Ursón y Valentín, hijos del rey de Francia - Lope de Vega - E-Book

Ursón y Valentín, hijos del rey de Francia E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

Ursón y Valentín, hijos del rey de Francia es una comedia teatral del autor Lope de Vega. Narra la historia de los hijos del rey de Francia y de las tropelías que comete Ursón hasta ir creciendo y adoptar un tono más humano y piadoso.-

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Lope de Vega

Ursón y Valentín, hijos del rey de Francia

 

Saga

Ursón y Valentín, hijos del rey de FranciaCopyright © 1970, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618846

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

LOS QUE HABLAN EN ELLA SON LOS SIGUIENTES

URSÓN VALENTÍN REY DE FRANCIA MARGARITA, Reina ISABELA, dama de la Reina UBERTO, Gobernador ROLANDO, criado de Uberto UN CORREO DOS ALABARDEROS LUCIANO MELISO, pastor BELARDO, pastor ALCINA, pastora UNA OSA CON UN NIÑO FILENO, pastor UN PASTOR UNA VILLANA TIBURCIO, pastor DOS ALCALDES ALDEANOS SULPICIO, capitán UN CRIADO DEL REY RIBATO, pastor TRES MUCHACHOS UN EMBAJADOR [PIERRES]

Jornada I

UBERTO

¿Y dijo, en resolución,

que el Rey, mi señor, es vivo?

 

ROLANDO

Y añade con presunción:

‟Ni fe sin obras recibo,

5

ni premio sin galardón.”

Este, señor, es tu anillo.

 

UBERTO

¿Que no quiso recibillo?

 

ROLANDO

Turbome el temor de suerte,

que el pecho sintió la muerte,

10

y la garganta el cuchillo.

 

UBERTO

¿Puede haber rigor que sea

con el suyo comparado?

 

ROLANDO

Pareciome, de turbado,

con ser un ángel, muy fea.

 

UBERTO

15

¿Tanta mudanza ha mostrado?

 

ROLANDO

Atado estuve de hielo.

 

UBERTO

No me espanta, porque el suelo

tiembla, viéndola con ira;

túrbase el sol si la mira,

20

y estoy por decir el cielo.

 

ROLANDO

¿El sol? ¿Pues qué parte es ella

para podelle turbar?

 

UBERTO

¿No ves que el sol es estrella,

y que le puede quitar

25

la luz que recibe de ella?

Dichoso fuiste de veras,

Rolando, en que no tuvieras

tan alto conocimiento.

Yo envidio tu entendimiento.

 

ROLANDO

30

¿Tan necio me consideras?

Sin amorosos despojos,

conozco y veo que es alta

la que roba tus despojos.

 

UBERTO

También un ciego tiene ojos,

35

aunque la vista le falta.

¿Qué importa vea? Si no ciegas,

vesla, y al alma no llegas,

que si llegaras al alma,

del sol le dieras la palma

40

que torpemente le niegas.

¿Quieres ver cuán ciego estoy,

y que contra toda ley

humana y divina voy?

¿Que al cielo enemigo soy,

45

y soy traidor a mi Rey,

Rey que de mi mano ha sido

hasta agora el más servido,

que de vasallo señor,

y Rey que en obras y amor

50

me ha pagado y me ha vencido?

¡Basta! Que este amor infame,

que debe de ser demonio,

quiere que yo le disfame.

¿Qué más claro testimonio?

55

La Reina quiere que ame;

la Reina tengo de amar,

la Reina solicitar,

a un acto vil, deshonesto...

¡Aquí de Dios! ¿Qué es aquesto?

60

¿Amor? ¿En qué ha de parar?

Templa, en buena hora, el rigor,

que no es piedra la paciencia.

 

ROLANDO

Quéjate a tu superior.

 

UBERTO

¡Ah, que es un jüez amor

65

que no tiene residencia!

Vase el Rey a Ingalaterra

a su guerra, y en su tierra

me deja Gobernador,

con tanta guerra de amor,

70

que no temiera su guerra.

Acá y allá guerra suena;

guerra por entrambos pasa.

Venga el Rey, muera mi pena;

sosiegue la de su casa,

75

y deje la de la ajena.

¡Bien gobierno su ciudad,

de una flaca voluntad

gobernado sin razón,

por un freno de afición

80

que rige mi voluntad!

Si aqueste fuego encendido

su partida acelerara,

no tiempla, yo soy perdido,

hallárame consumido,

85

y la ciudad abrasada.

 

ROLANDO

Sosiega, señor.

 

UBERTO

No puedo,

que amor en mi pecho reina,

vario entre esperanza y miedo.

