimonio de Florentino con Concepción Franco Caballero. Quedó huérfana de padre siendo apenas una niña, por eso su madre y hermanas mayores se encargaron de criarla. Ama de casa durante su juventud, al llegar a la madurez trabajó como bibliotecaria en la Escuela Normal para Maestros de Santiago de Cuba.
La familia Rosell perteneció a la pequeña burguesía urbana, aunque sufrió transformaciones. Dos de las hermanas de Dinorah contrajeron nupcias con importantes hombres de negocios en Santiago de Cuba. Una de ellas, Zenaida, se casó con Emilio Bacardí, miembro de una de las familias más reputadas y consolidadas económicamente en Cuba, cuyo padre, Emilio Bacardí Moreau, de reconocida trayectoria social, política y cultural, fundó la Compañía Ronera Bacardí. Mientras que Emma se unió en matrimonio con Alfredo Blanco, dueño de ingenios azucareros y especulador comercial. Las demás, Melba y Esther, se casaron con el arquitecto Manuel de la Torre y el ingeniero civil José María Carbonell, respectivamente. Las cuatro fueron madres de familia.
Los hermanos de Dinorah, hombres de apreciable capacidad intelectual, a costa de sacrificios pudieron realizar estudios superiores. Tres de ellos, Washington, Asuero y Sócrates, llegaron a ser médicos de reconocido prestigio. Sócrates, además, se interesó por las matemáticas y redactó un texto escolar que se utilizó en todos los centros de enseñanza media del país: Ma-temática Rosell. Los otros, Arquímedes, Darío y Walter, fueron abogados de prestigio.
La boda de René y Dinorah se celebró el 14 de diciembre de 1929.15 Aún jóvenes, decidieron enfrentar la vida juntos para garantizar un mínimo de condiciones a la familia que constituirían. René, con muchos deseos de prosperar, se había trasladado de Cárdenas a Santiago de Cuba en fecha no precisada, alrededor de ١٩٢٩. Santiago de Cuba poseía el principal puerto importador después del de La Habana, lo que ofrecía mejores perspectivas al negocio de comisiones y representaciones que ya había iniciado con su hermano Luis en Cárdenas.
15 Certificado de matrimonio. Registro del Estado Civil de Santiago de Cuba Sur. Tomo 7, Folio 217. Fondo René Guitart Rodríguez, al cuidado del autor.
En Santiago se radicó como comisionista de comercio exterior, representando a firmas extranjeras que buscaban mercado allí. Esta actividad requería un gran sentido práctico, había que estar atento a la competencia con otros comerciantes, y las entradas eran irregulares. El monto de sus ganancias dependía de la situación general del país, de las ventajas sobre los otros vendedores y, en especial, de los pedidos de los principales almacenistas que integraban la gran burguesía comercial importadora.
La gran crisis general del capitalismo, ocurrida entre 1929 y 1933, afectó considerablemente el comercio importador cubano. El régimen tiránico de Gerardo Machado acrecentó la represión policiaca en respuesta a la situación revolucionaria surgida en el país. René no podía mantenerse ajeno a esa realidad, no solo por la afectación que sufrieron sus operaciones comerciales, sino también por la educación patriótica recibida de su familia, y se sumó a la actividad conspirativa contra el machadato en Santiago de Cuba. De modo que cuando nació Renato, en 1930, el país se encontraba en plena efervescencia revolucionaria y su padre era uno más de los que había elegido el camino de la lucha activa.
La familia sufrió aquellos momentos difíciles para la nación cubana, sus ingresos eran irregulares y aun precarios, pero pudo recuperarse. Así, de su pertenencia inicial a la pequeña burguesía, con los años ascendió a una posición más holgada de la clase media. Ahora bien, aunque por asuntos de negocios René Guitart sostuvo vínculos con los grupos económicos más poderosos de la oligarquía santiaguera, ello no significó que asimilara todos los patrones políticos y sociales que regían las posiciones de dicha clase. Nunca arraigaron en su mentalidad los valores intrínsecos de una burguesía que sobreponía sus intereses de clase a los del conjunto del pueblo-nación.
Niñez y adolescencia
Nació Renato el 2 de noviembre de 1930, cuando la familia vivía en Masó no. 19, y quedó inscrito oficialmente con los nombres de su padre y del abuelo paterno: René Miguel.16 La decisión fue motivo de disputa. Guitart anhelaba nombrarlo Renato, mientras Dinorah quería que llevara el nombre del padre. Ella ganó la discusión desde el punto de vista legal, pero René no se resignó: “Se va a llamar siempre Renato, ¡qué cará!”17 Y así ocurrió.
