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San Isidro Labrador es un drama teatral sacro del autor Lope de Vega. En la línea de los dramas cristianos del Siglo de Oro Español, concatena escenas relevantes de la vida de una figura cristiana, en este caso de San Isidro, santo patrón de Madrid.
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Seitenzahl: 86
Veröffentlichungsjahr: 2028
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Lope de Vega
Saga
San Isidro labrador de MadridCopyright © 1617, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618792
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Salen JUAN DE VARGAS con borceguíes, y acicates, y adarga, y lanza, y de la misma manera DON JUAN RAMÍREZ y DON PEDRO DE LUJÁN.
JUAN DE VARGAS Bien queda su soberbia castigada.
DON JUAN RAMÍREZ No volverán tan presto a nuestros muros.
—fol. 263r→
DON PEDRO DE LUJÁN ¡Qué mal les ha lucido la celada,
si el moro nos pensaba hallar seguros!
JUAN DE VARGAS Probó esta vez de la cristiana espada 5
los vengativos filos, y los duros
aceros de la lanza, y dejó llena
de sangre y cuerpos la teñida arena.
DON JUAN RAMÍREZ Valeroso, ¡por Dios!, habéis andado,
Jüan de Vargas, pero ¿cuándo menos? 10
JUAN DE VARGAS Y vós, don Juan Ramírez, imitando
vuestros padres; en guerra y paz tan buenos.
DON PEDRO DE LUJÁN Por vós, Juan, el verde campo y prado,
más que de arena y de árboles amenos,
queda cubierto de despojos moros, 15
y goza vuestra patria honra y tesoros.
JUAN DE VARGAS Don Pedro de Luján, si el más pequeño
de los que fueron a esta impresa honrosa
queréis hacer de la vitoria dueño,
agraviaréis vuestra opinión famosa. 20
DON PEDRO DE LUJÁN Mi fee y palabra como hidalgo empeño,
que no ha sido lisonja ni otra cosa
fuera de la verdad que siempre estimo.
JUAN DE VARGAS Honraisme como amigo y como primo,
mas ¿qué no hará la hidalga gente nuestra 25
animada de dos señoras tales;
la que en Atocha humilde a Madrid muestra,
del sol de Cristo, rayos orientales,
y la que honrando, de la parte vuestra,
la entrada desta villa, celestiales 30
guardas le pone, y de milagros llena,
cobra el renombre santo de Almudena?
DON JUAN RAMÍREZ Decís muy bien, que si una y otra puerta
está guardada destas dos señoras,
segura está la villa, y cosa es cierta 35
que nos darán su sol tales Auroras.
DON PEDRO DE LUJÁN La campaña de bárbaros cubierta,
y volver nuestras armas vencedoras,
después de Dios a entrambas se atribuya,
que en ellas quiere honrar la madre suya. 40
A la Virgen, Jüan, del Almudena,
que está en Santa María desta villa,
voy a ofrecer una bandera llena
—fol. 263v→
de lunas de los moros de Sevilla;
ganela de un alférez, que en la arena 45
de Manzanares, la feroz cuchilla
de su alfanje de suerte ejercitaba,
que el agua en roja sangre trasformaba.
Dadme licencia, Juan.
DON JUAN RAMÍREZ Y yo también la pido
para llevar a la de Atocha santa, 50
de tela de oro un bárbaro vestido,
de aljófar guarnecido hasta la planta.
JUAN DE VARGAS Mañana pienso verlas, que no olvido
la merced de sus manos, pues es tanta,
que entre otras cosas, dos pendones rojos, 55
a los pies de su altar, serán despojos.
DON JUAN RAMÍREZ Adiós, Jüan.
JUAN DE VARGAS Adiós, Ramírez noble.
DON PEDRO DE LUJÁN Veámonos después, famoso Vargas.
JUAN DE VARGAS Mi obligación, Luján, crecéis al doble.
DON PEDRO DE LUJÁN De vós tendrá Madrid historias largas. 60
JUAN DE VARGAS Ya su madroño se convierte en roble,
y por las blancas bárbaras adargas,
su fruta en sangre, porque al Norte helado
llegó el valor del oso coronado.
(Vanse, y salen DOÑA INÉS DE CASTILLA, mujer de JUAN DE VARGAS, con dos criados.)
DOÑA INÉS DE CASTILLA Seáis, señor, bienvenido. 65
JUAN DE VARGAS Vós la primera, mi bien,
me habéis recebido.
DOÑA INÉS DE CASTILLA He sido
la que del vuestro también
mayor cuidado ha tenido.
Ya he sabido el buen suceso. 70
JUAN DE VARGAS ¿De quién?
DOÑA INÉS DE CASTILLA De veros no más,
que el mío consiste en eso.
JUAN DE VARGAS No se ha contado jamás
vitoria con tanto exceso.
Toma esta lanza y adarga, 75
Bermúdez.
BERMÚDEZ ¡Guárdete el cielo,
que bueno vienes!
JUAN DE VARGAS Encarga,
Páez, aquel castañuelo;
regalo y sustento alarga,
que es hidalgo y sufridor 80
cuanto puedo encarecer.
PÁEZ Descuida, Juan, mi señor.
DOÑA INÉS DE CASTILLA Todos os vienen a ver,
a todos debéis amor.
La casa está alborotada, 85
bien será que descanséis.
JUAN DE VARGAS El descanso, Inés amada,
es veros.
DOÑA INÉS DE CASTILLA Bien lo debéis,
ausencia también llorada.
Pero bien lo habéis pagado 90
con el bien de haber venido.