 

ROLANDO

Mira, que viene la Reina.

 

UBERTO

90

¿Cómo?

 

ROLANDO

La Reina.

 

UBERTO

Habla quedo.

Sale MARGARITA, reina, e ISABELA, dama de la Reina.

REINA

Desde anteayer no he tenido

nuevas del Rey mi señor.

 

ISABELA

No habrá por su culpa sido.

 

REINA

No tiene disculpa amor.

 

UBERTO

95

Esa palabra te pido.

Si amor no tiene disculpa,

lo que no es yerro su culpa

digna o digno de castigo.

 

REINA

Esta ley no habla contigo,

100

que su disculpo te culpa.

El amor del Rey, honesto,

está a la culpa dispuesto

del descuido que me ofende;

el tuyo al revés se entiende,

105

porque es amor deshonesto.

 

UBERTO

¿Deshonesto? Una verdad

pura de un alma sincera,

¿llamas deshonestidad?

 

REINA

¿Qué verdad? Si verdad fuera,

110

fuera sola voluntad.

Mas entiéndese la obra.

 

UBERTO

Mas es fruto de su planta.

 

REINA

Tanta desvergüenza sobra.

 

UBERTO

Por ser tu hermosura tanta.

 

REINA

115

Esta falta, esta otra sobra.

Salte de la sala, Uberto.

 

UBERTO

Estoy muy ciego, no acierto.

 

REINA

Tengo un secreto que hablar.

 

UBERTO

Segura puedes estar

120

que puedes decillo a un muerto.

 

REINA

¡Que hayas perdido el bueno celo

de la lealtad de tu Rey

y el que le debes al cielo!

 

UBERTO

Amor es amor sin ley

125

sobre las leyes del suelo.

¿Por qué, Reina, te molesta

un alma tuya, dispuesta

a tenerte eterno amor?

 

REINA

Sabe Dios, Gobernador,

130

las lágrimas que me cuesta,

y que tengo cada día

particular oración,

porque Dios, por su pasión,

alumbre tu fantasía

135

y amanse tu corazón;

que no temes su castigo.

 

UBERTO

La misma oración le digo

porque aquese tuyo ablande,

y de mí, enemigo grande,

140

se vuelve mi grande amigo.

 

REINA

Mira, si yo no temiera

el escándalo forzoso

y el mal ejemplo que diera

tu atrevimiento espantoso,

145

darte mil muertes hiciera.

Villano, ¿que no te vas?

 

UBERTO

Con eso si que me das

más muertes que tiene arenas

Libia, y creciendo mis penas,

150

vienen de menos a más.

 

REINA

¡Echadme de aquí ese loco!

 

UBERTO

Casi a pensar me provoco

que el no remediar mi pena

no lo hace el ser tú buena,

155

sino el tenerme en tan poco.

Un soldado soy nacido;

en armas capitán fui,

de allí a general subí,

de general he venido

160

a cuanto ser pretendí.

¿Piensas que sin gran valor

mereciera tanto honor?

Yo no envidio ajenas famas,

Reina; sola me desamas,

165

todos me tienen amor.

Bien veo la sinrazón

que fue tenerte afición,

pero amor no lo consiente;

yo quiero por accidente,

170

que nunca tuve elección.

Si a mi Rey ofendo en esto,

es amor ciego, no veo,

y creo que si me he puesto

en deshonesto deseo,

175

que algo tienes deshonesto,

que lo que tú no tuvieras

yo jamás lo deseara.

 

REINA

Su locura va de veras.

 

ISABELA

Yo, como en burlas tomara

180

cuanto de amor me dijeras;

y ansí, señora, te pido

que aqueste loco atrevido

se entretenga con sus males.

 

UBERTO

No fueran ellos mortales

185

si me dejaran sentido.

 

REINA

Eso pienso hacer agora,

y de este loco reírme.

 

UBERTO

Reíd, que mi alma llora.

 

ISABELA

¿Llora el alma?

 

UBERTO

Cuando adora

190

y vive en la pena firme.

 

ISABELA

¿Merece de amor la palma?

¿No llora un poco?

 

UBERTO

Esta calma

del alma a llorar comienzo.

 

ISABELA

Pues mójeme aqueste lienzo

195

de lágrimas de su alma.

 

ROLANDO

Basta, que en esta ocasión

se burlan de él.

 

UBERTO

Mis pasiones

hablarán con nueva acción

porque de las almas son

200

lágrimas, vivas razones,

y ansí, hablando lloraré.

 

ISABELA

Diga, por su vida, a fe,

¿está muy malo de amor?