16 El acta de nacimiento se encuentra en el Tomo 134 Folio 119 correspondiente a la Sección de Nacimientos del Registro Civil del Norte de Santiago de Cuba. Fondo René Guitart Rodríguez, al cuidado del autor.
17 “Homenaje nacional a Renato Guitart y demás mártires del Moncada”, revista Cuba, pp. 6-7.
Fue el mayor de los tres hijos del matrimonio Guitart-Rosell. Magdalena Sofía y Miguel Jacobo nacieron seis y nueve años más tarde, respectivamente. Mucho tiempo después, Guitart conformó otro asentamiento familiar con Mercedes Fonseca. De dicha relación nació Pablo Guitart Fonseca, quien contó siempre con el reconocimiento, la asistencia y el cariño de su padre, y a quien Renato pudo querer a pesar de conocerlo por muy poco tiempo: le llevaba veinte años. Según nos comentó Juan José Fuentes Lora, Che, Renato se dirigió a José Fonseca Castillo, un tío materno de su hermano menor, para que le facilitara poder visitar a Pablo.18
18 Entrevista del autor a Juan José Fuentes Lora, Che.
El nacimiento de Renato provocó inquietud a sus padres debido a “una manchita roja en la cara, abajo del ojo izquierdo […] del tamaño de una monedita, era una mancha de color hígado”.19 En efecto, una anomalía congénita de la piel producida por el desarrollo de los vasos sanguíneos le quedó de por vida, aunque luego se redujo y se esclareció, fue una especie de signo que lo identificó. Con el tiempo, tanto los padres como él mismo dejaron de preocuparse y lo asimilaron como algo intrínseco a su naturaleza física.
19 “Homenaje nacional a Renato Guitart y demás mártires del Moncada”, revista Cuba, pp. 6-7.
René y Dinorah lo educaron de manera que la marca no limitara sus relaciones sociales, a lo que contribuyó su temperamento y carácter alegre y explosivo. Pero, sobre todo en la niñez, la mancha era notable, y no pocas serían las angustias que debió vencer al relacionarse con los demás niños, quienes lo observaban mostrando sorpresa, asombro y algo de temor.
Cuando apenas contaba unos meses, se produjo un temblor de tierra en Santiago que desplomó las paredes del cuarto donde dormía. Sus padres, alarmados, quitaron los escombros para llegar hasta la cuna, donde encontraron al hijo “gorjeando, encantado de la vida. No se había ni asustado. No estaba para morirse”.20 Siendo una criatura, la muerte, felizmente, no lo atrapó. En el Moncada, a donde iría consciente del peligro, pondría su vida a disposición de la patria en el terremoto social de una revolución de trascendencia mundial.
20 Entrevista del autor a Magdalena Guitart Rosell.
Todavía no había cumplido un año cuando sus padres, preocupados por la mancha del rostro, decidieron viajar a La Habana para que un médico especialista lo asistiera. Residieron en la casa de Miguel Joaquín, hermano de René, en Masón no. 34, muy cerca de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen. En ese templo, el sacerdote Justo del Niño Jesús lo bautizó el 26 de marzo de 1931 con el nombre bautismal de René Carmelo, en honor a la patrona de la iglesia. Fueron los padrinos sus primos Darío y Flora Guitart, hijos de Miguel Joaquín.21
21 Darío Guitart me facilitó encontrar la partida bautismal en el Libro 7, Folio 249, Número 497. Allí aparece registrado René Guitart como padrino. Esto puede tener dos explicaciones: un error al asentar el nombre o que René firmara en lugar de Darío porque este era menor de edad en aquella fecha.
Tenía Renato unos cuatro años cuando se le declaró un asma muy fuerte. Así que, desde pequeño, se acostumbró a enfrentar inconvenientes y a ver el lado difícil de la vida, aunque ello nunca hizo de él un niño triste. También sus padres tuvieron que poner mucho de sí para dedicarle una atención prioritaria, como recordara René: “Su cariño por el mar comienza desde que sólo contaba con cuatro años. A esa edad padeció de asma, y después de varios tratamientos, el Dr. Venzant nos recomendó que Renato necesitaba estar cerca del mar”.22
22 Mario Romaguera: “Renato, el deporte y el mar”, periódico Sierra Maestra, 22 de julio de 1967, p. 3.
La recomendación del médico, y el deseo de tener una vivienda independiente cuyo alquiler no fuera muy elevado, los condujo a Renté, un lugar en la bahía, bastante alejado de la ciudad, donde habitaban muy pocas familias. Hasta ese momento, el matrimonio vivía con sus dos primeros hijos en un cuarto rentado situado en las calles 1.a y 8 del reparto Vista Alegre.
