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Sumérgete en las intrigas apasionantes de "Celos con Celos se Curan", la obra maestra teatral de Tirso de Molina que teje una red de enredos, pasiones y risas incontenibles. En esta comedia irresistible, los celos se convierten en la medicina que desata una serie de equívocos desternillantes, llevándonos a un mundo donde las apariencias engañosas y las identidades ocultas son moneda corriente.
En un laberinto de malentendidos y malicias, los personajes pululan como mariposas alrededor de la llama del deseo. Desde la doncella en apuros que se disfraza para proteger su honra hasta el galán desesperado que no escatima en artimañas para mantener a raya a sus rivales, cada figura está imbuida de un espíritu cómico y una vitalidad electrizante.
Tirso de Molina teje la trama con maestría, tejiendo hilos de celos y sospechas que se enredan en un nudo perfecto. Las situaciones disparatadas se suceden a un ritmo vertiginoso, manteniendo a la audiencia al borde del asiento mientras las risas brotan sin cesar. A medida que los personajes se enredan en una telaraña de confusiones, te encuentras atrapado en un torbellino de situaciones cómicas que desafían las expectativas y llevan la intriga a nuevos niveles de hilaridad.
"Celos con Celos se Curan" es una oda a los enredos amorosos y a la eterna lucha entre la pasión y la razón. Tirso de Molina pinta con maestría las debilidades humanas, los impulsos irrefrenables y las artimañas que surgen cuando el amor y la desconfianza chocan en un torbellino embriagador. Con diálogos chispeantes y giros impredecibles, la obra se erige como un festín teatral que cautiva, divierte y hace palpitar los corazones con su irresistible encanto.
Así que prepárate para reír a carcajadas y dejarte envolver por los enredos juguetones de "Celos con Celos se Curan". En este mundo de celos disparatados y sorpresas desopilantes, descubrirás que, en efecto, a veces los celos son la poción mágica que desata la comedia más deliciosa.
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Veröffentlichungsjahr: 2023
Copyright 2023
Cervantes Digital
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CELOS CON CELOS SE CURAN
Tirso de Molina
PERSONAJES
Acto I
Acto II
Acto III
PERSONAJES
CÉSAR.
CARLOS.
GASCÓN.
SIRENA.
DIANA.
MARCO ANTONIO.
ALEJANDRO.
NARCISA.
[ALCAIDE.]
[UN CORTESANO.]
[UN PAJE.]
Acto I
Salen CÉSAR, CARLOS y GASCÓN.
CÉSAR
¿Hemos de apartarnos más
de la ciudad, Carlos?
CARLOS
No,
que la ribera del Po,
que murmurar viendo estás
mientras de Milán te alejas, 5
si en sus cristales te avisas,
agravios vende entre risas
a tu amistad y a mis quejas.
CÉSAR
No te entiendo.
CARLOS
No me espanto,
déjanos solos aquí, 10
Gascón.
GASCÓN
Siempre obedecí
a quien sirvo y quiero tanto,
y más a estas ocasiones;
porque yo cuando hay envites,
digo quiero a los convites 15
y descarto las cuestiones.
(Vase.)
CÉSAR
Ya estamos solos, procura
declararte; ¿es desafío?
CARLOS
No nos oye más que el río,
que no ofende, aunque murmura. 20
Deja de aumentar agravios
dudando de mi fe ansí,
que mis quejas contra ti
solo tienen en los labios
discreta jurisdición; 25
no en la espada, que en efeto
reverencian el respeto
que te debo.
CÉSAR
La ocasión
con que las formas repara,
que me suspendes y admiras. 30
CARLOS
Por fabulosas mentiras
las propiedades juzgara
que pintó la antigüedad
en la amistad verdadera,
si hallarlas en ti quisiera. 35
CÉSAR
Pues, ¿es falsa mi amistad?
CARLOS
Parécelo.
CÉSAR
Di el porqué.
CARLOS
¿Por qué, desata esta duda,
pintó a la amistad desnuda,
quien su Apeles sutil fue? 40
¿Por qué, si no es en tu mengua,
su lado abierto mostró,
y del pecho trasladó
el corazón a la lengua?
¿Por qué le vendó los ojos, 45
dejando libres los labios?
CÉSAR
Jeroglíficos agravios
me proponen tus enojos;
misterioso vienes. Digo
que si desnuda pintaban 50
la amistad los que enseñaban
leyes al perfeto amigo,
fue para darle a entender,
que entre los que la profesan
y su lealtad interesan 55
ningún secreto ha de haber.