(Sale ISIDRO con hábito de labrador.)
ISIDRO ¿Señor decís que ha llegado?
JUAN DE VARGAS ¡Oh, Isidro!
ISIDRO Los pies os pido,
costado me habéis cuidado.
Mi señora doña Inés 95
de Castilla, vuestra esposa,
os dirá mi amor.
JUAN DE VARGAS No es,
—fol. 264r→
Isidro, tan nueva cosa
para que testigos des.
ISIDRO ¿Cómo ha ido por allá? 100
¿Habéis muerto muchos moros?
JUAN DE VARGAS Castigados quedan ya;
sus despojos y tesoros
se quedan, Isidro, acá.
ISIDRO No ha habido día que yo 105
a Dios no os encomendase,
que grande pena me dio
el ver que el Moro llegase
donde jamás se atrevió.
Cuando el vueso antecesor, 110
Gracián Ramírez de Vargas,
venció al Bárbaro Almanzor,
vio este muro sus adargas
y sus ropas de color.
Oí decir a mi abuelo, 115
téngale Dios en su gloria,
que tuvo Gracián recelo
de perder la gran vitoria
que le dio entonces el cielo.
Porque hasta el muro llegó 120
la multitud de los moros
que nunca después se vio;
mas tal capitán de coros
de ángeles la defendió;
que fue la hermosa María 125
de Atocha.
JUAN DEVARGAS No menos creo
que nos ayudó este día.
ISIDRO Como el Capitán Hebreo,
que el sol veloz detenía,
tiene María divina 130
detenido el sol de Cristo,
siendo sus brazos cortina.
JUAN DE VARGAS ([Aparte a su mujer.])
¡Qué buen hombre!
DOÑA INÉS DE CASTILLA Y muy bien quisto.
JUAN DE VARGAS ¿Mucho a la virtud se inclina?
DOÑA INÉS DE CASTILLA No hay en todos sus iguales 135
labrador de su opinión,
ni que tenga entrañas tales.
JUAN DE VARGAS Yo le he cobrado afición.
ISIDRO ([Aparte.])
Mis amos son principales;
¿qué dudo, pues ha venido 140
ocasión que estén los dos
juntos, de hablarlos?, si ha sido
voluntad de Dios, que a Dios
lo tengo todo ofrecido.
¡Pardiez!, decírselo quiero, 145
buena ocasión hay agora,
que él es un gran caballero
y ella una noble señora;
pues si hay ocasión, ¿qué espero,
Señor?
JUAN DE VARGAS ¿Qué hay, Isidro, amigo? 150
ISIDRO Los labradores, señor,
desta villa...
JUAN DE VARGAS Decid.
ISIDRO Digo,
que viéndome labrador
y que en efeto me obligo
a toda vuesa labranza, 155
dicen que solo no puedo;
que aunque soy de confianza,
mientras en el campo quedo,
y un sol a otro sol alcanza...
En fin, en casa no tengo 160
quien della tenga cuidado,
ni de mí cuando a ella vengo
de arar y cavar cansado.
([Aparte.]
Con vergüenza me detengo;
pero habrelo de decir), 165
Han tratado de casarme;
licencia os vengo a pedir,
y sabed que habéis de honrarme,
pues yo os procuro servir.
JUAN DE VARGAS¿Luego ya tenéis tratado 170
vuestro concierto?
ISIDRO Señor,
el suegro, a la fee, es honrado,
y aunque pobre labrador,
limpio como yerba en prado.
La novia tiene virtud, 175
que es el dote verdadero
para la paz y quietud.
JUAN DE VARGAS ¡Alto!, ser padrino quiero.
ISIDRO Dios os aumente en salud,
—fol. 264v→
hacienda, gusto y estado. 180
DOÑA INÉS DE CASTILLA Tu madrina, Isidro, soy.
ISIDRO Saldré de los dos honrado.
DOÑA INÉS DE CASTILLA La norabuena te doy.
ISIDRO La buena Dios me la ha dado,
que al que lleva mujer buena, 185
Él le da la nota buena,
porque cuando buena es,
¡ qué de horas buenas después
le quitan cualquiera pena!
DOÑA INÉS DE CASTILLA ¿Cómo se llama?
ISIDRO María 190
de la Cabeza se llama,
de quien decirte podría,
por las nuevas de su fama,
que lo ha de ser de la mía.
Si a la mujer que ha de honrar 195
su esposo suelen nombrar
corona de su nobleza,
María de la Cabeza
de Isidro la han de llamar.
Que mi corona ha de ser 200
la que es tan buena mujer.
JUAN DE VARGAS Pues avísanos del día.
DOÑA INÉS DE CASTILLA Y traedme acá a María,
que la quiero componer.
ISIDRO Bien vuestra nobleza muestra 205
que me habéis de hacer merced.
JUAN DE VARGAS Tú verás la intención nuestra.
ISIDRO ¡Mi Dios! Vuestro soy, haced
como de cosa que es vuestra.
(Vanse, y salen JUAN DE LA CABEZA, BENITO PRECIADO, PASCUAL DE VALDEMORO.)
JUAN DE LA CABEZA No tengo más que dalle, sabe el cielo 210
que diera a Isidro yo, si fueran mías,
las casas de Ludeñas y Cisneros.
BENITO PRECIADO De vuestro proceder está muy llano,
y del merecimiento del mancebo.
PASCUAL DE VALDEMORO ¡Pardiez, compadre Juan de la Cabeza!, 215
que vós le dais marido a vuestra hija
que le puede envidiar cualquiera conde,
cualquiera duque y aun cualquiera reina.