La casa de Renté, en la que transcurrió casi toda la infancia de Renato y parte de su adolescencia, se ubicaba en la misma esquina de Punta Limeta, al pie del mar. Allí, frente a un muelle, la residencia estaba rodeada de corredores y amplios terrenos en los que predominaban las casuarinas, adelfas y frutales: anón, mamoncillo, ciruela, mango. Tenía dos cuartos, uno de ellos compartido por los hermanos, sala comedor y a continuación la cocina, cuyo fogón era de carbón. En el hogar no había luz eléctrica; los primeros años se alumbraron con faroles, luego instalaron una planta propia.
Otros datos sobre la vivienda están recogidos en el contrato (ver apéndice 1), fechado el 19 de febrero de 1953, que contiene aspectos de la compra de la casa y el terreno a los hermanos John, Julián y María Cristina Cendoya y Lane, efectuada el 26 de septiembre de 1942 luego de habitarla en calidad de arrendatarios durante algún tiempo. La casa ya no existe; el sitio donde estuvo puede reconocerse porque justo al frente, en la orilla, tres grandes piedras sobresalen del mar.
Allí aprendió a nadar Renato, enseñado por el padre, quien temía que sus constantes escapadas al mar le ocasionaran un accidente. Poco después ya era capaz de manejar La Nena y La Esperanza, pequeñas embarcaciones de motor que el matrimonio adquirió en sustitución del bote de remos donde se trasladaban hasta Santiago.
Renté fue una experiencia inolvidable para Renato, tanto por el amor al mar que despertó en él como por la influencia del ambiente exterior en la conformación de las cualidades y rasgos de su carácter. De ahí la pasión que trasmitió a las actividades cuyo propósito fuera la conquista de algo humanamente valedero, y la búsqueda afanosa de un ideal en el cual poner en juego todas sus virtudes. Magdalena así lo corroboró:
Ahí en Renté vivíamos en un ambiente muy naturalista, donde estábamos en contacto con el mar, el sol, el fresco, los botes; muy aislado. Pasábamos mucho trabajo pues en aquella época mi papá tenía una situación económica mala, ya que los negocios no iban bien. A pesar de eso, la infancia de Rena fue muy feliz porque vivió muy en contacto con la naturaleza.23
23 Entrevista del autor a Magdalena Guitart Rosell.
Desde temprana edad la figura paterna influyó mucho en los tres hermanos, de tal manera que su regreso cotidiano a la casa era motivo de expectativa. Magdalena testimonió sobre ello: “Mi papá se iba en la lancha de las siete de la mañana y llegaba en la de las cinco […] y entonces todos nosotros nos poníamos en la punta del muelle a esperar que llegara la lancha Cayo Smith”.24 Allí Renato entablóuna fuerte amistad con Juan José Fuentes Lora, el hijo de la cocinera de la casa, al que todos llamaban Che,que prácticamente se crio junto a ellos. En entrevista aChe,estedio a conocer algunos detalles de la proverbial generosidad que siempre tuvo Renato con él cuando logró matricularse en una escuela pública y le obsequió una cartera, lápices, libretas y cartabones.25
24Ibidem.
25 Entrevista del autor a Juan José Fuentes Lora, Che.
Bajo el influjo de las ideas de René sobre la vida y la sociedad, fue surgiendo en Renato un amor muy grande por Cuba. De él heredó la tradición patriótica de la familia y desde niño vivió en su espíritu un sentimiento superior relativo a la patria, que más tarde se completó con una radical intransigencia ante las diferencias sociales y la miseria de una parte considerable del pueblo. En fin, fueron emociones, impresiones, que logró captar en sus primeros años de vida y que marcaron su conducta futura.
