Deseo de venganza - Gertrudis Gómez de Avellaneda - E-Book

Deseo de venganza E-Book

Gertrudis Gómez de Avellaneda

0,0

Beschreibung

Esta obra es una recopilación de poesías líricas escritas por Gertrudis Gómez de Avellaneda. Incluye poemas como «A las estrellas», «Al sol en un día de diciembre», «Deseo de venganza», «Al destino», «Contemplación», «Mi mal», «A la poesía», «Poeta», «Voz de las estrellas», «Las contradicciones», «Voz de Cuba» o «Al partir».

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 40

Veröffentlichungsjahr: 2021

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Gertrudis Gómez de Avellaneda

Deseo de venganza

 

Saga

Deseo de venganza

 

Copyright © 1860, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726679793

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

A LAS ESTRELLAS

Reina el silencio: fúlgidas en tanto

luces de paz, purísimas estrellas,

de la noche feliz lámparas bellas,

bordáis con oro su luctuoso manto.

Duerme el placer, mas vela mi quebranto,

y rompen el silencio mis querellas,

volviendo el eco, unísono con ellas,

de aves nocturnas el siniestro canto.

¡Estrellas, cuya luz modesta y pura

del mar duplica el azulado espejo!

Si a compasión os mueve la amargura

Del intenso penar por que me quejo,

¿Cómo para aclarar mi noche oscura

no tenéis ¡ay! ni un pálido reflejo?

AL SOL EN UN DÍA DE DICIEMBRE

Reina en el cielo. ¡Sol, reina, e inflama

con tu almo fuego mi cansado pecho!

sin luz, sin brío, comprimido, estrecho,

un rayo anhela de tu ardiente llama.

A tu influjo feliz brote la grama;

el hielo caiga a tu fulgor deshecho:

¡Sal, del invierno rígido a despecho,

rey de la esfera, sal: mi voz te llama!

De los dichosos campos do mi cuna

recibió de tus rayos el tesoro,

me aleja para siempre la fortuna:

bajo otro cielo, en otra tierra lloro,

donde la niebla abrúmame importuna...

¡Sal rompiéndola, Sol; que yo te imploro!

DESEO DE VENGANZA

(Soneto escrito en una tarde tempestuosa)

¡Del huracán espíritu potente,

rudo como la pena que me agita!

¡Ven, con el tuyo mi furor excita!

¡Ven con tu aliento a enardecer mi mente!

¡Que zumbe el rayo y con fragor reviente,

mientras —cual a hoja seca o flor marchita—

tu fuerte soplo al roble precipita.

roto y deshecho al bramador torrente!

Del alma que te invoca y acompaña,

envidiando tu fuerza destructora,

lanza a la par la confusión extraña.

AL DESTINO

Escrito estaba, sí: se rompe en vano

una vez y otra la fatal cadena,

y mi vigor por recobrar me afano.

Escrito estaba: el cielo me condena

a tornar siempre al cautiverio rudo,

y yo obediente acudo,

restaurando eslabones

que cada vez más rígidos me oprimen;

pues del yugo fatal no me redimen

de mi altivez postreras convulsiones.

¡Heme aquí!,¡tuya soy! ¡dispón , destino,

de tu víctima dócil! Yo me entrego

cual hoja seca al raudo torbellino

que la arrebata ciego.

¡Tuya soy!, ¡heme aquí!,¡todo lo puedes!

Tu capricho es mi ley: sacia tu saña...

Pero sabe , ¡oh, cruel!, que no me engaña

la sonrisa falaz que hoy me concedes.

CONTEMPLACIÓN

Tiñe ya el Sol extraños horizontes;

el aura vaga en la arboleda umbría;

y piérdese en la sombra de los montes

la tibia luz del moribundo día.

Reina en el campo plácido sosiego,

se alza la niebla del callado río,

y a dar al prado fecundante riego,

cae, convertida en límpido rocío.

Es la hora grata de feliz reposo,

fiel precursora de la noche grave...

torna al hogar el labrador gozoso,

el ganado, al redil, al nido el ave.

Es la hora melancólica, indecisa,

en que pueblan los sueños los espacios,

y en los aires —con soplos de la brisa—

levantan sus fantásticos palacios.

En Occidente el Héspero aparece,

salpican perlas su zafíreo asiento

y —en tanto que apacible resplandece—

no sé qué halago al contemplarlo siento.

¡Lucero del amor! ¡Rayo argentado!

¡Claridad misteriosa! ¿Qué me quieres?

¿Tal vez un bello espíritu, encargado

de recoger nuestros suspiros, eres?...

¿De los recuerdos la dulzura triste

vienes a dar al alma por consuelo,

o la esperanza con su luz te viste

para engañar nuestro incesante anhelo?

¡Oh, tarde melancólica!, yo te amo

y a tus visiones lánguida me entrego...

Tu leda calma y tu frescor reclamo

para templar del corazón el fuego.

Quiero, apartada del bullicio loco,

respirar tus aromas halagüeños,

a par que en grata soledad evoco

las ilusiones de pasados sueños.

¡Oh! si animase el soplo omnipotente

estos que vagan húmedos vapores,

término dando a mi anhelar ferviente,

con objeto inmortal a mis amores...

¡Y tú, sin nombre en la terrestre vida,

bien ideal, objeto de mis votos,

que prometes al alma enardecida

goces divinos, para el mundo ignotos!

¿Me escuchas? ¿Dónde estás? ¿Por qué no puedo

—libre de la materia que me oprime—

a ti llegar, y aletargada quedo,

y opresa el alma en sus cadenas gime?

¡Cómo volara hendiendo las esferas

si aquí rompiese mis estrechos nudos,

cual esas nubes cándidas, ligeras,