Porque si se difinió
que era una alma en dos sujetos,
afirmando los discretos,
que el amigo es otro yo, 60
mal quedara satisfecho
de quien sus pasiones calla
el amigo que no halla
en un lugar, lengua y pecho.
Mas yo, ¿cuándo he delinquido 65
contra estas leyes? ¿Qué llaves
no te ha dado el alma?
CARLOS
Sabes,
César, que señor has sido
de la mía, de tal modo
que hasta el menor pensamiento 70
jamás de tu amor esento,
viéndote dueño de todo
y a mi tan perfeto amigo,
ya grave, ya humilde fuese,
antes que yo le entendiese 75
se registraba contigo.
¿Qué desdenes de vitoria,
sol que adoro, qué desvelos
ya bastardos por los celos,
ya hijos de la memoria 80
dejé de comunicar
contigo? Si tal vez hubo
que compasivo te tuvo
de tal suerte mi pesar
que en recíprocos enojos 85
tanto amor nos conformó,
que porque lloraba yo
afeminaste tus ojos.
CÉSAR
Pendiente estoy de tus labios
confuso con tus razones. 90
¿Las que son obligaciones,
Carlos, vuelves en agravios?
Si lloras, lloro contigo,
alégrame tu contento,
lo mismo que sientes, siento, 95
¿y me llamas mal amigo?
No te acabo de entender.
CARLOS
Ya sabes que la igualdad
es hija de la amistad.
Tu igual me veniste a hacer 100
el día que me llamaste
amigo tuyo.
CÉSAR
Es ansí.
CARLOS
De sangre noble nací,
si la Ducal heredaste.
Ya sé que tan cerca están 105
tus partes de tu ventura
que para hacerla segura
la Corona de Milán
un solo estorbo hay en medio
de un sobrino que la goza, 110
tan enfermo en edad moza
que diera fácil remedio
a mi deseo y tu estado
la muerte, si permitiera
cohechos o te quisiera 115
como yo, aunque mal pagado.
CÉSAR
¡Oh Carlos, cómo se entiende
que interesado tu pecho
amistades que me ha hecho
como mercader las vende! 120
Sácame ya del cuidado
con que suspenso te escucho,
que quien encarece mucho
no se tiene por pagado.
Y pienso yo, que en iguales 125
correspondencias de amor,
si ejecutas acreedor
de la obligación te sales
de deudor, pues te he querido
con tan limpia y pura fe, 130
que en ellas te perdoné,
aun el serme agradecido.
CARLOS
Muy bien lo muestras por Dios,
sea, y búrlate de mí,
tu secreto para ti, 135
y el mío para los dos.
Los amigos de importancia,
que se precian de leales,
en los bienes, y los males,
van a pérdida y ganancia. 140
Mas tú, que con los ingratos
quieres lograr tus intentos
avaro de pensamientos,
con andar hoy tan baratos,
pretendes en los desvíos 145
con que me ocultas tu pena,
por gastar de hacienda ajena,
ser prodigo de los míos.
¿Tú triste, César? ¿Y yo
de la ocasión ignorante? 150
¿tú desvelado? ¿tú amante?
¿y yo sin saberlo? No.
No busques vana salida
a culpas averiguadas;
de la soledad te agradas: 155
mi amistad aborrecida.
No comunicas tormentos,
ni yo quiero examinarlos:
ya, César, te cansa Carlos
señor de tus pensamientos 160
has sido, yo te los dejo:
goza a solas tu cuidado
los secretos que he fiado
de ti, te darán consejo:
no llevo ninguno tuyo 165
que restitüir te deba,
prueba otros amigos, prueba,
y con aquesto concluyo,
amor sin comunicar,
mientras dejas ofendida 170
una amistad de por vida,
que ya por ti es al quitar.
(Quiérese ir.)
CÉSAR
Aguarda Carlos, espera,
satisfaré tus engaños;
¿amistad de tantos años 175
por ocasión tan ligera
se rompe? Facilidad
notable a culparte viene:
mas no es mucho, también tiene
sus melindres la amistad. 180
También la asaltan recelos,
que la amistad en rigor,
por lo que tiene de amor
quejas forma, y pide celos.
Es verdad, que quiero bien 185
en parte que corresponde
agradecida, ni dónde,
ni cuándo, Carlos, ni a quién
te he dicho, que como sigo
leyes que a la amistad puso 190
más la antigüedad que el uso,
y sé, que el perfeto amigo
no quiere, ni intenta más
de lo que quiere y intenta
su amigo: no juzgue a afrenta 195
la que en la cara me das.