De ese contacto permanente con su padre surgió en Renato un interés especial por el oficio de aquel. De pequeño le llamó la atención la dinámica y responsabilidad que exigía la labor del comisionista. Acudía a la oficina de Aguilera no. 8 cada vez que tenía oportunidad. Allí barría el local, sacudía los muebles, ordenaba los libros y papeles del escritorio de su padre y luego se sentaba y hacía como que escribía. Adoptaba un aire de hombre de negocios y, cuando se daba cuenta de que su papá lo miraba, estallaba en risas.26
26 Entrevista del autor a Magdalena Guitart Rosell.
Procuraba adquirir las habilidades que desplegaba el padre en sus actividades cotidianas, le apasionaba ayudarlo y se esforzaba por ganarse su confianza, lo que no le resultó difícil porque, según René, “desde pequeño fue un niño muy activo, sin malcriadeces. Captaba rápidamente la disciplina”.27
27 Mario García del Cueto: “Trazo biográfico de Renato Guitart”, revista Bohemia, p. 5.
Años después asumiría los negocios de los Guitart. A la postre, sus objetivos no se restringieron solo a las febriles labores de un comerciante: el afán por mejorar el destino de su pueblo conquistó su alma. Aunque todavía no había llegado ese momento, podíamos verlo en los días de su dulce infancia, tal como lo recordara su padre, pasando horas entre las plantas que rodeaban la casa de Renté, subido de un árbol y cantando a toda voz canciones populares.28
28 Mary Cruz: Ob. cit.
Era Renato Guitart Rosell un niño que dentro de sí llevaba una semilla próspera, semilla que entre alegrías y sueños germinaría.
La lejanía de la escuela motivó el traslado de la familia hacia el centro de la ciudad de Santiago de Cuba. Al principio residieron en la calle Santa Lucía no. 257, entre San Pedro y Santo Tomás, lugar donde nació Miguel Jacobo. Tiempo después se instalaron muy cerca de allí, en Santa Lucía no. 303, entre San Félix y San Pedro, a escasas dos cuadras del Parque Céspedes, ubicado en el mismo corazón de la urbe. De esta casa saldría Renato el 25 de julio de 1953, después de despedirse de sus seres más cercanos y queridos, hacia el centro de reunión de los revolucionarios en la granjita Siboney para, en la madrugada del 26 de julio, asaltar el cuartel Moncada.
La casa era de mampostería, con excepción del cuarto de Renato, hecho de madera. El amplio patio interior, con una bella terraza donde había un cantero de adelfas, estaba circundado por pasillos techados que daban acceso al comedor, la sala, la cocina —ubicada al fondo—, el garaje y los tres cuartos de los bajos, que poseían dos baños intercalados. Por el pasillo una escalera llevaba al cuarto de Renato, situado encima de la cocina. Era una alcoba sencilla, de grandes ventanales, con baño propio. En la pared, sobre la cabecera de la cama, colgaban gallardetes del colegio La Progresiva, el yate Simbad, Varadero y Miami Beach, entre otros.
Él mismo se construyó una amplia cama y un librero, en cuyo doble fondo escondería algunas de las armas que llevó al Moncada. También tenía un armario, donde colocó los bustos de Martí y Chibás, y un trofeo metálico ganado en una de las competencias de snipe en las que participó, además de otros adornos. En una de las paredes extendió una gran bandera cubana, con la cual el padre cubrió la cama del hijo al morir.29
29 Fue la misma bandera con la que su madre Dinorah quiso cubrir su féretro, pero los esbirros de la dictadura se lo impidieron. Hoy se encuentra en el Museo Ñico López, de Bayamo.
A la casa de Renté siguieron acudiendo los fines de semana y por temporadas, que compartían con otros familiares —entre ellos su tío Miguel Joaquín Guitart, su esposa Amalia Manday y el hijo de ambos, Darío, hasta que en 1953 la vendieron por 3000 pesos a una tía materna de Renato, Zenaida Rosell Franco, viuda de Bacardí.
La primera institución escolar a la que ingresó Renato fue el colegio católico Dolores, donde permaneció hasta los ocho años. Casi de inmediato entró en conflicto con los patrones de vida dogmáticos impuestos por ese tipo de enseñanza, aunque no fue el motivo de su salida del centro. Un sacerdote lo acusó de robar un lápiz y pidió que abandonara el colegio. René se personó ante los maestros, les explicó que su hijono podía ser el autor del robo, entre otras cosas porque en su casa había lápices suficientes, y exigió que el muchacho permaneciera en la escuela hasta comprobar su inocencia, luego de lo cual le daría de baja en el acto. Y así mismo sucedió.
Con posterioridad, Renato matriculó provisionalmente en el colegio La Salle y poco tiempo después se trasladó para el Juan Bautista Sagarra, de enseñanza laica, que dirigían los profesores Francisco y Juan F. Ibarra. Allí cursó el resto de la enseñanza básica y se graduó con notas de sobresaliente, según acredita el diploma expedido por el centro docente.30
30 Fondo René Guitart Rodríguez, al cuidado del autor.