 

UBERTO

Ya no puedo estar peor,

205

sin remedio moriré;

mas, pues de burlas estáis,

esta ocasión que me dais

aprovecharé, sin duda.

 

ISABELA

Reina, el propósito muda.

 

UBERTO

210

Para ver si le mudáis.

¡Ea, déseme una mano

por término cortesano,

y entrambas si aquesto es poco!

 

REINA

De puro enfermo está loco.

 

UBERTO

215

Hacedme vos cuerdo y sano.

 

REINA

Ya no me queda paciencia,

Isabela, para ver

tanta maldad e insolencia.

 

UBERTO

Reina, deseo saber

220

dos cosas, con tu licencia:

es la primera, si gustas

que te sirva, o te disgustas;

la segunda, si algún día

te ablandará mi porfía.

 

REINA

225

De injusto, cosas injustas;

mira, imagina primero

rendirse al plomo el acero

y al mismo acero el diamante,

que ver cosa semejante.

 

ISABELA

230

Desespera.

 

UBERTO

Desespero.

 

REINA

Día de ordinario es;

ven, Isabela, de aquí.

 

UBERTO

Pues fía, ingrata, de mí

que no pase entero un mes

235

hasta vengarme de ti.

 

ISABELA

¡A fe, donosa amenaza!

 

REINA

Cualquiera enemigo es fuerte;

miedo llevo.

 

Vase.

UBERTO

¿De qué suerte

será bueno que dé traza

240

de dar a la Reina muerte?

Rolando, ¿qué te parece

cómo me trata la ingrata?

 

ROLANDO

Como mereces te trata

si miras lo que merece.

 

UBERTO

245

No mira, pues, que me mata,

todo mi amor atropella;

de suerte me vi con ella

viendo la burla pasada,

que a no verla tan preñada,

250

pudiera la mano en ella.

 

ROLANDO

¿Estás loco, o por ventura

se te olvida su grandeza?

 

UBERTO

¿Eso tienes a locura?

¿No se debe a mi nobleza

255

su grandeza y hermosura?

¿No soy yo Gobernador

de Francia, y aunque señor

dijera, digo verdad?

Pues ¿qué mayor cualidad?

260

¿Qué mayor punto de honor?

¿Qué causa habrá que me asombre?

Si tiene de Reina el nombre,

yo tengo nombre de Rey;

pues si es por humana ley,

265

ella es mujer, yo soy hombre,

bien me debe estar sujeta.

 

ROLANDO

¡Ah, señor, tú estás de suerte,

que si la Reina es discreta

ha de procurar tu muerte!

 

UBERTO

270

¿Mi muerte? ¿Cómo?

 

ROLANDO

Secreta;

y cuando más te entretenga,

será para que el Rey venga

y te la dé más cruel.

 

UBERTO

Haré de ella el ladrón fiel;

275

primero que aviso tenga,

yo lo sabré negociar.

 

Suena dentro un CORREO.

CORREO

¡Guárdense, déjenme entrar,

hablar la Reina deseo!

 

ROLANDO

Sin falta viene correo.

 

CORREO

280

¡A la Reina quiero hablar!

 

UBERTO

Detente. ¿Qué nueva es esta?

 

CORREO

Ilustre Uberton.

el Rey es venido.

 

UBERTO

¿Cierto?

 

CORREO

Cierto.

 

UBERTO

Para mí molesta.

285

¡Ah, Rolando, yo soy muerto!

¿Es posible que ha venido?

¿Cómo tan secreto ha sido?

 

CORREO

Como las treguas se han hecho.

 

UBERTO

No las espera en mi pecho

290

la guerra de mi sentido.

¿Viene cerca?

 

CORREO

Señor, sí.

 

UBERTO

¿Cuánto?

 

CORREO

Una milla; y te aguarda.

La nueva a la Reina di.

 

UBERTO

¡Hola, toquen a la guarda!

295

Presto, partamos de aquí.

 

CORREO

No pierda de ti, señor,

las albricias.

 

UBERTO

El temor

pierde. Un caballo ensillad.

¡Hola, a recoger tocad!

 

ROLANDO

300

¿No escuchas el atambor?

 

Éntranse, y salen dos ALABARDEROS vestidos como tudescos, con su bota de vino.

ALABARDERO 1º

Adelante, Bincenzón.

 

ALABARDERO 2º

Marchar, marchar, no es posible.

 

ALABARDERO 1º

Caminad.

 

ALABARDERO 2º

Nitefistón;

es la celada terrible,

305

y muy pesado el jupónn.

 

ALABARDERO 1º

Más os pesa la cabeza.

 

ALABARDERO 2º

Desdichada es esa pieza.