Pues en este fundamento
mi amor oculto creyó,
que gustando desto yo
estuvieras tú contento. 200
Mas pues me llamas ingrato
y a lo interesable vives:
secretos das y recibes,
y ya es tu amistad contrato.
Oye, aunque el límite pase 205
que me puso a quien respeto,
pues debiéndote un secreto
que sin que yo te forzase
me donaste liberal.
Si hago pleito de acreedores 210
tus deudas son anteriores,
y es bien pague al principal:
pero advierte, que no es justo
que pagarte más intente
de aquello, que cabalmente 215
te debo.
CARLOS
Logra tu gusto
la deuda, quiero soltarte,
no ofendas tu mudo amor,
mirasme como acreedor,
claro está que he de enfadarte, 220
quédate, César, con Dios.
(Detiénele.)
CÉSAR
Eso no, desobligado
has de dejarme, y pagado
has de partirte, los dos
hacemos cuenta ajustada. 225
Ya estriba esto en interés,
si te has de ir, vete después,
que yo no te deba nada:
que amabas, dijiste un día,
y antes que más te explicases 230
y tu dama me nombrases:
yo, que en la Filosofía
estoy diestro, de los ojos,
y los tuyos registré,
que era vitoria alcancé 235
la causa de tus enojos.
Haz tú otro tanto también,
si igual fineza te obliga;
porque yo, cuando te diga
mi amor, no te diré en quién 240
le empleo.
CARLOS
Enojado estás.
CÉSAR
No estoy, que es la causa leve,
pero harto hace quien debe
en pagar, sin que dé más.
CARLOS
Di, que porque serte intento 245
de provecho en tus cuidados
con paciencia tus enfados,
quiero sufrir.
CÉSAR
Está atento.
En un festín que el Duque mi hermano hizo
una noche, engañeme, un claro día, 250
que agregación de luz desautorizo,
si a tanto Sol describo noche fría:
prodiga la hermosura, y en su hechizo
perdida la beldad, que Chipre cría,
competidores, discreción, y gala, 255
y dilatada gloria en breve sala.
Cuadros de estrellas sostituyen flores,
ya jardín el salón, que amor cultiva,
si estrados deste abril usurpadores,
no extrañan que en tal cuenta los reciba: 260
cercado de bellezas, y valores,
el teatro Ducal, y la festiva
ocupación sonora, en instrumentos
principio dio al sarao, y a mis tormentos.
Libre gozaba yo la ejecutoria 265
con que el descuido me eximió tributos,
que rinde el alma, y guarda la memoria
pechando penas más a menos frutos:
¡qué cerca está el tormento de la gloria!
¡que bien pintó al placer cortando lutos, 270
aquel, que a los umbrales del sosiego,
la inquietud retrató pegando fuego!
Licenciosa la vista se derrama
por venenosos campos de hermosura;
presago amor de ejecutiva llama, 275
que libre cuello sujetar procura:
vi Carlos: en efeto vi a una dama
imperiosa opresión de mi ventura,
que presidiendo en tribunal de estrellas,
lo que esta desperdicia logran ellas. 280
Gozaba, al lado suyo, un caballero
privilegios de fiestas semejantes,
de incógnito valor, cobarde acero,
desvalido entre méritos amantes:
no te sabré afirmar, cuál fue primero, 285
o amar, o estar celoso, mas sé, que antes
que advirtiese mi estado peligroso,
si amante me admiré, temí celoso.
Salí a danzar, ya rayo de venganzas
por malograr indigna competencia, 290
y a la Marquesa sacó, ¿entre mudanzas
festivas? Mal presagio, a la experiencia,
sembró risueña en celos esperanzas,
espinas que coronan la paciencia:
yo de veras amante, el festín juego; 295
cesó la danza, y comenzó mi fuego.
Ocupó el lado, si cobarde amando,
atrevido celoso, y suspendiendo
discursos a la lengua, hablé mirando,
propuse mudo, y obligué temiendo; 300
ella cifras de amor deletreando,
lo que negó callando pagó, viendo,
¡oh amor al principiar dulces enojos,
idiota en labios, elocuente en ojos!
Puso a la fiesta fin la aurora, llena 305
de envidias, más que aljofares, ¡qué prisa
a mi espaciosa suspensión! ¡qué pena